Infidelidad mas o menos consentida

Unas vacaciones, donde ella tubo sus momentos de lujuria y protagonismo

Hace pocos días que mi mujer y yo hemos vuelto de las vacaciones, nos fuimos este puente de Noviembre a Santo Domingo, nunca habíamos estado y la verdad es precioso, todo vegetación, mucho calor y humedad, hemos pasado unos días de cine en el Caribe…

Marchamos el pasado día 27 de Octubre para llegar allí el domingo 28, 9h horas de avión, eso fue lo peor, pero llegamos bien y enseguida dimos con el guía que nos tenía que hacer el traslado al hotel, teníamos que ir hasta arriba del todo de la Isla, un sitio llamado Samaná y el hotel era de una cadena, por lo que se de propiedad Española.

Llegamos, después de 3h de camino con un autobús bastante ruin, llegamos a lo que parecía la entrada de un racho pero con palmeras muy altas y una vegetación exuberante, de hojas muy grandes y cargado de lo que parecía fruta, justo atravesar una gran puerta blanca metálica con el nombre del hotel en ella, entramos en unos jardines preciosos, verdes, muy verde era todo el entorno,  muy cuidados y nosotros recorríamos con el autobús el caminito que los cruzaba, llegamos donde la entrada principal de un edificio también blanco de aspecto tipo colonial, una serie de minicoches con capota, como de golf estaban aparcado en la entrada, un séquito de chicos de aspecto joven y nativos de la zona nos ayudaron con las maletas hasta entrar al hotel, en el hall nos acompañaron hacia una mesa donde nos sirvieron agua y nos dijeron que pronto nos recibirían, al cabo de pocos minutos , una chica muy guapa se apersonó donde nosotros y se presentó como Guaye, la recepcionista, se sentó al otro lado de la mesa donde estábamos y abriendo la carpeta que traía, nos dio la bienvenida al hotel y nos fue explicando lo que en el hotel podíamos hacer, todo lo que teníamos contratado, que era absolutamente todo, teníamos el “todo incluido”, tanto en comidas y bebidas, como tratamientos y en actividades.

Acabó por darnos una llave de nuestro bungalow e indicarnos los distintos horarios y facilitarnos que con uno de los cochecitos de golf  y uno de los chicos, botones que había en la entrada del hotel, nos acompañara. Para allí nos fuimos, nos montamos en el auto y salimos dirección a nuestro nido de amor… pasamos entre pequeños edificios que completaban el resort, piscinas y jacuzzis al aire libre , rodeados de maleza alta, a los pocos minutos no muy lejos, llegamos a nuestro destino, como si fueran casas adosadas coloniales , ahí unos 10 escalones nos dejaban ver lo que iba ser nuestra casa durante 15 días, de puro relax, disfrute y desconexión, con la llave que nos dieron, abrió muy amablemente el chico, una puerta enorme de madera para dejarnos ver al mismo tiempo que nos mostraba todos los rincones de ese sitio, un comedor principal con una Tv gigante , este que daba a una terraza con jardín privado, al otro lado del comedor, una cama muy grande con dosel, también con una pantalla de tv grande, este nos muestra las vistas, los canales, el minibar repleto de todos los licores de la zona y refrescos varios, así como una pequeña cafetera, al lado del dormitorio, daba entrada a un baño con todos los complementos, bañera de chorros, wc, ducha de cabina…eso era un sueño, sabíamos que íbamos a estar genial, pero eso era superior.

Tardamos como 2 horas colgar todo y ponernos algo cómodo para dar un paseo y poder llegar a la playa, eran las 14h y el sol daba con mucha fuerza en aquel sitio, así que Silvia, envuelta en un pareo amarillo y su minúsculo bikini rojo y sandalias, yo con bañador bóxer y camiseta y chanclas de guiri total, salimos y al cabo de poco un mar inmenso delante nuestra se descubre, así como avistamos una playa debajo de lo que parece un pequeño acantilado, unos 10m de caída, una maravilla…

Los días eran tranquilos, sosegados y de mucho placer, de darnos mucho placer, había días que lo llegábamos hacer hasta 3 o 4 veces,  cierto es que me tenia exhausto, por veces me no podía seguir su ritmo parecía que a la Sra. le sentaban de lujo esas vacaciones. Se apuntaba a todo, a bailar en el agua, a jugar a vóley, en la piscina, a hacer canoas…a todo, yo también la acompañaba, alguna cosa, pero no a todo, yo tumbado en las hamacas de la playita o la piscina con mis cocteles era el hombre más feliz del mundo.

La comida era fantástica, de bufet y distintos restaurantes temáticos repartidos por todo el resort y bares, todo completamente gratuito, ella estaba fascinada con todos los animadores de las actividades y fiestas, me comentaba a cada una que íbamos o iba ella, lo fibrados y ágiles que están. Los conocía a todos, tanto a ellos como a ellas, las monitoras, que todo hay que decir, eran bastantes guapas la mayoría.

Muchas de las veces que follamos, ella mencionaba  a alguno de ellos, le gustaba imaginar que estaba envuelta en un trío u orgía, lo cierto en esto es que, des de hace algún tiempo hemos probado otras cosas, ella ha estado alguna vez con otros hombres, era una fantasía que ella tenía des de hacía tiempo, o necesidad, ya no lo sé y alguna vez, con consentimiento lo hemos hecho, por eso nos gusta ahora de vez en cuando fantasear entre nosotros como si eso fuera real.

La verdad que el sitio era idílico, sentíamos la calma y la tranquilidad en nuestras carnes, relajados pasamos unos días maravillosos, bronceándonos al sol, tomando exótico cócteles y demás, después de cenar cada noche, nos quedábamos a las actuaciones que hacían los animadores y algunas noches después nos íbamos a la discoteca del hotel, donde bailábamos y tomábamos algo hasta caer de cansancio o algo bebidos.

Una noche, que era de gala, por la comida y el baile que se anunciaba para después, había que ir algo mas arreglados, yo me puse una camisa blanca y pantalones de pinza que traía con unos náuticos, hecho un dandi. Ella, mi mujer, se puso un vestido negro escotado muy cortito con la falda plisada así como sedosa, vi como se vistió y llevaba debajo solo una tanga negra pequeñita, con zapatos negros con algo de tacón y fuimos a cenar.

El bufet, estaba engalanado hasta los topes de comida exótica y colocado de distinta manera que los demás días, una gran oferta de mariscos, entrantes y pescado fresco, cenamos muy bien y nos pusimos hasta arribar de todo, sobre todo de dulces y fruta. Al acabar, salimos fuera, donde montaban el baile de los sábados, la fiesta de los nativos como le decían ahí, bebías alcoholes propios de la zona, algunos algo fuertes y muy dulces y pasabas una par de hora bailando salsa con los monitores y monitoras a modo de grupo y en parejas, ella como no, todo el rato ahí dale que te pego con el bailoteo..a mí me gustaba más mirarla.

Hacía calor, siempre hizo calor era algo incomodo si no estabas acostumbrado, tanto era de día como de noche, cerca de las 12 de la noche se terminaba la animación y nos fuimos para la discoteca, esa noche Silvia iba muy embalada, se le notaba algo pasadita ya con las copitas y el bailoteo.

Entremos, luz muy bajita, solo se veía bien la pista de baile con las luces de colores y  poco mas, una pequeña barra en la entrada con dos camareras y a medida que metías en el local, veías que alrededor de la pista había como unos sofás oscuros que, junto con sus mesitas daban la vuelta a toda la pista, era bastante grande.

Salsa , salsa y reggaetón, para ella genial, pero yo estaba algo cansado de eso, Silvia al contrario no se movía de la pista, donde se le veía de manera tenue por la poca luz, bailando estaba  todo el rato, yo me acomodé al fondo en  los sofás  donde había muy poca luz, ella venia solo cuando le apetecía tomarse unos sorbos enormes de caipiriña o darme algún que otro beso..al cabo del rato de estar bailando se fue al baño y volvió , se sentó  y tras dar un gran trago hasta acabarse la copa, me dio un beso metiéndome la lengua entera en la boca y la mano apretándome fuerte el paquete, luego me dijo que tenía mucho calor y que estaba ardiendo y que le guardara una cosa, me dio algo con la mano cerrada yo se lo cogí…ella se levantó y se fue de nuevo a la pista mientras me miraba y se reía, yo miré la mano lo que me había dado y vi su tanga ¡¡¡, se lo había quitado, ella se dio cuenta de la cara que puse y se reía en mitad de la pista, con esa falda tan suave y cortita que llevaba se le podía ver cual cosa en cualquier momento, madre mía como iba…

Poco después de media noche, los monitores de por la mañana hicieron aparición en el local, saludaron a la mayoría de gente que habíamos, ya que muchos nos conocíamos de estos días y en seguida se animaron a bailar, subieron la música y como si empezara otra fiesta..yo la veía a ella a lo lejos entre la gente, viéndola moverse y alguna vez tambaleándose también con algún traspié, pero salvando los honores de que no se le veía nada.

Al rato de estar allí y de las idas y venidas de Silvia, por fin se sentó un ratito y nos tomamos tranquilamente otra copa, me dijo que estaba muy excitada, que tenía muchas ganas de marcha esa noche, me cogió la mano y se la puso por debajo de la falda, pude constatar que estaba muy excitada mientras la masturbaba un poco con dedos haciéndole caricias, mientras ella me daba un fuerte beso en la boca, no vimos en ningún momento que diéramos el cante el rincón era bastante seguro por lo oscuro que estaba. Silvia me confesó que en la pista había dos individuos que se le arrimaban mucho y que la estaban poniendo a 1000, yo le quise insinuar que estuviera bien y disfrutara  pero aun ahora no se como tomo eso, ya que a los pocos minutos de irse de nuevo a bailar, me los trajo donde nosotros a los dos maromos, eran dos de los monitores con los que habíamos hecho actividades estos días, Julio Cesar y Rafael, no tíos nativos de allí de 20’s pocos años, los dos de aspecto delgado y uno de ellos, Julio con el pelo más largo, ella  me los presentó , se sentaron uno a mi lado y otro enfrente y Silvia le fue a pedirnos algo para beber los 4, mientras ella estaba en la barra pues hablamos de lo bien que lo pasamos estos días allí en el hotel y con sus actividades, Rafael me dijo que Silvia era muy “linda y bella” que tenia suerte y Cesar me dijo que se la veía muy “ lasciva y apasionada“, yo viendo lo predispuesta y caliente que andaba Silvia, les comenté a los dos que tenía una mujer muy morbosa y si bella y caliente, pero que en algunas ocasiones pues tenía o se tomaba esa libertad de tontear con otros hombres, los dos tipos dibujaron una sonrisa y se cruzaron unas miradas que yo noté que no se esperaban una explicación como esa, me preguntaron si a mí me gustaba que hiciera “eso” a lo que respondí que nuestra felicidad se basaba en la libertad individual de cada uno y que ella tenía esa necesidad más pronunciada que yo, pero vamos, que eso no quería decir que fuera a pasar nada simplemente que era así de espontánea por su propia manera de ser.

Silvia volvió junto a nosotros, se sentó en frente nuestras junto a Julio Cesar, había traído una ronda de Margaritas para cada uno, brindamos por las vacaciones y ..Nos pusimos hablar de las actividades y según mi mujer dijo, mirando fijamente a Julio, “ Ustedes deben ya saber la capacidad de atraer a las chicas/mujeres hacía los monitores, verdad??” , se notó mucho y entre cuatro excusas de los dos, se defendieron diciéndole que es normal por lo diferente, exótico y que la gente allí se siente más desinhibida y relajada de lo habitual.

Como la música está un poquito alta y nos dificultaba escuchar bien de un lado de la mesa al otro, al poco rato pues yo quedé hablando con Rafael que lo tenía a mi lado y ella se la veía muy encaramada a Julio, tanto que en un descuido  al moverse para reposar su mejilla en el hombro de este, subió también las piernas al sofá quedándole la falda algo subida por detrás y des de la posición nuestra de la mesa se le veía perfectamente sus dos piernas macizas dobladas un poco hacia su barriga dejando visible desde detrás el culo y parte de su chichi, Rafael me miraba asombrado y me decía que era una delicia de mujer lo que yo tenía y que esa vista era digna de los propios dioses, ella ni cuenta se daba por lo ya, borrachilla que iba.

En uno de los momentos mientras charlábamos los dos e íbamos mirando y nos sonreíamos de la entrepierna de mi esposa, vimos como ella le daba besos en el cuello a Julio y este le había sacado un pecho del vestido mientras se lo masajeaba y apretaba, fijando su mirada en mi…vi que la situación era ya determinante y llamé a Silvia para irnos de allí, esta me dijo que si , pero que tomáramos algo en nuestro bungalow los 4, acepté de buen grado y ellos también, nos levantamos y salimos fuera.

Como íbamos algo cocidos y yo ella sobretodo, Julio Cesar se acercó a por un cochecito de esos para ir hasta la habitación, ellos se montaron delante y yo con Silvia detrás. En seguida se abalanzó sobre mi y empezamos a morrearnos mientras ellos nos miraban por el retrovisor, Silvia me estrujaba los huevos por encima del pantalón y yo le frotaba sus pechos, estaba muy caliente, ellos nos miraban entre sonrisas...

Llegamos a sitio, 504 era, entramos y me pidió que preparara algo para beber mientras ella se pondría cómoda, ellos quedaron sentados en el sofá grande del salón sin saber muy bien que iba a pasar, una vez servidos me senté al lado de Rafael, se oía el agua de la ducha, 10 min. y apareció en el salón cubierta en un albornoz, con los sabios bien pintados de rojo carmín, algo de colorete y maquillada, diría que algo mas de los normal en ella, pero por debajo se le veían unos zapatos brillantes y las medias negras, se acercó donde estaban los dos sentado, me cruzó una mirada con una sonrisa al pasar delante de mí y continuó hacia ellos hasta estar delante mismo de los dos, se abrió el albornoz, nadie decía nada, todos mirábamos a tonitos, tiró el albornoz al otro sofá que había y se quedó con un camisón negro de tirante y hasta medio muslos, completamente transparente que dejaba ver con claridad que solo llevaba el liguero y las medias negras debajo, sus pechos, el culo y lo demás quedaba a la vista de todos nosotros..

Las manos de los dos recorrieron los muslos de ella hasta alcanzar sus nalgas, Julio Cesar se levantó para tocar sus pechos por encima del vestido, si es que lo era, la beso con lengua fuerte mientras Rafael desde el sofá le acariciaba las nalgas y el coño de Silvia, en un momento se quitaron la ropa los dos por orden de mi querida esposa y los sentó de nuevo, los dos juntitos a mi vera con sus pollas oscuras de piel de de tamaño más que generoso, “estos son los que me gustan” dijo Silvia mientras se arrodillaba entre los dos, meneándolas arriba y abajo sin parar y dándoles fuertes chupadas, entregada y salida, chupaba con ansia los dos nabos enormes de sus estimados monitores, yo , cámara en mano, para inmortalizar el espectáculo, fui desnudándome poco a poco, me quedé en calzoncillos mientras tomaba una panorámica des de atrás de Silvia, enfocando su culo en pompa , su cabeza subiendo y bajando y las dos astas en las manos.

En un arranque de los dos, la cogieron con fuerza y habiéndole quitado el trapo que llevaba como vestido, la llevaron a nuestra cama, la tiraron encima de ella y sin decir muchas palabras más que gemidos, Julio Cesar la montó a 4 patas mientras que ella entre empujones se la chupaba a Rafael, se la veía entregada y satisfecha así como en su naturaleza más natural, se desenvolvía entre ellos de una manera muy cómplice facilitando a los dos el que pudieran follarla a placer. Como ella tomaba la pastilla, los dos a pelo se la estaban tirando, uno primero luego cambiaban ella encima del otro y Julio de pie en la cama con su rabo en la boca de ella, así 2h de frenesí, lujuria, sexo y sudor, mientras yo grababa cada instante de la velada. Ya con Silvia agotada, mojada y completamente desencajada mientras, encima de Julio Cesar estaba cabalgándole, Rafael por detrás arrodillado se la ensartaba por el culete, sin muchos esfuerzos empezaron los dos a forcejar con ella sin parar, rápido, rápido y en un momento, se salieron dejándola a ella boca arriba y los dos arrodillados, uno a cada lado se corrieron a placer en todo su cuerpo….genial, ella se reía y se frotaba el semen de los dos por sus pechos y barriga.

Después de unos minutos y recomponerse todo el mundo, se intercambiaban besos entre los tres, Silvia se levantó y se fue de nuevo a la ducha, salió al poco envuelta de nuevo con el albornoz, pero ya sin tanto desparpajo y visiblemente mas cansada pero con una cara de satisfacción que no cabía en sí misma. Se despidieron y los muchachotes, muy educados siempre y respetuosos, eso sí, se marcharon. Nos “caímos” en el sofá, encendimos un cigarro cada uno, que aunque no fumábamos nos apetecía mucho, un ron con hielo para los dos y pusimos la tele… le insinué que yo aun no me había corrido, que si pensaba dejarme así, y le mostré quitándome los calzoncillos que tenía el pene erecto, la verdad que no és como el de los amigos esos…más bien la mitad..pero bueno…así que sin decirme nada y con aspecto de rendida y cansada se puso a 4 patas en el mismo sofá y levantándose por detrás el albornoz me invitó a que la follara cuanto quisiera..la visión que tuve en ese momento era de un coño grande, rojo  y brillante por el flujo que tenía aun y un agujero del culo abierto y rosado, yo que estaba ya apuntito por todas esas escenas, sin vacilar mucho le di unos lametones en su ano y antes que dijera que ahí no ¡¡¡, ya la estaba follando duro por el culo, entró del tirón sin resistencia ninguna por como se lo habían dejado..2, 3, 4 minutos sin parar, con ráfagas del mismo diablo que la hacían gritar hasta descargarle toda la leche dentro.

No caímos de nuevo al sofá y recuerdo que nos despertamos a media madrugada para irnos sin mucho ruido y menos nueces…