Infierno o paraíso (2)

Aquel viaje a Turquía nos iba a cambiar la vida sin saberlo

INFIERNO O PARAISO (2)

JULIA

Aquel viaje a Turquía nos iba a cambiar la vida sin saberlo

El viaje había comenzado de la mejor manera posible, el maravilloso hotel, donde nos alojábamos, la sensación de libertad, las maravillas que aquella ciudad ofrecía a nuestros ojos, la atmósfera relajada, la comida de aquel bar, todo era perfecto.

Cuando aquellos dos hombres tan atractivos se acercaron a nuestra mesa y nos pidieron permiso para sentarse, no podíamos creer la suerte que habíamos tenido, eran altos, fuertes, de tez morena, con ojos árabes de mirada profunda, educados y muy amables.

Hablaban un inglés perfecto y sin duda sabían cómo seducir a una mujer. Cuando se ofrecieron a acompañarnos, en mi cabeza empecé a fantasear sobre lo que podía ocurrir.

Durante el trayecto, Tarek con pasó su brazo por encima de mi hombro y posó su otra mano sobre mis rodillas, empezando a acariciar suavemente mis piernas, lentamente como a mí me gusta y con mucha habilidad fue subiéndola poco a poco por debajo de mi falda, pudiendo sentir su contacto con la piel de mis muslos y esta sensación erizó mis pezones que se hicieron evidentes a la vista, a través de mi ajustada camiseta.

Su mano siguió ascendiendo, con delicadeza y firmeza hasta que llegó a mi minúsculo tanga que apenas cubría mi pubis y con su simple rozamiento noté una inundación de fluidos en mi entrepierna y mi deseo se hizo manifiesto, a pesar de que traté de disimularlo no pude evitar lanzar un leve gemido.

El resto de pasajeros era totalmente ajeno a la situación o al menos eso creía yo aunque en realidad no me importaba mucho ya que sólo pensaba en vivir el momento y en las posibilidades de gozar, en el marco incomparable de nuestro hotel.

Cuando sus dedos empezaron a jugar con mi clítoris, entré en el paraíso y ya estaba tan caliente que estaba dispuesta a hacer cualquier locura que me pidieran.

En mi mente imaginaba, los cuatro en nuestra amplia suite, haciendo realidad todas las fantasías que habitaban en lo más profundo de mi ser y que jamás había revelado a nadie.

Mientras los dedos de Tarek seguían rozando levemente mis puntos más débiles y las sensaciones que me produjeron,  me transportaron de nuevo a nuestra habitación, proyectando mis fantasías más salvajes.

Fantaseaba y fantaseaba, imaginándome como Tarek me besaba apasionadamente,  como mordía delicadamente mi cuello, mientras Yuzif lamía mis glúteos y acariciaba el agujerito de mi ano, con suavidad abriéndolo a su deseo.

Deseo que fue en claro incremento al llegar la boca de Tarek a mis tetas que chupaba con fruición, mordiendo delicadamente mis pezones después de haberlos rodeado y mojado con su lengua, mientras la lengua de Yuzif había alcanzado mi agujerito anal y sentía con tal intensidad que creía que mis pechos iban a estallar y mi vagina se contraía con tal fuerza que creí desmayarme.

Noemí por su parte, se había despojado de su sujetador y había liberado sus turgentes pechos, lamiendo el escroto de Yuzif, avanzando muy poco a poco hacía su ano que empezó a lamer, inundándolo de saliva, alternando las caricias de su lengua con las de sus pezones duros como piedras y que introducía alternativamente en su agujerito trasero.

Tarek continuó su descenso hacía mi pubis, sin dejar de acariciar mis tetas con sus grandes manos y apretando mis pezones como si quisiera aplastarlos, mientras notaba como Yuzik penetraba mi ano con su lengua, profundamente, muy profundamente  y cuando Tarek llegó a mi triángulo mágico yo ya estaba en Venus, sintiendo una etérea  levedad como si mi cuerpo hubiese perdido su peso, me sentía flotando.

Seguía con mi sueño, sentada en el asiento trasero de aquel confortable Mercedes y Tarek seguía con su discreta exploración digital, acariciando mi clítoris que se erizó presa del deseo, mientras los pasajeros de los otros automóviles, miraban la expresión de mi cara, tras los cristales, con una mezcla de sorpresa e incredulidad, lo que aún me excitaba más por el morbo de la situación.

Volví a nuestra habitación, soñando como Yuzef se había erguido y ofrecía su enorme miembro, totalmente erecto, a mi boca y me dejé llevar, invitándole a entrar y tragándome aquella maravilla de la naturaleza, sentí su fuerza y su calor.

Por su parte Tarek seguía acariciando con su lengua mi clítoris y al mismo tiempo sus dedos empezaron a flirtear con la entrada de mi vagina.

Noemí no se había despojado aún de su tanga y pasó a jugar con el agujerito de mi ano que estaba inundado de saliva, lamiéndolo con decisión como si estuviera segura de lo que iba a ocurrir.

Al contacto de su lengua, mi ano se abrió como una flor y yo ardía en deseos de que me penetraran por todas partes, mientras yo seguía masajeando con mi boca el falo de Yuzif que crecía y crecía y empecé a saborear su néctar, acariciando al mismo tiempo con mis largas y rojas uñas sus huevos.

Tarek penetró mi vagina con su hábil lengua, llegando a mi punto G, mientras Noemí había introducido dos de sus deditos en mi agujerito anal, yo me sentía en la gloria, mientras los tres manoseaban mi cuerpo y la sensación era tan intensa que no pude continuar con la felación a Yuzif, sensación que fue in crescendo hasta alcanzar un intenso orgasmo.

Yuzif se colocó debajo de mi y yo no me pude resistir y cabalgue su brillante polla, sentándome sobre él, mientras Tarek abrió mis glúteos dejando al descubierto la entrada de mi ano que estaba muy lubricada y palpitante y con mucha suavidad apuntó su glande en el mismo y fue introduciéndolo poco a poco, con una entrada y salida rítmica y progresiva, se fue deslizando hacia el interior de mis entrañas sin ningún esfuerzo.

Por mi parte yo seguía cabalgando frenéticamente la polla de Yuzef, éste manoseaba mis tetas y mordía mis pezones, mientras Tarek agarraba mis caderas abriendo aún más mi agujerito trasero y dándome a la vez algunas nalgadas con su mano abierta, yo que nunca había estado con dos hombres a la vez, experimenté una sensación sin igual, sintiendo aquellas dos potentes pollas rellenando mis ardientes agujeros, una mezcla de dolor y placer a partes iguales que hizo que yo deseara que no terminara nunca.

Noemí se despojó por fin de su tanga y para mi sorpresa liberó un enorme falo totalmente erguido que llevó a mi boca. No podía creerlo pues ella era tan femenina que jamás hubiese imaginado, la maravilla que ocultaba entre sus piernas.

Comencé a engullirla hasta el fondo de mi garganta, jadeando como una posesa,  nunca creí que pudiera sentir un placer tan intenso.

De vuelta al automóvil, yo reaccionaba con un orgasmo tras otro a las caricias de los dedos de Tarek, hasta tal punto que mordí mi labio inferior tan fuerte que lo corté ligeramente, sin ser muy consciente ni del tiempo ni de lo que ocurría fuera.

Noté un enorme bulto bajo sus pantalones y no pude resistirme a tocarlo, él inteligentemente dejó caer su chaqueta para tapar el espectáculo. Abrí la cremallera y empecé a acariciarlo suavemente, en toda su longitud, era grande, muy grande y estaba muy duro, caliente y húmedo.

El introdujo sus dedos en mi vagina, alcanzando mi punto G y acariciándolo rítmicamente, su contacto me hizo despegar y me llevó a la habitación de nuevo.

Yo estaba totalmente fuera de control, ligera y libre, poseída por una pasión irrefrenable que me llevó a un éxtasis continuado y perdí la cuenta de cuantos orgasmos llegué a sentir.

Aquellos tres falos incansables, me elevaban a las estrellas y las caricias de todas aquellas manos erizaban mi piel.

Cuando Yuzef y Tarek explotaron en mis entrañas, inundándome con su semen, la sensación fue tan extrema que ya no pude continuar con la felación a Noemí.

Ellos abandonaron mi cuerpo y se percataron de la sorpresa que Noemí les tenía reservada. En un principio, no les hizo ninguna gracia pero las caricias con los que les obsequiamos y la extraordinaria belleza de Noemi, hizo que poco a poco fueran cambiando de idea.

Ella se concentró en besar el agujerito de Yuzef, inundándolo de saliva, mientras yo le lamía   su escroto y su polla y esto produjo efecto en él y así empezó a tocar a Noemi, sus tetas, su polla, sus huevos y de ahí a chupársela, al principio con muchas reservas pero después se dejó llevar y se la tragó entera.

Noemí, puso a Yusef a cuatro patas, le dió unas cuantas nalgadas para relajar la zona y le apoyó su glande contra su culo, pasándoselo de arriba a abajo y de abajo a arriba y su culito empezó a palpitar.

Por fin con un certero empujón, le introdujo su polla hasta la mitad, con mucho cuidado, primero el glande, entrando y saliendo, poco a poco iba metiéndosela y él a pesar de algunas expresiones de dolor, le pedía que siguiera.

Tarek no daba crédito a lo que veía, su amigo enculado por un shemale, sin embargo muy excitado por el morbo de la situación, empezó a lamerme el clítoris que reaccionó inmediatamente a sus caricias, yo me voltee e iniciamos un 69 delicioso.

Le besé los huevos, el glande, su polla, él por su parte me manoseaba las tetas, comiendo mi coñito y mi culito. Yo fui bajando lentamente de su escroto a su culito, pasándole mi lengua bien salivada y él respondió con una enorme erección.

Le abrí las nalgas e introduje mi lengua lo más profundamente que pude y eso le complació de sobremanera por lo que me animé a introducirle un dedito primero, luego el otro y su ano reaccionó incrementando sus contracciones.

Mientras Noemí, seguía con su percusión y Yuzef estaba totalmente entregado, suplicando que se la metiera más duro.

Ella le complació mientras le pajeaba la polla al mismo tiempo y Yuzef explotó en su mano, mientras Noemi seguió con su bombeo hasta que explotó en sus entrañas.

Por su parte Tarek se corrió en mis tetas mientras yo iba de orgasmo en orgasmo, cada vez más fuerte como si fuera subiendo una escalera sin fin.

Volví al auto cuando noté la inundación que había en mi mano producto de la corrida de Tarek.

Retiré mi mano totalmente mojada y la llevé disimuladamente a mi boca saboreando aquel delicioso néctar.

Yo estaba ardiendo literalmente y con mi mente volví a la locura de la habitación del hotel.

Descansamos un rato y pedimos que nos subieran algo de comer. Después del delicioso refrigerio, tanto Yuzef como Tarek mostraron claramente que querían seguir jugando con nosotras.

Y nos pidieron un espectáculo lésbico al que nosotras accedimos encantadas pero les pusimos dos condiciones, la primera es que podían mirar pero no participar y la segunda secreta.

Nunca había tenido una experiencia de aquel tipo y menos con espectadores pero estaba tan caliente que la idea me excitó.

Empezamos besándonos,  la sensación era extraña pero agradable, nos besamos mutuamente la boca, el cuello, las tetas, mordisqueando los pezones todo muy delicadamente.

Seguimos bajando y Noemí comenzó a jugar con mi pubis, lamiendo mi clítoris, mi vagina y mi culito, mientras yo le chupaba con fruición su polla.

Mientras ellos dos miraban sin pedir detalle, nosotras seguíamos con nuestros juegos. Noemí se puso encima mío y me penetró con su enorme falo, hasta el fondo, sentía sus huevos golpeando mi pubis y experimentado un placer indescriptible.

Notaba su verga creciendo en mi interior y de repente la sacó sin que sirvieran de nada mis protestas y me la metió en mi culito, con tanta destreza que casi no me produjo dolor alguno, solo una leve sensación dolorosa y un gran placer.

Me bombeó a su voluntad, metiéndola y sacándola, esperando un rato para desesperación mía por no sentir aquella barra candente en mi interior.

Siguió y siguió, nunca vi a nadie con esa potencia y habilidad, me volvía loca y agarrándome por las tetas, se corrió poniendo en incandescencia toda mi zona.

No podría decir cuántos orgasmos tuve, mientras ellos dos entusiasmados y con las pollas a punto de explotar se lanzaron sobre nosotras.

Pero les detuvimos y les explicamos las condiciones.

Los pitidos por el atasco, me volvieron a la realidad, Noemí y Yuzef estaban hablando animadamente sobre lo que podía haber originado el atasco. Yo estaba loca por llegar al hotel y dar rienda suelta a mi calenturienta imaginación y eso me regreso a la habitación imaginaria.

Las condiciones eran que si querían seguir jugando con nosotras, primero ellos debían ofrecer el mismo espectáculo. Al principio se negaron en redondo pero nosotras nos encargamos de animarles, chupándoles la polla, las dos a la vez y dejándonos manosear las tetas.

Al fin su calentura pudo más y empezaron a tocarse, primero tímidamente, luego más decididamente aunque se negaron en redondo a besarse en la boca, no tuvieron inconveniente en tocarse las pollas e incluso frotárselas  una contra otra.

Por fin Tarek se tumbó boca arriba y mientras nosotras le chupábamos la polla, Yuzef le introdujo su falo, sin muchos miramientos, lo que provocó que exhalará un grito de dolor, pues era de tamaño más que considerable y lo bombeó sin compasión lo que hizo que poco a poco el dolor se tornara placer y empezó a gemir y jadear mientras se corría en mi boca y Yuzef en su culito.

Después de una tiempo de recuperación, los dos empezaron a manosear a Noemí, las tetas, los pezones, alternativamente le chuparon la polla y los huevos, la pusieron a cuatro patas y Yuzef, le metió su falo entero que entró con toda facilidad.

Mientras yo le chupaba el culo a Yuzef y Tarek apartándome aprovechó para introducirle su polla, él estaba tan absorto follando a Noemí que sólo hizo una mueca.

Noemí estaba fuera de si, disfrutando del polvo y yo aproveché su calentón para sentarme en su cara y empezó ella a lamer mi clítoris y mi vagina.

Ahora los cuatro estamos dándonos y sintiendo placer al mismo tiempo, era maravilloso y no tardamos a explotar todos, casi al mismo tiempo.

Mientras estábamos llegando al origen del atasco, vimos mucha policía pero continuábamos sin saber bien que pasaba.

Tarek comenzó a jugar con mi pubis, tapándolo con su socorrida chaqueta y yo estaba tan caliente que le dejaba hacer y de nuevo mi imaginación voló.

En la habitación, Noemí estaba ardiendo y Tarek no tardó en follársela, sin embargo ella pedía más y más, así que Yusef también se la metió, increíblemente las dos pollas entraron en su culo y la bombearon hasta correrse en su interior mientras ella se venía en mi boca y yo ávida como estaba de semen, me lo tragué todo hasta la última gota y luego con mi boquita les limpie la polla a los dos hombres y aún no satisfecha, besé el culito de Noemí hasta que obtuve mi recompensa y el semen de los Yuzef y Tarek empezó a gotear como miel en mi lengua.

Los gritos del policía me devolvieron a la realidad y ahí iba a empezar algo que nunca imaginé pero esa fue otra aventura……….(continuará)

.