Iniciación

Queridos lectores, hoy me inicio con ustedes, espero ser de su agrado y tener a muchos de ustedes como seguidores.

Mi iniciación con ustedes quiero que sea tan placentera como lo es para mí hacer el amor.

Voy a compartir con ustedes mi sentir por el sexo, mi deseo de ser tomada por un hombre fuerte y suave, por un hombre dulce y controlador.

Soy una mujer de 34 años, tengo pareja, soy alta, morena, delgada, pelo negro y lacio. No tengo una belleza de concurso pero soy muy atractiva. Tan atractiva que al pasar frente a un hombre desgarro su mirada de sus ojos y su sonrisa de sus labios.

Voy a darme un poco a conocer platicando algunos momentos de mi vida:

Estábamos en la casa de la playa mi pareja y yo, pasando unos días como siempre ardientes, el calor de nuestros cuerpos se une una y otra vez día a día, el placer es tan grande que no lo puedo describir. Pero si les puedo describir lo que me ocurrió.

Eran las 6:00 de la tarde. Estaba en el Gimnasio de la casa, después de media hora, mi cuerpo ya sudaba y se encontraba mas firme de lo normal a causa del ejercicio. Asome mi rostro por un ventanal para sentir un poco de aire fresco, fue ahí donde lo vi. Dónde me di cuenta de que era observada por un hombre desde su balcón. Era un hombre fuerte, su mirada la recuerdo aun, una mirada que me gritaba te deseo. Decidí continuar haciendo ejercicio pero ahora mas cerca de ese ventanal por el cual el me podía ver. Me quite la playera que llevaba, quedándome solo con un delicado corpiño negro y una diminuta tanga negra, el sudor escurría entre mis pechos, por mi vientre, por mis piernas, por mis nalgas. Continué haciendo ejercicio. Ese joven fuerte seguía observando, observando con detalle un cuerpo de mujer que quería ser penetrado.

Unos minutos después sin darme cuenta el ya no estaba en su balcón. Tome mi toalla y fui a darme una ducha. Mientras me duchaba no pude dejar de pensar en el, en lo que me hizo sentir en unos instantes, en el deseo ardiente que despertó en mi cuerpo.

Después salí a la playa a tomar el sol, quería sentir los rayos del sol en todo mi cuerpo así que salí desnuda. Estando en el camastro cerré mis ojos y disfrute de la sensación tan divina y sublime que me da sentir el calor en mi piel. Fue cuando todo ocurrió

Sentí una mano sobre mi hombro, el sobresalto me hizo dejar salir un clamor. Lentamente abrí mis ojos para descubrir que era el, el joven que me observaba desde su balcón, el placer era tan grande que no quise terminar con el instante. Entreabrí mis piernas sin darme cuenta. Cerré nuevamente los ojos y tome el bronceador, sin decir palabras lo puse entre sus manos, él como un experto amante ya sabía lo que debía hacer. Sus manos comenzaron a recorrer mi cuerpo, no dijo nada, no dije nada. El silencio fue cómplice de lo que paso ahí.

Comenzó acariciando mis pechos, tocaba con suavidad mis pezones que se encontraban tan duros que podía sentir perfectamente la forma de ellos cuando el los tocaba con sus dedos. Recorrió el camino hacia el placer, beso mis oídos y murmuró "eres un ángel y no puedo dejar que ese ángel regrese al cielo sin hacerle sentir lo que disfrutamos aquí en la tierra."

Me deje llevar por la pasión de ese joven, recorrió cada rincón inexplorado de mi cuerpo. Sentí sus dedos en mi sexo, sus manos me apretaban mis muslos, de golpe su dedo entraba y salía de mi tan húmedo que lo podía escuchar.

Bajo su rostro hasta mis muslos, los mordía suavemente y yo sin pensarlo ya gemía. Su lengua saboreaba mi sexo, mi humedad. Mi cadera sin control se movía para decirle sigue así. El sintió que seria el momento pues los líquidos que salían de mi me delataban. Un orgasmo inevitable estaba por llegar. Tome con fuerza su cabeza contra mi pelvis para que su lengua fuera la que me penetrara. Mordisqueo mi clítoris y después metió su dedo apretando tan fuerte como lo fue mi orgasmo. Un grito de placer salio de mi boca y el subió a mis labios para sellarlos con un beso.

Al momento de sentir sus labios en los míos. También sentí un pene fuerte y muy grande. Al momento imagine tenerlo entre mis labios. Me levante y lo lleve hasta la tibia arena donde comencé a rozar con mis lengua su cuerpo, disfrute su pecho, un pecho tan firme que no podía dejar de mirarlo. Baje hasta topar con ese objeto que deseaba me diera placer. Ese objeto que no era mío pero que deseaba tener. Lo toque con mis labios, con mi lengua, estaba calido olía a sexo. Lo lamí todo, de arriba abajo por todos lados. Lo apreté con mis labios y le di la mamada más rica de mi vida.

Inevitablemente su semen salio, mmmm!! ese sabor, ese sabor que ahora que les platico lo recuerda mi boca.

No podía esperar más para tenerlo dentro de mí. Sin pedir permiso lo tome y lo deje deslizar dentro de mi, toco todo mi interior, lo sentí perfectamente desde inicio a fin. Comencé a darme placer, a cabalgar en el, a disfrutar ese pene que parecía explotar. Gemía al ritmo de mi cabalgata. Gemía como nunca, sentía como nunca, vivía el momento como nunca. El apretaba mis nalgas, mis piernas, mis senos, mis pezones, partes de mi que le decían eres perfecto.

Estaba con el amante perfecto, con el amante fuerte, varonil, atractivo, su cuerpo era perfecto, su sudor lucia la musculatura perfecta de su pecho.

Estaba nuevamente por venir lo tan deseado, ese orgasmo que me daba su pene, ese orgasmo que me hacia gritar de placer, que me tenia descontrolada.

Caí exhausta sobre su cuerpo y después me deje caer sobre la playa, el aprovecho el momento para besar mi sexo, me gustaba el olor que estaba en el ambiente. Olor a sexo entre dos amantes.

El volvió a estar dentro de mí, sentí entrar su pene con tanta fuerza como deseo, nuestros cuerpos se encontraban unidos por un solo sudor, sudor que se unió al frotar nuestros cuerpos.

Le suplicaba que continuara, me abría para el, para que no parara de penetrarme, hasta que en un solo grito nos unimos para decirnos: Esta es la mejor cogida de mi vida

Esto es algo de mi… no puedo seguir mas ya que deseo ser cogida en este momento, les platicare como me fue con este deseo en la próxima vez… Besos Aniet