Iniciado por el basquetbolista.
- Soy todo tuyo, hazme ver las estrellas con tu lengua por favor Martín. - Me dijo con la respiración entre cortada. No necesité que me lo repitiera, me incliné de a poco y pasé mi lengua por su cuello y bajé lentamente besando su pecho, hasta encontrarme con sus pezones y morder uno mientras pelli
Mi nombre es Martín, tengo 21 años y les vengo a contar como fui entrando en el ambiente gay. A principios de año comencé a buscar un nuevo deporte para realizar y terminé inscribiéndome en un club de basquetball; la verdad, al principio realmente iba para poder jugar y entrenar, conocí a un montón de chicos, pero hubo uno especial, David, tenía mi misma edad y vivía a unos escasos minutos del centro de entrenamiento, por lo que la mayoría de las veces, terminando los partidos, se iba directamente a su casa.
Poco a poco le comencé a hablar, empezamos a hacernos más amigos y quedábamos para tomarnos unas copas o hacer algo fuera de la cancha. Un día quedamos en ir a un bar tras el entrenamiento, por lo que trajo su equipo para asearse en el camarín. Hasta ese momento, no había tenido la oportunidad de ver a David sin camiseta y no era algo que me importara, porque hasta ese día, nunca me habían interesado los hombres. El entrenador, Felipe, nos pidió que le ayudaramos a ordenar algunas cosas antes de ir a cambiarnos, en lo que tardamos un tiempo y luego nos fuimos los tres al camarín, haciendo bromas y riendo como de costumbre. Entramos y David tomó su camiseta por el borde inferior y se la quitó, dejándome hipnotizado mirando su cuerpo, sus brazos estaban bien tonificados debido al entrenamiento, si bien su torso no estaba completamente musculado, lo que llamó mi atención fue la cantidad de vellos que cubrían su cuerpo; su pecho no tenía ninguna zona que no fuese completamente peluda y tenía una línea que bajaba hasta perderse dentro de su boxer. Al reaccionar, quedé perplejo por lo que me sucedía, de quedar admirando el cuerpo de mi compañero, y entré a la ducha a mojarme con agua helada, no quería que fueran a ver que mi paquete estaba duro.
Al salir de la ducha, ya había logrado disimular mi erección, y mientras me ponía la ropa interior, escuché cuando Felipe me decía:
Que culito te haz formado Martincito, las nenas deben apretarlo fuerte al arrodilarse frente a ti por una mamada jaja.
Que idioteces dices tío jajaj - Fue todo lo que logré responderle.
David solo se reía y terminamos de vestirnos y salimos dirección al bar, nos despedimos de Felipe y nos montamos en el coche de David.
Que guarradas hablaba ese tío, ¿no? jaja - Me dijo David para romper el hielo.
No seas gilipollas tu también, vamos y bebamos unos buenos tragos para sacarme su frase de la cabeza jaja.
LLegamos y nos pedimos unos tragos y nos embriagamos al poco rato, menos mal el bar esta a solo unas cuadras del departamento de David, sino deberíamos pillarnos un taxi. Hablamos de la vida, de lo que hacíamos fuera de la cancha, de novias (que por cierto, ninguno tenía) y después de estar bien ebrios, no recuerdo por qué volví a sacar el tema.
¿Tu crees lo mismo que Felipe? - le pregunté a mi amigo.
¿Qué cosa? ¿Que tienes un buen culo? - Me dijo riendo.
Pues si, hasta ahora no lo había pensado, que guarro ese tío por mirarme el culo en las duchas jaja.
Ya vamos, estoy muy borracho y quiero poder caminar a casa, ¿te vienes a dormir a mi casa o te pedimos un taxi?
Pues me voy contigo, me gasté hasta el último centavo bebiendo aquí.
Tras esa conversación, salimos a la calle y caminamos hacía su departamento.
- Sigue caminando Martín, pararé a atarme los cordones. - Me dijo repentinamente David.
Yo seguí caminando y tras unos segundos volví a escuchar su voz que decía:
Tío, Felipe tenía razón, tienes un culo de miedo. - Dijo antes de darme una buena nalgada.
¿Pero a ti qué te pasa? ¿Cómo me tocas el culo de esa forma? - Le reproché riéndo.
Es que me quedé hipnotizado mirandolo mientras me ataba los cordones y fue imposible no palmeartelo tío.
Llegamos a su departamento y me dijo que solo había una cama grande, pero que si prefería podía dormir en el sillón. A lo que le respondí que nos tumbaramos en su cama para seguir conversando. Entramos en su cuarto y me dijo:
Martín, espero no te incomode, pero mis bolas no pueden ser aprisionadas por un calzoncillo al dormir, me gusta dormir desnudo.
Estás en tu casa joder, ¿Como va a molestarme? ajaja si pues en la mía yo duermo igual. - Le respondí a mi amigo.
Bueno, pues sientete como en tu casa.
Y así fue como ambos nos desnudamos y nos recostamos borrachos.
Tío ver tu culito me ha empalmado ajja - me dijo de pronto.
Hombre, si te soy sincero, no sé por qué pero la tengo bien dura, ¿no tienes unas pelis para que nos hagamos unas pajas? - le pregunté bromeando.
Pues si, pero para que queremos unas pelis si podemos jugar entre nosotros. - Me dijo acercándose y apretando mis nalgas entre sus manos.
Presionó sus labios contra los míos y su lengua invadió de pronto mi boca. Estuvimos mucho rato comiéndonos la boca y solo recuerdo que sus labios sabían a gloria.
Dejame lamerte completo David. - Le rogué, separando mis labios de los suyos.
Soy todo tuyo, hazme ver las estrellas con tu lengua por favor Martín. - Me dijo con la respiración entre cortada.
No necesité que me lo repitiera, me incliné de a poco y pasé mi lengua por su cuello y bajé lentamente besando su pecho, hasta encontrarme con sus pezones y morder uno mientras pellizcaba el otro.
- JODEEEER tío, no pares de hacer eso, podría correrme así - Me dijo entre jadeos.
Volví a subir a comerme su boca y le dije que quería mamarlo, a lo que me respondió:
- Deja de preguntar y vuelveme loco.
Lamí todos sus vellos que hacían un camino hasta su verga, la que se encontraba bien dura ya, la tomé entre mis manos y la sentí húmeda, sin pensarlo me la metí completa a la boca y David afirmó mi cabeza entre sus manos y presionó más fuerte, lo que hizo que sus 19 centímetros llegaran hasta mi garganta.
- Oh tío lo lamento pero me voy a correr, tragatelo todo por mi, por favor. - Me dijo gritando de placer.
Soltó mi cabeza, pero no la saqué de mi boca, me dediqué a relamer su glande más rápido para ayudarlo a acabar.
- Oh Dios, eyacularé tu boca, OH JODEEEEEEEEEEEER que rico se sienteee AAAHHH! - Fue lo que gritó en el momento que su semen inundaba mi boca.
Lo comencé a saborear y estaba bastante agrio, pero no me importó, yo solo quería hacerlo disfrutar, así que junté toda su leche en mi boca y me levanté dispuesto a besarlo. Abrió su boca y me besó más apasionadamente que al principio, jugamos con su leche repartiendola entre mi boca y la suya, pero al final, me tomó de la barbilla y escupió una mezcla de semen y su saliva en mi boca, y dejó caer otro resto de su semen en su barba y su pecho.
- Tragatelo todo por favor, me calienta ver como lo saboreas. - Me pidió, a lo que obedecí y me lo tragué sin pensarlo. - Ahora ven, acercate, lameme la barba y el pecho y tragate lo que queda.
Tras comerme toda su leche me pidió que me sentara en su cara y abrió mis nalgas y comenzó a lamer mi culo.
¿Te gusta esto? ¿Quieres más placer? - Me preguntaba a ratos, y yo creía que no podía existir más placer, tener su lengua en mi agujero y su barba pinchando mis nalgas me hacía querer acabar, cuando de pronto, tomó mi verga y me empezó a masturbar muy rápido, acariciando mi glande con su pulgar. - Grita mi nombre al acabar Martín, si lo haces te recompensaré muy bien. Me dijo mientras me masturaba más rápido.
Oh DAAAAVIIIID QUE RICO ESTO, POR FAVOR LAMEME EL AGUJERO, OH SI DAVID, HAZME ACABAR- Grité mientras eyaculaba todo su pecho y vi como él volvía a acabar, mezclando su leche con la mía entre sus exquisitos pelos del pecho.
Oh Martín, me haz hecho acabar dos veces ya y aún sigo caliente con ganas de más. ¿Quieres que te haga el amor? - Me preguntó mientras yo me levantaba y sacaba mi culo de su cara.
Algo en mí decía que estaba mal, que quizás doliera mucho, pero al no tener su lengua en mi ano, éste palpitaba pidiendo que regresara, por lo que solo pude responderle:
Si David, penetrame y hazme el amor bien duro.
Bueno, acercate, trae con tu lengua nuestra leche a mi boca, quiero que la saborees para poder saborearla contigo.
Hice lo que me pedía y lamí todos sus pelos otra vez, juntando su leche y la mía en la boca, oh Dios, que bien sabía. Me levanté y lo besé, dejando caer toda la mezcla en su boca y en el último momento, mordí su labio inferior por lo que se le escapó un gemido y me dijo:
- No debiste hacer eso, volviste a despertar al tigre. - Y apuntó su pene, lo miré y vi como volvía a estar erecto reclamando mi atención.
Se levantó y me recostó en la cama, quedó con su cara a nivel de mi culo otra vez y envolví su espalda con mis piernas.
Escupiré nuestra leche en tu ano y luego te la meteré poco a poco. - Me dijo justo antes de que sintiera su lengua entrando en mi culo, pero esta vez dejando un líquido espeso adentro. - ¿Te molesta si no uso condón? Quiero sentir el calor de tu ano en mi verga.
Quiero que me acabes dentro y me llenes con tu semen David por favor. - Le rogué.
Tus deseos son órdenes para mí. - Me dijo levantándose y presionando su pene duro contra mi ano.
Comenzó lento, pero me había lubricado tanto que ni dolía, por lo que comenzó a entrar muy fácilmente y en cinco minutos ya lo tenía azotando su cuerpo contra el mío. A ratos se incilinaba y me besaba, en otros momentos solo me hacía abrir la boca y me escupía dentro, otras veces sacaba su pene y lo acariciaba con sus dedos, para luego pedirme que le lamiera los dedos. Entre gritos me corrí en mi pecho, a lo cual juntó toda la leche con sus dedos y se la tragó y a los segundos sentí como el calor de su semen me llenaba, oí sus gritos de placer y vi su hermoso rostro que se contorsionaba por el orgasmo. Se inclinó y me besó nuevamente, y al finalizar el beso, volví a morder su labio y me miró con una cara de lujuria y me dijo:
- Eres una perra mala y golosa, tendré que darte castigo otra vez. - Dijo entre risas.
Se acostó en la cama y me pidió que me sentara sobre su verga y eso hice, comencé a introducirla toda en mi, mientras me afirmaba de su pecho y pellizcaba sus pezones y sentía como a ambos se nos ponía más dura.
- Oh tío, esta vez no duraré tanto. - Me dijo justo en el momento que yo me corria sobre su pecho. Me masturbó y sacó hasta la última gota. - Oh ahora me toca, quiero correrme en tu boca esta vez. - Me pidió, a lo cual accedí y me agaché a chuparle la verga y tragarme toda su leche.
Lamí sus testículos, su glande, sus vellos púbicos, su ombligo, su pecho, mordí sus pezones, chupé su cuello y finalmente nos fundimos en un nuevo beso con lengua.
Esto se debe repetir mil veces Martín, quiero que tu culo sea mío a diario. - Me dijo y me abrazó por los hombros, a lo que rodeé su cintura con un brazo y apoyé mi mejilla en su pecho para recostarnos a dormir un poco.
Y yo quiero sentirte dentro de mí a diario, me acabas de hacer sentir lo mejor de la vida, me siento completo por ti, te quiero David. - Le respondí besándole el pecho.
Te quiero Martín. - Me respondió besándome el pelo.