¿Infiel?

Una mujer discurre entre el sueño húmedo, la pesadilla y la realidad, después de una tarde de fiesta y pasarse bebiendo ¿he sido infiel?

Desperté sobresaltada, dando una bocanada de aire como un mordisco, como si saliera de un coma subacuático. Mi cabeza me estaba matando, mis sentidos abotargados y me costó unos segundos reconocer donde estaba… y cómo estaba.

Me encontraba en mi cama en mi casa, aunque era incapaz de recordar cómo demonios había llegado… y parecía tirada, más que acostada ¿porque demonios estaba sobre la colcha de la cama, completamente desnuda, pero mantenía las medias puestas?. Mi cuerpo estaba derrotado, inflamado y caliente e irritado.

La luz tenue del reloj de la mesilla marcaba la 1:50 de la noche.

Comencé a recordar cómo en una niebla o en un flashback de película… El día anterior habíamos  quedado con los amigos para comer. Era una situación largamente esperada y deseada, después de los duras días de confinamiento y ahora que la situación de la pandemia mejoraba. Recuerdo que colocamos a los niños en casa de mi suegra, en previsión de que la cosa se liara. También recuerdo como me preparé con esmero, quería lucir fantástica y me puse ese vestido verde tan especial que me queda divino, un poco atrevido, casi como un regalo para mi marido, para que supiera que iba pidiendo guerra….. y también empezaba a intuir lo que había pasado, porque el exceso de entusiasmo con el que me tomé aquella cita me había descarrilado: yo nunca bebo y ahora recordaba haberme pasado con el alcohol… y también me lo recordaba mi garganta que suplicaba por el refresco de un largo trago de agua.

Como pude me incorporé, la cabeza dándome vueltas y permanecí unos segundos sobre el borde de la cama, después de los cuales reuniendo valor, me puse de pie. Al hacerlo, de repente, sentí que algo salía de mi, fluyendo entre mis mulos… acerqué mi mano instintivamente, no era mio. Entonces me percaté, hasta ahora ni siquiera había caído en su presencia; en la oscuridad de la habitación se le intuía, más que se le veía, al otro lado de la cama, tirado boca abajo, posiblemente desnudo y profundamente dormido, a mi marido.

¿Pero cómo era posible que no me acordara cómo había vuelto a casa? Y, sobre todo ¿cómo era posible que no recordara que habíamos follado? Desde luego, según avanzaba a tientas para el baño, intentando no despertar a mi marido, parecía evidente que el se había dado todo un festín…. en mi pelo y en mis pechos, también había restos que parecían que lo delataban.

Di la luz del baño, durante unos segundos no pude ver del fogonazo que se produjo en mi cabeza y cuando lo hice, la imagen que me devolvió el espejo era impresionante… Desnuda, con el pelo revuelto, un mechón pegajoso, restos de semen en la cara, el pecho y sin olvidar el que seguía escapando de mi vagina, entre mis muslos, hacía mis medias. Me las quité rápidamente y cogiendo unas toallas de higiene intenté limpiarme en la medida de lo posible…. el tacto húmedo y frío de su perfume me erizaba la piel. Bebí un vaso de agua y después otro y decidí que era momento de volver a la cama y de dormir.

Mantuve la luz apagada para evitar despertar a mi marido y a tientas fui hasta mi lado de la cama. Necesitaba encontrar el camisón, ahora tenía un poco de frío, como si estuviera destemplada.  En la oscuridad no era capaz de dar con él, pero si encontré el móvil, de manera que utilicé su linterna y entonces, de un fogonazo, como el destello fugaz de la luz de un faro, en una décima de segundo, vi algo que me heló el alma….. una figura tribal, hipnótica, que bajo la luz blanca  del teléfono parecía bailar sobre el hombro de mi marido…. ¡Noooooo! Era un tatuaje, pero obviamente NO era mi marido….

Di un salto hacía atrás como si hubiera visto al diablo, golpeándome la espalda contra el armario…. Me daba miedo hasta seguir indagando… recobrando valor dirigí la linterna hacia el hombre. Estaba efectivamente completamente desnudo, boca abajo, los brazos sobre la almohada y su cara… tenía un cuerpo musculoso, pero no hinchado, con múltiples tatuajes, bastante bronceado y no veía bien su cara, medio oculta con el brazo, pero al dirigir hacía allí  la linterna, se revolvió un poco y entonce, presa del pánico, me di cuenta… era Ramón…. nuestro amigo Ramón, amigo de muchos años, el separado, el vividor, el eterno juerguista…. Y como si naciera de mis entrañas y escapara con violencia, solté un grito que al instante, como si hubiera apretado un resorte, provocó que Ramón despertara y de un salto ágil se plantara al pie de la cama….. la cama nos separaba, como en un partido de table tennis y durante unos segundos nos miramos, desconcertados, en la situación extraña de contemplarnos totalmente desnudos, expuestos, como en una escena irreal un sueño sin sentido…..

  • Ramón…. - le dije yo con voz temblorosa, casí en un susurro - ¿qué coño ha pasado….?¿qué significa esto?.
  • Joder Elena…. Que susto me has dado, pero… ¿no te acuerdas de nada?
  • No, joder, mi cabeza me esta matando…. ¿Pero que coño de broma es esta?.
  • ¿En serio que no recuerdas nada?… no es posible - balbuceaba.
  • ¡NO, hostia! -grité- no me acuerdo de nada…. Joder Ramón… que me he despertado cubierta de semen…. Dime que no hemos hecho ninguna locura, por favor… dímelo - mi voz suplicaba
  • Buff….. - resoplaba mientras mantenía la cabeza entre sus manos
  • ¡Que! - grité, rozando el llanto
  • Pues si, joder…
  • Pues si que…. Ramón, SI ¿qué?.
  • Joder Elena, me estás acojonando… es evidente que nos hemos acostado…. Como es posible que lo dudes…

Claro que era evidente, mi cuerpo presentaba todas las señales, pero en el momento en que lo reconoció fue como si me atravesara un rayo y mi cabeza giró, hasta el punto de dar un traspié y tener que apoyarme en la cama.

  • ¿Estas bien, Elena?.
  • ¡Pero cómo voy a estar bien! - grité en un sollozo - ¿pero cómo hemos llegado a esto… que cojones ha pasado?.
  • A ver Elena, te has pasado bebiendo, eso está claro. Después de la comida ya ibas muy perjudicada y para colmo seguiste bebiendo combinados a la tarde… así que sobre las 9 de la noche estabas fundida…. Tu marido estaba todo encabronado contigo porque le cortabas el rollo y se veía obligado a llevarte a casa y perderse la fiesta y entonces le dije que a mi no me importaba traerte yo, porque de cualquier manera yo me había pensado ir a esa hora… porque mañana trabajo….. y, bueno, cogimos un taxi y como no me fiaba te acompañé hasta la puerta y…..
  • ¡Joder Ramón hasta la puerta!…. has entrado mucho más allá de la puerta
  • Ya Joder…. Pero no fue culpa mía - balbuceaba - yo flipo con que no te acuerdes de nada
  • ¿De qué me tengo que acordar?
  • ¡Fuiste tu la que se empeñó en follar!
  • ¿Pero qué dices?
  • Si… tu - casi lo decía de manera acusadora - yo intenté irme y escabullirme, luché lo que pude, te lo juro… pero tu que no…..¿no te acuerdas? Encima tenías la lengua muy suelta… que hiciera contigo lo que quisiera, que si no me daba morbo ponerle los cuernos a mi amigo del alma y reventar a su mujercita…. Que querías ser mi puta….
  • ¿Pero que dices?
  • Si tía, así fue…. Y yo no te desnudé…. Fuiste tu solita la que se quitó el vestido, el sujetador y las bragas y me las tiraste con desprecio a la cara - ahora podía comprobar cómo verdaderamente mi ropa estaba tirada en una esquina de la habitación, yo le miraba embobada, sin entender o mejor dicho, sin querer entender lo que me contaba - en fin…. Joder Elena, que yo no soy de piedra…. Al verte desnuda tirada en la cama, abierta, ofreciéndote e insultándome…… Elena…. Lo siento…. Tu estabas convencida.
  • Joder Ramón…. Además tiene toda la puta pinta de que lo hemos hecho sin condón - mi furia interna iba en aumento
  • Ehhh…. Si..
  • ¡No me jodas que te has corrido dentro de mi!
  • Si….. - dijo bajando los ojos
  • ¿En serio?
  • Dos veces….. y en tu cara también - lo dijo en un suspiro, como en la confesión de un niño que ha sido malo. Sin embargo su cuerpo no era inocente, desde su entrepierna una enorme polla erecta me apuntaba desafiante - Joder Elena, lo siento, me haces sentir como un violador….. pero tu me lo suplicabas, estabas desatada… es increíble esta amnesia momentánea, parece que estoy hablando con otra persona.. además, aunque para ti parece que no tenido lugar para mi ha sido especial, te lo juro, de los mejores polvos de mi vida…. De hecho no me importaría dar otro viaje - me dijo mirándome ahora de manera lasciva, como si en cuestión de segundos se hubiera metamorfoseado de presa en depredador
  • ¿Pero de qué cojones estás hablando? Ni lo sueñes… lárgate y más te vale no intentar nada en el futuro ni volver a hablarme de esto y por supuesto a ningún tercero… por lo que a mi corresponde, no ha ocurrido.

Y dicho esto, me di la vuelta y pasé totalmente de él, obviándole con desprecio, atormentada por no saber si era culpable o víctima, pero obligándome a no prestarle atención, sin atender a cómo recogía su ropa desperdigada por la habitación, ni cómo se vestía, ni siquiera respondiendo a su despedida…. Solo el portazo a su salida me devolvió a la realidad y sin más preámbulos me deslicé debajo del edredón y me tumbé en la cama, mareada y dolorida, percibiendo mi nerviosismo en los tambores de los latidos de mi corazón desbocado retumbando en mis oídos…. Y me dormí, en segundos, como cayendo a un oscura laguna de paz.

Estando dormida, los sueños etílicos me invadían, como una pesadilla reiterativa…. Sin embargo eran sueños húmedos, vívidos, que sentía de forma real…. Me veía como fuera de mi cuerpo, desde una posición cenital, tumbada desnuda, ofreciéndome a Ramón, que se desvestía y tenía en sus ojos esa mirada felina que ya había visto en sus ojos… y contemplaba como se acercaba hacía mi, su enorme pene en la mano, como se acomodaba entre mis piernas y como me penetraba, salvajemente, sin preámbulos, sin que fueran necesarios… y como bombeaba con pasión y fiereza, mis piernas elevadas en ángulo recto, mi cuerpo sacudido por cada embestida, mis pechos danzando rítmicamente y mi sexo henchido, lleno de él… y notaba, como si lo viviera en ese instante, como se tensaba y como su pene vibraba y como pronto, en cuestión de muy pocos minutos, en un tiempo lamentable, como se derramaba dentro de mi de manera triunfal, sin que pudiera remediarlo… en el sueño yo participaba y gozaba del encuentro, pero me sentía alienada, sin control, dejándome hacer, como un muñeco de trapo húmedo en sus manos y casi en cámara lenta observaba como se ponía de rodillas, yo seguía tumbada sobre la cama y se acercaba a mi cara y metía su pene todavía medio erecto en mi boca y podía incluso saborear lo suyo recién derramado en mi, mezclado con lo mío, esa mezcla de dulce y amargo y como en unos minutos volvía a estar henchido y como en otros tantos comprendía que de nuevo se venía y yo reaccionaba en el último segundo, escapando para evitar que acabara en mi boca, pero sin poder remediar que lo hiciera sobre mi pelo, mis pechos y mi cara…. Y caí de nuevo en una fase sueño profundo, reparador pero agitado… para al instante recobrar la ensoñación, yo tumbada sobre un costado, el dormitando, pegado por detrás a mi, los dos cuerpos respirando al compás, alineados, encajados, su brazo derecho abrazándome sobre mis pechos, el descanso del guerrero pero delatado por su pene, que muy poco a poco crecía, como a cámara lenta , palpitando y recogido entre mis nalgas, como si fuera su lugar de encaje perfecto.. y también veía, a través de la niebla de la culpa, como esta vez lo guiaba yo a casa, con mi mano, desde atrás inclinado un poco adelante mi cuerpo para facilitar el acople y esas punzadas de placer cuando su glande rozaba mis labios y resbalaba y al estar dentro de mi observaba como su cuerpo se activaba y volvía a bombear, golpeando sujetándome por la  pelvis o estrujándome los pechos todavía pegajosos, impactando sonoramente contra mis glúteos y lo notaba todo y sabía que me correría, que esta vez era la mía, aunque el también llegaba, pero yo lo conseguiría y extendía mi cuello, la boca abierta, luchando por respirar con un dedo suyo jugando con mis labios, arriba y abajo y de nuevo esa sensación húmeda de su carga dentro de mi, profundo y cálido y en ese mismo instante el comienzo de mi orgasmo……

Y entonces me desperté sobresaltada… como cuando despiertas de una pesadilla en la que te estás cayendo a un pozo, pero al contrario como llamada por una luz; de hecho un rayo de sol impactaba en mi cara, entrando por una de las ventanas de la habitación, que se colaba porque, de manera descuidada, no había bajado las persianas….. casi grito al recuperar la vigilia, histérica y especialmente defraudada de no haberme corrido y con lástima de que hubiera roto el hilo de Morfeo.

Miré alrededor con cierto temor….  Tenía puesto mi camisón, aunque no llevaba bragas, era fácil intuirlo por el cálido frescor que notaba en mi entrepierna. A la izquierda, colgando de una percha, que estaba sobre la manilla del armario estaba mi precioso vestido verde, perfectamente colocado…. Y a la izquierda el cuerpo de un hombre, acostado boca abajo, los brazos sobre la almohada…. Pero sin tatuaje tribal en el hombro…. Lo podría reconocer hasta por la forma de respirar incluso por su olor corporal y su calor, aunque ahora la luz de la mañana lo delataba… era mi marido…

Joder, todo había sido un sueño húmedo, tan real, tan vívido, tan excitante….. de hecho mi sexo palpitaba, henchido, húmedo y suplicando por el orgasmo del que le acababa de privar…. Mi marido seguía durmiendo profundamente… sin esperar mi mano acudió al auxilio, el contacto me produjo una descarga eléctrica, paroxística, casi cruel… intentaba no hacer ruido, no delatar mi acto, pero era imposible parar y en un instante me corrí, como nunca, completamente, de manera silenciosa pero gritando de forma salvaje por dentro, como una ola que recorría mi cuerpo, como entrando en resonancia con el universo…

Tardé minutos en recuperarme, drogada por los efectos de las endorfinas liberadas por el placer auto infligido… mi marido se había dado la vuelta, se le notaba más despierto, pero todavía medio dormido, quizás alerta por la intuición.

Me levanté, intentado no hacer ruido… el aire estaba impregnado de un olor a hormona, a sexo reciente… escapé furtivamente de la habitación y prácticamente corrí haste el baño, cerrando la puerta detrás de mí y echando el cerrojo, como si me escondiera de un delito. Necesitaba una ducha, mi cabeza todavía daba vueltas, estaba claro que el alcohol todavía hacía en mi estragos. Deslicé mi cuerpo fuera del camisón, notando el frío del aire en mi piel todavía sensible por el orgasmo…. De repente, cuando me disponía a echar a lavar el camisón, me di cuenta que en el fondo de la cesta de la ropa sucia estaban mis medias…. Las cogí con miedo, como quien sostiene aterrado el arma del delito… aparentemente estaban limpias, incluso las acerqué a la nariz, de manera animal, sin obtener respuestas…. Me sentí momentáneamente aliviada, me di la vuelta y me apoyé sobre el lavabo, la cabeza baja, como sumida en el caos… entonces sonaron dos golpes en la puerta, era Mario, mi marido.

  • ¡Elena! - ¿estás bien?.
  • Si cariño, claro - respondí con voz temblorosa
  • ¿Seguro?
  • Si claro, porque no lo iba a estar
  • Es que anoche te pasaste bebiendo
  • Ya lo sé amor, ya lo sé…
  • Me dio pena despertarte cuando llegué…. Parecías muy dormida… pero muy alterada
  • ¿Si? - solo pude contestar, la voz pendiendo de un fino hilo. Entonces levante la cabeza y vi mi reflejo en el espejo, pálida, desencajada, trémula….. y con un mechón pegajoso de pelo en el lado izquierdo de mi alborotada melena…. Joder…. La confusión me ahogaba, no podía respirar, estaba en sock, temblando como una hierba cimbreada por el viento
  • Te acompañó Ramón a casa - sus palabras rebotaban como un eco, como si no entraran por mis oídos e impactaran directamente sobre mi cerebro- ¿no te acuerdas?….. era incapaz de articular palabra, mi mano izquierda tocando el mechón de pelo acartonado, como una niña rota ante un juguete estropeado - Elena….. - insistía mi marido - ¿pero estás bien?
  • Si…. - mi voz parecía ajena, rota - si…. - repetí de forma enferma - me ducho y salgo

Y ningún torrente de agua del mundo podría lavar la confusión que secuestraba mi cerebro.