Ingenua romántica hasta la médula

Pues eso, triste por perder una amistad y preguntándome cosas de la existencia.

Decías que podías ser tu mismo. Decías tantas cosas ayer que hoy ya no tienes nada que decir. Saltó al ver el móvil iluminarse salto para nada en si, el móvil se ilumina solo, después de caerse miles de veces y ahogarse en un vaso de agua por descuido, la demencia que sostiene es lo mínimo lógico que padece. Se lo que quiero Se lo que necesito Se que no eres tu, pero me duele tanto no tener lo que tenía me gusta que me escuches me gusta escucharte, solo encuentro una explicación lógica: todo eran mentiras Huye pequeño cobarde, huye de la amistad peligrosa. Huye de los sentimientos. Es mejor un polvo sin remordimientos. ¿Por qué es tan frívola la gente? ¿Por qué no se permiten enamorarse? ¿Por qué les da miedo desgarrarse? ¿Por qué hasta una amistad asusta? Ojala supiera vivir sola, inmune a la falta de abrazos sin necesidad de unos labios, oídos y tacto. Sin sentimientos ser un autómata. No querer a nadie ni ser amada. Como una muñeca de porcelana pero esa idea me repugna. Prefiero ser una eterna ingenua romántica hasta la médula. (Firmado: “eterna ingenua romántica hasta la médula aburrida de esperar a su Vlad particular)