Infidelidad de una esposa abandonada
Escrito a petición de mi Amo JAde
Vaya ...otra semana sola en casa, nuevamente mi esposo tuvo que viajar por temas laborales...
Bueno les contare la situación por la que estoy pasando actualmente y que me tiene confundida, les contaré un poco de historia de mi vida con lo que espero no hacer muy largo mi relato. Antes de casarme llevaba una vida y disciplina muy recata y estricta cosa que a mi esposo le gusta mucho, una mujer dedicada a su casa, a los quehaceres domésticos e hijos, quiero a mí esposo, pero después de 12 años de convivencia todo se vuelve rutina, y yo ya estoy lista para cualquier cosa que me renovara la vida, pero antes que nada mi nombre es Elena, soy vendedora de una corredora de propiedades, de 47 años, todos los que me conocen, piensan que tengo unos 35 y, la mayoría me considera atractivaaún. Mi marido, Sergio, es muy convencional con respecto al sexo, muy soso, por llamarlo de alguna manera y verdaderamente no me satisface en cuanto a mis fantasias. Trabaja en una empresa minera, en el cual lo reconocen como un exitoso profesional experto, en el cual tiene que viajar a distintas mineras de la región, y fuera del país, lo que provocó que nuestros encuentros amorosos fueran más espaciados ya que en ocasiones tardaba hasta 7 días en regresar de un viaje y en ocasiones más. Lo que a mi me mantuvo en cierta zozobra ya que necesitaba a mi esposo a mi lado pero nunca se me ocurrió serle infiel.
Hace unos meses atrás, con unas amigas, decidimos salir e ir a divertirnos a un pub-dicoteque muy conocida aqui en el norte, donde al poco de haber llegado al lugar se presentaron dos hombres de unos 45 años que aunque no nos conocíamos me pareció haberlos visto, quizás en la compra de alguna propiedad. Se presentaron como Cristian ( tez blanca, ojos verdes, físico admirable, 1,75 y una educación exquisita), que por cierto llamaba mucho la atención a mis amigas, y Alexis este era un poco mas moreno, pero tenía su encanto, era bastante corpulento. Estuvimos tomando algunas tragos y bailando, siempre con un comportamiento ejemplar por parte de ellos y de mis amigas, hasta que algunas de ellas se fueron retirando, con la excusa de que tenían a sus hijos durmiendo (yo ya tengo hijos adultos).
Eran casi las 2 de la madrugada, y seguía bailando, el baile me conduce a otra vida, estaba exitada, por la música y las luces. Estaba bailando con Cristian al cual encontraba muy atractivo e interesante cuando acerco su cara a la mía intentando besarme a lo que me resistí, me susurró que estaba bailando muy sensual, mientras seguíamos bailando pude sentir el roce de su entrepierna que debía estar bastante erecta ya que al apretame contra ella lo notaba muy dura y fue cuando empezaron a rondarme por la cabeza todas mis fantasías , no se si era mi otro yo u el alcohol que había ingerido, pero mi cabeza estaba dando vueltas al tema. De pronto Cristian
volvió a la carga pero esta vez no me cerciore y sus labios ya estaban pegados a los mios, aunque quise separarlos el me sujeto y no lo pude evitar. No tarde en reaccionar y sentí su lengua entrando en mi boca, empezamos literalmente a besarnos . dejamos de bailar y nos retiramos hacia un costado de la pista de baile, hacia un rincón y de los besos pasamos a las caricias, tocando mis tetas y mi culo por parte de Cristian. Estaba excitadísima, a la vez me sentía traidora,pero tenía muchas ganas de seguir con mi fantasía.
Mientras me seguía besando y acariciando, me susurro que le apetecía mucho estar conmigo en un lugar más íntimo, y que yo le gustaba a montón y no iba a aceptar una negativa de mi parte.
Salimos hacia un motel y luego de cerrar la puerta, comenzó a besarme el cuello descontroladamente, desabotonó por completo la blusa y soltó mi sosten, mis tetas salieron por encima de este y estaban tiesas y con los pezones apuntando al cielo. Cristian me besaba y me apretada las tetas, me las sobaba y yo gozando y gimiendo como loca. Continúo besándome el cuello y ahora sus manos desabrochó mis jeans, y me los baja en un dos por tres, al ver mi culo, me dio nalgadas, me lo apretó y bajo a comenzar a chupármelo. Me lo besaba y yo gemía como loca. Mientras me chupaba el culo, paso sus manos por mi coño, por encima de mi tanga y supo lo mojada que estaba.
Luego me bajo la tanga, cuando esta cayo el la tiro a un lado, luego abrió mis piernas y comenzó a chupar mi culo, luego me volteó, subió mi pierna izquierda en su hombro y comenzó a chupar mi vagina . Me chupaba el clítoris, me metía su lengua, yo estaba perdida, gemía, me retorcía del placer. Nos besamos con mucha
pasión, nuestras lenguas recorrían la boca del otro descontroladamente.
Comencé a soltarle el pantalón, y bajé sus boxer y mi sorpresa fue mayor al igual que mi excitación, era la verga más grande que había visto, más grande que la de mi marido. De una me lo introduje en mi boca, no me cabía, la mayor parte quedaba por fuera, además que era súper gruesa. La comencé a chupar, aunque no como hubiera querido por el tamaño que tenía, entonces me dedique a recorrer, a chupar y a lamer el glande. Yo chupaba como loca y el gemía. Mientras lo chupaba me acariciaba mi clítoris y mi vagina hasta que no aguante mas, no quiera chuparlo mas, mi cuca no aguantaba mas.
La solté y le pedí que fuéramos a la cama. Me recostó con delicadeza y me dio vuelta dejándome en cuatro patas aferrada a la almohada.
Cuando entró dentro mío, enseguida pude comprobar lo que mi boca ya había adivinado. Cristian tenía la verga mas larga que la de mi esposo. Mis jugos que estaban chorreados por toda mi raja y mi culo facilitaban la tarea. En cuanto entró llegó lentamente al fondo de mi vagina. Sentí allí como tocaba mi cuello de útero con facilidad. Era una sensación rara, de plenitud. No me dolía, por el contrario comencé a disfrutarlo.
Me arqueé un poco mas bajando mis hombros hasta la almohada y entonces sentí que esa verga ingresaba un centímetro mas. Pensé que me iba a traspasar, pero luego Cristian me dijo que mi cuello se había acomodado mejor y por eso logró ingresar hasta el verdadero fondo.
Cristian se detuvo por un momento, yo deliraba pero no quería gritar todavía. Sentía una rara forma de vergüenza de decirle que estaba disfrutando como nunca
Su verga era durísima y caliente. Lo notaba en las paredes de mi vagina que estaban tensas de tanta dureza. Sentí como si creciera mas dentro de mí. Su cabeza, totalmente descubierta del capuchón rozaba mi interior y me hacía sentir espléndida.
Cristian se comenzó a mover lentamente hacia fuera casi hasta salirse todo y nuevamente ingresaba con suavidad. Cada contacto con mi fondo me hacía delirar de placer. Mi vagina se adaptaba maravillosamente y comencé a sentir un deseo incontenible de estallar, pero, no podía dejar de dominarme por el deseo, era lo máximo. Nunca había acabado tan pronto, sentía que me venía y no podía ni quería evitarlo. Acariciaba mi espalda y apretaba mis nalgas cada vez que entraba su gran pene.
Yo gritaba del placer que era tener ese pene tan rico dentro de mi coño, mientras me clavaba fuerte, duro, su ritmo empezaba acelerarse, ya a toda velocidad, me agarraba de las tetas, me cogía la cintura y me daba nalgadas. Mientras me clavaba, mis nalgas chocaban contra el y el ruido era excitante. Yo gemía, gritaba de placer, le decía que me diera más...Dame, dame…..dame duro….no pares amor…clávame duro, …. Ah aah aa,h aah aah aah aah aah aaaaaahhhhhhhhh
Un hombre diferente a mi esposo, que me hacía sentir la mujer más deseada del planeta, sus ojos verdes se fijaron en los mios, y seguimos besándonos, una y otra vez,
rumbo a los deseos sexuales fuera del matrimonio.