Iniciación (el encuentro)

El primer encuentro imaginario entre un Amo y su sumisa. La rotura de las primeras barreras de ella y el convencimiento por parte de el de que pudiera llegar a ser una buena sumisa, aunque el desenlace sugiere otra cosa.

Esta es la primera vez que escribo y espero que no sean muy duros conmigo.

EL ENCUENTRO

Ella es morena de metro setenta, ojos marrones, piel morena, pelo a media melena, complexión delgada y con una ochenta y cinco de pecho. Era novata en el mundo de la sumisión pero con ganas de aprender. La conocí por medio de internet, era de mi misma ciudad, trabajaba sola, vivía con sus padres y no tenia pareja en ese momento.

Después de unas semanas hablando por internet y habiendo indagando en los gustos sexuales del otro dedujimos claramente que a los dos nos gustaba la sumisión, a mí como Amo y a ella como sumisa.

Por fin un día se planteo la posibilidad para quedar y vernos en persona, ella me dijo que quería conocerme y yo le pregunte si como amigo o como amo, ella me dijo que ya que existía la posibilidad que como Amo, a lo que yo le conteste que de acuerdo pero que puesto que iba a ser mi aspirante a sumisa seria con mis condiciones.

Cuando apareció en la cafetería venia bastante nerviosa, le pregunte si quería seguir y me dijo que si que quería seguir. Entonces le dije que podíamos continuar, yo no le quise explicar las condiciones y pactar los límites por internet porque no quería perderme el espectáculo de ver y sentir sus reacciones en persona al contárselas. Entonces comenzamos a hablar y le dije:

-Lo primero es que a partir de ahora yo soy el Amo y tú eres mi perra.- y la mire directamente a los ojos para ver su reacción.

En un principio y al haberla pillado en frio ella hizo un primer amago de saltar por llamarla perra pero en el último momento me miro a los ojos y pareció pensarlo mejor, yo pensé que tendría que domar ese pronto, y ella desvió la mirada y dijo:

-Vale.

-Vale no, quiero oírtelo decir, o sino estamos perdiendo el tiempo y será mejor que quedemos otro día como amigos y olvidemos este encuentro-

Ella se me quedo mirando con la boca a medio abrir y yo al no ver movimiento por su parte eche la silla para atrás e hice amago de levantarme pero justo antes de hacerlo la escuche decir:

-Si vale, vale, yo seré la perra.

-No serás la perra eres mi perra que no es lo mismo. Ah y debes terminar todas las frases con la palabra Amo.

-Si, si, yo soy tu perra.

Entonces me la quede mirando con cara de estar esperando algo y ella volvió a decir:

-Si yo soy la perra Amo.

-Eso por ahora valdrá aunque está muy lejos de estar bien ¿Por qué te ha costado tanto decir algo tan sencillo?

-No estoy acostumbrada a que me llamen perra.

-Silencio por mi parte como respuesta y mirada severa.-

-No estoy acostumbrada a que me llamen perra Amo.

-Eso está mucho mejor, ¿No estás acostumbrada o no te gusta?

-No estoy acostumbrada………. Amo- Esto lo dijo completamente colorada y avergonzada.

-Pero eso está bien, ¿por cierto has venido como te dije?

Esta pregunta parece que la despertó de golpe y la devolvió a la realidad y me dijo que no sabía si hacerlo o no pero que finalmente lo hizo porque pensó que total nadie se iba a dar cuenta pero que tenía la sensación de que todo el mundo lo sabía.

-¿Por eso entraste tan avergonzada en la cafetería?

-Si Amo.

-¿Así que te excita pensar que todo el mundo lo sepa?

-Si Amo-Mirada al suelo y de nuevo el rubor en su cara.

Ahora os estaréis preguntado cómo iba para sentirse así. Ella vestía una falda de vuelo granate por la rodilla, camisa blanca, corpiño rosa pálido, zapatos negros de tacón de 7 cm, el pelo recogido en una coleta alta, un lazo negro ceñido al cuello a modo de gargantilla con una adorno en su parte frontal, liguero, medias y sin bragas. Evidentemente lo que ella pensaba era que todo el mundo sabía que no llevaba bragas y eso la excitaba.

Estaba perfecta tal y como la había mandado ir a la cita pero lo de su nuevo apelativo de perra la había descolocado por completo y eso a mí me encanto, pero parecía que lo estaba asimilando bien y comenzaba a contestar correctamente. En ese momento me di cuenta de que ya estaba preparada para iniciarse como sumisa y pase a darle permiso para que pudiésemos pactar los limites necesarios para nuestra relación.

Ella me dijo:

-Nada de que se entere mi familia, amigos o conocidos de su condición, Ya sabes que no me…….- yo le interrumpí en ese momento para decirla que tenía que comenzar a llamar a las cosas por su nombre, a lo que ella contesto toda colorada:

-No deben de conocer mi condición de perra sumisa.- Yo en ese momento me sonreí para mis adentros porque vi que por fin mi perra y futura sumisa entraba de lleno en su rol y eso me agradaba.

-Ya sabes que no me gusta el dolor así que nada de eso, entiendo que me debas castigar cuando me porte mal o para corregir mi conducta, pero si hay alguna otra opción mejor para castigarme lo agradeceré.- Yo pensé bueno ya pedirás con el tiempo algo de dolor tu misma.

-Y en principio nada más que recuerde ahora mismo……….Amo.

-Vale entonces ahora me toca a mí, nada de darte placer ni sola ni acompañada sin mi permiso, solo podrás correrte en mi presencia y con mi permiso explicito y tu cuerpo me pertenece por tanto lo usare o dejare que lo usen cuando y como yo quiera.

-¡Oye que no soy una puta!....................... perdón Amo.

-Todavía no pero llegaras a querer ser la mejor.

Ahora llegaba el momento de divertirme un rato y por ello la di dos opciones, tenía la posibilidad de acariciarse la entrepierna metiendo la mano por debajo de la falda resguardada detrás de la mesa de la cafetería o podíamos subir a las mesas de la planta de arriba, en las que al parecer no había nadie, y acariciársela con la falda arremangada en la cintura y sentada directamente en el sillón.

-Eres un cabrón.-

-Tal vez pero no quiero que después digas que el primer día no hiciste lo que te pareció mejor, además me estoy cansando de corregirte constantemente.

-Perdón Amo.- y con una sonrisa en la cara dijo: Eres un cabrón……. Amo.

-Me alegro de que estés de buen humor pero quiero una respuesta ya perra.

-Mmmmmm, creo que me quedare aquí no vaya a ser que suba alguien arriba y me pille de esa guisa, Amo.

Ella comenzó a mirar hacia los lados y a ponerse colorada e introdujo una mano por el elástico de la falda.

-Así no perra, te dije por debajo de la falda.

-Perdón Amo.- Saco la mano y la haciendo un pequeño doble en la falda la paso por debajo de esta, separo ligeramente las rodillas y comenzó con la tarea. Poco a poco comenzó a dejar de estar colorada de vergüenza para comenzar a estarlo por el sofoco que la producían sus caricias, en ello estaba cuando yo hice un gesto al camarero y cuando ella le vio acercarse se quedo paralizada, el camarero se coloco junto a mí y me pregunto:

-¿Qué van a tomar?

-Yo una coca-cola, ¿Tu qué quieres?.- le pregunte a mi perra.

La cara de mi perra era todo un poema, os puedo asegurar que el camarero no se dio cuenta de nada pero ella quería que se la tragase la tierra. Me miro, miro al camarero y le pidió con voz dubitativa otra coca-cola. Cuando el camarero se fue a por las bebidas ella completamente enfadada y tras sacar la mano de la falda me dijo un montón de lindezas que no voy a repetir y con las mismas la dije que no me servía como perra, ella se quedo paralizada y sorprendida, yo me levante y me marche.

Espero que haya sido de su agrado, si alguien, especialmente alguna sumisa, desea hablar conmigo o conocer algo más de mi no dudéis en enviarme un correo a jomasu2004@hotmail.com . También acepto ideas o sugerencias para nuevos capítulos, recordad que los comentarios y críticas alientan a los nuevos escritores.