Iniciación lésbica de una Viuda Madura (3)

“UN ÁNGEL EN NUESTRO CAMINO” Mi querida amiga, después de haber despertado sus ansias de amar recibe una visita inesperada.

"UN ÁNGEL EN NUESTRO CAMINO"

La relación con Charo esta siendo fabulosa, nuestros encuentros son cada vez más frecuentes y lascivos. Es una mujer tan ardiente y apasionada, que roza la lujuria. Incansable en el aspecto sexual. Está completamente sometida a todos mis deseos, y al más extravagante de mis caprichos. Pero exige mucho a la hora de quedar satisfecha, siempre quiere más. Había sido hasta ahora, una hembra resignada, con la libido adormecida, pero su despertar ha sido tan intenso, que se ha convertido en una mujer casi insaciable.

La otra tarde me comentó que su sobrina Ana, la hija pequeña de su hermana mayor iba a venirse durante un mes con ella al chalet. A mí eso, no me hizo ninguna gracia, y no me gustó en absoluto, porque nos haría perder la intimidad de la que estábamos gozando las dos. Le dije que con su sobrina aquí, ya no podríamos estar juntas para amarnos libremente.

Me contestó que tenía razón, que a su hermana ya le había puesto trabas, diciéndole que no podría ocuparse de ella, ya que muchos días se marchaba fuera y no se quedaba en el pueblo. (Esto no era cierto, pero le pareció una buena excusa). Su hermana le respondió que Ana ya era mayor de edad, que tenía más de 18 años y que se apañaba muy bien sola. Pero que había motivos muy importantes, para que su hija, se marchara de allí y pasara una temporada fuera. Y que como cuando era pequeña había pasado muchos veranos con ellos en el pueblo, pues había pensado, que este año hiciera lo mismo. Incluso que se quedase estudiando en Madrid, después.

A mí esto me sentó tan mal, que inconscientemente empecé a odiar a Ana, de la cual solo tenía un vago recuerdo siendo niña, acompañando a su tía y a su prima haciendo la compra.

La hermana de Charo vive en Gijón, y su marido es una persona influyente de la comunidad. Les ha surgido un grave problema a causa de Ana que les acarrea muchos quebraderos de cabeza. Y para evitar los escándalos han pensado que Ana se marchara una temporada fuera de allí.

Lógicamente Ana como todas las chicas de su edad, sale y tontea con los chicos. Esa experiencia la hemos vivido todas y cada una de nosotras independientemente de la condición sexual con la que nos identifiquemos. Parece ser que hay un chico en particular que se ha enamorado y encaprichado de ella y no admite su rechazo, acosándola constantemente. La sigue a todas partes, haciéndola la vida imposible. Llega a pasar horas y horas apostado en la puerta de su casa, esperándola sin importarle nada ni nadie. Esta situación ha creado un estado de crispación en el entorno familiar, que empieza a afectar incluso al status de su padre, que no quiere convertir esta situación en un escándalo público. Para ello habían decidido que lo mejor era alejar a Ana de allí durante una larga temporada.

Ante estas explicaciones, le dije a Charo que no quedaba más remedio que aceptarla, ya que era una situación muy desagradable para su hermana y su familia. En cuanto a lo nuestro ya nos apañaríamos e iríamos haciendo frente a los acontecimientos sobre la marcha. Estudiaríamos la forma de planificar nuestros encuentros.

Y ¡Llegó Ana!

Cuando vi entrar en la tienda a Charo acompañada de una linda jovencita, rápidamente me dije, esta es Ana.

No quedaba nada del recuerdo de la niña que yo tenía. Había crecido, era una jovencita de aspecto frágil, pero endiabladamente bonita. Delgada, de 1,59 cm de altura y unos 50 kg. de peso.

Parecía un angelito con su larga melena rubia adornada encantadoramente con una mezcla de mechas blanquecinas y oscuras. Realzaban la tez blanca de su rostro, unos ojos oscuros creo que marrones, y una mirada penetrante. Su carita redonda, de labios sensuales y nariz achatada. Esbozaba una sonrisa angelical.

Al estar solas en la tienda Charo nos presentó:

Mira Ana, esta es Angelines, aunque la puedes llamar Angi. Es la mejor amiga que tengo en el pueblo, y espero que consigas llevarte tan bien con ella como yo. Ya os iréis conociendo porque viene muy a menudo a casa".

Dándonos dos besos en las mejillas, sellamos nuestros saludos, con las palabras de rigor.

Aunque a mí me atraen las mujeres maduras, aquella chica hizo remover en lo más hondo de mi ser, un sentimiento especial, único diría yo. Quizás debido a que al besarnos en las mejillas noté cierto sonrojo en su rostro, como de vergüenza y arrebato, síntoma de su timidez. Su voz era muy sensual, con un acento asturiano meloso y cautivador.

Quedamos en que si el negocio me lo permitía, esa tarde acudiría al chalet, a tomar el sol.

Lo dejé todo arreglado, para poder tomarme la tarde libre y me encaminé al Chalet. Al llamar, fue Ana la que salió a recibirme diciéndome que su tía estaba en la piscina, tomando el sol. No sé decir que es lo que le pasaba a esta chica conmigo, pero volví a percibir una sensación muy extraña. Primero sentía la profundidad de su mirada escrutándome, para después esquivar la mía, no atreviéndose a mirarme a la cara. Esto, fue algo que me llamó mucho la atención pero que no entendía.

Me encaminé al dormitorio de Charo y me puse el bañador, dirigiéndome después a la piscina, mientras Ana se quedaba en el salón viendo la tele. Al llegar Charo estaba tumbada al sol, pero no estaba desnuda como siempre, conservaba la braga del bikini, lógicamente porque no estaba sola en casa. Ínclinándome sobre ella la besé los labios haciéndole una caricia en el costado y en una teta. Rápidamente se sobresaltó incorporándose haciéndome señas, señalando dentro de la casa. Yo me eché a reír tranquilizándola, asintiendo. Al ver que ella tomaba el sol en tetas yo me saqué también la parte de arriba del bañador y así nos quedamos.

Cuando terminó el programa que Ana estaba viendo, se unió a nosotras para tomar el sol, apareciendo en Bikini. Era una chica preciosa, con el cuerpo terso propio de su edad, sus tetillas alojadas dentro del sujetador, adivinándose diminutas pero muy firmes. La braga del bikini era un pequeñísimo tanga, compuesto de un triángulo que cubría su pubis y un simple hilo bordeaba sus caderas ocultándose después entre sus nalgas, resaltándolas de una forma encantadora. Al verla volví a sentir la misma sensación matinal. Pero esta vez más fuerte ya que me estremecí, notándome húmeda. También observé que ella, aunque de reojo, nos miraba de forma un tanto especial y escrutadora, nuestros pechos y cuerpos al cambiar de posturas. Intuí que no le éramos indiferentes, ya que al principio se le notaba como incómoda y turbada..

Pasamos la tarde charlando y poco a poco fue venciendo su timidez, y sus miradas cobraron otro matiz más natural, pero no por ello menos lascivas. Como a las ocho, se duchó y dijo que se iba dar una vuelta por el pueblo, quedamos en que volviera sobre las diez para cenar.

Cuando Ana se marchó, Charo y yo aprovechamos para dirigirnos a su habitación, y dar rienda suelta a nuestros ardientes deseos, reprimidos por la presencia de su sobrina.

Yo estaba tan excitada, que nada más llegar me abalancé sobre ella, necesitaba sus besos, su lengua dentro de mí y sentir sus caricias por todos los rincones de mi cuerpo. Después la cabalgué como una posesa desequilibrada. La amé de tal forma, que logré que alcanzara varios orgasmos antes de conseguir yo el primero. El tiempo pasó tan rápido, que Ana regresó sin que nos diéramos cuenta. Al oír nuestras voces y nuestros jadeos, se acercó a la puerta del dormitorio. Se quedó clavada sin decir nada tratando de ocultarse, al lado de la puerta, contra la pared para que no la viéramos y estuvo un largo rato viendo como nos satisfacíamos mutuamente su tía y yo. Pero yo la vi, a través de un espejo, sin que ella lo notara, vi como se arrimaba contra la pared para ocultarse. Imagino que ver la escena de su tía completamente desnuda en brazos de una mujer, gozando de la forma que la veía, era lo último que Ana podría haberse imaginado jamás. Saber que era observada por Ana me excitó aún más, y aceleré aún más las caricias y las embestidas de mi lengua en el coño de su tía, mientras le gritaba, para que Ana me oyera:

"Venga puta, córrete ya...., va a venir tu sobrina y nos va a pillar..., toma zorra, toma...., venga córrete...que nos queda poco tiempo...., ¿te gusta eh... zorra....??? ¿Te gusta lo que te da tu ANGI...?""

"¿Síiii, amor mío....... me gusta como me follas.....sigue........sigue......... ahhhhhh...... mi sobrina todavía no vieneeeee, ANGI cariño......... no pares, no pares... me vas a matar de tanto placer.....ahhhhhhhhhh. sigueeeeeee, sigueeeeeee, no paressssss, no paresssssss, ahhhhhhhhhhhhhhhhhh, ahhhhhhhhhhhhhhhhhhh, siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii, soy tuyaaaaaaa, ahhhhhhhhhhhhhhhh, yaaaaaaaaaaaaaaaaaaa..............yaaaaaaaaaaa... ahora siiiiiiiiiii, toma tomaaaaaaaa.............. me corroooooooooooo.............ahhhhhhhhhhhhhhh."

Cuando se sosegó un poco y recobró la naturalidad, dándome un beso, me dijo "Angi, me vuelves loca, cada vez más necesito estar contigo..., cielo..... eres única mi amor, me matas de placer".

Le respondí alzando la voz sabiendo que Ana nos estaba oyendo: " Sí mi vida, yo también me alegro mucho por las dos, también soy muy feliz, pero ahora démonos prisa que Ana estará a punto de llegar, y no querrás que nos pille así... ¿verdad?".

Ana al oírme decir eso, se marchó rápidamente, despacio y sin hacer ruido se salió a la calle, para que no nos diéramos cuenta de que había estado allí viéndonos. Nos dimos una ducha rápida, vistiéndonos después. A los diez minutos, llegó Ana con mucha naturalidad, como si nada hubiera sucedido. Pero lo que no sospechaba, era lo que yo sí sabía. Ahora sólo quedaba ver su actitud, y su comportamiento a tenor de lo que había descubierto.

Mientras cenábamos, le comenté a Charo, que andaba un poco retrasada con la contabilidad de la tienda y no me apetecía mucho ponerme con esa tarea al cerrar por la noche. Qué sólo me apetecía descansar, porque en esta época el trabajo era agotador, y la chica que venía por la tarde a ayudarme o sustituirme en la tienda, no sabía nada de contabilidad y menos de manejar un ordenador.

Ana me preguntó en que consistía esa labor. Le expliqué que era muy sencillo de realizar, en cuanto se le cogiera la rutina al programa de contabilidad. Ya que solamente consistía en ir asentando todos los datos de los albaranes y las facturas de las compras realizadas. Así como la emisión de algunas, pero muy pocas, de las ventas realizadas. Para terminar asentar los ingresos de caja y los pagos realizados diariamente. Algo muy sencillo, que ocupaba como una hora diaria, pero que había que hacerlo. Pero que ya llevaba algo más de un mes de retraso, y tendría que contratar a alguien, por horas para que me actualizara la contabilidad al menos durante el verano, porque me encontraba agobiada y sin ganas de hacerlo.

Ana se interesó mucho por el tema, y me preguntó que cuanto dinero podría reportarle eso a la que lo trabajase. Le respondí que no sabía, que suponía que era algo a negociar entre la interesada y yo, pero que bien podría ser 10 euros la hora. Entonces se ofreció y aceptó hacerme ella este trabajo, actualizar el trabajo atrasado y después como se iba a quedar por un tiempo todavía indefinido, hacerlo hasta que se marchase. Así aprovechaba el tiempo y se sacaba un dinerito extra, que bien le vendría. A todas nos pareció una idea estupenda. Quedamos en que empezara al día siguiente a las siete de la tarde. Como cerrábamos a las ocho, si surgía algún problema o alguna duda yo podría ayudarla.

Ni que decir tiene, que yo estaba encantada de poder tener allí conmigo a esta preciosidad de chiquilla, sobretodo sabiendo que me había visto haciendo el amor con su tía. Ya era importante que nos había aceptado tal como éramos, y no nos veía como bichos raros. Ese fue un primer paso muy importante, por lo menos hacia mí, hacia su tía no podía saberlo, aunque imagino que sería de la misma forma.

Al día siguiente Ana fue puntual, a las siete entró en la tienda esbozando su sonrisa angelical. Entramos al despacho y la acomodé delante del ordenador explicándole su cometido. No tardó mucho en coger la rutina del programa, y empezó a hacer su trabajo mientras yo me volví a la tienda.

Tengo que decir, que desde el despacho se domina toda la tienda y viceversa, así que cada vez que yo la miraba, y cruzaba mi mirada con la suya, ya no la apartaba, sino que ahora ya me sonreía mostrándome lo feliz que estaba. Con esta chica me estaba pasando algo muy raro, la mayoría de las veces la veía como una niña, pero otras la miraba como una verdadera mujer y no dejaba de pensar en tenerla en mis brazos y gozarla, pero rápidamente desechaba la idea, diciéndome que eso era imposible.

Pasaron los días de la forma más natural, aunque no podía negar la evidencia. Ana me miraba a todas horas, me daba la impresión de que con su mirada quería decirme algo, pero no me atrevía a asegurarlo. Notaba como clavaba su mirada en mí, siguiendo todos mis movimientos en la tienda, pero sobretodo al cambiarme de ropa en la oficina, al final del trabajo. Esta situación me ponía nerviosa, y me hacía no dejar de pensar en ella. Estos pensamientos, me parecían una locura, al fin y al cabo no dejaba de ser una niña, y además la sobrina de Charo. Pero era tan endiabladamente bonita y sexy que estaba empezando a obsesionarme.

La tarde del miércoles, al verla llegar a la tienda mi corazón pareció volverse loco, se aceleró de tal forma que daba la impresión de que se me iba a salir en cualquier momento. Venía encantadora, con su melena suelta, una faldita vaquera tan cortita que apenas le ocultaba la braguita. Dejaba ver el nacimiento de sus nalgas, mostrando todo el esplendor de sus largas piernas. Sus muslos juveniles tan prietos y apetitosos incitaban al más ferviente de los deseos. Vestía un top negro tan cortito y ajustado que sus pezoncitos erectos parecían traspasar la tela. Su tripita al aire mostraba orgullosamente su ombliguito.

La niña, en ese momento dejó de ser tal, para convertirse en la más deseada y apetitosa de las mujeres, olvidándome de todos mis prejuicios me propuse hacer todo lo posible para conquistarla y hacerla mía. Estaba deseando que llegaran las 8 para cerrar la tienda y quedarme a solas con esta chiquilla, en intentar seducirla. Me había obsesionado de tal forma que o la conseguía para mí o la perdía para siempre. Y me dije que de esa tarde no pasaba.

Al quedarnos las dos solas, me dirigí a la oficina mientras soltaba los botones superiores de mi bata para mostrar bien mi escote, enseñando la prominencia de mis tetas que amenazaban con salirse del sujetador También me desabotoné el último para mostrar mis muslos al sentarme al su lado, con la excusa de comprobar su trabajo.

Ana al llevar una faldita tan cortita y estar sentada, se le había subido tanto, que se le veía una braguita azul sobre su pubis, se le marcaba completamente la rajita de su sexo, así como todo el esplendor de sus muslazos de jovencita virginal. Me acomodé a su lado sin que mostrase ningún tipo de nerviosismo ni rechazo, y empecé a comentarle sobre lo que estaba haciendo. Percibir su olor ya me enloquecía. Cuando le hacía algún comentario, me miraba respondiéndome fijándose descaradamente en el escote y en mis piernas. Me enloquecía de tal manera, que estuve a punto de perder los nervios pero tuve la sangre fría de controlarme.

Pero el grado de excitación aumentaba a pasos agigantados, le puse una mano en su muslo, disimuladamente empecé a acariciarla suavemente. Cuando notó mi mano, se estremeció ligeramente poniéndose un poco nerviosa pero sin rechazarla. Al poquito instintivamente abrió las piernas sin apartar la vista de la pantalla, como incitándome a recibir una caricia más íntima. No me hice esperar y deslicé mi mano por la cara interior de su muslo hasta llegar a la ingle, noté el calor que desprendía su coñito. Pero fue en ese momento, cuando reaccionó diciéndome:

" Pero........ ANGI, ¿te has vuelto loca?¿Qué haces? No.... No..... déjame.... por favor.. No lo hagas...

"Cariño, ¿no te gusta?, le dije mientras acariciaba su rajita por encima de la braga notándola muy húmeda.

Con voz nerviosa y entrecortada me contestó:

"Sí, sí....claro que me gusta... pero me asusta esto, me da mucho corte hacerlo de esta manera, con una mujer y además tan mayor como tú... "

"Ana", le dije: " La otra tarde nos sorprendiste a tu tía y a mí en la cama haciendo el amor y en vez de marcharte, te quedaste allí oculta, mucho rato, hasta que nos corrimos. Después te marchaste para que no notáramos tu presencia, pero yo te vi, y sé que también te gustó lo que viste, porque tu cara lo demostraba. Como también vi como te acariciabas, las tetas y el coño por encima de la ropa mientras estabas apoyada contra la pared, tratando de ocultarte.

Así que ahora, no te hagas ni la estrecha, ni vengas de mojigata y dime si de verdad, ¿No te gustaría follar conmigo como lo hicimos tu tía y yo?

Creo que no esperaba oír nada de todo esto, y me respondió:

"Tienes razón os vi como fallabais y como disfrutabais. De hecho después me masturbé mucho imaginando que yo también follaba con vosotras. Pero de verdad, nunca pensé hacerlo realmente. Es cierto que me da mucho palo hacerlo con otra mujer. Pero si tú quieres, podemos intentarlo, si me enseñas....."

"Será mejor que lo dejemos, cielo. No quiero atosigarte y mucho menos aprovecharme de ti. Sólo haré el amor contigo cuando tú realmente estés preparada para asumirlo con todas sus consecuencias. Ahora me voy, encárgate tú de cerrarlo todo cuando acabes y hasta mañana.

Le respondí.

Después me marché un poco contrariada por lo ocurrido. Me juré a mí misma, que Ana debería ser mía a cualquier precio. Y cuando eso ocurriera, la iba a hacer disfrutar de tal manera que me suplicaría descanso. Esa niña me había calentado de tal forma, que su rechazo me dejó fatal, nunca en mi vida me había sentido así de mal, por una cosa así.

Esa noche fui a casa de Charo, con una sola idea en la cabeza, pasar la noche con ella y provocar a Ana con nuestros orgasmos. Ésta no estaba, había salido con sus amigos del pueblo, y regresaría tarde según me dijo su tía. Le dije a Charo, que quería pasar la noche con ella, que necesitaba su compañía. Me contestó que no podía ser estando allí Ana. Que se daría cuenta de lo que pasaba. Le contesté:

" Cariño, por Ana no te apures, ya lo sabe. Nos vio la otra tarde, tu no la viste pero yo sí. Nos descubrió y en vez de marcharse se quedó mirando hasta que acabamos y después se marchó. Esta tarde se lo he dicho y no ha tenido más remedio que reconocer que es cierto que nos vio. Como también me ha dicho que se excitó tanto que después se masturbó pensando que también follaba con nosotras". Y si te soy sincera quiero hacerle el amor a esa chiquilla, me vuelve loca cada vez que viene a la tienda tan provocativa".

"Pero Angi, te has vuelto loca, como quieres que yo permita y acepte esa locura, quítatelo de la cabeza, No, No y Mil veces NO... estás loca, Angi". Me contestó muy acalorada.

Para convencerla le tuve que decir:

.-" Cariño, mira vamos por partes. Cuando yo vine aquí la primera vez tu nunca habías estado con una mujer, y creo que ni por asomo pensabas en poder estar con alguna jamás. ¿No?"

.- " Sí es cierto pero..."

.- " No digas nada y escucha.

Al final tú yo hicimos el amor y ahora follamos y disfrutamos como dos locas pervertidas, o no. Ponemos en práctica un sin fin de fantasías............ y nos gusta. Recuerda que a pesar de yo desearte, fuiste tú la que se echó en mis brazos.... Siempre me he sentido atraída por mujeres maduras como nosotras. Pero Ana es algo especial, no sé que es lo que me ocurre con esa niña, me atrae y me excita tanto que ansío tenerla en mis brazos, para amarla y darle el mayor de los placeres y viceversa. Creo incluso que ella lo sabe y me provoca cada vez que va a la tienda, solo que no se atreve a dar ese paso seguramente porque tú eres su tía. Creo que el motivo, es que cuando nos vio quedó tan impactada que en el fondo también quiere algo de lo que vio. Mira creo que debemos de dejar de ser puritanas, olvidarnos de que es tu sobrina y mirarla solo como lo que es, una adolescente preciosa, mayor de edad, convertida en una mujer que desea ser amada, simplemente eso. Y si está dispuesta y ella lo quiere, disfrutar las tres juntas. Y eso no es una locura.

¿No te excita la idea?"

._ "Mirándolo de esa forma, vale, no está mal, pero tiene que ser ella la que venga a nosotras. A mí se me caería el mundo encima y la cara de vergüenza, si por cualquier razón nos rechazara y mi hermana se enterara, de que me he querido sobrepasar con mi sobrina. Eso es incesto, uffff no quiero ni pensarlo.

Por otro lado, la verdad es que no me había fijado en ella como mujer, pero sí que es endiabladamente bonita, realmente sí que lo es."

.- "Pues entonces, solo debemos esperar que se desarrollen los acontecimientos, y provocarla descaradamente, nosotras como si ella no estuviera. Esta noche cuando ella venga, hacemos el amor sin tapujos como si estuviéramos solas, y ya veremos que ocurre después.

.- " De acuerdo Angi, eso haremos".

Estuvimos cenando la dos solas, y al hacerse tarde y Ana aún no haber regresado, nos fuimos a la cama. Nos desnudamos completamente y nos acostamos.

.- "No esperemos a que venga, quiero hacerlo ahora, cariño mío". Me dijo susurrándome al oído, mientras empezaba a acariciarme.

No me hice rogar accediendo al instante, Charo estaba muy impaciente y demasiado excitada, quizás debido a mi proposición de conquistar a Ana. Nos besamos con lujuria, nuestras lenguas ávidas de deseo chocaban entre sí de forma electrizante mientras nuestras manos recorrían nuestros cuerpos, ávidos de deseo. Tan entregadas estábamos con nuestros juegos, que no oímos llegar a Ana, que como la vez anterior, estuvo allí observándonos, aunque con la precaución de no dejarse ver. Como creíamos estar a solas, no reprimíamos ni nuestros jadeos, ni los gritos de placer, ya que en eso sí somos un poco escandalosas. Nos decíamos verdaderas barbaridades, para aumentar el grado de excitación y lograr unos orgasmos más profundos y duraderos. Después de conseguir varios orgasmos quedamos tan extenuadas, que nos quedamos dormidas, sin ni siquiera saber que Ana nos había vuelto a pillar. Eso en definitiva era nuestro propósito, aunque ocurrió sin nosotras saberlo.

La tarde siguiente del jueves, Ana, volvió a la tienda con naturalidad, con su sonrisa habitual y con un chupa-chup en la mano y ocupó su lugar delante del ordenador. Llevaba un conjunto similar al del día anterior, solo que el top era amarillo con un sol resplandeciente incrustado en él. Además llevaba el pelo recogido en una coleta, que le daban un aire más juvenil. Parecía una niña traviesa chupando el chupa- chup, cada vez que me miraba, introducía el chupa-chup en su boca chupándolo con autentico morbo, parecía provocarme. Me excitó de tal manera, que pensé en hacerla mía esa misma tarde por las buenas o por las malas. Nada más cerrar, me dirigí hacia ella, viendo que estaba también apagando el ordenador, había terminado.

Me dirigí a ella diciéndole con voz grave:

.-"¿A qué jugabas con el chupa chup, Ana?¿Me provocabas?"

.- "Sí Angi, eso hacía, provocarte después de rechazarte ayer."

Anoche os volví a ver a mi tía y a ti, gozabais mucho, y me excitó tanto que me tuve que masturbar muchas veces. Ahora quiero que me des lo que ayer no quise, que me enseñes a gozar tanto como os vi a vosotras hacerlo.

Me dejó de piedra, pero acercándome a ella le acaricié la cara, notando como se estremecía, tomándola de la mano, nos dirigimos a la trastienda. Allí hay un viejo sofá cama, que en ocasiones utilizo para descansar, cuando por algún motivo tengo que quedarme allí. Por fin mi muñequita, iba a ser mía.

Le desabroché la faldita, dejándola caer, se quedó solo con su tanguita de color negro, que mostraba totalmente la rajita de su coñito marcado en él. Después le quité el top, dejando ver unos senos pequeños y muy prietos, de pezones duros, pequeñitos y muy oscuros. Rápidamente me desprendí de la bata, liberé mis tetas del sujetador y me quité la braga, quedando totalmente desnuda, frente a ella.

Atrayéndola hacia mí, la agarré de sus nalgas, apretándola contra mí, para que notara el calor de mi coño, contra su pelvis. Mientras recorría su cuello con mi lengua, buscando sus orejas y su nuca. Ana se estremecía con mis caricias, y busqué su boca que se ofreció entreabierta, mientras me daba su lengüecita juvenil, en un beso muy profundo. Después la eché en el sofá cama, y agarrándole el tanguita lo fui quitando lentamente apareciendo una tirita de vello muy cortito sobre su pubis, al momento su coño totalmente depilado, apareció desafiante y ansioso. Los labios exteriores completamente hinchados, posiblemente motivado por la excitación y la calentura. Ahora sí que era mi muñeca, esa muñeca tan deseada y la iba a gozar.

Sin pensarlo dos veces hundí mi boca en ese coño tan apetitoso, separándole completamente los labios exteriores buscando su pequeño clítoris. Ana completamente entregada se retorcía de placer mientras arqueaba su tripita, levantando el culito para apretarle contra mi boca para sentir mejor mis lamidas en su coño. No tardó mucho en entregarme su primer orgasmo, mientras no dejaba de pronunciar mi nombre.

.-"ahh, Angi que rico ahh, sigue, sigue....ahhhh Angi, Angi ahhhhh....."

Tuve mi boca pegada a su coño hasta que la hice venirse tres veces más. Estaba totalmente entregada, su coñito no dejaba de rezumar jugos que yo tragaba sin parar, saboreándolos, como el más exquisito de los manjares. Después me subí encima de ella, poniéndole mi coño en su boca, y rápidamente empezó a comérmelo. La fui guiando para que me lo hiciera de forma correcta, mientras yo arqueaba y movía mis caderas para sentir su lengua en mi clítoris y mi vagina, me vine soltándole una buena cantidad de jugos, que bebió con verdadera gula.

Después de este primer orgasmo con ella, quise gozarla con una tijera. Quería sentir su coñito juvenil en el mío. Regársele con mis jugos y así lo hice. Metí mis piernas entre las suyas buscando la posición idónea, hasta que noté su coño caliente chocando con el mío, entonces empecé a moverme y a frotar mi coño contra el suyo, notando el endurecimiento continuado de su clítoris. Aceleré mis movimientos de forma vigorosa, mientras empapaba su sexo con mis jugos, y ella completamente entregada y relajada con los ojos cerrados suspiraba y jadeaba ansiosa de placer acompañando mis envites con sus movimientos. No tardó mucho en conseguir un nuevo orgasmo.

Tenía a mi niña convertida en mi juguete sexual, y eso me tenía excitada en exceso y solo era el inicio.

ANGI:. -"¿Te ha gustado cariño?¿Qué te ha parecido lo que has vivido esta tarde Cielo?

ANA:.- " Ya lo creo que sí, ha sido algo sencillamente maravilloso, he sentido sensaciones totalmente desconocidas para mí. Ningún chico me ha hecho sentir nunca tanto placer, como lo que tu me has hecho sentir, Angi. Ahora entiendo lo de mi tía Charo, contigo, y como gozabais las dos".

ANGI:. - " ¿Te gustaría hacerlo con tu tía y conmigo?"

ANA:.- "¿Con mi tía?

ANGI:. - "Sí con las dos"

ANA:.- "Me da palo con mi tía, ufff pero por qué no.....es muy morboso.

ANGI:.- "Por ella no te preocupes, hará lo que yo le diga. Te prometo que entre las dos conocerás algo que no olvidarás en tu vida.

ANA:.- "Vale, seré vuestro juguete. Después de lo que me has hecho sentir hoy seguro que será un aperitivo comparado con lo que se me avecina con las dos.

ANGI:.- " Seguro cielo, pasaremos las tres un fin de semana inolvidable plagado de sexo, tu tía es genial, ya lo verás.

ANA:.- "Seguro que sí, solo de pensarlo vuelvo a estar excitada, ummm.

Con la conversación, no solo fue Ana la que se excitó, sino que yo me puse a mil así que volví a abalanzarme sobre ella e hicimos un 69 maravilloso, que nos llevó a las dos a explotar en un nuevo orgasmo.

Y de esta forma se concretó la iniciación de Ana, al sexo lésbico. Dos mujeres totalmente distintas y heterosexuales, una madura ansiosa de sexo y una adolescente inexperta que es un verdadero Ángel llovido del cielo, exclusivamente para mí, todo un éxito de conquistas, ¿Qué más puedo pedir?

Lo que ocurra a partir de ahora será otra aventura.