Iniciacion de casada
Una mujer casada que no ha conocido mas hombre que su marido es sorprendida por dos vendedores a domicilio que la inician en artes sexuales.
Soy una mujer de 33 años casada hace 12 años y puedo decir que me he sentido siempre satisfecha de mi vida en todos los aspectos. Mi marido es una persona muy tradicional, metódico, previsible en todo momento, siente verdadera obsesión por la rutina y no se aparta ni un ápice de ella. Como habréis podido adivinar también en el sexo es tradicional, en la cama, con la luz apagada y en una sola posición boca arriba, ya me he acostumbrado a gozar así y no se hacerlo de otra manera.
Aquella mañana no podía imaginarme que me iba a pasar algo que iba a cambiar mi vida de rutina por otra plagada de cambios. Acababa de ducharme y estando totalmente desnuda llamaron a la puerta, me puse encima de mi desnudez un albornoz de baño y salí a abrir pensando que era mi marido que se acababa de marchar y había olvidado algo. Al abrir me sorprendí al ver a dos hombres elegantemente vestidos, uno alto de unos 22 años rubio, el otro de unos 40 de buen parecer. ¿La señora López? Si, contesté venimos porque ha solicitado información sobre un curso de inglés.¡ah! si pasen. Los deje pasar al salón de mi casa y les pedí disculpa para ir a vestirme a lo que contestaron que tenían poco tiempo y que no importaba demasiado mi ropa si estaba discretamente tapada, los vi tan corteses que no di mas importancia y me senté en el sofá a mi derecha el señor mayor y a mi izquierda el joven.
Empezaron a explicarme en que consistía el curso y llegado un momento desembalaron unos videos para hacerme una demostración práctica, pusieron el primero, luego el segundo, todo ello pasando por delante de mi obligándome a encoger las piernas lo que originaba el que el albornoz se abriese y dejara al descubierto buena parte de mis piernas hasta que yo me percataba y volvía a cerrarlo, el tercer video se atascó y tuve que levantarme para arreglarlo, estando agachada en cuclillas para ponerme a la altura del video se acercó el señor mayor y con la excusa de que no se rompiera la cinta alargo la mano con tan mala fortuna que me dio en un ojo y soltando el albornoz me lo frote con las dos manos, no me había dado cuenta que al soltarlo había dejado mis intimidades a disposición de las miradas de los dos individuos, pero me escocia tanto que no me daba cuenta que con mis movimientos iba descubriendo cada vez mas mi perfecta anatomía, el mayor de los dos, envalentonado con el caramelo que tenía a la vista se ofreció a ayudarme y acercándose me abrió el parpado con las dos manos mientras sus codos frotaban disimuladamente cada uno de mis senos, No es nada con un poco de agua se le pasa y acto seguido me acompañó al baño y cogiendo agua con su mano me frotó el ojo, tonta de mi no notaba que también estaba frotando mientras tanto su miembro por mi trasero, cuando ya habia alcanzado su tamaño máximo es cuando me percaté del asunto, no sé exactamente lo que pasó por mi cabeza pero la postura no me era desagradable, él detrás de mi pegadito a mi trasero pasando sus brazos hacia adelante sus manos en mi cara y sus antebrazos en cada uno de mis pechos, no sé cuanto tiempo pasamos en esa postura pero fue la voz del otro la que me devolvió el juicio y me zafé del pulpo que me atenazaba no sin antes recibir un ligerísimo pellizco en mi pezón derecho que casi pasó desapercibido debido a lo embarazoso de la situación anterior.
Volvimos al salón y el joven dijo que era mejor no ver ese video y pasar al último, asieron el último en medio de una charla profesional a la que ya yo no prestaba mucha atención ya que no paraba de recordar la escena en el lavabo y disimuladamente dirigía la mirada a la entrepierna del hombre y pasé a compararla con la del joven, no había mucha diferencia, ¿estaría también en forma este otro?. Me sorprendí que tuviera estos pensamientos, no conocía mas hombre que mi marido y nunca me había dado por pensar en otro, ni siquiera había dirigido miradas a las braguetas de otros. Tan distraída estaba con estos pensamientos que no me había percatado que en el televisor se estaba reproduciendo el video y sorpresa era porno y de los mas duro, los dos hombres discutían entre si y se preguntaban como estaba allí ese video cuando tenía que contener unas clases de inglés, en su discusión fingían ignorarme, pero en realidad estaban pendientes a mis reacciones, yo estaba verdaderamente escandalizada, no habia visto ningún miembro masculino solo el de mi marido y muy pocas veces debido a la oscuridad a la que siempre que me sometía, y mucho menos posturas tan diferentes en un determinado momento quiso quitarlo el joven pero el otro se lo impidió con la excusa de que tal vez fuera algo que se grabara encima y que tal vez después estaba la lección, además esta señora está casada y no se escandaliza por estas cosas, dijo poniendo su mano en mi muslo, yo retirándosela le dije que si que me ofendían pues en mi vida no conocía mas hombre que mi marido y no pensaba conocer a nadie mas. Lo apagó al instante y yo me arrepentí de mis palabras pero en realidad era lo que habia vivido hasta ese momento.
Comenzaron ambos a darme una platica sobre lo bien que venia al matrimonio el tener experiencias extramatrimoniales pues aportaban riqueza a las relaciones entre esposos, se aprende a reconocer puntos de placer en los cuerpos de ambos, se llevan al lecho conyugal experiencias nuevas, se goza con el marido recuerdos agradables vividos con otro y sobre todo se compara y se rectifica conductas inadecuadas al placer.
Señora, lamento mucho el incidente del video pero me permito aconsejarle que lea estos dos libros aprenderá, dijo el mayor ofreciéndome dos libros que yo con mucha vergüenza recogí. Volvimos al curso de inglés que yo estaba decidida de antemano a suscribir ya que me lo había aconsejado mi marido, rellené el cuestionario y me indicaron que tenía que firmar mi marido como avalista del crédito y se ofrecieron en recogerlo pasados unos días. Tras esto se fueron sin mas.
Yo olvidé el incidente del video y no di importancia al magreo del lavabo, pasaron un par de días sin mas y al tercero tropecé con los libros que me habían dejado, sentí curiosidad y comencé a leerlos uno trataba del sexo en general con todo lujo de detalles sobre zonas erógenas de hombre y mujer que yo por supuesto ignoraba, cuando acabé de leerlo llegue a la conclusión de que llevaba muchos años de retraso en el ejercicio del sexo y que desde luego con mi marido no lo iba a recuperar. El segundo libro trataba de vivencias sexuales de mujeres casadas, según el libro reales, me creo aun mas confusión y decidí hablar con mi marido sobre el tema de nuestra mal vivida sexualidad y la manera de arreglarla, claro que no estaba dispuesta a vivencias extramatrimoniales, leeríamos libros nos informaríamos y practicaríamos nuevas técnicas, que fácil era pensarlo y que difícil llegar a decírselo.
Un día acababa de hacer el amor con marido a su estilo claro está y me había quedado dormida mientras el se marchaba al trabajo, en mi vello púbico había aun restos de semen, recogí el camisón del suelo y me dirigí al cuarto de baño para lavarme, en esto sonó el timbre de la puerta, me sorprendí y no atiné en ese momento mas que a enfundarme el camisón y salir a abrir así sin ropa interior y con un profundo olor a hombre en mi intimidad. Al abrir me sorprendí aun mas al ver a los dos individuos del inglés, que a su vez se sorprendieron aun mas al ver desde la oscuridad de la escalera el perfecto trasluz de mi cuerpo a través de mi transparente camisón adiviné como se difuminaban mis caderas, se marcaban mis pechos, incluso creo que hasta el mechón de pelo de mi triangulo erótico se difuminaba bajo mi camisón y yo llegue incluso a pensar que se adivinaban los restos de semen sobre los pelos, creo que incluso dudaron en entrar, pero yo les insistí pensando en ir a ponerme algo mas decoroso, pasaron derechos al salón y les pedí que se sentarán, lo hicieron uno a cada lado del sofá dejando un amplio hueco en el centro, yo me coloqué en un sillón enfrente de ellos y recordé el bulto de los pantalones de los dos en la visita anterior, mi sorpresa fue que estaban igual que aquella vez y me dí cuenta el porque en un momento había abierto mis piernas y había dejado al aire todas mis partes bajas, que narices el coño, nunca me había atrevido a decir esa palabra. Al darme cuenta me cambie de asiento y ocupé la parte libre del sofá entre los dos.
Sorprendentemente no hablaron del curso, me preguntaron por los libros y yo pensando que estaba cargada de razón contesté que los había leído y me habían parecido muy fantásticos y que eso no era la realidad. Eso fue el detonante para que el mayor sacara a relucir un deseo contenido el de poseerme allí mismo, me cogio por los hombros me giró hacia el y arrimó con saña su boca a la mia que procuré no abrir, se esforzaba en introducir su lengua, mientras el joven no perdió el tiempo y comenzó a levantar mi camisón hasta la altura de los pechos deteniéndose en ellos y recreándose en frotarlos, pellizcar los pezones y apretujarlos. Tales pellizcos me daba que abrí la boca para gritar y en ese momento introdujo su lengua en mi boca recorriendo con ella toda mi cavidad bucal, jugando con mi lengua e intercambiando la saliva, nunca había sentido nada igual y consentí, mientras el joven había llegado a mi coño y se esforzaba en meter un dedo por el conducto prohibido.
Tenía el camisón anudado en la garganta con tanto toqueteo y empezaba a tener dificultad para respirar con el interminable beso al que me sometía el otro que se percató de ello y me soltó desanudando el camisón y sacándomelo de los brazos y por la cabeza diciendo Juan vamos a fallárnosla los dos, el rubio no perdió el tiempo y ocupó en mi boca el sitio que había dejado el otro, yo empecé a patalear pues pensaba que habían ido muy lejos y no me apetecía lo mas mínimo seguir, pude librarme de Juan y comencé a correr camino de mi habitación con el animo de encerrarme, me sorprendió que no me siguieran, tras un rato pensé que se habían marchado y desistido de sus propósitos y salí entre un silencio sepulcral, llegue al salón no vi a nadie y me confíe respiré mas tranquila y me agache a recoger el camisón de pronto unas manos me obligaban a permanecer en esa postura agachada y con mi trasero en pompa, otra mano empezó a tocarme el culo pasando el dedo por mi orificio anal sin penetrarlo, recorriendo la mano adelante hasta hundirse en mi coño que se empezaba a rezumar, mientras yo suplicaba para que me soltasen les puntualizaba que estaban cometiendo una violación y que iban a pagar por ello, la carcajada fue mayúscula, levante la vista del suelo y encontré sobre mi una polla rodeada de un vello rubio intenso y unos testículos no muy grandes pero muy bien formados, me dejó levantarme lo justo para llegar con mis labios a la altura de su miembro y me ordeno que me lo comiera, yo me negué y oí tras de mi si no obedeces empezare haciéndote daño fallándote el culo sin lubricante, seguí resistiendo y noté un enorme bulto en mi ano con intención de penetrar, el dolor fue muy intenso y accedí de inmediato a meterme la polla del rubio en la boca, era mi primera mamada, mi marido no lo consentía nunca, chupé sin saber que hacer, métetela hasta la garganta dijo el rubio y empujó al mismo tiempo, una arcada me convulsionó al notar el glande en mi garganta y solte un poco del aparato, chupa, lame haz algo, mueve la cabeza al menos, no sabe hacerlo-dijo el viejo- enséñala, mientras sus dedos hacian todo tipo de malabarismos con mi clítoris, y se introducían en mi vagina, empecé a tomarle gusto a aquello y mi primer orgasmo con un extraño, el viejo se percató de ello e introdujo suavemente su miembro en mi coño, el rubio se movía desenfrenadamente y yo apretaba mis labios en su miembro, la sensación fue indescriptible sentir una polla dentro de mi sexo y otra en mi boca con movimientos de vaivén provocados por ambos, de pronto mi boca se llenó de semen que yo intenté escupir pero que el me obligó a tragar tapándome la boca y sujetando mi nariz, mientras el viejo lanzaba gritos de placer eyaculando dentro de mi como un salvaje, yo ya iba por mi tercer orgasmo.
Me llevaron a la cama y me hicieron mamarles a los dos alternativamente, sus miembros se enderezaron de nuevo, me preguntaron si tenia vaselina sin perfume la busque y se la di, embadurnaron mi ano por dentro y por fuera, el viejo se tumbó y se untó también vaselina en su miembro y me hicieron sentarme encima de su polla dándole la espalda, hundiendo su miembro en mi culo poco a poco, a diferencia de antes el dolor no era muy intenso y poco a poco incluso sentía un ligera sensación de placer que se acrecentaba según comenzó a moverse, cogiéndome por los hombros me echó hacia atrás sobre él dejando mi coño bien a la vista del rubio que no dudó en ocuparlo poniéndose frente a mi e introduciéndolo hasta el fondo, que sensación la de notar dentro de ti dos pollas a la vez era la locura nos movíamos pausadamente los tres los jadeos de los tres se fueron convirtiendo en gritos y al final nos corrimos los tres al tiempo, nos separamos al ponerme de pie un hilillo de semen corría por mi muslo mi ano y mi coño rezumaban, al percatarse el viejo sacó una maquina de fotos instantánea y me dijo que me tumbara en la cama y levantara las piernas, zas un fogonazo, tras unos instantes salio la instantánea, que espectáculo, se veía perfectamente mi ano reluciente por la vaselina y asomando por su orificio un aglutinado blanco algo sonrosado por un hilillo de sangre que salía de un punto indeterminado del mismo orificio, por delante mi almeja abierta y en varios puntos semen, también en los pelos y además algunos de ellos pegados en un manojo seco, era el semen de mi marido ya seco en el tiempo que había trascurrido.
Yo me metí a la ducha llena de vergüenza y ellos se vistieron y se marcharon.
Cuando salí de la ducha había en la mesilla una tarjeta con un teléfono y unas letras que decía:
"sabemos que has disfrutado putita, si quieres aprender nuevas sensaciones llámanos todos los viernes de fin de mes organizamos reuniones con amigos y amigas te esperamos llámanos y haremos de ti un gran puton"
Olvidé la tarjeta hasta que un viernes de fin de mes mi marido tuvo que ausentarse y yo tras dudarlo mucho llamé a Juan lo que pasó alli ya os lo contaré en otra ocasión pero desde luego si me convertí en un gran putón que ha ayudado mucho a su marido en el terreno sexual y aunque cornudo ahora me satisface plenamente, posiblemente sospeche algo pero no quiere enterarse ya que teme perder a su nueva mujer y sus juegos maravillosos.
Se me olvidaba, lo que no habia conseguido mi marido en 12 años lo había conseguido no se quien, pero la verdad estoy embarazada y mi marido descorcho una botella de champán francés el día que se lo dije, claro que no le dije que el no era el padre ¿lo sospechaba?