Infiel con mi sobrino
Ya encarrerada en la venganza y la infidelidad, un sobrino es muy buena opción.
Infiel con un sobrino.
Ya llevaba varios meses siéndole infiel a mi marido y la relación era cada vez más distante en varios sentidos. Teníamos relaciones dos o tres veces por semana aunque había ocasiones en que no me tocaba en toda la semana; seguro aliviaba su calentura con alguna de sus golfas de la oficina. Yo tenía mis aventurillas por mi cuenta; son algunos chicos del gym, amigos de la universidad y hasta uno que otro compañero suyo del trabajo, como ya conté en un relato anterior. Desde muy chica me acostumbré a llevar un diario en el que más que relatar los días, escribía mis sentimientos, mis pensamientos, fantasías, confesiones, etcétera. Así que en él desquitaba mi coraje y recordaba mis travesuras aclarando que lo hacía por desquitarme del pendejo, cabrón de mi esposo. Creo que ahora he transferido ese desahogo del diario a los portales de relatos; pero el fin es otro. Volvamos al relato.
Hacia fines de agosto recibimos a un sobrino de mi esposo, se llamaba Gonzalo le decíamos Gonzo- tenía 19 años y pasaría unas semanas de visita en nuestra ciudad. Él no es de aquí, pero estudió la prepa en esta ciudad y procura visitarla de vez en vez ya que dejó varios amigos. Yo lo había conocido en nuestra boda, pero desde entonces no nos habíamos visto.
Cuando llegaron del aeropuerto mi esposo y su sobrino, me sorprendió un poco encontrarme con un muchacho bastante más fornido de lo que yo recordaba.
- Gonzo! Hola! Qué gusto! Oye, pero qué bárbaro te has puesto bien fuerte.
- Ya ve tía, mucho ejercicio. Es que me metí al equipo de americano de la Universidad; con los borregos. Y pues hay que meterle a las pesas.
- Las viejas te que has de traer, cabrón dijo mi esposo, Miguel.
- Se hace lo que se puede, tío.
- Oye, pero a mi nada de tía, eh. Ya te dije, háblame de tú, soy muy poco mayor que tú.
Normalmente Miguel se iba a trabajar, yo me iba al gym un rato y cuando llegaba, Gonzo salía de la casa y regresaba al anochecer o durante la tarde, pero alguna ocasión llegaba a medio día o no salía. La irregularidad de su horario complicaba bastante mis travesuras, mi única opción era darme escapadas rápidas, pero no podía recibir visitas en casa. Para colmo de males a mi esposo le dio un ataque de prudencia y no quería que tuviéramos relaciones mientras estuviera su sobrino; le daba pena o le incomodaba que nos oyera. Sí somos escandalosos, pero qué tiene que nos oigan, carajo! La abstinencia sexual me pone de muy mal humor, me gusta estar bien atendida, así que mi irritabilidad estaba a flor de piel. Tenía que masturbarme más de lo acostumbrado; quería que me cogieran, necesitaba sentir unos labios, caricias, nalgadas, que me penetraran, lamer, mamar quería coger!!!
Una mañana entré al cuarto en el que se estaba quedando Gonzo pues necesitaba algo de ahí, pero como él aún no se despertaba entré con mucho cuidado para no despertarlo; mi sorpresa fue cuando vi que estaba durmiendo desnudo y tenía una erección! Sentí una mezcla de pena, curiosidad y excitación. Me dieron ganas de acariciarla, mamarla o al menos dedearme, pero luego de observarlo unos segundos, salí del cuarto temiendo ser descubierta. Eso sí, entré a mi cuarto inmediatamente y me masturbé con uno de mis juguetitos. Imaginaba que acariciaba la verga de mi sobrino, que la lamía, que la rozaba con mis pezones y luego se la mamaba mmmmmmmm la saboreaba y luego lo montaba. Lo imaginaba embistiéndome con ese cuerpo tan fornido nalgueándome y penetrándome fuerte. Me calentaba ser cogida por mi sobrino. ¿Qué mejor venganza a mi esposo que darle las nalgas a su jefe, sus amigos de la oficina y ahora a su sobrinito? Me masturbé y me vine con la imagen de su sobrino cogiéndome.
Cuando salí de bañarme Gonzo ya se había ido. Entré a su cuarto para tender la cama y me dio curiosidad oler sus sábanas; ¿olerían a sexo? Noté unas manchas en las sábanas, las olí y me di cuenta de que había tenido un wet dream. Me excité de nuevo. Por la tarde le confesé a mi diario lo sucedido y mis deseos de cogerme a mi sobrino; estaba buenísimo "tiene un cuerpo delicioso, musculoso, brazos anchos, espalda ancha, nalgas deliciosas ¿cómo estará el paquete?" "hoy se lo vi!!! Fue por accidente. Entré a su cuarto y lo dormido, desnudo, la tenía parada se me hizo agua la boca y la concha quise lamerlo, mamarlo, cogérmelo" "llevo demasiado sin coger. Estoy muy caliente, ya no quiero dildo, quiero VERGA. Gonzo está muy bueno; qué pena".
Pasaron los días y mi sobrino salía menos de casa o por espacios más breves; me complicaba mis travesuras, aunque cada vez era más atento conmigo, más cercano. Platicábamos largos ratos, íbamos al cine, en fin. Un día me dijo que si podía acompañarme al gym y con algo de nervios le dije que sí; en realidad no podía negarme, ¿qué razón podía dar? Me ponía muy nerviosa alguna indiscreción de algunos de los chicos del gym. ¿Y si mi sobrino se enteraba de mis travesuras?
Al día siguiente como a las 9 nos cambiamos y nos fuimos al gym. Me puse unos pants blancos muy entallados siempre los uso así- una tanga y una de esas pequeñas blusas que más bien son brassieres deportivos. Él llevaba unos pants azules y una playera blanca con el logo de su equipo de americano. Estuvimos como dos horas en el gym, algunos ejercicios los hacíamos juntos y otros separados. La última media hora o un poco más se fue a las pesas y yo me quedé en mi rutina. En esos momentos en que se fue Gonzo a las pesas, los chicos del gym se me acercaron y me interrogaron como era de esperarse. Les dije que era un amigo, pero que era muy cercano a mi esposo: "Así que calladitos, eh."
- Y también te lo coges, Teresita? me preguntó Lalo al oído.
- (Sonreí) No pero no estaría mal.
- Y cuándo me toca a mi otra vez? Ya extraño
- Nos ponemos de acuerdo, pero ahora en tu casa.
- Suena bien.
Finalmente nos fuimos a casa; el plan era bañarnos e ir a comer fuera. Al subir las escaleras del edificio yo iba adelante y me di cuenta cómo mi sobrino no dejaba de verme el culo. Yo lo movía un poco más que de costumbre pero sin ser descarada. Me excitaba muchísimo que mi sobrino estuviera con sus ojos fijos en mis nalgas; sentía su deseo; yo me calentaba más y más. Llegamos al departamento y enseguida entré. Al darme la vuelta después de cerrar él estaba frente a mi a sólo unos centímetros. Me sorprendió y me hice hacia atrás pegándome a la puerta, él se acercó aún más.
- Qué haces, Gonzo?
- Qué crees, Tere? se acercaba más y más y me susurraba al oído.
- No, ¿qué haces?
- Lo que tienes ganas de que te hagan, "tía".
- No, Gonzo yo ya estaba ardiendo, pero lo que realmente quería era que me arrancara la ropa y me cogiera de una buena vez.
- Ya leí en tu diario lo que escribiste de mi, tía.
- No, Gonzo
- Estoy bajando mi mano por tu abdomen y voy a tocar la conchita, si está seca, no pasa nada, pero si estás mojada, te voy a coger, tía
- No
- Uuuyyy tienes el pants mojado, empapado cómo estará la tanga tan rica que traes? Creo que te voy a coger, tía.
- Gonzo soy tu tía
- Eres una vieja que está bien buena, una vieja que quiere coger, que está caliente y que se muere por mi verga que quiere lamerla -me agarró la mano y la llevó a su paquete; en cuanto se la toqué suspiré y se me aceleró el corazón- y a mi se me antoja tu culo, tía él me acariciaba la concha sobre el pants- Méteme la mano, acaríciamela
- Qué rico me tocas pero eres mi sobrino
- Igual vamos a coger además eso te calienta, no?
- La tienes bien larga
- No quieres verla más de cerca? me hinqué y quedó frente a mi esa rica verga, larga, dura; la admiré unos segundos acariciándola, luego la lamí desde la base hasta la punta, él se quitó la playera, yo le bajé los pants mientras se la lamía. Le acaricié las nalgas y las piernas- quítate la blusita.
- Siéntate en el sillón así lo hizo, le quité los tenis, las calcetas, los pants, me hinqué frente a él, le abrí las piernas, me quité la blusita y mis tetas quedaron al desnudo con los pezones bien duros y paraditos. Le acaricié las piernas subiendo desde las rodillas, los muslos y rozando sus piernas con mis tetas; me acerqué a su miembro, lo agarré y lo froté contra mis tetas- la tienes deliciosa, papito mmmmmmm mmmmmmmmmm él me agarraba la cabeza y hacía a un lado mi cabello para ver cómo su tía se llenaba la boca con su rabo-.
- Esto es lo que querías, verdad tía? Te gustó verme la reata el otro día. Golosa. Si fuera mi tío no dejaba de darte todos los días pero bueno, queda en familia. Qué bien la mamas, tía.
- Mmmmm mmmmmmm ¿te calienta decirme "tía"? ¿eh?
- Jajaja mucho desde que te vi se me antojó cogerte las chaquetas que me he aventado pensando en ti, en tus nalgas mmmmmm ay, qué rica boquita, tía.
- Ah, sí, ¿tanto así, sobrinito? ¿te gustan las nalgas de tu tía Tere?
- Me encantan hazme un strip
- Ya me quité la blusita.
- Con lo de abajo.
- Bueno me levanté, di unos pasos hacia atrás me di la vuelta y empecé a bailar sugestivamente, bamboleando la cadera; me bajé ligeramente el pants hasta enseñar el costado de mi cadera y el resorte de la tanga; un lado luego el otro, me di la vuelta de nuevo quedando frente a él y vi cómo se estaba haciendo una paja, girando rítmicamente me bajé el pants dejándole ver mi culo. Me di la vuelta caminé hacia él, me di la vuelta de nuevo y le dije: "Quítamela". Él puso su cara en mis nalgas, las olió, las lamió y luego me bajó la tanga lentamente. Me giró quedando mi panochita frente a su cara.
- Cómo he soñado en comerte la panocha, en llenarte el mono con mi lechita me acostó en el suelo, me abrió las piernas, se bajó y empezó a lamerme el coño. Lo hacía muy bien para ser tan joven, no era brusco, bueno sólo lo necesario- me gusta cómo te lo rasuras mmmmmm cómo sabe, cómo huele mmmmmmm mmmmmmm.
- Qué rico, sobrino has practicado bastante ay, así, así mmmmmmm agárrame las tetas pellízcame los pezones mmmmm después de unos minutos dejó de comerme la concha y sin más se acomodó de misionero y me la metió- ay mmmmm ay, cabrón la tienes enorme, Gonzo papito qué rico
- Te gusta, tía?
- Ay, sí, sobrino mmmm, ya me hacía falta una así.
- Cuando quieras, tía, total estamos todo el día solos.
- Avorazado ay, síguele, siguele.
- Eres una golosa, Tere cambiamos de posición al tornillo, se hincó, me acomodó transversalmente, de lado, para verme las tetas y el culo mientras me la metía. Me daba nalgadas y me agarraba las tetas, me pellizcaba los pezones mientras me bombeaba- estás bien buena, tía.
- Cógeme, cógeme duro, Gonzo.
- Te gusta duro, tía?
- Sí, me gusta duro dime groserías, cógeme estaba excitadísima, sentía cómo mi primer orgasmo no tardaría- cógeme duro, cabrón sentí cómo su erección era mayor-
- Así quieres que te coja, eh?
- Sí, así cógete a la golfa de tu tía soy una güila, una zorra -estaba a punto de venirme-
- Me encantas pinche güila, desde que te vi lo supe, sabía que me darías las nalgas, zorra.
- Sigue, sigue
- Nada más de ver tus calzoncitos y cómo te vistes cómo vas al gym para que todos se mueran por cogerte
- Sigue sigue ayyyyyyyyyyyy
- Ver cómo las meneas al caminar cómo te calienta sentirte deseada te gusta provocar zorra. Estas bien buena tiíta.
- Mmmmmmm aaaaaaaaaaahhhhhhhhhh -seguía bombeándome pero disminuyendo el ritmo- mmmmmm, qué rico, ya me hacía falta.
- Móntame , tía se sentó recargándose en el sillón y yo me senté en él metiéndome suavemente su enorme miembro, él me agarraba la cadera y las nalgas, le acerqué mis tetas y empezó a lamerme los pezones con la punta de la lengua. Yo me movía hacia delante y atrás y haciendo ochos.
- Mordisquéame las tetas, los pezones ay, así, papito no me dejes marcas, eh Así te imaginabas cogerme, sobrinito?
- Coges más rico de lo que creí, tía.
- Te caliento?
- Sí, tía.
- Te pajeas por mi?
- Sí, tía comencé a acelerar mis movimientos-.
- Te gustan mis tetas?
- Sí, tía.
- Mi conchita?
- Sí -bajó las piernas y me incliné hacia atrás; acarició mis tetas y bajó la mano hasta mi panochita.
- Estás re buena, tía luego de unos minutos me incorporé y le dije al oído: "Métemela por atrás"- muero por metértela de perrito.
- Qué esperas? me subí al sillón y me acomodé recargándome en el respaldo y levantando el culo, ofreciéndoselo.
- Tienes un culo riquísimo, tía me lo acarició, me golpeteó las nalgas con la verga y luego me la metía un poquito y la sacaba.
- Ya métemela quiero sentirla seguía provocándome, eso me excitaba mucho.
- Ya? La quieres toda, tía?
- Sí, dámela toda, papito la quiero to -la metió toda de un empujón- ay, qué rico mmmmmm así, así la tienes bien larga, cabrón.
- Te gusta mi verga?
- Sí, papito, me gusta tu verga.
- Me la hubieras mamado cuando me la viste, me hubiera encantado despertar así hubiéramos cogido delicioso.
- Se me antojó hacerlo, pero dame nalgadas ¡zaz!...ay, qué rico.
- Pero, qué? ¡zaz! me encantaba cómo sus manotas me agarraban el culo y me daba nalgadas.
- Me dio pena ay, qué rico me la metes, cabrón ¡zaz! sus embestidas eran cada vez más fuertes.
- Y luego, luego fuiste a darte dedo, verdad?
- Sí, sí, papito me puse a jugar con mi dildo.
- Luego quiero ver cómo te lo metes, tía.
- Me voy a venir otra vez, papito...Tú?
- Ya quieres que me venga, güila? ¡zaz!
- Sí, quiero sentir tu lechita dámela, papito, dámela aguanté mi orgasmo.
- Me puedo venir adentro, tía.
- Sí, no te preocupes ya dame tu lechita -sentí cómo bombeaba su verga dentro de mi y en poco segundo sentí cómo me inundaba con su lechita ardiente mientras me ensartaba hasta el fondo, entonces me vine de nuevo- aaaaaahhhhhhhh aaaaayyyyyy, cabroooooooón
- Aaaaaahhhhhhhhhhhhhhhhhhh .aaaaaahhhhhhhhhhhhhh luego me bombeó un poco más mientras salían sus últimos chorros de semen en mi interior. Se recostó ligeramente sobre mi y me acarició el torso y las tetas mientras perdía su erección poco a poco- fue mejor de lo que creí.
- (Sonreí) Te gustó?
- Me encantó, tía
- Te excita mucho eso de "tía", verdad?
- Me excitas tú me lengüeteó la oreja.
- Mmmmmm, qué rico.
- A ti te gustó?
- Mucho; me hacía falta, me han descuidado bastante últimamente.
- Pues cuando quieras.
- Mmmm suena bien.