Infidelidad con el Contador

Nunca pensé que Alejandra aceptaría tener sexo con el contador y probar la gran herramienta que tiene.

Hola como están, lo que les voy a contar realmente ocurrió y si bien es una infidelidad tuvo mi consentimiento y participé un poco de esto.

Me llamo Ricardo y mi esposa Alejandra tenemos 47 y 45 años respectivamente, casados desde hace 25 años, con hijos ya grandes y vivimos en Chile. Ella tiene un lindo cuerpo, nada exagerado con lindos pechos y linda cola, 1,65 de altura y ojos celestes yo mido 1,68 de contextura normal.

Llevamos una vida sexual normal y últimamente comentamos cuando estamos en plena tarea el agregado de un chico o una chica. Eso nos pone a mil y nos gusta mucho. Nunca ninguno tuvo otras experiencias sexuales con otros.

Estábamos un día en la oficina, trabajamos juntos en Ntro. negocio, y a veces entramos a internet a alguna página swinger y vemos fotos de las más variadas, y a ella, a mi también, le llama la atención los chicos que tienen una dotación grande, a ella para probarla y ver como es y a mi para ver cómo la prueba y como es ya que la mía es normal y debe medir unos 15 a 16 cm por 3,5 a 4 cm de diámetro.

Estuvimos navegando un rato hasta porque estábamos esperando que llegue el contador a traer unos papeles. Estábamos muy calientes cuando llega este muchacho. Lo conocemos desde hace 13 años.

Es un tipo de 38 años, mide como 1,90 m, robusto, morocho sin llegar a ser de color y de un carácter muy alegre y desinhibido. No se como salió el comentario de algunas páginas de internet de swingers y nos pusimos a hablar del tema con diversas opiniones. El conocía una página de Argentina que nosotros no conocíamos y entramos, previa pregunta si estábamos de acuerdo. No tuvimos problemas, pero nosotros ya teníamos un jugueteo previo y estábamos un poco excitados.

Vimos algunas fotos entre comentarios y risas, Alejandra ya estaba a mil, y sale una foto con un anuncio de un chico que decía tener un miembro de 20 cm y Ale hace el comentario de que debería ser enorme. Yo ya me imaginaba cómo iba a terminar esto.

Como Alberto, el contador, es muy jodón y a veces uno no sabe si habla en serio o es un chiste dice muy suelto de cuerpo, la mía mide 23 cm y no digo nada!!

Ale lo mira y le dice Alberto no seas exagerado, todos los contadores son mentirosos, y veo como los ojos de ella van tomando un brillo especial y cierto morbo invade el ambiente. Era la oportunidad para hacer el trío que hace rato que veníamos fantaseando y no se hacía tal vez porque ninguno se animaba.

Alberto le dice trae una regla que lo medimos, yo no sabía si hablaba en serio o si era un chiste.

Alejandra va hasta el baño y me hace una seña para que la siga y me comenta que está muy caliente y que le gustaría ver una de 23 cm, que es nuestra oportunidad de lo que tanto habíamos fantaseado, sobre todo el que más hablaba del tema era yo. No me pude tirar atrás y le dije que sigamos hasta donde podamos, que si era mentira que la guarde y se terminó el chiste.

Cuando vuelvo me pregunta si estaba enojado por los comentarios y le dije que no, que seguro Ale le iba a pedir pruebas de los que dijo, un poco en tono de broma, y se puso a reír, creyendo que se terminaba el tema.

Cuando vuelve Ale a la oficina viene con una regla en la mano y le dice vamos a ver si mide lo que decís. Alberto se puso pálido y no podía creer la situación, pero en un segundo retomó el tema se bajó el cierre del pantalón y se dispuso a sacarla.

Nos dice vamos a hacer un trato, si mide menos de 21 cm Uds. deciden y si mide más de 22 cm yo decido cómo lo hacemos y estuvimos de acuerdo.

Cuando la saca del pantalón la tenía media muerta y ya perfilaba a tener un buen tamaño Alejandra me mira y se dispone a medirla. Primero lo empieza a pajear un poco para que se vaya poniendo dura y veo como Alberto le pone la mano en la nuca y la empuja para que se la ponga en la boca.

Alejandra, ante mi asombro, no ofreció ninguna resistencia y comenzó a chupársela. El pantalón comenzó a molestar y se lo baja, allí tomé la total dimensión de esa berga, en la punta era de un grosor casi normal pero hacia atrás se iba ensanchando bastante.

En resumen medía 23,5 con de largo y atrás 6 cm de grosor y bien oscura, sin llegar a negra. Tendríamos que hacer lo que el quería.

Mientras él se acomodaba empecé a desvestir a Alejandra, le paso los dedos por la concha y estaba súper mojada, nunca en 25 años de casada la había visto así.

Roberto se sienta en un sillón y le dice que empiece a chupársela para que se ponga bien dura y yo mientras tanto la penetro y empiezo a cogérmela. No tienen una idea como estaba, si no aguantaba en 1 minuto acababa. El contraste del color de la berga de Roberto y de la piel de Ale que es muy blanca era espectacular.

Cuando ya la tenía bien dura le pide a Ale que se apoye en el escritorio con las manos, el se coloca por atrás y empieza a penetrarla lentamente. Alejandra empezó a gemir y el comenzó a moverse con un ritmo tranquilo. Había entrado hasta la mitad.

Si hay algo bueno que tiene Alejandra es que cuando está realmente caliente puede tener dos o tres orgasmos seguidos. Dicho y hecho empezó a gemir cada vez más fuerte y alcanzó el orgasmo que duró unos instantes, Roberto seguía con su movimiento y cada vez entraba un poco más. Me siento en el sillón, Ale se acerca y empieza a chuparme mientras siguen dándole a un ritmo parejo.

Alcanzó otro orgasmo y yo no puedo resistir y le acabo en la boca. No era muy común que le acabe en la boca, sólo lo hicimos un par de veces pero más que nada en la cara y un poco fue a la boca, esta vez no fue así, fue todo a la boca y un poco en la cara.

Roberto seguía con su trabajo y veía que ella no se acomodaba mejor para evitar que le entre toda. Cuando se da cuenta de que le había acabado en la boca le dice que se prepare, que el también va a hacer lo mismo, y que va a ver la cantidad de leche que va a recibir.

La hace arrodillar frente a él le pone la berga en la boca y Alejandra comienza a chuparla como nunca la había visto. En pocos segundos se empieza a sentir el jadeo de Roberto y le acaba en la boca, en la cara y en las tetas y créanme que la cantidad de leche que tenía alcanzó para todo.

Ale siguió chupando hasta que la dejo casi muerta. Como Roberto decidía como seguir nos invitó a su casa, es separado y parece que hacía rato que no cogía. Para seguir, le dice quiero cogerte en la cama, más cómodo para poder penetrarse a fondo e ir preparando el otro agujero.

Nos miramos y como ya estábamos en el baile le dimos para adelante.

Quedamos en encontrarnos a las 21 hs. nosotros pasábamos por nuestra casa e íbamos para su departamento, faltaban 2 horas.

Cuando llegamos no atiende y comenzamos a jugar un poco, la desnudamos, me saca la ropa y comenzamos a hacer un 69 mientras Roberto se va hasta el baño, al rato llega y yo ya estaba por acabar y de me dice:

Acabá vos primero que después sigo yo.

Al poco tiempo acabo sobre las tetas y me siento en el sillón que tiene en el dormitorio, ya la tenía bien dura y veo como Alejandra la agarra con las dos manos y empieza a chuparsela con todo.

Le pide a Ale que se acueste boca arriba le abre las piernas y empieza a chuparle la concha y empiezan los gemidos de Alejandra corriéndose. Cuando la tuvo bien preparada empieza a penetrarla de a poco. En la oficina pudo meterle un poco más que la mitad.

Roberto empieza a moverse y a penetrarla cada vez más, Alejandra jadea y se queja con un poco de dolor, pero Roberto sigue firme con su cometido hasta que al fina se le mete lo que le faltaba, unos 6 cm de una vez .

La cara de Alejandra era indescriptible entre placer, dolor, el hecho de tener una berga de 23 cm adentro y el morbo que le daba que yo mire sin intervenir. En esa posición estuvieron casi 15 minutos y Ale se corrió una vez más. Cambian de posición es se acuesta boca arriba y Alejandra dándole la espalda se sienta sobre la berga de Roberto, veo como le entra todo, ya estaba a mil, me pajeo un poco y me acero a Ale para que me la chupe y le acabo en la boca.

Después de estar un rato cogiendo de esa forma, la hace arrodillar frente a la berga, se la hace chupar y le acaba en la boca, se desparrama todo en la cara y en las tetas.

En total estuvimos casi una hora y media. Extenuados decidimos seguirla otros día y veo que Roberto ce acerca a Ale y le dice algo al oído.

Cuando volvíamos a nuestra casa en el coche le pregunté que le había dicho al oído y me responde con ojos brillosos de morbo: la próxima te penetro por el culo así que preparate. Después les cuento esta experiencia.