Infiel por casualidad I

Nunca pretendió ser infiel, pero esas cosas suceden entre personas de cualquier clase y condición.

Primera parte.

Tengo 43 años, dos hijos preciosos de 10 y 12 años, Jorge un marido que siempre me ha tratado bien y una vida mucho mejor que otras mujeres de mi edad y condición, trabajo en la sección de carnicería de un súper y nunca había sido infiel ni a Jorge ni a ninguna de mis anteriores parejas, siempre terminaba una relación antes de comenzar otra.

Mis dos compañeras del trabajo que son muy diferentes, Isabel está liada con uno de los encargados del súper donde trabajaba antes, y Luisa no lo está con nadie que yo sepa, porque es tan poco sutil y discreta, que nadie se le acerca por miedo a la difusión que ella misma daría si tuviera un lio con alguien.

De un tiempo a esta parte, una de las clientas ha dejado de venir y en su lugar es su marido quien hace la compra, antes la acompañaba algún sábado y por eso fue fácil reconocerlo, Luisa haciendo gala de su natural discreción preguntó por ella. - En mi empresa han hecho un ERE y ahora es ella la que está trabajando, así que durante un tiempo seré yo quien venga por aquí.

Luisa continúo con su particular acoso, con una frase más que ingeniosa.           .- Si tiene dudas de cuál es la mejor carne, le puedo enseñar alguna de primera calidad, pero eso sería en privado.

El pobre hombre me miró abochornado, y siguió con el resto de la compra en cuanto le dio el paquete con lo que había pedido.

Faltaba solo dos semanas para mis vacaciones estivales, ese día hacía mucho calor y después de preparar algunas piezas que eran las que podían salpicar, nos habíamos bajado el peto del delantal para refrescarnos un poco, llegó Salva que así se llama el hombre y se colocó frente a mí, tratando de evitar las continuas pullas a las que se veía sometido por mi compañera Luisa, en una de las ocasiones en que me incliné para coger algo del mostrador refrigerado, le vi concentrado mirándome con disimulo la regatera.

Suelo hacer toples en la playa, incluso nudismo cuando vamos a alguna lo suficiente lejana para no encontrarnos a ningún conocido, pero esa tímida y discreta, al tiempo que ardiente mirada me causo una sensación muy rara; le serví lo que me pidió pero aproveche cualquier oportunidad que tuve para ofrecerle unas buenas vistas, con la misma discreción en todas las ocasiones me miró a fondo, me sentía halagada porque un tipo guapo como lo es Salva se fijara en mí, no soy un adefesio pero tampoco una mujer 10.

Cuando solo le faltaba jamón york del tipo que estaba cortando Luisa, le hice el tique y le dije a ella que le pusiera 200gm. Le comenté que salía un momento al centro médico que había en la esquina, sudaba mucho y me encontraba mareada desde hacía un rato, me mirarían la tensión y posiblemente el azúcar, eso me había causado algún problema en el pasado.

Se me había ocurrido sin planear nada, simplemente lo hice y aún ahora meses después no puedo decir ¿porque?

Vi como Salva, miró en varias ocasiones el letrero que indica la entrada al lavabo para clientes, está detrás de una puerta desde la que se accede al almacén, cámaras, vestuarios separados para hombres y mujeres y una puerta que siempre está cerrada por donde entran los proveedores desde un callejón trasero cuando traen el género.

Despacio me encaminé hacia el vestuario, abrí la puerta con lentitud y me quedé mirando, apareció Salva empujando el carrito de la compra con su cesto dentro, entre en el vestuario dejando la puerta abierta. Entró y vi como la puerta se cerraba, se aproximó a mi pegando su cuerpo al mío pero con las manos colgando a los lados; hice lo mismo que los lobos vencidos, ofrecí mi cuello del que se apoderó así como de todo mi cuerpo.

Me sentó en una mesa que hay en medio de la sala y con suma facilidad me abrió la blusa, se ensañó con los pechos mordisqueándolos al tiempo que mis dedos se enredaban en su cabello, sus manos hurgaron bajo mi falda y noté como apartaba el tanga para tener acceso al coño que en ese momento tenía chorreando, dos de sus dedos me estaban taladrando.

Me besó de un modo en que solo una persona lo había hecho antes, pero muy lejos en el tiempo. Me sorbía el alma además de la lengua y parecía que desfallecería si no paraba, pero no quería que eso sucediera, se colocó bien y mientras seguía follándome con los dedos soltó la falda que apartó con facilidad, me tendió sobre la mesa y fue paseando su lengua por mi cuerpo hasta llegar al vientre, ahí se entretuvo hasta casi desesperarme; quería que siguiera para que me llevara al séptimo cielo, alguna vez me han hecho sexo oral, pero nadie se había tomado nunca tanto interés en hacerme disfrutar como ese sátiro.

Estaba desmadejada cuando tiró de mi para incorporarme, me acercó al filo de la mesa y al tiempo que con un mano tiraba de mis riñones para que me acercara más a él, con la otra guío la verga hacia mi cueva penetrándome hasta el fondo con un lento pero firme caderazo, me sujeté a su cuello y me deje llevar por su ímpetu que me estaba rompiendo todos los esquemas.

Me corrí al ritmo de sus embestidas, fueron una y otra vez en que acallaba los gritos que solo resonaban en mi interior, igual que las pocas ocasiones en que había sentido algo medianamente parecido en brazos de Jorge, eso duró hasta que me desvanecí momentáneamente, estaba en la gloria y me hubiera quedado allí hasta el fin de mis días, Salva fue generoso y me espabiló para que regresara al trabajo antes de que nadie me echara en falta y le pidiera explicaciones a mis compañeras.

Me recompuse la ropa y lo acompañé hasta la puerta que da al patio posterior, le dejé salir y llevé el carro en la cámara, al llegar junto a mi compañera Luisa, le aseguré que no habían encontrado nada raro en mi estado, y que atribuían los mareos y sudores a una pequeña deshidratación; con una bebida isotónica se solucionaría todo si la tomaba con regularidad.

Él siguiente día me habría tocado trabajar solo de mañana, no recordé que Luisa empezaba sus vacaciones y por tanto nos repartimos unos turnos muy extraños, por la mañana trabajaría de las 9 a las 13 y por la tarde de las 17 a las 21, el rato que quedaba de las 13 a las 17 no justificaban las casi hora y media de viaje hasta casa que tardaba en transporte público, por la mañana y la noche eran dos hermanas, una u otra compañera de la sección de frutería quien me llevaban generalmente.

Salva pasó por mi puesto a las 12 aproximadamente como el día anterior, le llamé aparte para decirle que fuera al baño poco antes de las 13 horas, entré al vestuario para coger el bolso y salimos por la puerta que da al callejón trasero, fuera le pregunté si podíamos ir a su casa, me tomo por la cintura y nos encaminamos a una portería cercana donde subimos al cuarto piso.

Le pregunté si no llegaría su esposa en mal momento y me sorprendió con una respuesta del todo inesperada.           .- Mi esposa me dejó el día que anuncié que me había afectado el ERE, no sé dónde está ni ganas de saberlo.

Después de eso y sin darme tiempo a reaccionar se abalanzó sobre mí y comenzó la fiesta. No entiendo como lo hacía para apoderarse de mi voluntad y mi cuerpo, pero sin apenas tocarme estaba rendida como el día anterior, me besaba con una pasión inusitada y sus manos recorrían mi cuerpo con tanta maestría que no podía identificar que era por encima y que por debajo de la ropa.

Me fue llevando hacia el sofá y allí me bajó los tirantes del vestido, los pezones se rindieron con los primeros lametones y me saque el vestido, no quería que tuviera impedimentos de ningún tipo. Después de someterme al peor de los castigos con sus manos y lengua, me tomo en brazos para llevarme a una habitación dejándome sobre una cama enorme.

Se desnudó en segundos sin darme oportunidad de ayudarlo y al instante estaba entre mis piernas que colocó sobre sus hombros para penetrarme de forma salvaje. Me corrí en innumerables ocasiones y él, él se fue racionando de modo que seguía y seguía dándome sin acabar, solo aflojaba el ritmo de vez en cuando escuchando mis jadeos y apagados gritos de placer y de ese modo asistir a mi continuo claudicar. Por fin con un gruñido me inundó con su semilla, pero eso solo le espoleó para darme unos cuantos caderazos más que me acabaron de derrotar.

Quedamos sobre la cama sudados y exhaustos, estaba con la mente en blanco igual que mucho tiempo atrás, y recordé como a los 18~19 años y en la playa, me fumaba unos porros mientras un par de amigos me manoseaban para ponerse a tono y poder follarme, en esa época no había preocupaciones ni problemas de ninguna clase, solo se vivía el momento.

Cuando pude moverme fui desplazándome hasta llegar a su verga, le di besos y lametones, al estar fofa la trague sin dificultad y seguí jugando con ella hasta que creció y se endureció, no era la primera vez que tenía una polla en la boca, pero si en la que había sido yo quien lo había deseado, seguí jugando con ella y apareció el líquido preseminal, poco después llegó la primera descarga que recibí con alegría, igual que las siguientes en que evité por todos los medios que se escapara nada.

Al acabar me la metí en la boca todo lo que pude y me quedé inmóvil ¡no pensaba! solo estaba y eso era maravilloso. Al notar que la verga reaccionaba le di unos cuantos meneos, me arrodille en medio de la cama y le pedí que tomara mi culo. Se puso un condón y me lubricó un poco la entrada con dos dedos que metió en mi boca para que los lamiera.

Con seguridad y sin hacerme sufrir me taladró durante un buen rato, me daba unos cuantos caderazos y reposaba, eso hacía que al contrario de las pocas ocasiones en que se lo permitía a Jorge, en que se corría con las primera embestidas dejándome sin nada de placer y bastante dolorida, notaba aumentar mi excitación, además alargó sus manos llevando una a los pechos para retorcer los pezones por turnos y la otra al clítoris, que estuvo martirizando hasta que alcancé un primer orgasmo.

Seguimos jugando hasta que me hizo volver a la realidad, eran las 16.30 y me tenía que preparar para regresar al trabajo, me di una ducha rápida mientras él sujetaba mi cabello para que no se mojara, me vestí y cinco minutos antes de la hora llegaba al súper. Toda la tarde me la pasé picando, no había comido nada a mediodía y notaba hambre.

Al día siguiente repetimos la operación, lo acompañe hasta la puerta posterior con la compra y al llegar a su casa me dio un par de llaves, una del portal y la otra de su casa.      .- Esto es para que entres cuando llegues sin necesidad de esperarme. Ese día fue también sublime.

Fueron pasando los días, y aparecía él con su carro antes o después yo lo acompañaba a la salida trasera esquivando a los proveedores, de ese modo no pagaba la cuenta y llegaba antes a su casa, yo iba cuando terminaba mi turno y regresaba a la hora de retomar la jornada. Después de aquel primer día aprovechaba cualquier oportunidad para comer algo, pues el mediodía nos lo pasábamos juntos en la cama o cualquier otro sitio, pero muy animados los dos.

El primer sábado noche, al llegar a casa encontré a los niños viendo una película y a Jorge preparando una pizza, después de cenar los niños se acostaron y Jorge se puso meloso, esa noche tuvimos fiesta y puede que por un poco de sentimiento de culpa o porque se me había despertado la lujuria, fui mucho más activa que en otras ocasiones, premiándolo con una soberbia mamada como las que le hice durante la semana a Salva.

Más tarde y cuando estábamos casi dormidos, fui yo quien tomó el control y jugué con su polla hasta que la puse en condiciones para un nuevo asalto, y en esta ocasión le ofrecí mi culo, pero mantuve el control y le dije que se estuviera quieto para que yo me moviera a voluntad, de ese modo logré que retrasara su eyaculación hasta después de tener mi primer orgasmo con él en esa situación.

Jorge se derrumbó sobre mí murmurando.          .- Que puta eres, no te preguntaré donde aprendiste esto, pero me molesta que lo hayas guardado tanto tiempo pudiendo disfrutarlo antes.

.- Calle pensando. Si tú supieras.

El domingo fue un carrusel, a los niños vino a recogerlos mi hermana para llevarlos al Zoo con dos primos de su edad, eso no estaba en el programa, la idea era pasar el día los cuatro ultimando los detalles para las dos semanas que teníamos planeadas pasar en un camping en la Costa Brava. En cambio no hicimos nada de lo planeado y nos pasamos el día como el primer año de conocernos, follando, bebiendo, fumando algún porro y volviendo a follar.

A última hora de la tarde, cuando mi hermana trajo a los niños estábamos rematando una grata faena, Jorge me estaba haciendo una comida de coño antológica, como no recordaba más que entre las brumas de un lejano recuerdo. Después de cenar y que el pequeño contara por enésima vez, como se tocaba un mono nos acostamos, de madrugada tuve un sueño extraño, pero a la mañana siguiente era incapaz de recordarlo.

El lunes retomé la rutina con Salva, en realidad lo único rutinario era el horario, aunque cada día era diferente en todo excepto en hacerme sentir el centro del universo.

Llegó el sábado y con él la despedida por dos semanas, no nos hicimos promesas, en realidad desde que comenzó esa aventura apenas hablábamos, solo lo imprescindible pues casi todo nos lo decíamos con el cuerpo y la mirada.

Al llegar a casa, me sorprendió ver maletas preparadas, tres para ser exactos y ninguna mochila ni tienda de campaña ni nada de lo necesario para el camping, al ver mi cara mi hijo pequeño se abrazó a mí.           .- Gracias mamá por dejarnos ir a pasar las vacaciones a casa de la abuela con los primos, eso del camping es un rollo y te prometo que le haré caso a la tía y me lo comeré todo.

Jorge me abrazó y enseñando unos billetes me dijo que por la mañana tomábamos un avión rumbo a Menorca, donde pasaríamos dos semanas estupendas, estaba conmocionada por el cambio de planes cuando apareció mi hermana.

.- Mañana salimos temprano, no quiero coger la caravana de salida que se arma estos días de comienzos de vacaciones. Pasadlo bien tortolitos que Jorge ha tenido una idea genial para celebrar el décimo aniversario de boda aunque falte un mes.

.- Me ha costado callarlo y ser su cómplice, pero ahora os toca aprovecharlo bien.

Estaba decidida a seguirle la corriente, Jorge se había tomado muchas molestias para montar todo eso y no pensaba discutir con él, esa noche aunque no traía muchas ganas comenzamos despacio pero nos fuimos animando y de madrugada decidimos dormir un rato, estaba agotada pero satisfecha.

Entre ir al aeropuerto, volar a Menorca, llegar al hotel e instalarnos se hizo la hora de comer, después de una merecida sienta sin fiesta, salimos a conocer los alrededores, Jorge insistió y entramos en un bar en el que tomamos unas copas, con mucha facilidad algo no frecuente en Jorge trabamos amistad con una pareja algo más joven que nosotros, Susi y Pablo nos sugirieron ir a bañarnos a la luz de la luna y aceptamos.

Continuara.