Infidelidad en Pingüinos

Mi primera infidelidad, en la concentración motera de Pinguinos. Alcohol, sexo y diversión forman una mezcla explosiva.

Apenas habían terminado las navidades y atrás dejábamos una vez más a otro año, era enero y para los amantes de las motos es una fecha entrañable, Pingüinos esta cerca.

Después de preparar todo, y dar los últimos retoques a la moto, mi novio José y yo salimos dirección a Boecillo, el conducía, mientras con mis manos le rodeaba, sujetándome a él y como en otras tantas ocasiones deslizaba mi mano hasta su entrepierna, apretando para que me notara y notando como su miembro crecía; siempre me decía que era una cabrona, que le excitaba para nada.

En apenas dos horas llegamos al recinto, había poca gente aún, teniendo en cuenta que al final llegaron más de veinte mil, nos acercamos a la entrada para inscribirnos, y posteriormente entramos en el camping a montar la tienda, el frío era aterrador y aún era de día, la noche se esperaba muy fría y aunque a algunos les parezca una locura, el frío es lo que da sentido a esta concentración.

Cogimos la moto de nuevo, esta vez era yo quien conducía y nos fuimos al pueblo, a ver un poco el ambiente, era viernes y aun no había movimiento, hasta el sábado no llegaría toda la gente, así pues volvimos al camping.

Después de cenar, nos echamos la manta a la espalda y salimos fuera, las hogueras iluminaban el pinar y la gente se recogía alrededor de ellas, nos acercamos a un grupo y estuvimos hablando cerca del fuego, el frío y la humedad estaban patentes.

José hablaba de motos con un motero que había llegado de Alicante, yo en silencio les escuchaba cuando de repente me asuste al sentir como una mano me empezó a tocar el culo, me di la vuelta y había dos chicos,

-Morena, menudo culo tienes-

No dije nada, simplemente me aparte de ellos y me acerque a José, eran dos amigos del chico con el que estaba hablando.

Me acerque al oído de José,

-Cari, vamos a dar una vuelta-

Nos despedimos de aquel grupo y andamos de nuevo entre las hogueras; a una de ellas nos volvimos a acercar, eran conocidos del año pasado, parejas jóvenes y con ellos hablamos y bebimos para combatir el frío durante toda la noche, hasta que de madrugada volvimos a la tienda y dormimos unas horas hasta el desayuno.

El día siguiente fue un ir y venir de motos, llegaban por cientos y la muchedumbre abarrotaba el recinto, llegaron amigos nuestros y dedicamos el día a ver las motos, disfrutar en las carpas y conocer a gente que como nosotros compartían la afición por este mundo.

Después de cenar, todos nos montamos en las motos y sujetando la antorcha desfilamos ante todos los presente para recordar a todos nuestros amigos que perdieron la vida en la carretera, había muchísima gente y puestos de venta.

Esa noche seria larga, después del desfile, salimos por el pueblo, de bar en bar conociendo a mucha gente, bebiendo y disfrutando de aquel momento.

Apenas eran las seis de la madrugada cuando José, salio a la calle y empezó a vomitar, se había pasado bebiendo y casi no podía ni andar, así que me monte en la moto y le lleve a la tienda, apenas hubo llegado se quedo dormido, yo me tumbe a su lado, oyendo el griterío de la gente.

Pasaba el tiempo y no me podía dormir, así que salí de la tienda con la intención de buscar entre las hogueras a los amigos con quienes estuvimos la noche anterior, fui andando por el pinar cuando de nuevo, asustada me di la vuelta al sentir como una mano me tocaba el culo,

-Morena, menudo culo tienes-

Por las palabras deduje que era el chico que la noche anterior me había tocado, pero apenas se le veía, vestía de negro, tapado casi hasta los ojos y esta vez iba el solo,

-Pero tu eres un cerdo- le dije.

Le respondí con decisión sabiendo que no estaba sola, puesto que las hogueras eran numerosas, así como la gente aglomerada a su alrededor.

-Perdona, no quería ofenderte, me deje llevar-

No respondí, pero me dieron ganas de darle una hostia en la cara, será cerdo, primero me toca y luego me dice que se dejo llevar.

-¿Hoy vas sola?-

-Si, mi novio no se encuentra bien y se quedo en la tienda-

-Si quieres puedes venir a nuestra hoguera, somos mucha gente y así no te aburrirás-

Al principio quise rechazar la invitación, pero pensé que José estaba dormido y yo había salido a buscar a una gente que no sabría si estarían allí o en el pueblo, así que al final acepte,

-Esta bien- dije.

-¿Por cierto como te llamas?-

-Me llamo Antonio-

-¿Y tú?-

-Silvia-

Y muy cortésmente se acerco a mí a darme dos besos.

Los dos empezamos a andar entre las hogueras hasta que por fin llegamos al lugar donde todos sus amigos estaban, bebiendo y riendo e incluso alguno un poco borracho, en aquel grupo también había alguna chica, así que me sentí más tranquila.

Antonio me presento a cada uno de los presentes, aunque no me quede con los nombres, puesto que soy malísima para ello y encima esa noche iba un poco mosca.

Antonio se portaba muy cortes conmigo, me preparo un cubata y al lado del fuego hablamos entre todos, parecía gente muy maja que lo único que buscaba era diversión.

Antonio volvió a la carga y de nuevo me puso su mano en el culo, a lo que me volví con cara seria,

-Antonio, no te pases, no quiero problemas-

Note como en mí oído su calido aliento que me empezó a susurrar,

-Quiero follarte-

No di crédito a lo que oí, pero no le dije nada, todos sus amigos estaban allí, así que me aparte de el y empecé a hablar con el resto de la gente, que se encontraba ajena de lo que me sucedía.

De nuevo insistió, poniéndome esta vez sus manos en mi cadera y acercándose tanto a mí que su cuerpo rozaba con el mío y note que estaba muy excitado, su erección era notable,

-Me encantaría comerte el coño-

Esta vez, no opuse ninguna resistencia, había notado en mí su erección y eso me empezaba a excitar, acompañado del alcohol que llevaba en el cuerpo, así que no le respondí por lo que Antonio debió de deducir que tenía campo libre.

Sus manos se movían por encima de mi cuerpo, con disimulo para que la multitud congregada no se diera cuenta de lo sucedido, y mucho menos la novia de Antonio que como después me comento estaba allí, hablando con el resto de las chicas del grupo, pero creo que aunque lo hubiésemos echo delante de ella, no se habría dado cuenta, su borrachera era lamentable.

Las manos de Antonio se resbalaban por mi cuerpo, acariciaba mis muslos y tocaba insistentemente mi culo, disimulando como podía con la manta que llevaba para cubrirse, sus caricias subieron por los costados hasta mis pechos, presionándolos con fuerza a pesar de la cantidad de ropa que llevaba, y notando como mis pezones empezaban a salir,

-Tienes que tener el coño muy húmedo-

-Me encantas- me dijo Antonio

Sus groseras palabras me excitaban aun más y sus manos dejaron descansar mis pechos para una vez más bajar a mi culo y sobarlo de nuevo, jugando con sus manos y metiéndolas entre mi entrepierna notando el roce que en mi producían.

Incansable Antonio, palpaba cada parte de mi cuerpo, excitándome con cada pasada aunque pensara que José estaba en la tienda, aquella situación me desbordaba, estaba atontada, sin miedo, solo deseaba a aquel chico que no conocía de nada, solo quería dejarme llevar por la excitación del momento y perderme en sus caricias.

-Dame tu mano, mira como me has puesto- me dijo Antonio, agarrando mi mano y llevándola hacia su polla, por encima del pantalón notaba aquel bulto, deseosa de tocar y empezando a estrujarle con mis dedos, tocándole todo el.

-Espera un momento Silvia-

Aparte mi mano de su pantalón, extrañada por aquellas palabras y preguntándome a que tenia que esperar,

-Ya esta, tócame de nuevo princesa-

Volví a buscar con mi mano su polla y entonces me sorprendí cuando al saber que tenia la cremallera bajada y su polla estaba totalmente fuera del pantalón, empecé a tocarla con suavidad, explorando con mis manos y jugando con ella, acariciando su glande y apretándolo con mis dedos, me pareció que era bastante grande y eso me excitaba aún más,

-Me encanta tu polla- le dije

Antonio no dejaba de acariciarme el culo. Mis manos subieron de intensidad y mi calentón iba en aumento, así que empecé a masturbarle rápidamente, oyendo como sus suspiros se sucedían detrás de mi y su presión en mi cuerpo se hacia más notable.

Antonio aparto mi mano de su miembro y lo introdujo de nuevo en el pantalón,

-Silvia no te muevas de aquí, ahora vengo-

Me quede observándole y vi como se fue andando hacia su amigo, el motero con el que José había estado hablando la noche anterior, mi miraba fijamente mientras Antonio hablaba con el, estaba muy cachonda pero eso no impidió que sintiera una vergüenza infinita al pensar lo que su amigo le estaba contando.

Al poco rato, Antonio volvió, colocándose de nuevo detrás de mí e incorporándose hacia mi oído,

-Vamonos-

-Te la voy a meter entera-

Antonio se dio la vuelta y empezó a andar, para no levantar sospecha cuando se alejo unos metros le seguí hasta la tienda de campaña, la abrió y se metió dentro de ella, a los pocos segundos entre yo también asustada, le mire,

-¿Y si llega tu novia?-

-No te preocupes, esta no es mi tienda, es de mi amigo y vino solo-

Excitado y apresurado, Antonio me fue desnudando rápidamente, sin apenas yo poder ni tocarle, hasta que quede completamente desnuda ante el, viendo la ansiedad en sus ojos y las ganas de poseerme.

-Como estas bonita-

Y rápidamente se abalanzo sobre mis pechos, tocándolos con fuerza, apretando con sus labios mis pezones, acariciando cada centímetro de mi busto,

-Que buena estas- repetía una y otra vez mientras me poseía.

-Voy a comerte el coño-

Apenas pude dar un suspiro y el estaba ya en mi entrepierna, moviendo fuertemente su lengua en mi sexo, lamiendo cada uno de mis labios mientras me desbordaba una sensación de bienestar infinita, su lengua me penetraba y mis suspiros se agudizaban.

-Déjame chupártela- Le dije entre gemidos.

El se tumbo a mi lado y apresurado se quito toda la ropa, estaba desnudo, y por fin pude ver su rostro en la oscuridad, su polla era enorme y estaba completamente erecta, embobada le observaba, hasta que me casi me suplico que se la comiera.

No me costo mucho decidirme, me arrodille delante de el y baje hasta su miembro, empezando a mamarselo de la mejor manera que sabia, su polla era enorme e intentaba meterla lo mas posible dentro de mi boca, bajando una y otra vez ante el gozo de Antonio que suspiraba,

-No pares zorra, no pares, me encanta-

Sus palabras me excitaban aún más, lamía con ansia aquel instrumento, sacándolo de vez en cuando para poder respirar y lamer con mi lengua sus huevos, para después recorrer toda su polla y metérmela de un golpe hasta la garganta, seguí durante un largo rato, hasta que Antonio me la saco,

-Quiero metértela hasta dentro-

Antonio se puso encima de mí,

-Métela tú- me decía con impaciencia.

Con mi mano sujete su polla, y abriendo con ella mis labios, la orientándola hacia mi húmedo coño, dejando que el la metiera, que con un fuerte golpe la introdujo hasta el fondo, sintiendo en mí un dolor infinito, saliendo de mi garganta un chillido que bien se podía haber oído sus amigos, a Antonio no le importo y siguió metiéndola una y otra vez, sentía como cada pedazo de aquella enorme polla me penetraba hasta que llegaba al final y sus huevos chocaban en mi culo, la sensación era impresionante….

-Ahhh no pares Antonio, dame más fuerte- hablaba como podía entre gemidos.

-Si fóllame, fóllame así…..-

Paso un tiempo, no se si minutos o segundos, ante nuestra excitación el tiempo se había parado, Antonio salió de mí,

-Ponte arriba Silvia-

El se tumbo en la tienda, y me puse encima de el, volví a agarrar con mi mano su polla, estaba lamigosa, la oriente hacia mi agujerito y esta vez ella solo entro hasta dentro de mí, sintiendo que esa enorme polla me partía en dos. Poco a poco, fui aumentando el ritmo de mis movimientos, viendo como aquel miembro se perdía en mi cuerpo, después salía y de nuevo volvía a entrar tan adentro. Apretaba con más fuerza, quería sentirlo muy dentro, mientras Antonio apretaba mis nalgas contra el para dar mas fuerte, para después empezar a tocar mis pechos que votaban delante de el.

-Cabalga Silvia, cabalga….-

Estaba cansada, el frío fuera era muy intenso pero ambos estábamos sudando, dejándonos llevar por cada movimiento que mi cuerpo realizaba y estremeciéndome cada vez que me penetraba.

Los dos gemíamos de placer, sin miedo a ser descubiertos.

-mmm, así, así….- jadeaba Antonio.

Me perdía en sus caricias, eran tan ricas, con sus manos en mis pechos y luego bajaba tocando cada centímetro de mi cuerpo, mientras cabalgaba encima de el, oyendo sus gemidos

-Ahhh, Ahhh…- grite con fuerza, al sentir un mi como un orgasmo me invadía, como todos mis músculos de la pelvis se endurecían, para después relajarme, mientras seguía encima de el.

De repente Antonio, agarro mi cintura y empezó a aumentar el ritmo de movimientos, dando más fuerte que antes, sentía que su polla llegaba hasta el final y no podía dejar de gritar, no se si de gusto o de dolor. Así siguió durante unas pocas envestidas, hasta que grito con fuerza, corriéndose dentro de mí, notando como el chorro salía caliente de su cuerpo.

-Como follas nena, ha sido el mejor polvo que he tenido-

-Yo también, sin duda- le sonreí.

Sin darnos cuenta, ya había amanecido, así que apresurados nos vestimos, me beso y me fui a mi tienda, cansada y destrozada con aquel polvo que había tenido, abrí la cremallera y allí estaba José, ajeno a lo que me había pasado, dormido, así que vestida, me puse a su lado y me dormí un poco pensando en Antonio.

Al día siguiente, preparamos todo para irnos, vimos un poco la entrega de trofeos, estaba agotada, a nosotros se acercaron Antonio y sus amigos a despedirse, ellos conocían a José de haber hablado con él el viernes, así que no sospecho nada.

Antonio se acerco a mí y sin que José le viera me dio un calido beso en los labios y me dio una tarjeta con su teléfono y su e-mail,

-Espero verte pronto guapa-

-Yo también lo espero- le conteste

-Sabes, tiene suerte este gilipollas de aquí al lado por tenerte- mirando a José.

Solamente le sonreí,

-Adiós guapa-

-Adiós Antonio-

Y todos nos fuimos a nuestras respectivas ciudades, guardándome para mí y compartiendo ahora con vosotros, el secreto de la primera infidelidad que tuve con mi novio. Esta fue el empiece de unas sucesivas infidelidades, hasta que un día José se entero y rompimos, pero eso es otro relato.

Hasta pronto.