Infidelidad silenciosa
La seducción maestra de un adolescente
Infidelidad silenciosa
Eran muy amigas. Se habían casado casi al mismo tiempo, con hombres más mayores –ellos eran amigos también- y ambas se veían con frecuencia durante el año, sobre todo en verano ya que compartían chalet en Benidorm. Patricia, esposa de Juan, tenía 36 años y Alicia, esposa de Pepe, 39. La única diferencia era que Pepe se casó con Alicia en segundas nupcias -era viudo, y aportó al matrimonio un hijo de 10 años llamado Jorge.
Habían pasado seis años desde entonces y estaban en pleno veraneo, mediados de agosto, y disfrutaban del ambiente y diversión de un entorno completamente dedicado a la vacación en estado puro. Entonces los dos amigos comenzaron la temporada de caza pues tenían un coto arrendado y se desplazaban durante casi una semana a partir del día 15. Estando fuera sus maridos, Patricia, Alicia y Jorge se organizaban para ir a la playa, comer en terrazas en traje de baño y pasear o ir al cine, pero siempre los tres juntos.
Desde hacía un tiempo, desde el principio del veraneo, Patricia se notaba muy observada por Jorge, que a sus 16 años, se veía completamente desarrollado y alto y musculado. Lo achacaba a las hormonas de la adolescencia y no le daba importancia. Lo que sí quería Patricia y se lo había dicho a su marido, era ir a buscar un bebecito, que la hiciera madre, pues se le estaba pasando el arroz, estaba yendo hacia los 40 y ya entonces era algo más delicado embarazarse. Su marido no estaba muy de acuerdo, tanto por que el sexo ya había pasado casi para el como por verse padre sesentón, sin poder responsabilizarse cuando tuviera la adolescencia y debiera de encauzarlo. No así Pepe que ya lo tenía en edad de iniciarlo en consideraciones de madurez y consejos de todo tipo.
Era el primer día que estaban solos los tres y para colmo Alicia cogió un catarro monstruo y se puso en cama para superarlo. Patricia tan amigable como siempre con Jorge, le dijo
-Bueno y ahora que hacemos –después de comer- tu madre está en cama.
-Me gustaría mucho ir al cine contigo, solos los dos.
-A si?, pues vamos a ver a Alicia.
Naturalmente Alicia les rogó que la dejaran y que se fueran como siempre hacían, que no contaran con ella para nada.
Patricia y Jorge salieron hacia el cine, el Colci, que hacían una peli romántica que escogió Jorge, ante la extrañeza de Patricia. Por el calor Patricia iba con una camiseta hasta encima del ombligo y un short tejano de cintura baja y justo acabado en la ingle. Estaba morena y suculenta, como le decía su amiga cuando hablaban sobre temas de atractivo. Jorge iba contoneándose a su lado, orgulloso de llevar aquella belleza de mujer, con un cuerpo que ya lo quisieran las quinceañeras, exhibiéndose como un gallo con su hembra. A Patricia no le pasó desapercibida la actitud del muchacho y sonrió halagada sin más. Pagaron la entrada y al acceder a la sala y por la oscuridad, Jorge pasó delante y le cogió la mano de Patricia que se la asió para llegar juntos a la fila y sentarse. El cine estaba bastante vacío, sería por ser la hora de la siesta y Jorge se acomodó en la penúltima fila sin nadie por los alrededores.
-Te va aquí Pat?
-Bueno, un poco atrás pero…
Patricia recordó las últimas filas de los cines, siempre ocupadas por novios o enamorados, pendientes de ellos mismos y para nada de la película y sonrió por ver lo espabilado que era su casi ahijado. Se sentaron y se miraron, sobre todo el que le brillaban los ojos. Jorge no le había soltado la mano a Patricia y tras acomodarse del todo los dos, con la dificultad de tener solo una mano, el puso su otra mano junto a la que tenía cogida la mano de ella. Se volvieron a mirar, ella para entender que hacía el con sus dos manos apretando su mano derecha y el para ver si ella le gustaba que el le cogiera una mano. Tras un titubeo Jorge se acercó inclinándose algo sobre Patricia y le susurró con el tono en que se habla en el cine cuando no quieres que el de atrás o el de alante te oigan
-Mira a mi derecha
Era una estratagema que el había descubierto cuando salía con chicas del cole, para que el otro gire con curiosidad la cara y el que ha hecho el pedido se queda aún más hacia la persona para que al girar la cabeza la mejilla y hasta los labios de la persona que hace el giro rocen toda la cara del que ha hablado Y naturalmente, Patricia, ingenuamente volteó y refregó toda su mejilla y parte de sus labios en la cara y labios de Jorge. Se quedó como asustada, pues comprendió enseguida que no había nada por ver a la derecha y sí en cambio, que le había rozado su piel sin darse ni cuenta. Aquello la enfadó y se lo dijo.
-Eres muy malo Jorge.
El la miró, subió su mano izquierda por el brazo desnudo de ella y le susurró al oído mismo
-Como hueles… como te huele el aliento… eres como una flor de jardín…
-Pero qué te pasa? A que viene eso?
El chico apretó todos los músculos faciales, frunció el entrecejo y con un esfuerzo sobrehumano le dijo
-Es que Patty, no lo sabes pero eres la mujer más bonita del mundo y te adoro
-Pero Jorge si soy casi tu madre
-Y qué?
-Tienes amigas de tu edad que te divertirás más con ellas que con una vieja como yo.
-Pat no digas eso, no sabes que no se pueden comparar contigo, tu me gustas tanto que sueño contigo y me mancho la sábana cada noche.
-Pero qué dices!
-Si, no se que es pero me siento como perdido sin tu compañía
-Eso que te pasa es normal a tu edad, alíviate como todos los chicos aunque mejor con chicas.
Jorge la miró ya sin disimulo tras aquella mini conversación esclarecedora y se atrevió a continuar en aquel tema referente a los deseos que sentía
-Mira Pat, no te engaño, mira como estoy
Y sin más cogió la mano que tenía apretada de ella y la llevó a su entrepierna donde tenía una erección de campeonato.
De la impresión Patricia emitió un gritito que, aunque apagado, se oyó en las cinco filas delanteras, se quedó muda sin saber como reaccionar pero sí que constató que el niño cargaba un bulto muy grande para su edad y aquello la fascinó.
-Eres muy malo –dijo sin intentar retirar su mano- no se le hace esto a una mujer casada y menos tu que eres como un hijo.
-Pero es que estoy decidido a conseguirte como en mis pensamientos y que tu me quieras como yo a ti.
La mano de Patricia estaba fregándose por el bulto del muchacho gracias a que éste la removía a lo ancho y a lo largo, entonces ella sin darse cuenta abrió su mano del todo y se cercioró de que lo que estaba allí debajo la ropa era una verdadera verga de hombre.
Seguían callados y solo el frote de su entrepierna los tenía a los dos mudos pero mirándose. Entonces ya más decidido aún Jorge, deja el brazo de Patricia y se baja la cremallera del pantalón mirando la cara de ella que estaba como hipnotizada sin rechazar el roce. Al no llevar calzón, la polla del chico salió como catapulta de la rendija de la cremallera y fue a parar a la mano de Patricia gracias a ponerla el medio levantada para recibirla. No la dejó pensar y a continuación le dijo
-Anda Pat, acaríciamela un poco, estoy tenso y me voy a poner peor
Ella, que estaba como atontada, no hizo nada pero su subconsciente detectó una polla de tamaño tremendo, no conocida por ella como posible, pues no había cogido con su mano nunca nada parecido y se quedó quieta. Jorge vio en sus ojos que estaba luchando y dudando por lo que le cogió la mano de ella que estaba apretada a su polla y la comenzó a mover hacia arriba y hacia abajo muy despacio, como en cámara lenta, y Patricia no tuvo otro gesto que bajar la mirada y percibir como era aquello que estaba ella apretando y disfrutando sin esperarlo. Jorge al ver que no se retiraba, imprimió más rapidez al movimiento y la paja que con las manos de el y ella se hacía, comenzó a hacer crecer aún más aquel miembro para delicia, -pero inconsciente- de Patricia. Parecía que acabaría así aquel inicio de seducción del chico pero ella de pronto retiró su mano y le dijo con voz poco autoritaria, solo quejosa
-Basta Jorge, soy una mujer casada y me conoces desde hace años –nota una humedad que le moja el tanga- esto no está bien.
Su cabeza solo pasa revista en milésimas de segundo toda su vida sexual con su marido y antes tampoco con sus dos novios, donde no tuvo suerte de conocer las satisfacciones de un buen sexo y envidiaba las confesiones de amigas cuando hablaban de sus fantásticas experiencias.
Jorge se aprieta a ella volcándose casi sobre su butaca y le besa el cuello, para seguir hablándole con mimo y ternura
-Oh Patricia ya has visto, eso me hace daño y eres tan guapa…
Ella se gira hacia el y sin darse tampoco cuenta le roza los labios y el, por instinto, se los abre para abarcar toda su boca y al mismo tiempo pasa su brazo izquierdo por su espalda, entonces el aprieta su nuca contra el y ya el beso se hace total. El intenta entrarle la lengua pero Patricia mantiene la boca cerrada hasta que el con su mano derecha vuelve a coger la mano de ella y la pone sobre su polla. En aquel momento ella abre algo su boca por la impresión y el ya puede colarle su gruesa lengua hasta llegar a la suya que rebrinca como empujándole fuera pero lo que hace es que entonces ella se derrita de gusto por los roces. Su mano agarra bien aunque no puede rodearla del todo, la polla de Jorge y le comienza hacer una paja. Sus bocas ya no se sueltan y ella nota como su sexo es un charco y fustiga su lengua para enroscarla con la del chico, así como aprieta el tronco que tiene en la mano y se derrite al notarlo tan caliente y duro. Pensó, sin ser tampoco consciente, que deberá tener mucho de gruesa y de larga esa tremenda polla de Jorge, no me lo podría haber imaginado nunca. Acariciaba el capullo al subir la mano y sus huevos al bajarla. Puede hacer daño un miembro así, volvió a pensar, sobre todo cuando una tiene la vagina adaptada al tamaño de su esposo.
Llevaban como diez minutos en el morreo cuando el se separó y le dijo
-Patty, quieres mamármela y beberte mi leche?
Qué le dijo. Del susto le empujo y volvió a sentirse incomodísima sobre todo si se enterara su amiga y madre del niño que le estaba tocando su polla y dejándole besarla con intercambio de salivas.
-Estamos locos, que me has dado, no sé lo que me hago…
Jorge volvió a apretarla por la nuca para mirarla como estaba con la boca entreabierta, la forzó con suma delicadeza hacia el y poco a poco la fue doblando hacia su polla que sobresalía por encima del apoyabrazos de la butaca. Patricia con los ojos desorbitados, fue descendiendo lentamente ya sin ayuda del brazo de el, hasta llegar a tocar con sus dos gruesos labios morrudos la cabeza morada de la polla de Jorge. Este resaltó su entrepierna y de ese modo la enorme cabezota de el le entró a ella cuando abrió la boca del todo, justo hasta la rebaba del capullo. Acabó entonces Jorge de aproximarla más con una mano sobre su cabeza y Patricia se puso a mamarle la polla a Jorge. La fue impregnando de su saliva y sorbiendo cuando descendían goterones hacia sus huevos. Nunca se la había mamado a nadie pero era una asignatura pendiente que tenía y le estaba agradando francamente. Se iba tragando su propia saliva que generaba en abundancia, así como el pegajoso líquido que le salía por la punta, el lubricante para la hembra y se sintió una autentica hembra con aquello que tenía entre manos y boca. Mientras el le estaba acariciando los sostenes y ya le había sacado un pecho levantando la copa y acariciaba con trémulos dedos el enhiesto y duro pezón.
Tras un buen rato en que cada uno estaba en su disfrute, el se tensó para correrse y ella entonces le abarcó del todo su pollón para entrárselo hasta las amígdalas sin conseguir avanzar más y esperó un momento. Con una sacudida refleja, Jorge sintió la eyaculación comenzar y los primeros borbotones de semen llenaron la garganta de Patricia, otros le siguieron y se esparcieron por toda su cavidad bucal hasta llenarla por completo, ella no sabía que hacer, no tenía previsto que aquello le ocurriera nunca y tras aguantar hasta que notó que el ya había acabado, a punto de explotarle las mejillas. Se separó y levantó su cabeza, no sabía si para reñirlo o para felicitarlo, con su boca cerrada parecía subnormal y entonces el tomó el mando
-Anda Pat, se buena y trágatelo todo
Notó como ella removía su boca como para decidirse y Jorge le sonrió entusiásticamente al tiempo que la veía deglutir todo, despacio, saboreando, hasta que le quedó poco y separó los labios enseñándole a él parte del blanco y espeso semen que iba desapareciendo a medida que se lo tragaba. Al acabar se lo miró girando la cabeza y aún doblada en su bajo vientre y con mirada forzada le espetó
-No había hecho nunca esto, eres un descarado
Al tiempo que le acercaba su boca a la de el para juntarla y darse un morreo de impresión, con salivas y jugos por toda la cara, y un desespero de ella gimiéndole que se había corrido cuando se tragó su semen al mandárselo el. Se colocó la teta dentro del liviano sostén y salieron del cine abrazados, ella por la cintura y el con un brazo por encima del hombro de ella.
-Mira lo que he hecho! No se como no te mato, como veré a tu madre ahora, con que tranquilidad le hablaré cuando me consulte algo de ti?
Llegaron a su casa y fueron a ver a Alicia que seguía endormiscada por la fiebre y las pastillas. No quiso nada y se fueron a preparar algo para cenar. En la cocina Jorge se movió de un lado a otro mientras Patricia preparaba una ensalada, hasta acercarse a su lado, comprobando que no tenía o no quería reclamarle nada más, pensó el, podría intentar otro acercamiento pues estaba muy lanzado y quería follársela.
-Te ha quedado apetito después de tu merienda? –y se rió.
Patricia se giró y levantó la mano como para pegarle pero con cara sonriente y entonces el la abrazó y juntó su cara a la de ella que, sin resistirse, le dio la boca por cuarta vez aquel día.
-Que boca tienes cabronazo…
Se atornilló a los labios de Jorge y se relamieron ambos sus respectivas salivas que les salían de las comisuras.
-Quiero follarte Patricia…
-Si? y que más,
Entre morreo y morreo se lo iban diciendo
-Abre la boca
Ella obediente le abrió la boca y el le deslizó una salivación que acumulaba. Ella la removió con su rosada lengua y se la tragó toda. El la medio arrastró hacia fuera de la cocina hasta llegar a su habitación, entró y cerró con el pestillo. Inmediatamente ambos se sacaron la escasa ropa y en un santiamén se quedaron desnudos, continuando con el morreo hasta caer a la cama donde ella quedó boca arriba. Entonces el se separó exhibiéndole su tremenda polla erecta hasta lo inimaginable y se curvó para besarle el chocho separando los abundantes pelos con sus dedos para aparecerle una brillante y mojada vulva haciendo movimientos como de alegría, sabía Patricia que Jorge se la iba a follar con verdadero cariño al igual que lo que sentía por el. Cuando Jorge le metió la lengua hasta bien adentro de su vagina su gemido fue aparatoso y temieron que Alicia se levantara si no le respondían. No acusaron ningún sonido y prosiguieron el, comiéndole el chocho y ella retorciéndose.
-Nunca me ha comido el chochito Pepe, que bueno es…
A continuación comenzó a estremecerse y le vino un orgasmo avasallador, una corriente la paralizó y sus flujos le salieron como jamás
-Anda Pat, si te corres!
Entonces se colocó entre las piernas de ella y le punteó los labios de su sexo embadurnando su cabezota con los flujos que olían intensamente y ella rió tontamente
-Pero si me vas a follar… ja… mi adorado Jorgito… cuantos años tienes ahora?
-Ya he cumplido 16
-Pues si, 16… y yo 36 je… anda fóllame Jorgito
Jorgito se medio cabreó pues el diminutivo no le gustaba y menos en aquellos momentos en que hacía de hombre y además macho. Le colocó la polla en la entrada y de un buen golpe de riñones la entró hasta la mitad. El gemido de Patricia fue doble del anterior y Jorge acabó de metérsela para no perder tiempo. Se quedaron lívidos al escuchar que una puerta se abría en el pasillo, no podía ser otra que Alicia que salía a descubrir qué o quién había gritado. Jorge quedó inmóvil del todo y Patricia ni pestañeó, pero estaba empalada con la enorme polla de él dentro de su vagina. Gracias a la suspensión momentánea de toda actividad ella aprovechó para acomodar la enorme polla dentro de su túnel, de forma que sus músculos vaginales fueron anillando el cuerpo del intruso produciéndole una excitación inmensa desconocida para ella ya que jamás la habían follado con una polla de aquel tamaño y además por el momento de silencio absoluto en que tenían que mantenerse los dos, cosa que acababa de excitarla de forma que sin poder pararlo tuvo el orgasmo más extraño e intenso de su corta vida sexual, mudo y con humedades abundantes pero que no podía expulsarlas por hallarse atorada su vagina cuan larga era. Jorge le había sellado la boca con la suya por temor a que se le escapara algún gemido por el éxtasis, cosa que aún aumentó el placer de la hembra.
Esperaron un par de minutos y entonces Jorge le sacó la polla de su sexo, que hizo ventosa y un ruido de poca educación y saltó por la ventana del cuarto al patio y del patio al aseo de la entrada para salir con una toalla y encontrarse a su madrastra en el salón
-Qué pasa, donde estabas
-En el aseo
-No vas al baño grande?
-Lo dejo para ti
-Bueno me voy, he oído una voz, o no se, bueno me voy a la cama.
Jorge se quedó parado un momento hasta que pensó que Alicia estaba ya acostada y se volvió por donde había llegado, saltando la ventana y echándose en la cama donde Patricia aún estaba bajo los efectos del último orgasmo
-Ohhh qué bueno… que bien me has follado –casi deliraba
-Toma, ábrete, es toda tuya otra vez.
La volvió a penetrar pero esta vez con sus bocas juntas y ella se restregó con el chico por toda la cama de forma que sus considerables tetas fueron amasadas, su culo fue perforado con dos dedos y tras media hora de batalla campal, el le dijo
-Voy a correrme
-Siiii… córrete…
-Pero dentro?
-Siiii… córrete dentro
Sin volverlo a pensar el empezó a descargar sus huevos en el fondo de la vagina de Patricia donde nadie había llegado nunca. Su placer en esta eyaculación fue tal que las últimas expulsiones las tuvo sin darse cuenta, pero estuvo casi tres minutos soltando semen.
Abrazados expulsaron su aliento uno en la boca del otro y ella abrió los ojos casi media hora después. Jorge reanudó el lance y volvió a follarse a Patricia otras tres veces, habían estado follando desde las nueve y media hasta las cuatro de la madrugada. Ella tras el último de sus demoledores orgasmos le sonrió
-Eres muy … malo, y se durmió
A la mañana siguiente despertó Patricia llena de restos de semen y flujos varios. Al mover el cuerpo para ver el reloj su barriga le sonó como un odre lleno de líquido y se tocó toda. Cuando llegó a su clítoris lo notó irritado y crecido y cuando metió su dedo corazón entre los labios de su chocho lo sacó embadurnado de una crema casi sólida, como la mayonesa y lo olió. Era pura leche de hombre y se lo llevó a la boca y reconoció el gusto de Jorge, su amante definitivo y entonces pensó en lo que no había pensado en ningún momento: estaba en los días de mayor receptividad para quedarse embarazada!
Jorge se follaba varias veces al día a Patricia los seis días en que Alicia estaba en cama y su padre y el marido de Patricia de cacería, y tanto por requerimiento de el como de ella, lanzada a la obtención de aquellos orgasmos extremos.
El último día le propuso darle por el culo y Patricia, loca de felicidad por todos sus poros, le dijo que encantada. Después lo paso mal pero contenta de ofrecerle su virgen culito a su ya declarado amante. Estudiaron la manera de verse en Madrid, sin levantar sospechas y organizaron una estrategia que ni el servicio secreto descubriría qué estaba pasando.
Regresaron a finales de mes y comenzaron a verse en la capital donde todos tenían sus quehaceres y compromisos. Patricia recibía a Jorge sobre las once, cuando este había pasado ya por el cole para que no le pusieran ausente y ella lo recibía desnuda y con olores de maderas perfumadas y conjuntos de ropa íntima para parecer la mujer que todo hombre –y más si era muy joven como este caso- desea. Solo sintió preocupación cuando le confesó que estaba embarazada sin poder contar con ayuda de su fecundador amante pues aún estaba acabando el bachillerato. Se la cargo a Pepe la paternidad y así fue como cambió la vida de los dos. Solo sabemos que años más tarde y al primer empleo de Jorge, Patricia se fue a vivir con el con el consiguiente escándalo por parte de Pepe, Juan y Alicia.
Los encontré unos años más tarde, Patricia estaba rotunda, preciosa, preñada otra vez y Jorge feliz y enamorado como un tonto de aquella preciosa mujer, sin importarles la diferencia de edad …