Iniciacion familiar
El día de mi 18 cumpleaños mi familia me hace el mejor regalo de mi vida.
Esta experiencia que voy a contaros ocurrió durante el verano de 2012, cuando cumplí 18 años.
Como todos los veranos, nos fuimos una semana de vacaciones toda la familia al pueblo, al día siguiente de llegar allí era mi cumpleaños, asi que durante todo el día estuvimos preparándola casa y las cosas para el día siguiente. Cuando me levante el día de mi cumpleaños (18 años) y baje a desayunar ya me estaban esperando todos en la cocina para felicitarme y desayunar todos juntos, asi que después de las felicitaciones nos pusimos a desayunar.
Antes de entrar a contar la experiencia, voy a describir a mi familia.
Padre (Miguel Ángel): 45 años, 1.80, pelo moreno, buen físico. Buen padre aunque muy serio y callado.
Madre (María): 46 años, 1.70, pelo castaño, espectacular para su edad, los 10 kilómetros que corre casi todos los días se notan en el culo duro que tiene, pechos bastante grandes, perfectos para agarrarlos con una mano y que sobresalga, pezones grandes y oscuros. Muy buena madre, cariñosa, siempre feliz.
Hermano (Fernando): 22 años, 1.78, pelo castaño oscuro, muy buen físico, suele correr con nuestra madre. Un chico muy alegre, aunque bastante callado.
Hermana (Natalia): 22 años, melliza de Fernando, 1.70, pelo castaño oscuro, físico espectacular, formado a base de correr con nuestra madre y hermano, culo más grande que el de su madre, pero igual de duro, pechos enormes (algo más que los de nuestra madre). Bastante seria, aunque siempre cariñosa.
Hermana (Rocío): 20 años, 1.70, pelo castaño muy claro, físico normal, pechos enormes, como los de Natalia. Carácter muy extrovertido y alegre.
Yo (Miguel Jr.): 18 años, 1.75, pelo moreno, físico normal tirando a gordito. Carácter más bien reservado.
Hay más cosas que debo contar antes de entrar a contaros la historia, mi familia siempre se ha ido de vacaciones dos veces, una los adultos solos, cuando cumples 18 puedes empezar a ir con ellos, otra toda la familia, en este caso, cuenta como ambas, dado que todos somos adultos. Además, mi familia siempre ha sido muy liberal, no es raro ver a mi madre en el jardín de la casa del pueblo tomando el sol desnuda o a mis hermanas, el tema de los desnudos siempre lo hemos tomado bastante liberal, en familia no hay problema.
Ahora sí, voy a con la historia.
Asi que ahí estábamos todos, en la cocina desayunando, celebrando que ya era mayor de edad.
María (Madre): Bueno cariño, ahora al terminar el desayuno nos vamos todos al salón a darte tu regalo de cumpleaños!
Natalia: Seguro que no te imaginas lo que es!
Fernando: Ni de coña se lo imagina…
Yo: Venga va, decirme que es, o por lo menos darme una pista…
Miguel (padre): a los 4 os hemos hecho el mismo regalo al cumplir 18.
Yo: Pues poca pista me has dado…
Terminamos de desayunar y nos fuimos todos al salón, como había dicho mi madre, me indicaron que me sentara en el sofá pequeño, casi enfrente de ellos y todos ellos se sentaron en el grande.
María: A ver hijo, ahora, cuando te demos el regalo, espero que no nos juzgues, ninguno de tus hermanos lo hizo y realmente creemos que te va a gustar tanto como a ellos.
Yo: De acuerdo, no sé por qué tendría que juzgar un regalo, pero vale, no juzgare.
Entonces, Rocío se colocó de rodillas delante de su padre y Natalia hizo lo mismo delante de Fernando (como antes he dicho, somos muy liberales con la ropa, las mujeres llevaban nada más que un camison y un tanga y los hombres solo llevábamos un pantalón corto), de un movimiento rápido ayudado por ellos, mis hermanas les bajaron los pantalones dejando sus pollas a la vista de todos, entonces si mediar palabra se las metieron en la boca, comenzando a realizarles una mamada…
María: Recuerda que te pedí que no juzgaras, llevamos haciendo esto desde que tus hermanos mayores cumplieron 18 años y lo hicimos igual con tu hermana Rocío. Dado que soy tu madre, si quieres seguir adelante con esto, seré la primera, luego vendrán el resto…
Yo: (mientras asistía atónito a como mis hermanas se metían las pollas de mi padre y hermano en la boca) Bueno… obviamente, de broma no estáis, no se… no sé si estoy preparado… o si me parece bien…
María: Bueno hijo, tu tranquilo, si quieres quédate mirando lo que hacen ellos. Yo me quedo aquí contigo, cuando estés preparado me avisas o si decides que esto no va contigo, pues no pasa nada, paramos y ya está.
Mi madre se levantó del sofá en el que estaba y de camino a sentarse en el mío se quitó el camisón, quedándose únicamente con un tanga, sus enormes pechos, sorprendentemente firmes para su edad, al aire libre.
Yo: Mama, antes de nada, tienes que saber que soy virgen, he besado y he toqueteado un poco, pero ni siquiera me la han chupado nunca…
María: ¿Quiere eso decir que te parece bien lo que hacemos? ¿Quieres ser parte de esto?
Yo: Aun estoy decidiéndome, además, como te he dicho, soy virgen, me da bastante vergüenza.
María: Cariño, no te preocupes, siempre hay una primera vez para todo, aquí con nosotros puedes estar tranquilo, que no te juzgaremos.
Mientras tanto, Natalia continuaba con la mamada a Fernando, se veía que Natalia tenía experiencia, por como la polla desaparecía en su boca, Rocío tenía más problemas con nuestro padre, su polla era considerablemente más grande que la de Fernando y a Rocío le costaba metérsela en la boca, pero poco a poco, las dos continuaban chupando esas pollas como si fueran un exquisito manjar…
El bulto en mi pantalón era ya obvio para todo el mundo, incluso Natalia al mirar en mi dirección soltó una sonrisita picara…
María: Cariño, ¿puedo bajarte el pantalón?, estarás mas cómodo.
No me dio tiempo casi ni a pensar lo que había dicho mi madre cuando empezó a tirar de él, asi que me levante y deje que me lo quitara, dando un salto mi polla ya completamente erecta en cuanto quedo libre…
María: Si estoy un poco más cerca me da en la cara cariño… ¿Puedo tocártela un poco?
Yo: Bueno, pero con cuidado, no quiero ser el primero en correrme.
María: Tranquilo hijo, lo tengo controlado.
Saco una caja de debajo del sofá y de la caja saco lubricante, se puso en la mano una buena cantidad y empezó a acariciarme la polla, con mucho tacto, muy suavemente. A estas alturas, era obvio que aceptaba esa situación, al fin y al cabo, era parte de la familia.
Natalia entonces dejo de chupársela a Fernando, se levantó y se subió al sofá, sentándose encima de la polla de Fernando, introduciéndosela muy lentamente en el coño, cuando consiguió llegar a estar completamente sentada encima de él, con su polla dentro hasta los huevos, comenzó a subir y bajar muy lentamente, con mucho cuidado. Rocío por su parte estaba chupándole los huevos a su padre mientras se introducía los dedos en el coño, empezó introduciéndose 2, al cabo de unos minutos ya tenía 4, entonces mi padre se levantó y Rocío se colocó en el sofá a cuatro patas, dando la espalda a nuestro padre, que dirigía su polla dura como el acero hacia la entrada de su coño, pese a que unos segundos antes tenía 4 dedos introducidos, le costó a mi padre varios intentos llegar a metérsela.
María: Cariño, ¿crees que podría chupártela?
Yo: Claro mama, no puedo seguir resistiéndome, hazme lo que quieras…
Mi madre se colocó de rodillas delante de mí, entonces comenzó a acercarse, sin dejar de mirarme a los ojos, paso su lengua por mi polla, empezando en los huevos y terminando en la punta del capullo, me daba besitos en la punta, muy dulces, muy húmedos, hasta que ya se metió el capullo en la boca, primero simplemente se lo metía y sacaba, después empezó a jugar con su lengua una vez dentro, hasta que al final se lo metía hasta que notaba como la punta tocaba su garganta. Entonces se la saco completamente.
María: Cariño, quiero sentirte dentro, ¿quieres follarme?
Yo: Si, pero antes quiero probar tu coño…
Asi que mi madre se sentó en el sofá, con sus piernas bien abiertas, abriendo con sus dedos los labios superiores de su coño, me coloque de rodillas y comencé a chupar ese empapado y caliente coño, no sabía lo que hacía, solo sabía que me embriagaba su sabor y que a ella parecía gustarla, me centraba en pasar la lengua haciendo círculos por su clítoris, introduciéndola en su vagina, chupando como un poseso todo lo que abarcaba…
Entonces se tumbó completamente en sofá, siguiendo sus instrucciones, me coloque encima suyo, mientras me abrazaba, coloque con una mano mi pene en la entrada que unos segundos antes había degustado. Antes de que empezara a metérsela, mi madre me acerco a su boca y me beso apasionadamente, nuestras lenguas se fundieron en una, entonces comencé a empujar, sin dejar de besarla en ningún momento, la metía y la sacaba, cada vez más rápido, parando cuando veía que estaba demasiado cerca de correrme, continúe asi unos minutos, hasta que vi que no podía seguir aguantando.
Yo: mama, ¿estoy a punto de correrme, donde lo hago?
María: dentro cariño, córrete dentro de mí…
Asi lo hice, comencé a subir el ritmo y mientras seguíamos besándonos se la metí hasta que no quedaba nada que meter y me corrí lo más profundo que llegaba, no paro de besarme, con sus piernas enroscadas en mi cintura, no me dejaba cambiar de posición o alejarme de ella. Seguimos besándonos en esa posición durante varios minutos, mi polla ya había perdido toda su fuerza, y estaba fuera por si sola. Entonces nos quedamos sentados en el sofá, con mi madre ahora un poco recostada sobre mí, observando como mis hermanos y mi padre seguía follando.
Natalia había cambiado de posición, ahora estaba a cuatro patas contra el respaldo del sofá mientras Fernando se la metía y sacaba, Rocío estaba con la espalda apoyada en el asiento del sofá con mi padre penetrándola desde arriba. Siguieron asi unos segundos más, entonces Fernando fue el primero en correrse, se corrió también dentro de Natalia, pero mucho menos profundo que yo, prácticamente en la entrada, cuando se la saco, Natalia espero con la mano para recoger el semen que cayó y metérselo en la boca. Rocío siguió siendo penetrada por nuestro padre durante unos segundos más, Mi padre entonces se la saco del coño y se la puso en la boca, para que recibiera la corrida allí, Rocío se la trago toda sin ningún problema.
Fernando: Bueno hermanito, ya has dado el primer paso en la iniciación de la familia…
Yo: ¿El primer paso?
Miguel (padre): Claro, no creerás que esto es todo, María, haz los honores de explicarle todo.
María: A ver cariño, esto no es cosa de una vez, hacemos esto muy a menudo, cuando te hemos dejado con tus abuelos y nos hemos ido los mayores de fin de semana, o de vacaciones, era para esto, para poder pasar unos días sin tener cuidado a ver si nos vas a descubrir, de hecho, casi todas las semanas me acuesto con tus hermanos. Esto es un todos con todos, aun te queda la primera vez con los demás, y entonces ya, a partir de mañana, con quien quieras cuando queráis…
Yo: Ósea, ¿que esto es algo habitual?
Miguel: Si, y a partir de ahora lo será mucho más que no tenemos que escondernos.
Natalia: Bueno Hermanito, ¿Qué te ha parecido? Tu primera vez además…
Yo: Ha sido genial, no esperaba durar tanto como he durado la verdad.
Rocío: ¿Qué tal lo de vernos follando entre nosotros?
Yo: Pues un poco incómodo al principio, pero después de un rato, muy excitante.
Natalia: Bueno hermanito, ¿crees que estás listo para el segundo asalto?
Yo: ¿Contigo?
Natalia: Claro, soy la siguiente, por ser la mayor, luego iras con Rocío.
Yo: Bueno, ¿Podrías darme unos minutos que me recupere, coma algo y me duche?
Natalia: Podemos esperar lo que necesites, además también tengo un poco de hambre, pero ni se te ocurra ducharte…
Esperamos unos segundos mientras comíamos algo, hablando de temas normales, primer año de universidad, final de bachiller…
Entonces volvimos al comedor, según entre en el comedor me encontré con mi madre recostada encima de mi hermano Fernando y con su polla metida en el culo, mi padre de pie sujetándola las piernas a media altura y metiéndosela por el coño y con la cabeza metida entre las piernas de mi hermana Rocío. La misma escena que he visto en el porno muchas veces, la estaba viendo en directo en mi salón, interpretada por mi familia.
Natalia vio que me estaba distrayendo, asi que me agarro de la polla y tiro de mi hacia el sofá, me sentó de un empujón y se sentó encima mío, besándome, en esa posición, podía abrazarla, tocarla el culo, llegar a su coño con mis manos, asi que asi hice, pasando la mano por detrás de ella, comencé a acariciarla el coño, mientras notaba como mi polla se iba poniendo dura al contacto con su piel.
La cogí por la cintura y la tumbe en el sofá, dejándola boca arriba, desde su boca, fui bajando por su cuello hasta llegar a sus pechos, los cuales acaricie y lamí con un gusto enorme, succionando sus pezones, duros como el acero.
Continúe mi camino bajando por su vientre, jugué un poco en su ombligo y continúe hasta poder tener entre mis labios ese manjar que es su coño. Lo estuve lamiendo durante unos minutos mientras introducía un dedo en su vagina. Entonces ella se levantó y me sentó en el sofá, sin mediar palabra se introdujo mi polla en la boca, metiéndosela tan profunda que la daban arcadas, cuando la tenía ya empapada en saliva, dejo de chupármela y se colocó encima de mí.
Sentándose muy lentamente sobre mí, introduciéndose mi polla, una vez la tuvo completamente dentro, empezó a subir y bajar muy lentamente, cuando subía me ponía los pechos a la altura de la cara para que la lamiera los pezones, cuando bajaba me besaba, continuo asi hasta que la avise de que estaba a punto de correrme, entonces paro de moverse, espero unos minutos a que le diera el visto bueno besándome y se colocó a cuatro patas en el sofá, comencé a fallármela en esta posición hasta que ya estaba a punto de correrme, entonces me pidió que me corriera en su boca, lo cual hice gustoso, mientras me masturbaba para que llegara al orgasmo, se colocaba la punta de mi polla en la entrada de su boca, acariciando la punta con la lengua, asi, cuando me corrí, toda mi corrida fue a parar a su lengua, algún chorro se salió fuera, pero casi todo fue a su lengua, la cual recogió y se tragó mi corrida como si fuera lo más normal del mundo.
El resto de mi familia había terminado mientras nosotros follabamos y estaban mirándonos tan tranquilos, sentados en el sofá… se podía ver que mi hermana y mi madre tenían restos de semen en el pelo, asi que se les habían corrido en la cara, fue una pena no haberlo visto…
María: Chicas, ¿habéis seguido mis instrucciones?
Natalia: Claro que sí.
Rocío: Por supuesto, pero ya casi no puedo aguantarlo más!
María: Hijo, es momento de que te des una buena ducha, Nosotras vamos contigo.
Al llegar al baño, me indicaron que me metiera en la ducha, asi que asi lo hice, después de todo, si asumía que en mi familia no había tabúes con el incesto, no me iba a negar a meterme en la ducha…
María: Cariño, vas a descubrir hoy muchas cosas sobre nosotros que no te esperas, solo te pido, que pruebes cada cosa, al menos una vez, ¿de acuerdo?
Yo: De acuerdo.
María: Ponte de rodillas cariño. Rocío, tú la primera.
En ese momento Rocío se metió en la ducha, y me indico que bajara más, para colocar mi cara a la altura de su coño, una vez en la posición, mi hermana abrió los labios externos de su coño y dejo salir una fuente de orina que fue a parar a mi pecho y posteriormente fue dirigiendo el chorro hacia mi polla, mi cara, mi pelo, me empapo de orina. Cuando ella termino, entro Natalia, que repitió lo mismo, solo que ella se centró en mi cara, me meo en la cara hasta que se quedó vacía, fue entonces cuando entro mi madre, me sonrió, y comenzó a soltar la última meada, toda sobre mi cara, me pidió que abriera la boca, quería que parte me entrara en la boca y no lo escupiera, una vez termino, se inclinó sobre mí y me beso, pasando parte de su meada de mi boca a la suya.
Una vez terminaron la lluvia dorada, se quedó Rocío en el baño conmigo, tengo que admitir que la situación me había vuelto a poner cachondo como un animal, asi que mi polla volvía a estar dura como el acero, sin mediar palabra, solo con una sonrisa pícara, Roció se puso de rodillas en la ducha y me indico que me levantara, comenzó a masturbar muy lentamente mi polla, para después de unos segundos metérsela en la boca y comenzar una mamada muy lenta, se metía la polla en la boca y la sacaba de nuevo completamente, volviendo a introducírsela hasta que tocaba la campanilla.
De repente paro y toda la saliva que tenía acumulada en la boca, chorreándola por las comisuras de los labios la dejo caer sobre sus enormes pechos, empapándolos en saliva, me realizo una cubana maravillosa, sus pechos envolvían mi polla completamente, subían y bajaban, lubricados por la saliva que seguía soltando Rocío, estuvo asi unos minutos hasta que decidió levantarse.
Levanto la pierna, colocándola en un saliente para los geles, dejando expuesto su coño, el cual lamí de rodillas, sabia más fuerte que los de mi madre y hermana, me encantaba ese sabor, estuve casi 20 minutos lamiendo esa delicia de coño que tiene mi hermana Roció, introduciéndola varios dedos. Me levante y después de dos lamidas de la lengua de Rocío, con mi polla completamente dura de nuevo se la introduje en el coño, entro de un solo golpe, bombee durante varios minutos, chupando sus pezones duros como piedras y besándola, jugando con nuestras lenguas, hasta que no pude aguantar más y me corrí en su interior, fue la mejor corrida de todas, según se la saque, esta cayo de su coño, resbalando por sus muslos... ya entonces, pudimos darnos una ducha.
Al salir de la ducha, nos dirigimos de nuevo al salón, ya era prácticamente la hora de comer, asi que no esperaba que pasara nada nuevo, pero estaba muy equivocado, cuando llegue al salón, estaban mi madre, mi hermano y mi padre en el salón, Roció según llego se fue a la habitación con Natalia, asi que me quede en el salón con Fernando, mi padre y mi madre…
Yo: ¿Qué sucede?
María: Me apetece estar con los hombres de la casa antes de ir a comer…
Asi de directa, sin pensárselo dos veces, lo dijo, e inmediatamente saco de sus pantalones las pollas de Fernando y de mi padre, las cuales empezó a masturbar muy lentamente, desde mi sitio podía ver cómo iban creciendo en sus manos.
María: Cariño, cuando quieras, puedes unirte a nosotros, no seas tímido…
Inmediatamente me dirigí hacia ella, quitándome por el camino el pantalón y dejando mi polla ya casi dura libre, sin mediar palabra, mientras mi madre seguía masturbando a su hijo y a su marido se la metí en la boca, ella sin rechistar comenzó a chupármela muy lentamente, dejando que fuera cogiendo su tamaño y dureza total lentamente, en su húmeda boca, siguió asi hasta que lo consiguió, entonces comenzó a metérsela hasta la garganta, llegando a tener arcadas, sus saliva caía por su boca hacia sus pechos como un manantial, se notaba que tenía experiencia, sabía exactamente cuánto introducirse y cuando parar, se sentía maravilloso.
Yo: Mama, estoy a punto de correrme…
Ella sin mediar palabra continuo, incluso subió el ritmo, quería que me corriera, cuando noto que me iba a correr, se puso la punta del capullo entre los labios y recibió toda la corrida en su boca, dejándome verla, saboreándola para mí, hasta que se la trago.
Me di cuenta de que había parado de masturbar a mi hermano y a mi padre, sus pollas estaban como se suele decir, morcillonas, pero ya no completamente duras. Yo continuaba de pie delante de mi madre, con mi polla casi completamente relajada, entonces se levantó, poniéndose a mi altura y besándome apasionadamente, su boca aún tenía un gusto salado, proveniente de mi semen, entonces me abrazo y me hablo al oído.
María: Cariño, sabes que te he dado todo y que te dejare hacerme lo que quieras esta tarde y el resto de los días, mientras tú quieras, ¿verdad?
Yo: Claro mama, eso ha quedado bastante claro hoy.
María: Me alegro de que lo hayas entendido. Cariño, ¿recuerdas que al principio te pedí que no juzgaras?
Yo: Sí que lo recuerdo, fue esta mañana…
María: También recordaras entonces que te pedí antes que probaras todo al menos una vez.
Yo: Claro mama, en la ducha.
No sabía que pasaba, pero me estaba empezando a poner cachondo de nuevo. Y ella lo había notado, había colocado mi polla hacia arriba y la apretaba con su vientre contra el mío, mientras con suaves movimientos subía y bajaba.
María: ¿Estarías dispuesto a hacer una cosa por mama?, ya sabes que si no te gusta o no quieres volver a hacerlo, no tendrás por qué…
Yo: Claro mama, ¿qué quieres que haga?
María: Cariño, ¿recuerdas que antes me viste comiendo el coño a tu hermana Rocío?, bueno, pues me gustaría que igual que hizo tu hermano cuando cumplió 18, y sigue haciendo de vez en cuando, le hagas una mamada a tu padre y otra a tu hermano cuando termines. ¿Lo harás por mi cariño? Me encantaría verte haciéndolo.
Si bien, nunca me había sentido atraído por los hombres y ahora tampoco lo hacía, después de todo lo que estaba pasando ese día y la manera en que mi madre me lo había pedido, no pude decirla que no, me dirigí hacia mi padre y me coloque de rodillas delante de él, en ese momento mi madre me paro y modifico mi posición, mi padre se levantó del sofá y me sentó a mí en su sitio. Tenía su polla aun relajada delante de mi cara en esa posición.
Aunque estaba relajada, de su polla caía un hilillo de líquido preseminal, resultado supongo de la paja que comenzó mi madre minutos antes y nunca termino. Acerque mi cara a su polla, que en ese estado no parecía el monstruo gigante que es cuando esta dura, primero la olí, una costumbre que tengo siempre antes de meterme algo en la boca, olía fuerte, a sexo. Dado que parecía que no me decidía (mi padre no dijo ni una palabra, tenía los brazos colocados en su espalda y no decía ni hacia ningún ruido) mi madre me dio algunas indicaciones.
María: Cariño, haz lo siguiente, con tu mano, muy lentamente, retira la piel del capullo hacia atrás.
Asi lo hice, tenía un montón de líquidos preseminales, llevaba un rato con el hilillo colgando, pero al liberar el capullo de su funda, pude ver que había muchos más líquidos de dónde venían, se veía reluciente el capullo.
María: Muy bien cariño, ahora, sin usar las manos, pasa tu lengua húmeda por la punta de su polla.
Humedecí mi lengua todo lo que pude con saliva y la coloque en la punta del capullo, dando un lametazo hacia arriba, siguiendo el capullo hasta llegar al final. Tenía un sabor salado, fuerte…
María: Te vas saltando pasos y todo, muy bien, ahora que ya sabes como sabe su polla, metete el capullo en la boca húmeda y con los labios bien humedecidos apretando, sácatela de la boca.
Seguía sus instrucciones al pie de la letra, me metí el capullo en la boca y me lo saque apretando mis labios, su polla dio un respingo y comenzó a crecer, cuando me la saque de la boca, pude ver cómo iba apuntando hacia mi cara vez más, creciendo bastante.
María: Bueno cariño, ya lo único que te puedo decir es que cuando repitas este proceso, introduzcas su polla más profunda en tu boca, moviendo la lengua, en el interior y recuerdes lo que has visto que hemos hechos tus hermanas y yo hoy varias veces… y que lo disfrutes, por supuesto.
Continúe introduciéndome la polla de mi padre en la boca, cada vez era más grande, tenía que abrir mucho la boca para que no tacara mis dientes, hacia lo que mi madre me había indicado, me la metía más profunda, moviendo mi lengua por debajo, su polla no paraba de crecer, alcanzando unos más que considerables 22 cm (más tarde no pude evitarlo y se la medí) con un diámetro algo superior a los 4 cm. Tenía un monstruo de polla en mi boca, lo que hacía sabía que era muy básico, asi que recordando lo que había visto, me la saque y empece a pasar mi lengua desde los huevos hasta la punta, volviendo a introducírmela en la boca, pero esta vez con mi mano masturbándole a la vez, podía notar como soltaba una barbaridad de líquidos preseminales. Su polla estaba caliente y dura como el acero, siguiendo lo que me dijo mi madre, me introduje el capullo, pero esta vez, intente algo nuevo, saque mi lengua por debajo e intente meterme la polla más profunda, llevando a tocar la campanilla, pasando un poco, tuve que sacármela inmediatamente, tosiendo y casi con arcadas, escupí la saliva resultante de ese acto sobre su polla y masturbe como había visto en las películas, casi como si supiera lo que estaba haciendo.
Me metía su capullo en la boca mientras con mi mano le masturbaba, succionando el capullo y apretando mis labios contra él mientras mi lengua se movía frenética lamiendo su capullo dentro de la boca.
Miguel (mi padre): Hijo, baja el ritmo, estoy muy cerca de correrme.
María: Cuando te vayas a correr, avísame, quiero que lo hagas en mi boca, no en la suya.
Le hice caso y continúe la mamada mucho más lenta, mi madre se había colocado a mi lado, me acariciaba la polla, que tenía empapada de líquidos preseminales.
Pasaron unos dos minutos, entonces mi padre índico que se corría, mi madre agarro la polla de mi padre y se la metió en la boca, recibiendo en su boca el torrente de semen que salió de esa polla. La degusto durante unos segundos y me indico con la mano que abriera mi boca, me coloco la cabeza un poco hacia atrás y escupió lentamente la corrida de mi padre, mezclada con su saliva en mi boca.
María: Saboréala, quiero que captes el sabor y la textura del semen de tu padre, solo asi sabrás si te gusta hacerlo o no.
Lo saboree durante casi un minuto, hasta que mi madre me indico que me lo tragara, era un sabor tremendamente salado, con grumitos, pero no me disgustaba demasiado.
Me recosté en el sofá, mas cansado ahora que después de follar, mi madre se sentó a mi lado, besándome, entonces, note una patadita en la pierna, mire hacia delante y hay estaba Fernando, con su polla medio tiesa, delante de mí, esperando a que llegara su turno.
Repetí lo mismo que había hecho con mi padre, fue más sencillo con mi hermano, que tiene una polla que aunque no es pequeña, no es como la de nuestro padre, es algo más corta y más delgada.
Mi madre entonces me indico como tenía que colocar mi lengua para recibir la corrida de mi hermano, sin que ningún chorro fuera a mi garganta y me atragantara, asi que siguiendo sus instrucciones, recibí mi primera corrida en la boca, la cual disfrute más que la anterior, dado que sabía lo que me esperaba.
No fue a más, lo único que hacíamos era chupárnoslas y recibir semen, nunca sexo anal, lo cual agradecí, porque eso sí que no lo habría hecho.
A estas alturas, yo aún estaba con una media erección desde que empece a chupársela a mi padre.
Al percatarse mi hermano de que estaba un poco excitado, le hizo un gesto a mi padre, indicándome que me levantara, se colocaron los dos de rodillas y me realizaron una mamada con las dos bocas tremenda, cada uno por un lado, a un ritmo, cuando uno de ellos se introducía mi polla en la boca, el otro me chupaba los huevos y viceversa, continuaron asi hasta que les avise de que me iba a correr, mi padre se colocó en posición de recibir mi corrida, la cual recibió, saboreo y le paso a mi hermano, que después de saborearla, la repartió de nuevo con mi padre y cada uno de ellos se tragó una parte de mi corrida. Todo bajo la atenta mirada de mis hermanas que habían vuelto al comedor y mi madre.
Nos dispusimos entonces a comer, después de toda la mañana, todos necesitábamos descansar, y recuperar fuerzas, asi que pedimos unas pizzas y mientras nos las traían nos duchamos, ya todos limpios y con las pizzas recién llegadas, comimos y volvimos al salón.
María: Bueno hijo, ¿qué te está pareciendo hasta ahora tu cumpleaños?
Yo: (A estas alturas, completamente desbocado) El mejor de mi vida, sabía que al cumplir 18 algunas cosas cambian, ya puedo sacarme el carnet de conducir, beber, entrar en algunas discotecas que hasta ahora no podía, pero no imaginaba que fuera a cambiar tanto.
Natalia: Hermanito, ¿te ha gustado entonces lo que hemos hecho?
Yo: Muchísimo, me encanta…
Fernando: Normal, esta mañana eras virgen, acabamos de comer y llevas 3 polvos y dos pollas comidas, aparte de la lluvia dorada…
Roció: ¿Cuál de las tres te ha gustado más? ¿Mama, Natalia o yo?
Yo: No sabría decir, el más especial, por ser el primero, ha sido con mama, pero con vosotras ha sido genial también, asi que no puedo decidir…
Natalia: Roció y yo tenemos un regalo especial para ti, ahora, cuando te apetezca, nos subiremos las dos a la habitación y haremos lo que quieras que hagamos para ti, solo esta vez, por ser tu cumpleaños, seremos tus esclavas durante un par de horas.
Yo: ¿No puede venir mama también?
Roció: No, mama tiene algo para ti más tarde.
Asi que nos subimos a la habitación Natalia, Roció y yo.
Nada más subir a la habitación, me senté en una silla que coloque mirando a la cama.
Yo: Bueno, mama me ha dicho que no tenéis problemas en hacerlo entre vosotras, quiero que de primeras os acostéis vosotras, obviamente, nunca he visto antes una relación lésbica en directo…
Inmediatamente se sentaron en la cama y empezaron a besarse, un beso muy caliente, pero muy cariñoso al mismo tiempo, se notaba el amor que sentían la una por la otra, el cariño que se tenían y el deseo que existía. Dado que estaban ya desnudas, directamente Natalia pudo bajar por el cuello de Roció, empapándolo en saliva, hasta llegar a sus pechos, los cuales llevaba un rato acariciando, dando pequeños pellizcos en los pezones que habían surtido efecto y estaban duros, apuntando al frente. Cuando llego con la lengua, primero los empapo en saliva, para luego morderlos con mucho cuidado, estirándolos, succionando. Metía la cabeza entre las dos enormes tetas de Roció y lamia mientras no dejaba de jugar con sus dedos en los pezones de Rocío.
Natalia fue bajando por el vientre de Rocío, serpenteando con su lengua, dejando un reguero a su paso, jugando con la lengua en el ombligo, haciendo que se le erizara la piel a Rocío, sin parar demasiado, siguiendo su camino al premio que la esperaba, entonces la tumbo en la cama, primero regalo a Rocío unos besos dulces en el pubis, que continuo dando mientras bajaba por el interior del muslo, bajando la pierna entera hasta lamer los dedos de los pies de su hermana, pasando su lengua entre sus dedos, por la planta del pie, haciendo que diera un respingo por las cosquillas, desde mi posición, podía ver como el coño de Rocío relucía, empapado por los líquidos que estaba expulsando fruto de la excitación que Natalia le estaba provocando.
Salto de un pie al otro, repitiendo los mismos juegos con la lengua, obteniendo las mismas reacciones. Fue subiendo por la pierna, llegando al muslo, donde empezó a besar y dar pequeños lametones, succionando la cara interna del muslo, cada vez más cerca de la meta. Al final llego al pubis de nuevo, ya en esa posición comenzó a bajar muy lentamente, rodeando el coño de Rocío, quería retrasar el momento lo máximo posible, Rocío no paraba de dar tirones y apretar sus pezones, impaciente por sentir la lengua de Natalia en su sexo, una lengua que se resistía, podía notar en sus labios vaginales y en su clítoris la respiración de Natalia, pero no sentía la ansiada lengua.
Rocío: Por favor, Nati (Asi la llamaba desde pequeña), cómeme el coño de una vez, no puedo aguantar más…
Al recibir la súplica de su hermana, Natalia ya tenía lo que quería, asi que empezó a dar besitos por todo su empapado coño, a pasar la lengua por los bordes, entrando entre los labios externos e internos, rodeando el clítoris, dándole mordisquitos, pequeños toques con la lengua, hasta que ya no pudo seguir conteniéndose, abrió su boca e introdujo la lengua en el coño de Rocío, todo lo profundo que llegaba, saliendo para succionar el clítoris o los labios, dando a Rocío unas lamidas frenéticas, que la tenían apretándose los pechos, mordiéndose el labio.
Natalia le introdujo dos dedos en el coño, dedos que introducía desde el primer momento frenéticamente, a un ritmo que ningún hombre podría seguir, no sin hacerse daño, desde mi posición privilegiada, podía escuchar el chaporroteo que producían los dedos al entrar y salir con los líquidos que emanaban de su coño. Mientras tanto, la lengua de Natalia, no paraba de succionar y lamer el clítoris, morderlo con cuidado, entonces paro y la dio la vuelta, dejándola de espaldas.
En esa posición, la obligo a ponerse a cuatro patas, con las piernas abiertas, mientas con una mano seguía introduciendo ya tres dedos en su coño y con la otra, frotaba, apretaba, daba tirones y golpecitos al clítoris, la lengua de Natalia se centraba en lamer el ano de Rocío, que ya no solo gemía, a veces gritaba. Rocío seguía usando sus manos para amasar sus pechos, para seguir castigando sus pezones (más tarde sabría que los tiene extremadamente sensibles).
Entonces paso, después de casi una hora, más de 40 minutos con Natalia centrada en su coño y ano, el cuerpo de Rocío de arqueo, la respiración se rompió, sus piernas fallaron y cayó encima de la cama, con las manos de Natalia aun haciendo su trabajo y su lengua abriéndose paso entre sus nalgas, siguió gritando, durante casi un minuto, entonces paro de gritar, su respiración se relajó y pude ver desde mi posición, como un torrente de orina salía de ella, sin presión, simplemente no fue capaz de controlarlo, inundando la mano de Natalia, haciendo que se olvidara de su ano para bajar a poner la boca y beberse el líquido caliente que salía de su interior, unos segundos después, paro, indicando a Rocío que había terminado dándola un cachete en culo y girándola en la cama.
Natalia: Eres una cerda hermanita, has visto cómo has puesto la cama, me has salpicado los pechos y todo…
Se acercó a su boca y el beso.
Natalia: Mira, asi sabe tu meada, cerdita, ¿te gusta?, a mí me ha encantado…
Sin mediar palabras, Natalia se alejó de la boca de Rocío, colocándose con las piernas a ambos lados de la cabeza de Rocío y sentándose en su cara, dejando apenas un centímetro entre su coño y la boca. Rocío lo entendió perfectamente y empezó a lamerle el coño, sin preámbulos, sin juegos previos, en cualquier caso Natalia tenía el coño empapado de los líquidos que su coño emanaba, ya estaba caliente sin juegos previos.
Natalia dejo que Rocío siguiera lamiendo su coño en esa postura, mientras que pasaba la mano por el coño de su hermana pequeña y con los líquidos que tenia se impregnaba las tetas, pellizcando sus pezones, dando tirones y golpecitos, mientras tanto, a ratos dejaba que Rocío la chupara el coño, a ratos se masturbaba con su cara, moviéndose de delante a atrás, restregando su coño en la cara de su hermana.
No pude seguir mirando, asi que me levante con mi polla tiesa como un mástil y después de lamer durante un par de minutos el coño de Rocío, se la clave de un solo golpe, su coño era espectacular, era el más cerrado de las tres, abrazaba la polla con una presión exquisita las primeras embestidas, hasta que se adaptaba al tamaño de la polla y se reducía ligeramente la presión, pero daba igual, porque también era el que más lubricaba de manera natural, asi que rápidamente notabas como tus huevos chorreaban ese líquido delicioso recién salido de su coño.
En ese momento, Natalia, le puso en la boca a Rocío el ano, indicándome que la chupara el coño, lo cual hice gustoso, aunque pase de follarme a Rocío a solo poder masturbarla con mi mano. Natalia estaba disfrutando como no había disfrutado en todo el día, se veía en su cara que la encantaba que la lamiera el ano, tenía cara de éxtasis absoluto.
La di la vuelta, haciendo que aunque su posición fuera la misma, sentada sobre la cara de Rocío, ahora Natalia podía ver los ojos de Natalia y no su coño, en ese momento, la recosté hacia atrás, manteniéndola en una postura que la lengua de Rocío alcanzara su ano, pero dejándome a mi espacio para clavarla mi polla en el coño.
Comencé a bombear en el coño de Natalia, con cuidado, sabedor que debajo estaba Rocío, mis huevos golpeaban en la frente de Rocío, sintiendo como cuando paraba en el interior de Natalia, mis huevos se apoyaban en la cara de Rocío.
No pude aguantar más, me corrí en el interior de Natalia, lo cual aprovecho, para cambiar de nuevo y poner su coño en la boca de Rocío, haciendo que se tragara todo mi esperma según iba bajando por su vagina, impulsado por sus movimientos, continuo con Rocío asi hasta que llego al orgasmo, un orgasmo no tan fuerte como el anterior de su hermana, pero muy intenso también, de hecho, no fue capaz de mantener la posición. Se dejó caer sobre los pecho de Rocío, mientras sentía los espasmos propios del orgasmos que estaba teniendo, Rocío la acariciaba el clítoris con la mano e introducía el dedo gordo el su ano.
Una vez termino el orgasmo, se colocó de nuevo encima de Rocío, soltando una meada tal sobre su boca que parecía que llevara años sin hacerlo. Rocío recibió toda la lluvia dorada encantada, se tragó una parte y otra se la escupió a Natalia en el vientre.
Las dos cayeron sobre la cama, completamente extasiadas, Natalia miro el reloj y me indico que aún me quedaban 15 minutos, asi que las pedí que me hicieran un mamada, lo cual hicieron gustosas, acabamos los tres tumbados en la cama, empapados en la orina que había por toda la sabana.
Cuando nos recuperamos y salimos de la habitación, ya eran cerca de las 6:30 de la tarde, asi que nos duchamos los tres juntos y bajamos al comedor.
María: Pero bueno, ¿qué horas son estas de bajar?, Miguel no es solo vuestro hoy…
Natalia: Lo siento mama, nos hemos liado y hemos tenido que descansar y darnos una ducha antes de bajar…
Rocío: Nati, hablando de liarnos, tenemos que cambiar las sabanas y limpiar la habitación…
María: ¿Qué habéis hecho?
Rocío: Mama, ya sabes lo que pasa cuando tengo un orgasmo muy fuerte y Natalia me ha devuelto el gusto…
María: Bueno, por eso ponemos siempre el cubre colchones… Cariño, después de cenar, te voy a dar mi regalo de cumpleaños, solo para ti, a solas tú y yo, pero ahora, quiero hacer algo que no he hecho nunca, faltabas tú.
Yo: ¿El que mama?
María: Quiero que me falléis los tres a la vez, quiero sentir a todos los hombres de la casa en mi interior.
Asi que empezamos con ello, yo fui a lo me que más me gustaba, me coloque de rodillas en el suelo y coloque a mi madre de manera que pudiera comer su coño, mientras ella, tenía a ambos lados a su marido y a su hijo, los dos con las pollas preparadas para ser chupadas, a ello se puso, mientras la comía el coño, ella chupaba las dos pollas, cuando estuvo preparada, me indico que me retirara un momento. Fernando se tumbó en el sofá, e introdujo su polla en el culo de mama, mientras papa estaba de pie a un lado del sillón, mama seguía chupándole ese enorme rabo que tiene y yo seguía lamiéndola el coño.
Después de unos minutos en esa posición, mi padre se colocó encima de mama y se la clavó en el coño, lentamente, pero firme, sin parar, hasta que llego al final, por el culo mi hermano seguía bombeando y ahora mi padre por el coño, parecía que la iban a partir. Yo estaba en la posición anterior de mi padre, con mi polla en la boca de mi madre, disfrutando de esa mamada relajada que me hacía, contrastando con la situación. Cada varios segundos tenía que parar de chupármela y gemir para soltar tensión.
Entonces cambiamos de lugar, mi hermano salió del culo de mama y mi padre ocupo su lugar, con bastantes dificultades, tuvimos que cambiar de posición y colocarla boca abajo, tumbada encima de mí, con mi polla en el interior de su vagina, y mi padre desde atrás, con mucho cuidado, iba ganándole la partida al ano, ya tenía metida media polla, asi que empezó a meterla y sacarla, a mí no me hacía falta moverme, con las embestidas de mi padre, mi madre se movía los suficiente para meter y sacar mi polla de su interior. Permanecimos asi durante varios minutos, con mi madre chupándole la polla a mi hermano a escasos centímetros de mi cara, después de lo de por la mañana, no pude evitar darle algún lametón a la polla de mi hermano, hasta que se corrió, en esa posición, fue inevitable que al sacar la polla de la boca de mama cayera algo de semen en mi cara, el cual mama chupo con su lengua, limpiándome la cara del semen de mi hermano.
Mi padre entonces se retiró del culo de mi madre, levantándose esta y colocándose de rodillas, con mi padre y conmigo de pie delante suya masturbando nuestras pollas delante de su cara para corrernos, el primero fui yo, corriéndome en su cara, manchándola el pelo, cayéndola un poco el los ojos, después fue mi padre, quien se corrió en su boca, escupiéndolo mi madre y restregándoselo por sus pechos.
Después de eso, con mi madre empapada de semen de su hijo pequeño y marido y el estómago lleno de su hijo mayor, decidió que era el momento de darse una ducha y prepararse para la cena.
Después de darnos todos unas duchas más que merecidas, cenamos casi como una familia normal, salvo por el hecho de que mis hermanas y mi madre estaban cenando completamente desnudas, al igual que nosotros.
Terminamos de cenar y nos pusimos a ver una peli, como cualquier familia normal, mis hermanas se quedaron dormidas, asi como mi padre y mi hermano, pero mi madre no permitió que eso nos pasase a nosotros, despertó a todos y los mando a la cama, Natalia y Rocío se fueron las dos juntas a la cama de Natalia y mi padre y hermano cada uno a su habitación.
María: Bueno corazón, ¿estás preparado para tu último regalo?
Yo: No sé si podre mama, hace 12 horas era virgen, llevo como 7 o 8 corridas hoy, he perdido la cuenta, no sé si mi polla podrá seguir…
María: ¿Vienes conmigo a tu habitación y lo comprobamos?
Yo: Por supuesto.
Subimos a mi habitación los dos juntos, abrazados, con su mano agarrando mi culo y mi mano agarrando el suyo, parecíamos más una pareja que madre e hijo.
María: Bueno hijo, hay una cosa, que aún no has hecho hoy, ni conmigo ni con tus hermanas, que a casi todos los hombres os encanta, incluidos tu padre y tu hermano. Ahora vas a follar mi culo, ¿te parece bien?
Yo: Dios, claro que sí!
Me tumbo en la cama, y fue subiendo muy lentamente, hasta que se tumbó a mi lado, con sus pechos encima de mí, su boca a menos de un centímetro de la mía, entonces me beso, un beso dulce, con amor, lento, pero a la vez salvaje, con pasión contenida, pasión que se fue desbocando, de lento paso a frenético, de dulce a lascivo, comenzó a bajar dirección a mi polla, mordiéndome un pezón por el camino y haciendo soltar un pequeño grito.
Al contrario que horas antes, mi polla no tenía directamente una erección, estaba morcillona, pero estaba cansado, necesitaba un poco de ayuda, solo tubo mi madre que pasar la lengua una vez por el capullo y salto como un resorte, de nuevo dura como una piedra, lista para la acción de nuevo.
Comenzó una mamada muy lenta, que contrastaba con el final del beso anterior, una mamada más para disfrute, podría haber durado horas con esa mamada, era lo justo para mantenerme duro, nada más. Se colocó a cuatro patas a mi lado, con el culo en pompa.
María: Cariño, necesito que me prepares un poco el culo, está limpio, tranquilo que me he asegurado de que no haya dentro nada desagradable, pero necesito que lo lubriques con tu lenguas y lo abras un poco con tus dedos.
Me puse a ello, la empece a lamer el ano como antes había visto hacer a mis hermanas, notaba que se iba poniendo cachonda mi madre, la metí un dedo, que entro con muchísima facilidad, dos, ya el tercero costo más, necesito más tiempo, una vez entro, me indico que lo mantuviera ahí, comencé a lamerla el coño, con la mano que tenía libre a hacerla un dedo frenético, su coño estaba empapado, asi que no hacía falta mucho para que entraran varios dedos, después de un rato asi, me indico que estaba preparada.
Se dio la vuelta y se colocó mirándome, me chupo un poco la polla, lo justo para que se pusiera dura de nuevo y me puso lubricante, a mi polla y a su culo le puso un poco también, se dio la vuelta.
María: Cariño, ahora con cuidado, no es el coño, introdúcela lentamente, con cuidado, te voy indicando como hacerlo.
La hice caso, coloque la punta de mi polla en su ano, comencé a empujar, lentamente, metiéndola un centímetro, sacándola, metiéndola 2 cm, sacándola de nuevo, seguía sus instrucciones, cuando tuve el capullo entero dentro, notaba la presión de su ano, mucho mayor que el coño, se la saque y volví a introducir, esta vez más profunda, pase como un segundo esfínter, una segunda puerta que daba a una sala algo más grande, se la volví a sacar, entonces me indico que podía empezar un mete-saca como en el coño, asi lo hice, comencé a introducir y sacar la polla cada vez más rápido, era espectacular, mucho más cerrado, me apretaba la polla mucho más que ninguno de los coños de mis hermanas o el suyo, de hecho, a los poco minutos note que estaba a punto de correrme, cuando la avise, me dijo que me corriese dentro, que sería sentirlo dentro. Asi lo hice, me corrí en su culo, sacándosela muy lentamente.
Acabamos los dos tumbados en la cama, totalmente destrozados, no podíamos más, había sido un día maravilloso, pero estábamos destrozados, me dolía la polla, me dolían todos los músculos del cuerpo. Estábamos abrazados, como si fuéramos una pareja, aunque fuéramos madre e hijo.
María: Cariño, ¿te parece bien si hoy duermo aquí contigo?
Yo: Claro mama, no hay problema.
Estábamos los dos abrazados, con ella encima de mí, sobre mi pecho, entonces se incorporó un poco, me beso en los labios, un beso pulcro, sin sexualidad ninguna, puro cariño representado en un beso y se dio la vuelta, dándome la espalda.
María: Cariño, abrázame, aquí refresca mucho por las noches.
La arrope hasta la cintura y la abrace, dándola un besito en el hombro.
Asi acabo el día de mi cumpleaños, por supuesto hay mucho más que podría contar de días posteriores, han pasado varios años y todas los días en casa tengo sexo, con mi madre o con mis hermanas, pero eso será en otro relato.