Iniciando a mi hermana en la zoofilia
Relato ficticio
Somos tres hermanas y de todas yo siempre he sido la más liberal , me gusta probarlo todo en el sexo y no tengo reparos en follar con otras mujeres, hacer tríos, orgías, masturbarme con dildos y vibradores, tener sexo anal e incluso hacer zoofilia que es una de las últimas cosas con las que gozo más porque desde que lo probé ya se ha vuelto algo casi imprescindible en mi vida sexual y para poder follar un perro me compré uno así tengo a mi amante en casa y siempre que me pica la concha y quiero que me monten solo tengo que quitarme la ropa y ponerme totalmente en pelotas, mi perrito cuando me ve como ya sabe que toca sesión de porno duro ya viene moviendo su cola como un loco y cojemos todo lo que nos apetece, vivo sola y nadie nos molesta, tampoco nadie sospecha que me gusta el sexo con animales, bueno nadie no pues mi hermana pequeña si lo sabe pues se lo dije, y es más ella también ha probado a cojer con un animal, pero no con mi perro sino con un caballo.
De las 3 hermanas que somos una de ella vive en el campo a unos 35 kilómetros de la ciudad donde vivimos mi hermanita pequeña y yo, ella se fue allí y como siempre le han gustado los caballos se compró uno, su ilusión era tener uno y montar con el por el campo con toda tranquilidad y dar paseos, yo la visito con frecuencia y desde que comencé a cojer con perros siempre había tenido ganas también de probar con un caballo así que en unas de las visitas que le hice como no estaba y yo tengo las llaves entré y como sabía que ella tardaría en venir ese día aproveché y en el establo me lo hice con el, fue una pasada y ahora siempre que puedo y se que no está voy y aprovecho para que ese gran semental me coja por el coño y yo le hago unas chupadas bestiales.
Pero aquí la protagonista es mi hermana pequeña, ella es con la que tengo desde siempre más confianza y nos lo contamos todo del sexo, ella me pide consejos y yo le recomiendo buenos vibradores y pollas de goma con las que yo disfruto mucho y le digo que con ellas gozará como yo, pero cuando comencé a follar con el perro no sabía que hacer, ¿se lo digo, será esto muy fuerte para decírselo a mi hermanita aunque tengamos mucha confianza, pensará que estoy loca, que esto ya es demasiado? , así que durante un tiempo no se lo dije pero al final si me lancé y se lo comenté, ella lejos de asustarse como yo pensaba no fue así, me dijo que como se me ocurría hacer eso, que si podía coger alguna enfermedad y demás pero no se escandalizó, así que yo le dije que era muy placentero y algo totalmente distinto a tener sexo con hombres.
Pero cuando si ya se quedó de piedra es cuando le dije que además lo había probado también con un caballo, además no uno cualquiera sino el de nuestra hermana que vivía en el campo, me follaba a su caballo frecuentemente, ahí si que me dijo que si estoy loca, a ver si un día te pillará, etc etc … pero yo le dije que no pasa nada, que siempre voy cuando no está pues ella aunque vive en el campo trabaja en la ciudad y se va por la mañana y no vuelve hasta las 7 de la tarde, así que no hay problema, ella me miraba con cara de sorprendida la verdad pero yo veía que por dentro tenía ganas de probarlo así que ni corta ni perezosa le dije:
¿A ti no te gustaría probarlo? , es que no puedes imaginar que es eso, el placer que se siente con una polla como la de un caballo en tu boca, en tus manos, en tu coño, es algo que no se puede explicar, primero se quedó helada, la cara se le puso blanca pero cuando me respondió la que alucinó fui yo porque me dijo ¿cuando vamos? .
Le dije si estaba segura, que no quería forzarla a nada y que si no quería lo entendería, eso si, que jamás comente nada a nadie y menos a nuestra hermana, ella me dijo que estaba segura y lo quería probar, pero conmigo claro, yo ayudando y vigilando que no venga mi hermana y nos pille allí a las dos follando con su caballo, así que determinamos la fecha y cuando llegó el día nos fuimos para allí.
Desvirgada por un caballo
Era el momento, la hora, el día, cogimos el coche a las 11 de la mañana y nos fuimos para la casa de mi hermana, durante el camino de unos 2o minutos casi ni hablamos, nos mirábamos y de vez en cuando yo le preguntaba si estaba bien, si estaba segura y no tenía miedo, ella afirmaba que no, que iba convencida y que quería probar a cojer con un caballo igual que yo.
Llegamos allí y primero nos aseguramos que no hubiese nadie en casa, llamamos a la puerta, vimos que el coche no estaba así que podíamos ir para el establo donde nos esperaba ese precioso caballo semental que iba a desvirgar a mi hermana , hablando claro de animales porque ella está más follada ya que cualquier puta de carretera.
Cuando entramos en la cuadra allí estaba el caballito, con una gran verga que le colgaba por debajo, yo le dije “ mira hermanita, mira que polla más grande, eso es lo que te va a hacer ver el cielo y gozarás como una perra “, así que le dije que se desnude y que no tenga miedo, que acaricie al caballo y poco a poco se gane su confianza, ella lo tocaba completamente en pelotas y yo veía que estaba muy nerviosa, es lógico en la primera vez, pero se iba soltando, así que le dije que alargue el brazo y sin miedo le coja la verga y la comience a masturbar como si fuese la picha de su novio, así lo hizo, cogió ese trabuco con la mano y la empezó a mover haciéndole una paja, estaba alucinando con lo que crecía eso y lo grande que era, me miraba sorprendida y yo le decía, “sigue, sigue moviendo que aún crece más” .
Cuando ya la tenía muy grande y yo vi que ella también estaba muy cachonda porque veía que se tocaba su coño estando agachada y se masturbaba le dije que había llegado el momento de probarla en la boca, hacer una mamada en la polla de un caballo , así que sin pensarlo mucho acercó su boquita y con la lengua la comenzó a lamer hasta que se atrevió y se la metió en la boca, casi no le cabía pero ella chupaba con muchas ganas, le tuve que decir que parase porque sino se habría corrido en su boca y eso quizás le daría asco y vomitaría y todo.
Ahora si había llegado el momento cumbre, el definitivo, ya había tocado una verga de caballo, la había masturbado y probado en su boca, tocaba sentirla dentro del coño así que le dije que se pusiera en pompa debajo del semental y yo la ayudaría a que la follase con esa miembro, me dijo que con cuidado, que eso es muy grande y le haría daño, le dije que tranquila que lo haré despacio, así que se puso como le dije y yo primero le metí un poco los dedos para dilatarlo un poco más todavía, le puse saliva y ahí si que comencé a pasar el capullo de la polla del equino por su coño y poco a poco empecé a meterla dentro, al principio no entraba porque es muy gordo eso pero fue entrando hasta que casi sin darse cuenta la tenía dentro y yo la movía penetrándola con ella metiendo y sacando, mi hermana estaba en el éxtasis puro y duro, creo que tenía hasta los ojos en blanco, noté como se corría varias veces, su coño se mojó una barbaridad y llegó el momento que no podía más, de tantos orgasmos le daban calambres y le dolía así que me dijo que parase ya.
Quedó completamente destrozada por ese polvazo, se vino tantas veces que perdió la cuenta, el caballo desvirgó a mi hermana y ella probó lo que era esto de la zoofilia, cuando nos íbamos para casa con el coche ella estaba con las piernas muy abiertas, me decía que tenía el coño escocido y le dolía y todo pero que había pasado la mejor tarde de sexo de su vida.