Infidelidad virtual...

Un esposo impaciente por tener su primer hijo, empuja a su mujer a un tratamiento de fertilización... y cae en una trampa insospechada.

"INFIDELIDAD VIRTUAL…..?"

Noelia tenia 32 años cuando su modélico matrimonio se fue al garete, después de dos años de feliz convivencia, tiempo suficiente para convencerse de que se había equivocado al atarse al que creyó que era el hombre de su vida. Este error dio lugar a que un buen día escuchara los cánticos seductores de un amor más pleno y gratificante, lo que aceleró la separación.

Últimamente, después de dos años de alegre soltería y vivir la vida intensamente, en los que alternó diversos romances, conoció a Juan Carlos, un tipo interesante, cuarentón de agradable presencia y cierto atractivo personal. Estaba recién divorciado y con ganas de reeditar su vida en pareja; la estuvo cortejando con insistencia, contra la actitud de Noelia que al principio se mostraba indecisa y reservada, hasta que al final depuso su resistencia y decidió entregarse totalmente a él. A continuación, todo fue bastante rápido, su nuevo amor le pidió ponerse a vivir con él, por probar si su entendimiento tenía la consistencia necesaria para organizar su vida en común, de una forma durable y provechosa. Juan Carlos, a pesar de la diferencia de edad, era un compañero resultón, que se mostraba enamoradísimo de su flamante compañera, a la que tenía en los altares. Además, su desempeño en la cama era bastante eficiente, aunque su manera de practicar la sexualidad y sentir la llama del erotismo era mas bien convencional….no estaba hecho a los actos y variantes de elevado morbo, ni a salirse de las pautas que suele marcar nuestra sociedad. Ella, le introdujo en ese submundo de sexo más liberado y al principió parecía que iba a adaptarse, pero al correr del tiempo volvía a su rutina de lo que llamamos normal.

A pesar de estos pequeños desajustes, Noelia decidió cambiar el chip de sus sentimientos en el amor y dio paso a lo utilitario, sacrificando algo del aspecto romántico. Noelia, accedió a cambiarse a vivir con él, en un lujoso y bien instalado apartamento de su propiedad. Desde los primeros tiempos, ya en su refugio de amor, la relación funcionó con cierto éxito, el prendado de ella, totalmente encoñado, la tenía como una reina, y lo que es mejor, le dejaba mucho margen de libertad para moverse a sus anchas. Había transcurrido poco más de un año, Juan Carlos seguía cada vez mas encandilado, bebía los vientos por Noelia y ella a su vez se había encariñado mucho con él. Todo marchaba viento en popa, pero ella era consciente interiormente de que su emparejamiento tenía cierta desproporción, ya que su afecto y querencia por Juan Carlos no alcanzaba el mismo nivel de lo que él sentía; lo de Juan Carlos era casi devoción. Sin embargo, la convivencia transcurría apacible, segura y sin altibajos, principalmente de cara a los demás. En lo más íntimo de sus pensamientos, Noelia mantenía una actitud de condescendencia y se esforzaba por ignorar los grandes momentos que había conocido con el refinamiento y la transgresión del común de las pautas sexuales instituidas como aceptables. Llegó a creer, de momento, que su acomodación a los dos quikis semanales que intercambiaba con Juan Carlos era perfecta, contando con la ayuda esporádica de algún dedo íntimo de voluptuosa autosatisfacción. Precisamente, por la vía del placer autónomo, Noelia empezó a pensar un poco por su cuenta y así, en su mente, se fue abriendo un cauce secreto hacia otras formas de deseo, que pujaban por revivir después de haber estado soterradas durante algún tiempo.

Ahora, a sus 34 años, Noelia estaba en un gran momento, su presencia física exultante, con todos sus atributos sexuales exuberantes, como una deliciosa fruta recién madura, le daban al conjunto de su persona un aire llamativo, como se desprendía de las miradas de deseo que le prodigaban los hombres por la calle o en círculo cerrado. Su cuerpo, sin ser de una belleza de concurso, tenía mucho gancho erótico, con curvas generosas y bien marcadas, elástico andar y piel tersa, boca grande y sensual además de una mirada profunda y dulce. Lo cierto es que una esplendorosa sensualidad emanaba de su persona. Esto le hacía pensar, en algunos momentos, que podía dar y recibir mucho, idea ésta que disparaba sus ansias por gozar de forma ilimitada, a la vez que interiormente se preguntaba si era una mujer realmente satisfecha en sus necesidades sexuales.

Juan Carlos tenía un pequeño negocio de ingeniería agrícola, situado a unos diez kilómetros de su casa. Vivian en una ciudad mediana. Solía comer muchos días cerca de su empresa y a diario volvía a casa bastante tarde, y como el trabajo de Noelia, le permitía tener casi todas las tardes libres, ella se ocupaba de organizar el mantenimiento de la casa, quedar con alguna amiga para tomar algo, ir de tiendas o al cine, visitar a su madre, leer, y otras menudencias. Los sábados y domingos estaba con Juan o salían a alguna parte. En sus ratos de ocio, cultivaba su afición por los temas escabrosos, husmeando en Internet con algún tipo de interacción en sitios estrambóticos, foros, y contactos de Chat de carácter diverso. Esta inquietud, la llevó a participar en algunos chats sobre temas amorosos, eróticos y de esa especie, donde, mediante un nick o alias, mantenía conversaciones atrevidas y bastante calientes con diversas personas. La mayoría de estos coqueteos eran poco duraderos, ya que no tenía libertad para corresponder a todo lo que le pedían: unas veces entrar en intercambios directos de placer, por medio de fotos especiales, realizar exhibiciones y actos sexuales con cámara web, o bien le proponían encuentros personales. Ya se sabe que casi todos estos contactos, pronto apuran la vía virtual y tienden a culminar el vaso de la satisfacción, pujando por pasar de forma rápida a lo físico o carnal. Noelia estaba enganchada a este juego secreto, con el que disfrutaba dejándose provocar o incitando a los hombres. ¿Porqué tenían que ser siempre ellos los que tomaban la iniciativa y se permitían exteriorizar su lujuria, sin esperar a conocer el sentir de sus interlocutoras femeninas?. De ello, Juan no sabía ni una palabra, ya que él era poco amigo de usar el ordenador para cosas triviales, solo utilizaba un portátil para lo imprescindible de su trabajo; en cambio, el PC de Noelia era para ella su santuario clandestino, donde tenían lugar las representaciones de las fantasías y pecados que no tenía ocasión de realizar en su vida cotidiana. Eran como hacer realidad ciertos sueños, protegida por la ausencia real de sus contertulios; cualquier frase provocativa podía salir de ella sin riesgo alguno, como si estuviera en el reino de la permisión. Todo ello, no alteraba su vida en absoluto, sino que le prodigaba muchas satisfacciones y le hacía vivir momentos muy rocambolescos. Incluso había tenido algunos contactos con mujeres, las más de ellas bisexuales o lesbianas, pero en ese barco no estaba interesada en subirse, por el momento.

Los contactos por Chat o por correo electrónico se iban sucediendo, unos entraba y otros salían; en el momento en que se percibía que no había un buen "feeling", se agotaban las ideas y se descartaban recíprocamente. Sin embargo, entre todos sus nuevos amigos destacó uno que poseía un carisma y una química muy especiales para Noelia. Se llamaba Army, era un tipo agradable, de unos cincuenta años, de profesión médico, casado con una mujer muy laboriosa, pero de carácter rígido, cuatro hijos. Residía en una ciudad importante, algo alejada. Army era un tío poético y cachondón, dicharachero, algo bohemio y con pretensiones algo libertinas.

La historia de Army comenzó con una serie cruzada de jugosos correos, que se fueron animando hasta que se trasladaron a conversaciones directas de Chat. A través de estos diálogos más espontáneos, congeniaron de tal forma, que su amistad progresó rápidamente, conforme él pujaba en tono imaginativo y picante. Ella, lo consideraba un poco salido, pero, de entrada, él tenía la habilidad de disimularlo con cierta elegancia. Entre galanterías, siempre le dejaba saber que era un adicto del buen sexo y sus más variadas prácticas. Le envió unas fotos que la impresionaron favorablemente, anunciando que eran parte de su imagen por el momento. Era un hombre, de buena facha, alto, macizo, enjuto de carnes, con una mirada entre pícara y soñadora. En pocas palabras, Noelia pensó que se trataba de un hombre atractivo y deseable también como persona. Con frecuencia, después de cada charla, el escribía un largo mail para remachar o aclarar lo que habían hablado. Al poco de conocerse, Army se fue soltando y pasó, desde un trato amistoso y afectivo, a colarse en la intimidad de Noelia, cortejándola con intención y osadía, en una táctica envolvente. En sus incisivos correos, siempre había fragmentos y frases de este estilo:

"Noelia, comunicarme contigo me pone muy contento y a cien, si, tienes sal y pimienta….jah! no tiene desperdicio. Tu inteligencia y sensualidad no tienen límite….dichoso aquel que pueda gozar junto a ti y tener las energías extraordinarias que pide tu sexo, porque tu eres una Reina para servirte, lamerte, chuparte y penetrarte suavemente….hasta sentirte gozar, gemir ….uuummm! eso es vivir---siii!"

"Si, mi reina, tu eres mi droguita, mi ama…que me diriges a distancia, tus correos son una delicia, eres algo que siempre he querido tener, sería muy lindo tenerte cerca, una mujer hembra sabia y chispeante para comentar tantas cosas, que a veces mi propia mujer no acepta…contigo tu Army se siente como chico con juguete nuevo, porque este macho pide pero no le dan….pero hay que tomarlo con paciencia y filosofía, la vida de cazado, con z, es así".

"A veces pienso mucho en ti, e imagino que paso mi lengua por esa parte de tu cuerpo suave, cálida, qué tan bien huele!,¡ aayy, que dura tengo la verga! Toda tu persona me excita, me dominas, siento la polla jugosa y tu me la acaricias suavemente, a la vez que miras mis reacciones….late, se inflama, se pone morada y justo en ese momento te reclinas y le das unas suaves lamidas….tu lengua me produce un escalofrío, mis esfínteres se contraen y mis huevos se elevan, estoy a tu disposición, entregado, sigo lamiendo tus pechos y bajo más, entre besos, a tus bonitas piernas, me entrometo desesperado buscando tu conchita jugosa y tierna…aaah! Qué hermosa….qué aroma que me calienta aún máasss y másss…voy a lamer tu depilado chochito, que debe saber exquisito!! Me dejarías???"

Estas manifestaciones de Army tenían un efecto perturbador sobre Noelia. Los correos le llegaban casi todos los días, regalándole todo tipo de requiebros, declaraciones de cariño y muchas florituras verbales sobre sexo, mezcladas con cosas de la vida privada diaria, como para conocerse más a fondo. Tantos galanteos y dichos ardorosos sobre su persona, llenaban su ego. Ella, por su parte, aguantaba el tirón complacida, flirteando con el, amparada en la distancia; esta actitud envalentonó a Army que le apretaba las clavijas de manera imparable, algo que en el fondo a ella le deleitaba. Él sabía todo de su amiga virtual, hasta los días de su regla, así como que convivía con Juan Carlos, con vistas a formar una familia, algún día no lejano. A pesar de ello, sus mensajes se fueron haciendo cada vez más apremiantes, plagados de piropos, besos y demás expresiones de deseo, pasión y sexo. Cuando Army recibió el envío de las primeras fotos de Noelia, reaccionó con gran vehemencia. Así las cosas, ella se aficionó a los intercambios cargados de deseo libidinoso. En ocasiones, se excitaba mucho a leer las descripciones que le hacía su amigo, sobre fantasiosos actos amatorios entre ellos. El ordenador echaba chispas y como ella no hacía nada por contener al impulsivo y caliente Army, acabaron contándose, con narraciones detalladas y directas sus actos de amor y juegos de cama con Juan Carlos, y los de él con Elena, su mujer. Ella era su reina, cachonda y provocadora, su amor cibernético y la verdad es que había conseguido tocar sus fibras más íntimas. Su vida ordenada y cotidiana con Juan Carlos, se había hecho compatible con los devaneos secretos y morbosos con Army, sin que se pudiera explicar como conseguía compaginar su mundo real, normalizado y cabal, con este laberinto infernal de locuras con Army. Su contacto se había convertido para ella en algo cotidiano y necesario, como el comer. Muchos de los polvos que Army echaba a su mujer lo hacía en honor de Noelia, según le contaba. Los besos y la lengua de Army recorrían descaradamente todo su cuerpo, especialmente las partes más sensibles de su anatomía. Ella, se sentía protagonista de un estado de bigamia virtual consentida, mientras él le confesaba que muchas noches se despertaba con la pija dura, pensando en ella y en las travesuras salvajes que podrían hacer juntos.

Así, al correr de los meses, llegaron a establecer una unión muy íntima y sincera. Army parecía estar loco de amor por Noelia, y ella por su parte, también se sentía encariñada y amarrada voluptuosamente a él. Estaba tan enganchada a su hombre virtual, que había dejado de relacionarse con los demás de la red y se mantenía en exclusiva para él. Sin embargo, seguía inquietándola un sórdido sentimiento de culpa por mantener este romance clandestino, ya que bien suponía una infidelidad hacía Juan Carlos. En todo caso, Noelia estaba ya muy organizada y se sentía fuerte para resistir las tentaciones de Army. Pensaba que su travesura tenía que ver con aquello de que la fruta prohibida es la que mejor sabor tiene y de que el rebaño del vecino da más leche, pero sin más trascendencia.

Mientras Noelia flotaba en una atmósfera de feliz e inconsciente violación de su estado, Army intentaba llevarla más y más lejos, a veces se hablaban por teléfono, ya que él estaba ansioso por poseer un poco de la vida real de su amada. Ambos, intuían que una de las metas de esta escalada de pasión podía ser un encuentro físico entre los dos, en un futuro incierto. Este pensamiento, le producía a Noelia un efecto turbador, grato e incendiario…..pero también cierta zozobra de ánimo, ya que significaría un choque pasional de consecuencias imprevisibles.

Después de algunos meses, seguían viviendo sensaciones maravillosas, ella estaba como encelada, se lanzaba sobre el ordenador con la ilusión de una chiquilla de 15 años, hasta se le alteraba el ritmo cardíaco. Se sentía subyugada, esclavizada por el Army que ella misma había creado a través de los correos y las charlas, ya que había proyectado sobre él sus propias fantasías, sobre la figura ideal de un macho virtual, amoroso y lascivo que llegaba a los recovecos más inconfesables de su libido en llamas. A falta de tener un encuentro personal, se entretenían con lances salvajes de ciber sexo, marcando sobre sus cuerpos lo que podían hacer con sus manos, su boca y sus respectivos sexos, escenificando actos con un realismo y un ardor que les conducían a unos orgasmos sensacionales. Y este era, secretamente, su juguete erótico preferido, accionado desde ambos extremos de la red. Noelia experimentaba más tensión emocional que en los intercambios carnales y palpables con Juan Carlos. A cambio, Army se había clavado en su vivir diario, como un condimento que hacía mucho mas apetecible la vida que se sucedía en una anodina monotonía. ¿Qué era esto…? ¿Cuánto duraría?

Como es sabido, Juan Carlos era un buen peón en la cama, bueno para vivir las pasiones corrientes de su cuerpo, pero no tenía la maestría de otros para salirse del guión del acto normal; lo suyo era un buen polvo, con un preludio algo ajustado y adiós, otro día más. Noelia funcionaba perfecta para Juan, pero añoraba el regusto de las interacciones de sexo oral, en todas sus variantes. Cuando pensaba en ello, se le disparaba la excitación y se le reproducían los mejores momentos que había disfrutado en otros tiempos. Army la hacía sentirse como en un templo del placer por excelencia, donde él se había entronizado como un dios único. Juan Carlos, como si presintiera que en el interior algo estaba en ebullición, un buen día le propuso formalizar ya su unión, en una sencilla boda civil, ya que desde hacía algún tiempo ella se había retirado la protección anti baby y estaban intentando que se quedara embarazada y tener un hijo. Noelia, lo acogió como algo natural, sin sorpresa, y le dio su conformidad para desposarse lo antes posible. Prepararon los documentos requeridos y en cosa de mes y medio se llevó a cabo el acto nupcial, convirtiéndose en marido y mujer.

Esta nueva situación de mujer casada, oficialmente comprometida, para Noelia no significó cambio importante en su relación con Army. Pensó, que con ello se vinculaba más a su estado social y reforzaba su seguridad para no tener ningún descarrilamiento de la confortable vida que estaba llevando. Army, recibió la noticia de la decisión de formalizar el casamiento, como un torpedo en la línea de flotación de su acorazado romance, se temió lo peor, se mostró receloso y frustrado. Fue como un revulsivo, aceleró sus ansias de posesión, y se obstinó más aún en entrevistarse personalmente, llevar a la práctica todo lo que habían ensayado y saber a que atenerse en el futuro, siempre sin compromiso para ella, que es quien decidiría si seguir como hasta ahora o no. Él, ya deseaba consumar su pasión, satisfacer su apetito, gozar de su hembra, entrando en su paraíso, pues no quería desperdiciar tan sabroso manjar como Noelia, una mujer joven, cariñosa, entregada, que además estaba como un queso…y encima era plato reservado para otro. Como sus ciudades de residencia estaban separadas por más de 500 kms. Noelia aprovechaba para contemporizar y diferir la eventualidad de encontrarse.

En este estado de cosas, a Juan Carlos, ya flamante esposo, se le ocurrió que la tardanza de Noelia en quedarse preñada, podía tener alguna causa patológica; a partir de ahí no dejó de preocuparse, siendo en su casa la comidilla diaria. El fracaso en la gestación de Noelia le obsesionaba. Tanto lo deseaba, que, llevado de su impaciencia, calculaba los días fértiles de su esposa y arreciaba en su tarea reproductora, sembrando las entrañas de Noelia con inusitada entrega y entusiasmo. Por falta de leche no iba a quedar, pensaba.

Esta incidencia, propició que la vida de los tres se cruzara inesperadamente de una forma tangible y material. Ironías del destino, Army era médico especialista en obstetricia y reproducción asistida en un centro muy prestigioso. Como estaba al tanto de todas las intimidades de su amiga, aunque egoístamente era contrario a su maternidad, porque hacía peligrar el encanto de su relación, vio el cielo abierto cuando se le iluminó la mente con un plan que pondría a su alcance la oportunidad tan buscada. Se puso en acción, habló a Noelia y le aconsejó como profesional, que aunque Juan Carlos y ella aún estaban en una edad con probable buen nivel de fertilidad, lo conveniente era visitar juntos a un médico local para analizar e investigar donde estaba el problema. Ella se lo comentó a Juan Carlos, el decidió de inmediato y así lo hicieron. El resultado de las pruebas que les realizaron fue concluyente: el origen de la esterilidad no estaba en su organismo femenino, sino que se trataba de Juan Carlos, tenía una anomalía bastante frecuente en los hombres. El informe decía que sus espermatozoides eran poco concentrados y de baja movilidad, por lo que eran poco eficientes para subir hasta el útero de su mujer y encontrarse con el óvulo. Según los doctores, la solución más práctica era someterse a un tratamiento de inseminación artificial o dejar correr el tiempo a ver si había suerte.

Cuando Army recibió la noticia, saltó de alegría pensando que su idea llevaba camino de realizarse. Él con un tono indiferente y profesional le ofreció los servicios del instituto I.F.A., el centro donde desempeñaba un puesto importante, argumentando que podría conseguirles un precio especial para su tratamiento, que les compensaría de los gastos del desplazamiento. Noelia esbozó una sonrisa recelosa al escuchar la propuesta de Army y se sintió decidida a afrontar este "tête à tête" en su propio terreno. Le habló a Juan Carlos de este tipo de tratamientos y le ofreció su consentimiento de someterse a algún tipo de operación, pero con la condición de que fuera en un centro médico de los más avanzados, aunque tuvieran que desplazarse fuera de la ciudad. No fue nada difícil convencerle, debido a su impaciencia por solucionar el asunto; quedaron en que ella misma solicitaría información y concertaría la visita al I.F.A. A partir de ahí, Army se puso a urdir su plan, por su cuenta, sin participar nada a Noelia de momento. El primer invento fue dividir el proceso en dos visitas, una previa de reconocimientos a la que podía ir ella sola y en otro viaje la definitiva, acompañada de Juan Carlos para efectuar la implantación.

-Por favor Noeli, cariño mío, tienes que venir tu sola…! Haz todo lo posible, verás cuantas cositas podemos hacer tú y yo….-le decía suplicante.

-Hummm! Sería maravilloso, Army….lo sé, pero lo veo muy difícil, imposible! –le contestó resignada.

Naturalmente, como Juan Carlos no consintió en dejarla ir sola, al final se dispuso que se realizaría todo en una sola visita de varios días.

Veinte días después, se encontraba el matrimonio en la sala de espera del I.F.A.. Les recibió un hombre alto, con perilla, enfundado en su bata blanca, con la credencial de médico, que se mostró con un talante muy profesional. El doctor Constante (que no era otro que Army) se presentó a ellos y les saludó efusivamente y ya con un aire algo mas distendido, pasó a explicarles el protocolo a seguir. Mientras les hablaba, su atención se centraba, con una fijación desacostumbrada, sobre la anatomía de Noelia, terminando su recorrido visual en una mirada especial y muy expresiva hacia el fondo de sus ojos; este gesto, tan elocuente, a ella le produjo cierto desconcierto y ansiedad. No quería creerlo, pero estaba frente a su amante virtual, personalizado en este doctor distante y correcto. Desconocía lo que iba a pasar….solo sabía que tenía que dejarse llevar por él y seguir al pie de la letra sus instrucciones.

-Bueno, Juan Carlos, ahora le haremos una prueba de confirmación de diagnóstico y veremos si esos espermatozoides son tan perezosos……-comentó Army.

Tenía una voz grave, con excelentes registros, que denotaba una poderosa sensualidad. Les hizo sentarse frente a él, tomo el teléfono y requirió la presencia de una ayudante, para proceder a una extracción seminal. Se presentó una enfermera de mediana edad y buenas maneras, que se llevó a Juan Carlos a un cuartito que había destinado para ese fin al otro extremo del edificio, para que dispusiera de la muestra recién extraída por masturbación. Una vez que salieron de la oficina, Army rápido y audaz se lanzó hacia la puerta y condenó el cerrojo para que no pudiera entrar nadie desde el exterior. Se volvió junto a Noelia, con expresión anhelante y ojos de deseo, la tomó por las manos, la levantó impulsivamente y comenzó a besarla apasionadamente, con vehemente dulzura. Ella, aunque aturdida, se dejó hacer, trémula por la emoción y angustiada por la inseguridad del momento.

-Noeli, mi vida…! No puedo creerlo…..tu en mis brazos!! –musitó él cariñosamente.

-Ay Army!, yo también estoy como en un sueño, me siento muy feliz de verte, pero no estoy tranquila!!

-No te preocupes, mi amor….lo tengo todo planeado, ya veras…- Se atragantó Army por la emoción.

En silencio, la aprisionó contra la pared, y la beso en la boca largamente, como nunca habían besado a Noelia, profundamente, sin olvidar la menor superficie, sus labios, su lengua, todas las cavidades y las prominencias de su boca, su paladar, sus dientes…..durante un tiempo que no sabía si aquel beso había durado unos minutos u horas. Ella se removió suavemente, buscando el roce sobre la solidez de su abultado paquete, para que su clítoris pudiera expandirse; se abandonó al placer, su pubis activo era oprimido a través de la tela del pantalón de su amante. La erección se hizo tan patente, que él no era más que un enorme capullo a punto de explotar. Luego, él retiró sus labios y contempló a su amiga con devoción, como si fuera la primera vez que la veía. La tomó bruscamente por la cintura y casi la arrastro hasta un sofá que había en el mismo despacho. La manoseaba, con avidez delirante y ella arrobada por la excitación, se entregaba pasivamente, mientras pensaba que Juan Carlos y la enfermera podían volver de un momento a otro. Se sentaron muy juntos, Army se inclinó sobre ella y comenzó a besuquearle la cara y el cuello, haciendo que ella comenzara a sentirse cada vez más caliente. Era ya el inicio del verano, Noelia llevaba una falda muy liviana de algodón por encima de la rodilla y una camiseta muy fina y ceñida, que apenas le tapaba el ombligo, marcando todo su busto de forma incitante. El generoso escote de Noelia dejaba ver un canalillo de firmes perfiles y el terso inicio de sus pechos enhiestos y de insolente dureza. Ante tal tentación, difícil de aguantar, las manos de Army palpaban impacientes y ansiosas lo mejor de ese cuerpo tanto tiempo deseado. Una de las manos la mantenía abrazada a él y con la otra acariciaba sus pechos, por fuera de la ropa, con lujuriosa avaricia, luego la metió adentro del escote y con el cuenco de la misma aprisionó sus espléndidas tetas con deleite; afanosamente, tanteaba y le pellizcaba los pezones, como si solo les quedara un minuto de vida. Súbitamente, le subió la camiseta, sacó uno de sus pechos del sujetador y lo colmó de besos y chupetones por todo su contorno, bañando con su saliva el pequeño apéndice sonrosado y erguido. Por unos minutos, se perdieron en un torbellino de agitación, era algo tan ansiado por los dos……pero sabían que no podrían culminar su escalada de excitación en esas circunstancias. Incontenible, la mano de Army se había colado por debajo de la falda, alcanzando su sexo húmedo. Mientras tanto, la mano derecha de Noelia le sobaba los muslos, hasta que instintivamente llegó hasta su entrepierna donde notó el esperado bulto endurecido, de forma combada, a través del pantalón inició un intenso masaje con la palma de la mano y al sentir sus latidos, tiró de la cremallera y sin darle ocasión a que lo extrajera, emergió su imponente pija, como un mástil imbatible de carne caliente. Hermoso ejemplar, -pensó ella,- ya se lo había advertido Army. Debido al calentamiento que le había provocado él, accionando su sexo con la mano, Noelia sentía la necesidad imperiosa de tener algo de su amante dentro de su cuerpo y no pudiendo resistir más su apetito, se inclinó y acogió la verga entre sus labios, chupando y saboreando su amoratado capullo, jugoso ya por el liquido preseminal que fluía, como si fuera un delicioso helado de crema; a cambio de una apresurada mamada, él había hecho estragos, allanando su recóndita gruta, apartando a un lado la braguita que llevaba para introducir sus dedos y explorar el húmedo recinto, en busca del botón mas deseado. En este trance, ardiendo en deseos no del todo satisfechos, se oyeron unos pasos en el exterior y precipitadamente se levantaron, él se colocó la polla dentro del pantalón como mejor pudo, se arreglaron la ropa y ella se volvió a sentar donde estaban anteriormente. Army le prometió que todavía tendrían otro aparte para terminar lo iniciado y procedió a liberar la puerta. Todo había transcurrido en unos minutos, sin palabras, sólo gestos, sólo miradas, sólo suspiros, sólo gemidos, no había lugar para nada más que pudiera interrumpir la fugaz continuidad de aquellos tempestuosos momentos.

Army les citó para la mañana del día siguiente, con el fin de decidir, a la vista del resultado del estudio realizado con el esperma de Juan Carlos. Por la tarde, ya libres por el momento, Noelia le pidió a su marido que la llevara a ver algún espectáculo, con el íntimo deseo de relajarse y evadirse un poco de tan chocante realidad. Se metieron en un cine, cenaron pronto y se fueron a dormir. Como era de temer, Noelia pasó una noche difícil, sólo pudo conciliar el sueño en pequeños tramos, pues de vez en cuando se despertaba inquieta y le daba vueltas y más vueltas a lo que estaba ocurriendo. Ya de madrugada, se sumió en un sueño soporífero que le devolvió la frescura y la lucidez para enfrentar el nuevo día.

Llegó el día decisivo…..eran poco más de las nueve y la pareja se reunía con el doctor Constante.

-Bien, para empezar deben saber que efectivamente la calidad del esperma de Juan Carlos, no es la idónea para una fecundación pronta y segura. Por ello, les aconsejo aplicar el programa de capacitación espermática y la posterior introducción, aprovechando que la señora está en fecha propicias. –dictaminó el médico.

-Por nuestra parte de acuerdo, doctor Constante…díganos pues, cual es su plan de trabajo.

-Lo primero, procederemos a hacerle a su esposa un reconocimiento ginecológico, analítica y ecografía uterina y mañana me llaman Vds. para que les comunique el resultado. Si todo está normal, pasado mañana a esta misma hora, les espero para llevar a cabo la inseminación. -informó el doctor .

Apareció la misma enfermera del día anterior y se llevó a Noelia a una salita contigua. Le indicó desnudarse, la acomodó en la camilla ginecológica cubriendo su cuerpo parcialmente con un lienzo blanco, y salió para volver al momento con el doctor Constante y con Juan Carlos, el cual se sentó dentro de la sala a unos metros de distancia; la enfermera se retiró a un segundo plano, cerca de la puerta. Noelia permaneció quieta y expectante, con las rodillas dobladas y las piernas juntas, pensando como se las arreglaría Army para combinar sus acciones profesionales con la llamada de sus sentidos. El doctor se acercó a ella, le apartó la sábana hasta la cintura, le separó las piernas dejando a la vista todo el portal labiado de su coño, su adorada concha. Ella le aguantaba la mirada a corta distancia con aire interrogante, él le guiñó el ojo, mientras se mordía los labios en un gesto de lujuria contenida. Antes de introducir su mano esterilizada, disimuladamente le dejó ir un hábil rozamiento en la vulva. La suculenta raja se entreabrió como una almeja, Noelia se revolvió de gusto y entonces el doctor le hizo unas breves caricias sobre el clítoris, hasta que notó que la paciente se estaba alterando. Luego pasó a realizar una serie de maniobras propias del reconocimiento, su mano exploró y le hizo sentir que además del acto médico, estaba poseyendo su intimidad con descarada fruición. Dos tenues quejidos de la paciente acompañaron a los manejos del doctor pero Juan Carlos, el honorable esposo, desde su posición era imposible que captara estos detalles. Finalmente acercó un foco y lo proyectó sobre la vagina abierta y rosada, terminando con ello la exploración y el suplicio de Noelia.

-Vale, Noelia, por el momento ya se han acabado las molestias…! –exclamó el doctor con una mueca de hipocresía.

Seguidamente, ella se vistió y la llevaron a la sala de radiología para practicarle una ecografía de su aparato genital. Esta prueba, la llevó a cabo otro doctor colaborador de Army y no tuvo ninguna incidencia.

El día siguiente lo tuvieron libre. A mediodía, mientras Juan Carlos estaba en el baño, Noelia llamó a Army para conocer el resultado de sus pruebas y este le confirmó que estaba muy buena para una fecundación espléndida, de campeonato, le dijo. La felicitó por tener todavía un tracto vaginal tan estrecho y bien musculazo, un chochito delicado y perfecto para disfrutar, propio de una joven de 16 años. Luego, bajando el tono de voz, le prometió que la fecundación iba a ser un exitazo, al primer intento, puesto que tenía la intención de introducirle también su esperma, a ser posible de forma natural.

-Pero….Army! qué dices? Estas loco??.

-Si, cariño, totalmente……por tiii!! –exclamó él.

-Sabes que no estoy mentalizada para hacerlo asi…!! –protestó Noelia.

-Te advierto que mi producto es de primera calidad, ya ves los resultados en mi familia!.

-Oh! No, Army, no podemos hacer eso…! Me niego!! -dijo tajante mientras colgaba el teléfono.

El resto del día no logro concentrar su atención sobre nada, Juan Carlos la encontró algo inquieta y se tuvo que justificar diciéndole que se trataba de los nervios, por lo que estaba viviendo. Pero sus pensamientos giraban una y otra vez sobre la idea de Army de sembrarla también con su propio semen. En principio, le parecía un plan diabólico, algo más allá de una jugarreta libertina pero al mismo tiempo la invadía un sentimiento extraño, que no se atrevía a reconocer, cierto regusto por llevar a cabo tan morboso engaño que se guardaría dentro como el más oculto de los secretos. Podía entregarse, ser generosa con los dos hombres que la estaban colmando de amor y satisfacción? Podía decidirlo ella, siendo algo que estaba en las manos de su amante, ahora real? Cómo podía saber si el semen que le implantaban era únicamente el de su marido?. En cualquier caso, era algo que nunca trascendería, sería madre de un hijo fruto del deseo y del amor, del semental y del esposo amado. Se sentía como víctima de una trampa inevitable.

Presentes de nuevo en el centro médico, para llevar a cabo la última fase de la inseminación artificial intrauterina, la primera acción fue obtener otro eyaculado fresco de Juan Carlos (¡otra paja!). Luego el esperma se sometió durante dos horas de laboratorio a un proceso de capacitación, consistente en una serie de operaciones para mejorar el potencial de fertilidad. El doctor Constante les explicó que media hora antes de que la muestra estuviera lista, tenían que anestesiar localmente a Noelia, para, sin pérdida de tiempo, proceder a introducirle en el interior del útero el esperma capacitado de su marido, con la ayuda de un catéter especial.

Juan Carlos se quedó en una salita de espera, mientras Army ordenó a su ayudante que acompañara a Noelia a la sala de anestesia. Era una habitación iluminada por una ventana que daba a la calle, donde había una cama pequeña y una camilla ginecológica. Le facilitó un camisón, con instrucciones de que se despojara de la ropa de calle y se lo pusiera, hasta que viniera el doctor Constante con el anestesista. Nada más dejarla sola, con un orden cronológico sospechosamente perfecto, apareció Army en la habitación, mostrando una amplia sonrisa de triunfo. Ella lo miró como alucinada y le dijo:

-Qué pasa, Army…?

-Qué va a pasar, cielo mío…? Va a pasar todo….! –Exclamó el radiante, al tiempo que aseguraba la cerradura de la puerta, para evitar la entrada desde fuera.

-Noeli, cariño….relájate, tengo todos los pasos bajo mi control. Va a ser perfecto, maravilloso, un tiempo de oro para nosotros dos solos. Cuando acabemos, avisaré a mi colega para que te aplique la anestesia y no antes. Después todo seguirá según el protocolo habitual; a mi ayudante la tengo ocupada y con orden de que no me interrumpa por nada del mundo. Ella cree que tu eres una paciente recomendada especial ¿que te parece?

-Oh! Army, qué locura …..Dios mío!

Noelia medio levantada en la cama, apenas tuvo tiempo de imaginar lo que iba a ocurrir, pues Army ya se había desnudado rápidamente, se echó sobre ella, arrancándole el camisón de un decidido tirón. Sus labios y su lengua cubrieron todo su cuerpo de besos y lametones, mordisqueaba ansioso su cuello, sus hombros ……chupeteaba sus pezones con ternura y voracidad. Ella se sentía y dejaba devorar con embeleso, revolviéndose como una víbora quemada, tensa por el goce. Army se dio la vuelta y precipitó la cara en su entrepierna, hundiendo la lengua en la raja para chuparle los repliegues de su vulva y la pequeña prominencia del placer femenino, erecta y palpitante….sus lengüetazos punteaban la mucosa vaginal como un estilete experto y eficaz. Noelia sumida en la ausencia de su arrebato, no pudo dejar de pensar que estaba recibiendo un tratamiento admirable, como nadie le había hecho en su vida. Ella se puso a mil, y prisionera de esos primeros lances se dejó arrastrar hacia la cumbre del éxtasis, concentrada en el disfrute de las caricias que recibía, pero cuando la posición de de sus cuerpos lo permitió, buscó su verga tiesa y candente, la metió entre sus pechos, apretándola con vehemencia antes de darle cobijo en su boca, abierta en redondo por el deseo. Fue darle unas suaves chupadas para que la polla recreciera en calor y en tamaño. Repentinamente, él retiró su cuerpo hacia atrás, sacó su miembro y le susurró apasionadamente:

-Noeli, mi vida…..! Mi lechita la quiero toda dentro de tu coñito divino…..!! Te la he estado reservando desde hace varios días, sabes? Te voy a follar a lo grande, mi reina, te haré yo ese hijo que quereis…!!

-Pero Army, cielo, es que tenías todo esto planeado…? No me lo dijiste…!!

-La verdad es que solamente tenía pensado inseminarte artificialmente con mi esperma, junto al de tu marido. He pensado tanto en hacer esto posible, que ahora que ha surgido esta gran ocasión no podemos desperdiciarla. ¡¡Vamos a darnos un paseo por la gloria, Noeli, mi vida…!!

Permaneció recostada, con las piernas separadas, entregada a las delicias del acoplamiento. Él le acercó su verga de nuevo y dejo que le lamiera el capullo con lengua fervorosa, hasta que alcanzó un tamaño increíble. Army se quedo tumbado boca arriba, la agarró por las nalgas y la colocó sobre su cuerpo, en posición para facilitar la penetración. Ella sintió enseguida que su polla comenzaba a introducirse suavemente entre los labios de su vulva, entonces empujó con sus caderas hacia abajo y se ensartó todo el tronco, hasta los huevos, dándole unos apretones espasmódicos en busca del roce más profundo y extenso posible, luego inició un frenético movimiento, como si cabalgara sobre un corcel de carreras. Antes de que estallara su excitación, Army hizo un amago con el cuerpo y sacó su verga pringosa, apartando amorosamente a su amiga, para acomodarla boca arriba y abrirle las piernas. Ella quedó con su sexo expuesto, ávido y ardiente como la lava de un volcán, lista para recibir a su macho en posición misionera, la más adecuada para que su leche se depositara en lo más profundo; abrazó el cuerpo de Army con sus piernas, con el fin de acentuar la presión de su cuerpo. Reprimió unos gemidos de placer que le salían de las entrañas, nada más sentir el contacto duro y sedoso del pene que volvía a deslizarse al interior de sus mucosas, tocando el útero con la punta; casi al mismo tiempo, él sacó la verga de su vaina en más de la mitad de su largo, para volverse a clavar de una embestida terrorífica e imparable. Todo esto estaba sucediendo en un silencio casi litúrgico, la única señal externa de tanta pasión y goce eran algunas lágrimas que resbalaron por las mejillas de Noelia, mientras él había entrado en ella con poderío, casi desgarrándola. Luego, ella siguió contorsionándose, arañando el cuello al que se aferraba, sollozando de emoción, con débiles quejidos. Army acompañaba su bombeo con palabras cachondas, con voz ronca e ininteligible, acompasando el ritmo del golpeteo impetuoso de su polla contra la cavidad genital de su amada; eran unas embestidas tan furiosas, que parecía querer abrirse camino a través de su cuerpo, hasta su corazón. Una armonía interior parecía regular sus frenéticos movimientos de vaivén, y así estuvieron agitándose un cuerpo contra el otro, jadeantes, durante varios minutos. Era tal su deseo, que ella volvía a arquear sus caderas suplicándole a su amante que le entrase más profundo, él separó su torso ligeramente para oprimirle las tetas con manos crispadas y poder decirle algo.

-Gozas de mí, cariño…? Quiero que me sientas n todo tu cuerpo….!! La arrulló, mientras le mordía en la barbilla.

-Aahh! Siii…vida mía, Army …..sigue assiiii….!! Qué bien me lo haces…!!

Al poco, Noelia comenzó a sentir las palpitaciones de la verga de su hombre, cerró los ojos y dejó que las sensaciones se apoderasen de su cuerpo….ya muy cerca del clímax, él se adelantó eyaculando un surtidor de esperma que estaba inundando su coño. Antes de que el falo mojado y rendido se retirase, como si fuera una serpiente fabulosa que se revolvía dentro de su vagina, Noelia sintió un cosquilleo de gusto y se abandonó a los escalofríos de un orgasmo indescriptible. Fueron instantes increíbles, le pareció que había transcurrido una eternidad, durante la que había llegado a sentirse fuera de su mundo real. La entrega mental que tantas veces había ofrecido a Army , en la distancia, con el sexo húmedo y rendido, ahora se había consumado físicamente…..algo perfecto.

Permanecieron abrazados amorosamente durante unos instantes, mientras él le acariciaba el bajo vientre y la besaba tiernamente en la boca y el cuello. Sin posibilidad de recrearse más y muy a pesar de ambos, se pusieron la ropa y Army desbloqueó la puerta de la habitación.

-Ahora Noeli, mi amor, ya se lo que es tocar cielo contigo en la cama. Con esto, quedas más que bien inseminada, pero vamos a seguir el proceso, te anestesiaremos un poco e introduciré el semen de tu marido en tu delicioso coñito. El espermatozoide que llegue antes a tu óvulo será el que conseguirá fecundarte; confío en que será el mío, porque lo he fabricado especialmente para ti, con mucho amor y tiene que ser por fuerza muy fecundo; además tiene la ventaja de estar antes dentro de ti. Pero dejemos que la naturaleza actúe y decida un ganador. En cualquier caso, si es mi semilla, engendrará un hijo que será vuestro, será un recuerdo imborrable de este día tan grande para ti y para mí. –Le confesó él.

Noelia, se quedó sin saber que decir, como aturdida. Aquel incierto cara a cara inicial se había convertido en un cuerpo a cuerpo más que completo. Había sido un acto tan deseado…ese polvo que marca la vida de una mujer, haría historia en sus vidas. Nunca había tenido un hombre tan perfectamente encajado dentro de su ser, ni con tanta pasión y lascivia. Notaba el abundante derrame de su esperma, inundando su concha relajada. Había cumplido con la promesa de entregarse a él y había satisfecho su deseo. Tenía el presentimiento de que los cañonazos de su potente eyaculación habían dado en la diana, en su ánimo, estaba segura de que Army la acababa de fecundar…..era una sensación extrasensorial que le decía que aquella siembra tan intensa no podía dejar de dar fruto.

Army desapareció para volver al momento, acompañado del anestesista, que la preparó para recibir la implantación del semen de Juan Carlos, como estaba previsto. Una vez estuvo bien sedada, el doctor Constante extrajo con una jeringa el semen del frasquito que había llenado el esposo y conectándolo a un catéter, se lo introdujo en el fondo de la vagina, inyectándole todo el contenido. Después se quedaría en reposo el resto del día y a esperar el resultado.

Al día siguiente, al atardecer ya estaban de vuelta. El esposo enamorado regresó muy esperanzado y con la misma ilusión que un niño con zapatos nuevos, confiando que lo más probable sería que se produjera la gestación al primer intento. (¡¡No sabía él…..el concienzudo tratamiento de fertilización con doble esperma que había recibido su mujer!!). Apenas llegados a casa, Noelia ya tenía un largo y apasionado correo de Army. Estaba entusiasmado y feliz, más enamorado que nunca, pensaba en el futuro repetir encuentros con su amada. Le dijo que estaría contando los días, hasta que su primera falta de menstruación diera el campanazo de aviso de su ansiada preñez. Luego, ya verían que hacer con el devenir de esta su historia.