Iniciación bisex
Primeros escarceos sexuales con otro hombre.
Había conocido la página de contactos hacía algún tiempo, y había tenido ya alguna experiencia (gang-bang, cita con un gay que quería chupármela y ser enculado) con algún contacto. Pero eso son otras historias.
Cierto día y milagrosamente, porque no suele ocurrir, me llegó un mensaje de una pareja bisex que buscaba un chico para montarse un trío. Buscaban a alguien decidido, sin malos rollos, lo que suelen pedir cuando buscan a un bisex.
Decidido, les respondí comentándoles que había probado algo (solamente me la había comido un gay en un par de ocasiones y le di una vez por el culo), y que estaba interesado en conocer más del tema bisex y muy deseoso de probar el trío.
De manera bastante rápida me respondieron y quedamos para ese mismo viernes.
Allí aparecí yo, en el ático de él, a la hora pactada.
Cuando llegué estaba el sólo, me comentó que ella estaba intentando librarse del novio y que vendría en cuanto pudiese.
Mientras esperábamos y para romper el hielo, nos tomamos una cerveza y nos pusimos a charlar acerca del sexo, de lo que habíamos hecho, lo que nos gustaba, etc. La situación, a pesar de no conocernos y de todo lo que rodeaba, resulto ser bastante relajada y normal. Él me enseñó fotos de la gente con los que se lo montaban. Fotos muy curradas de chicas bastante buenas, todas guapísimas de cara y con cuerpos no menos deseables, posando solas o junto a sus novios. Total que entre tío y tío en pelotas, salía alguna chica y yo me iba calentando.
Él me comentó con toda naturalidad que le encantaba mamar pollas, y dijo que lo hacía muy bien. Me dijo que si me la chupaba, no querría sacarla de su boca, porque él era muy bueno chupándola. No lo puse en duda, pero me quedé escéptico (hasta que no lo probase, no podría creerlo).
Sin más dilación él me pidió ver mi polla. Yo con toda tranquilidad me desabroché los vaqueros, me bajé el boxer y se la enseñé; él comentó que era muy maja. Me quedé un poco alucinado. No es que tenga complejo de tenerla pequeña, pero soy consciente de que tampoco es que sea muy grande. Sin ningún miramiento comenzó a sobarla y bajó su cabeza para comenzar a chupármela. Igual que haría un catador, sin ningún reparo hizo una primera cata (me dio una buena mamada inicial) para ver cómo estaba aquel falo. Lo hacía verdaderamente bien; siendo él un tío, y sin tener yo ninguna excitación visual o de cualquier otro tipo (vamos, una tía que me pusiese cachondo), me la puso dura en un abrir y cerrar de ojos.
Yo estaba asombrado de lo bien que lo hacía. La comía mejor que algunas de las tías que había conocido yo. Dijo que le gustaba mucho, que tenía una polla muy rica.
Nos fuimos a su cuarto y nos desnudamos.
Allí sobre la cama, siguió dándome placer metiéndose y sacándose mi polla de su boca, lamiendo de arriba abajo, rodeando el glande, mientras yo le repetía que parase, que me iba a correr y cuando llegase nuestra chica no estaría a tono. Evidentemente, él estaba completamente sordo para aquellas gilipolleces y en lugar de parar, seguía dándome más lametones, por los huevos, por la polla, . que me ponían a cien. Me ponía como una moto, bajaba el ritmo y tranquilizaba mi calentón, pero no paraba de darme gusto. Simplemente medía el tempo para que no me corriese antes de tiempo.
Mientras manoseaba mi verga y mis huevos, se fue moviendo hasta colocar su boca en mi ano, el cual comenzó a besar y chupar con una destreza increíble. Sentí placer, pero estaba un poco tenso y no logré relajar esa parte de mi ser. Se lo dije y me dijo que no me preocupase. Siguió besando mi ano, comiendo mis huevos y mi polla. El placer era divino.
Por un momento sentí tentación de coger su polla y probarla. Pero no sabía qué hacer, cómo chuparla, como manosearla. Así que seguí gozando de su lengua y su boca.
Cuando me puse a cuatro patas, con él debajo comiéndose toda mi polla (y sin atragantarse; le estaba follando la boca sin ningún tipo de miramiento y el tío no parecía ni inmutarse; todo un profesional de las mamadas) y dándome más gusto que cualquier cosa, miré su polla y como por instinto, la agarré y comencé a masturbarle
Estaba decidido a cualquier cosa.
Siguió comiéndome la polla, hasta que sentí que me iba a venir el orgasmo. En ese momento le dije, que no siguiese, que me iba a correr y no sabía donde echarlo. Perdido por el placer le pregunté si quería que me viniese en su boca, a lo que él asintió. Así lo hice, apreté su cabeza contra mi cuerpo, hundí mi verga en su boca y dejé que mis pelotas descargaran todo su zumo dentro de él.
Una vez terminado, el tipo se sacó mi verga de la boca. Completamente limpia, dejó que se fuese desinflando y se marchó al baño para enjuagarse la boca.
Su amiga no llegó. Estuvimos un rato más hablando y cuando me vestí para irme, quedamos en hablar más adelanta para hacer alguna cosita más, tipo trío, fotos, etc.
Fue una primera aproximación a la bisexualidad que me dejó muy deseoso de seguir aventurándome por estos caminos.
Pero eso ya son otras historias.