Infidelidad Plástica

Cristian es un contable de una gran multinacional y debido a la incompatibilidad de horarios, no coincide muchas veces en casa con su novia Raquel.

Infidelidad plástica

Cristian era un contable de una gran multinacional y su novia Raquel trabajaba en la radio. Debido a que no tenían horarios muy compatibles, los temas del sexo los dejaban para los fines de semana, si no estaban muy cansados.

Raquel llegaba a casa todos los día a eso de las 6 de la tarde, aprovechaba para hacer cosas en la casa, hacer compra y después de terminar de sus tareas caseras cenaba algo ligero, se daba una ducha y se iba a la cama. Cristian la mayoría de los días le daban las 22:30 en la oficina y como su trabajo estaba lejos de casa hasta la 23:30 por lo menos no llegaba. Cuando llegaba casi no tenía hambre, por lo que sigilosamente entraba en la habitación se ponía el pijama y se metía en la cama sin despertar a Raquel. Por las mañanas la primera que se levantaba era Raquel y cuando se iba de casa para ir a trabajar, entonces se levantaba Cristian. Por lo que apenas coincidían a lo largo de la semana.

Un día Raquel llegó a las 18:00 a casa como habitualmente, bajó a hacer un poco de compra al supermercado, subió la compra, la colocó y arregló un poco la casa. A eso de las 20:30 cenó un poco de fruta y como aquel día estaba muy cansada se fue a dar un baño de espuma. Llegó al baño se preparó un baño de espuma con sales y puso un poco de música relajante y empezó a quitarse la ropa lentamente como si estuviese desnudándose ante Cristian; primero se desbrochó la falda lentamente y la dejó caer a sus pies, después se desabrochó la blusa lentamente y la tiró al suelo; solamente estaba con su tanguita, su sujetador preferido ese que enmarcaban bien la belleza de sus grandes pechos, unas medias con liga y sus botas de tacón. Se sentó en una banqueta y sensualmente se descalzó y se quitó las medias. Y ya finalmente el sujetador, dejando libres sus pechos, y el tanguita minúsculo que únicamente tapaba su sexo depilado. Entonces empezó a meterse lentamente en el baño, tras sumergirse por completo, comenzó a pasar la esponja por todo su cuerpo; entonces cuando llegó a su sexo notó que estaba totalmente excitada, por lo que decidió soltar la esponja y empezar a masturbarse con su mano. Empezó rozándose con la palma de la mano sus labios, mientras con la otra mano se pellizcaba los pezones, poco a poco abrió con sus dedos los labios de su coño y a introducirlos en su vagina, este movimiento de mete y saca lo combinaba con pequeños masajitos circulares alrededor de su clítoris. Poco a poco éste se iba hinchando y endureciendo más y más, hasta que comenzó a masajearlo salvajemente, cada vez más rápido, acabando con un gran orgasmo. Parecía que los deseos de Raquel se veían calmados momentáneamente, porque al correrse, tenía más ganas de "fiesta". Se levantó de la bañera, se aclaró rápidamente, salió de la bañera se secó el cuerpo y totalmente desnuda salió del cuarto del baño, fue a su cajón de las braguitas y sacó su consolador de plástico.

Se tiró a la cama abierta de piernas y con el pene de plástico en las manos, empezó a lamerlo, mientras que con la otra mano empezaba a sobarse las tetas; cuando tenía el consolador bien chupadito empezó a pasarlo por la entrada de su coñito, subiendo hasta su clítoris, entonces decidió metérselo poco a poco en su cuevita un par de veces, pero a la tercera se lo metió de golpe y empezó a follarse como una perra en celo; en ese momento el reloj dio las 10 de la noche, pero a ella eso no le importaba, ella seguía boca arriba en la cama, abierta de piernas introduciéndose el falo y con la otra mano masajeándose su pequeño botoncito del placer, hasta que consiguió llegar a su segundo orgasmo, aullando como una loba. Cuando acabó de correrse, abrió los ojos, tomó aire y miró hacia la puerta de la habitación donde se encontró a Cristian con su mano en el paquete y con una considerable erección. En ese momento Raquel exclamó:

-Cariño, ¿qué haces aquí tan pronto?

A lo que Cristian contestó:

-Ya ves, hoy he terminado el trabajo antes y he aprovechado para llegar más pronto a casa y darte una sorpresa; pero ya veo que la sorpresa me la has dado tú, he visto como te estabas corriendo con el consolador; por lo que creo que hoy has venido con ganas de que te follen zorra, pues hoy no te me escapas.

Inmediatamente Raquel se levantó de la cama y Cristian apresuradamente empezó a quitarse la ropa, quedándose con su sexo apuntando hacia arriba. Raquel se acercó a él y éste la cogió, la volteó y la puso contra la pared. Empezó a morderle y lamerle el lóbulo de la oreja y el cuello mientras se restregaba como un perro contra ella. Entonces la dio la vuelta y comenzó a chuparle las tetas y a morderles los pezones, mientras con una mano le acariciaba su suave chochito. Mientras se metía todas las tetas en su boca, poco a poco le iba abriendo los labios e introduciéndole los dedos, primero uno, luego dos y así hasta cuatro dedos. Entonces la cogió y la dijo:

  • ¿Qué te parece si nos acomodamos en la cama?

Entonces la tumbó encima de la cama con las piernas bien abiertas y empezó a lamerle todo el coño de arriba abajo y pegándole pequeños mordisquitos en el clítoris. Ella ya estaba casi a punto, por lo que Cristian decidió darle un poquito más de caña a sus dedos, hasta que Raquel se derramó en la boca de su novio. Ella estaba exhausta y sin aire, por lo que se calmó un poco y volvió a la carga, cogió a Cristian del pene que lo tenía bastante duro y empezó a chupárselo con delicadeza desde la base hasta la cabeza y finalmente se lo introdujo hasta el final de la garganta, mientras jugaba con sus huevitos.

Cuando Cristian estaba a punto de correrse, Raquel paró y le dijo:

-Ahora quiero que me folles el coño lentamente.

Así lo hizo, empezó lentamente a introducirlo en el coño de Raquel, poco a poco, lo volvía a sacar otra vez lentamente, hasta que una de las veces que la sacó, apuntó con la cabeza en todo el agujero y se la introdujo hasta el fondo, soltando un suspiro Raquel, entonces Cristian empezó a moverse cada vez más rápido, mientras Raquel estaba consiguiendo otro orgasmo, ya que Cristian en cada movimiento la estaba rozando el clítoris; y cuando Cristian soltó un gran chorro de leche dentro de Raquel, ésta explotó y pegó un gran grito, que inmediatamente Cristian calló con un beso.

Parecía que Cristian no había tenido suficiente, porque sacó su polla del coño de Raquel y ya estaba otra vez casi erecta. Entonces le dijo a Raquel:

-Venga puta ponte a cuatro patas que te voy a follar por detrás.

Rápidamente Raquel se colocó a cuatro patas sobre la cama y Cristian empezó a restregar su polla húmeda por detrás; cuando vio que a Raquel cada vez se le abría más el culo, cogió un poco de flujos de su coño y los untó en el agujero trasero, para poder suavizar la follada. Cristian comenzó poco a poco introduciendo la cabeza en el culo de Raquel hasta que noto que su polla estaba totalmente adaptada en aquel agujero. Entonces empezó a moverse lentamente sin sacarla, mientras Raquel ya estaba suspirando y con la mano en su coño. Cristian al ver aquella escena no pudo más y empezó a acelerar el ritmo hasta que soltó un gran chorro de semen en el culo de Raquel y sacó su polla toda flácida mientras la leche salía del agujero de Raquel. Como Raquel no había tenido todavía su orgasmo, Cristian empezó a masturbarla con los dedos y se puso debajo de Raquel para que esta bajase su coño hasta la cara de su novio y se lo restregase contra la nariz, casi ahogándolo, hasta que consiguió su último orgasmo derramando todo su flujo en la boca de Cristian. Para entonces Raquel estaba rendida y se dejó caer al lado de su querido, éste le dio un cariñoso beso en los labios y diciéndole:

  • Raquel te quiero

Entonces Raquel le abrazó y le dijo:

  • Yo también

Y se quedaron dormidos.