Iniciacion sumision

Mi amor, estamos donde me pediste que te trajera, donde me insististe que querías venir, finalmente, acepte, lo hice por ti, y ahora, te voy a follar hasta que no tenga ni un gramo de fuerza, hasta que no pueda mas pero entonces, te dejare atada, desnuda, expuesta a la vista de todos...

Una sensación placentera muy rica recorría mi cuerpo, me estaba despertando muy poco a poco y lo mejor es que yo misma me daba cuenta de ello, además, despertar así notando como te penetran muy despacito hace que esos segundos o incluso ese minuto que transcurre entre que notas que te estás despertando hasta que finalmente te despiertas sea más rico todavía.

Tras unos segundos dejándome penetrar y a la vez, intentando alargar esos segundos media dormida, abrí los ojos. COMO? Que pasa AQUI? "" Donde estoy""  ¡¡¡ Esto qué es ?? !!! Me gire de repente para ver quién estaba detrás mía embistiéndome ahora ya cada vez más duro y más rápido BIEN, era mi Sergio, mi chico, apenas lo mire un segundo y sin decir nada, volví a girarme a ver quiénes eran esas personas que tenia a apenas un par de metros de distancia, o incluso menos. Pude ver a varios hombres, no sé, 4 quizás 5 y al menos a un par de chicas jóvenes, los hombres a excepción de uno o dos, eran claramente más mayores que yo. La luz era muy escasa, pude ver sus caras y su cuerpos pero no pude ver nada mas solo intuí que estábamos en alguna habitación de hotel grande o tal vez alguna discoteca o local ya que una leve música sonaba de fondo aunque yo me encontraba en una especie de cama o sofá enorme, con una superficie cómoda, de color blanco y suave, muy suave tipo Alcántara o lo que es lo mismo, piel flor, el tacto de esa superficie me resulto familiar, igualita al tejido de los asiento del coche de mi chico, al menos, eso me recordó.

Volví a girarme y esta vez antes incluso de verle la cara a Sergio ya le estaba apartando de mí y diciéndole:

- SERGIO""¡¡ Esto qué es? Dónde estamos?

Casi no pude ni acabar de hablar, una bofetada me hizo por un segundo cerrar los ojos y al abrirlos, note como me escupía a la cara a la vez que con ambas manos cogía mi rostro delicadamente y me besaba la boca,

-

Una extraña sensación recorrió mi cuerpo, una mezcla de nerviosismo extremo e inquietud me invadió y antes de que pudiese decir nada note como me agarraba Sergio del pelo y me obligaba a levantarme y a bajar de ese sofá o cama o lo que fuese y que hasta ese momento no había ni podido adivinar lo que era. Me puso de pie, llevaba puesto un vestido corto, muy escotado lo recordaba, era el vestido que me había puesto esa noche para salir a tomar algo, en principio íbamos a ir a la zona del puerto de Valencia que en estos meses de verano se pone a tope de gente y hay muy buen ambiente, de hecho, ahora recuerdo perfectamente que fuimos que estuvimos allí bailando y tomándonos unas copas y ahora empiezo a recordar lo que siguió después otra copa y otra hasta que decidimos ir a un club de esos que vas con tu pareja a dar rienda suelta a tu imaginación....

Al ponerme de pie, el vestido que lo tenía subido por encima de la cintura levemente tapo mi sexo y parte de mi culo, con una mano tire del vestido hacia abajo para intentar cubrir las partes de mi intimidad que todavía quedaban expuestas y al hacerlo, de nuevo, mi cara resonó de una bofetada

Que haces mi amor? Quien te ha dicho que puedes taparte?  ya te he dicho que aquí vas a hacer lo que yo te diga, vas a cumplir mis deseos y vas a portarte muy bien, vas a ser una chica buena y todo lo que hagas lo vas a hacer para mi disfrute has entendido? Contesta!!

Si mi amor , respondí

Bien, ahora te vas a quedar de pie, AQUI, en medio de estos señores y señoras, vas a seguir mis órdenes y vamos a hacer que estos señores disfruten viéndote, viendo ese cuerpo desnudo que me tiene loco.

Quede sola, de pie, rodeada de varios señores y también de varias chicas, algunas mas de las que pude contar en un principio cuando abrí por primera vez mis ojos. Había un par de chicos jóvenes, dos o tres chicas también de la misma edad que estos chicos, no sé, no creo ni que llegaran a los 30 pero el resto unos 5 o 6 hombres rondarían los 50 y un par de señoras mas que se unieron para ver el espectáculo también de la misma edad. Todos iban vestidos, muy bien vestidos, las mujeres con trajes incluso alguna con traje largo, los hombres a excepción de un par de chicos de los mas jóvenes que vestían vaqueros llevaban puesto pantalones de vestir, camisas y zapatos.

El tiempo parecía no pasar, parecía que se había detenido yo miraba a un lado y a otro y acababa volviendo a mirar a mi Sergio como esperando sus instrucciones y estas nunca llegaban. Sin duda esa era su instrucción en aquel momento, hacerme sentir nerviosa, intranquila por lo que podría pasar, me dejaron allí, sola, vestida, rodeada de todos, varios minutos, baje la cabeza en signo de sumisión por vergüenza supongo.

- NO¡ Levanta la cabeza .   Me dijo en tono ordenante Sergio. Lo hice,

Acto seguido, me ordeno:

- Quiero que te quites el vestido y como no llevas ropa interior nos enseñes tu cuerpo totalmente desnudo

Lo hice, me saque el vestido por arriba y quede allí, desnuda, expuesta a la mirada de estas personas que no conocía, muerta de vergüenza pero a la vez, sin atreverme a renunciar a continuar el juego, en ese momento me di cuenta que quizás, me estaba empezando a gustar aquello, me sentía expuesta, utilizada por esos hombres y mujeres para su disfrute pero a la vez, por primera vez me sentí excitada, y sin duda, mis pezones totalmente parados y duros daban fe de ello.

Así, desnuda permanecí unos minutos, durante ese tiempo, varios hombres se desbrocharon el pantalón y se sacaron su pene todos a esas alturas ya duros como piedras, y empezaron a masturbarse allí delante mientras me contemplaban.

Varios hombres se apartaron hacia un lado para dejar paso a algo que traían entre dos o tres, me di cuenta enseguida, era una camilla de esas que utilizan los doctores, más bien los ginecólogos para explorarte cuando vas a una revisión. Ufff AQUI mi cuerpo volvió a acelerarse más si cabe, pues presentía que en esta ocasión, iba a ser revisada pero no por un doctor... Mas conociendo las fantasías de mi chico y su imaginación para estas cosas.

Los tres hombres pusieron la camilla en el centro del circulo que formaban el resto de hombres y mujeres, y se apartaron, yo quede a un lado de la camilla, nerviosa, y antes de poder pensar nada, mi chico me ordeno que me tumbara en ella.

- Túmbate mi amor, túmbate y abre bien las piernas para que podamos verte bien. Ya sabes que me encanta verte bien abierta de piernas y ahora quiero que te vean ellos también.

Lo hice, me tumbe y abrí mis piernas y puse los tobillos en los estribos que tenia para ese fin,

- Baja más el culito mi niña, queremos verte también ese culo y ese agujero tan rico que tienes por detrás , me ordeno Sergio, lo hice, y deje totalmente expuesto mi sexo y mi culo, ambos quedaron a la vista de todos.

Sergio se acerco a mí, se reclino sobre mi cara y me dio un beso muy despacio, me susurro: muy bien mi niña, lo estás haciendo muy bien y estoy muy orgullosos de ti. TE AMO

Me sentí muy orgullosa de aquellas palabras y me propuse complacer en todo sus deseos a mi chico

Sergio se acerco a mi sexo, con ambas manos separo los labios de mi vagina y me dejo totalmente abierta, todos los hombres y mujeres que habían se acercaron para verlo mejor, Sergio llamo a dos hombres de los que estaban allí, y le pidió que me abrieran ellos la vagina, así lo hicieron, yo mientras tanto, miraba casi todo el rato al techo, para tranquilizarme, pero enseguida me di cuenta que empezaba a estar totalmente húmeda y por momentos me estaba excitando cada vez mas.

Sergio cogió un consolador y sin decir nada, se acerco y lo encaro en el agujerito que continuaba abierto por esos dos desconocidos, de un solo golpe, lo introdujo totalmente y un fuerte gemido se me escapo, lo dejo allí unos segundos, sin moverlo y sin sacarlo, y se aparto, saco su móvil del bolsillo y me hizo unas fotos.

A continuación, pidió a los hombres que me masturbaran, y así lo hicieron, ambos hombres cogieron el consolador y empezaron a masturbarme me lo metían y lo sacaban rápidamente, cuando uno se cansaba y bajaba el ritmo, lo cogía el otro y volvía nuevamente a meterlo y sacarlo muy duro y muy rápido así estuvieron varios minutos, yo me retorcía de la mezcla de dolor, vergüenza y placer, pero notaba como me iba a venir y correrme de un momento a otro, mis gemidos al principio tímidos eran ya con un tono que rozaba el grito, AMMMMM UFFFFF AAAAAAA UMM AMMMMMMM UFFFfFfF y no pude aguanta más, un par de minutos después, me vine de una forma como no me había venido desde hacía mucho tiempo, me retorcía en la camilla y Sergio me besaba la boca y la cara, mientras yo lo apartaba, ya que notaba que me faltaba el aire para respirar.

- Muy bien mi niña, lo has hecho muy bien

-

PLAST, PLAST unas palmas resonaron, mire, varios de los allí presentes estaban aplaudiendo, sin duda, había sido yo el espectáculo y por las palmas, al parecer, les había gustado este.

- Puedo levantarme mi amor, le pregunte a Sergio,

- Todavía NO mi niña, todavía no.

Sergio se aparto unos segundos mientras yo tumbada, con las piernas abiertas notaba como me chorreaba mi flujo por las nalgas.

Sergio volvió, se paro delante de mi sexo y note como me introdujo algo por mi vagina, lo metió hasta el fondo ya que lo note en mi interior, lo abrió y lo fijo, era un aparato de esos que utilizan los ginecólogos para verte por dentro, ahora, además de exponer mi cuerpo a unos extraños, estaba siendo observada también en mi interior.

Los hombres y mujeres se agolparon para ver el espectáculo, notaba como se acercaban a mirar y hasta notaba su respiración cerca de mi vagina.

Los hombres se estaban masturbando o al menos, varios de ellos, y yo me sentía utilizada, pero me gustaba esa sensación

Unos segundos después, los hombres se fueron apartando y empezaron a venirse delante de mí, primero se corrió uno, luego el otro, Sergio estaba muy pendiente de que lo hicieran muy cerca de mi cara, pero sin tocarme solo para que yo lo viese, pero no dejo que ninguno se viniera encima mía.

Sergio me dio un tierno beso en los labios, me susurro en voz bajita que me iba a dejar allí expuesta a la vista de todos durante un ratito, que nadie me tocaría por que así lo había indicado el a los allí presentes, que dejaría que todos y todas me viesen allí desnuda, con las piernas abiertas y mi sexo rezumando jugo, con esas tetas duras como piedras y con ese culito que se dejaba asomar por debajo de mi coño. Que el volvería enseguida y que aunque no estaba allí, no me perdería de vista ni un segundo.

Así lo hice, veía como se acercaban algunos hombres a mirarme entre las piernas, muy cerca de mi coño, pero ninguno me toco, algunos se masturbaron allí delante del resto, incluso a escasos centímetros de mi cara, esa situación me produjo de nuevo otra excitación e hizo que volviera a notarme como empezaba a chorrear mi sexo. Eso animo al resto de los hombres que allí estaban todavía observándome y uno tras otro se masturbaron delante de mí, entre mi entrepierna y por todos lados.

En esos momentos, me moría de ganas de que alguien me tocase o me penetrara y al no poder resistir mas, lleve mi mano a mi coño e introduje dos dedos directamente en mi vagina, de un solo golpe y empecé a masturbarme, metía y sacaba mis dos dedos una y otra vez, rápido muy rápido, cuando mis dedos no podían entrar más en mi sexo los apretaba fuertemente contra mí,  como intentando que llegasen más adentro. No veía nada, solo miraba al techo cuando de vez en cuando abría levemente los ojos pero oía al público decirme cosas y desde luego, estaban disfrutando con el espectáculo.  Yo soy de las que aguanto tiempo para venirme y puedo estar siendo follada bastante tiempo antes de correrme, pero en esta ocasión al igual que en la anterior no pude resistir mas allá de un par de minutos y entre espasmos y temblores me vine de la forma más fuerte que jamás me he venido con mis propias manos. No veía nada, mi vista se nubló, el sudor empapaba mi cuerpo, incluida mi cara y quede medio dormida ajena al bullicio que allí existía con varios hombres  animándome y felicitándome por lo que habían visto.

Este relato ocurrió realmente en el verano del 2012 en la ciudad de Valencia, espero que os guste, gracias a mi niña por la sumisión prestada en esta y tantas otras veces.