Informe de emputecimiento de la sumisa
Le confirmo lo que comentamos en nuestra última charla por teléfono y a partir de ahora dejamos libre a su querida esposa para que sea ella la que vaya eligiendo el nivel de emputecimiento.
Aunque he de advertirle que con frecuencia suele sobrepasar los límites pues está ansiosa de emputecerse hasta unos límites que hasta ahora nos eran desconocidos. Así que aunque procuramos refrenarla, a partir de ahora dejaremos que tome la iniciativa.
Porque iniciativa suya fue hacer un concurso de chupapollas en el “glory hole” con el resto de la inscritas, con el fin de comprobar el nivel que todas ellas han alcanzado. Se trataba de hacerles chupar pollas de desconocidos y por el sabor de ellas, averiguar posteriormente a quién pertenecían. Para tal fin se las hacia pasar por el Glory Hole para chupar las pollas de los machos (sin poder ver las caras de los dueños de las pollas) y hacérselas chupar luego a cara descubierta, con los chicos puestos en fila. Por el sabor, tamaño y textura deberían de averiguar a quién correspondían.
Hemos de confirmarle que su esposa acertó en un 100% y fue la ganadora con diferencia de este concurso. También le confirmó que ha avanzado mucho en las posturas de puta perra y golfa sumisa, y ya es capaz de chupar pollas y ser follada o enculada al ritmo de las embestidas de los dos machos que la follan. Le envío una secuencia para que se haga una idea de sus progresos.
También le informo que ha superado con holgura el ser uasada en público, el ser puta pública pues la sacamos a la calle y le chupó la polla a un monitor en la misma calle, sin ningún reparo y sin que se sintiera cortada o avergonzado. Al contrario, le importa un rábano (si nos permite la expresión) que la vieran en la calle oficiando de puta perra sumisa, arrodillada y lamepollas.
Todo esto nos hace aventurar que su amada esposa alcanzará pronto el nivel máximo de emputecimiento y que tendríamos que estudiar otros niveles superiores si ella insiste en seguir avanzando y ser una puta zorra y perra sumisa sin límite alguno.
Atentamente.