Infidelidad 2: en el trabajo
Infidelidad 2: en el trabajo saliendo a entregar materiales y supervisando una obra
Saludarles a todos (as) nuevamente su amiga Sandrita, antes que nada, quiero pedirles mil disculpas por demorar mucho en la continuación del relato: INFIDELIDAD 1: EN EL TRABAJO, por motivos de trabajo no me daba tiempo para escribirlo. Gracias a todos quienes leyeron mi relato y me enviaron sus comentarios y me pedían la continuación. Pues aquí estoy para contarles lo sucedido, sin más preámbulos voy directo al relato.
Después de haber cachado en la oficina del ingeniero CARLOS, teníamos que alistarnos para llevar los materiales y el aprovecharía para supervisar el avance de la obra; el salió de prisa a estacionar su carro para que los de almacén empiecen a cargar los materiales para poder llevarlos a la obra, después de un rato él regresó a su oficina, allí estaba esperando para ir a comprar algo de ropa y zapatillas, pues como estaba vestida no iba a poder caminar para llegar a la obra. Entra y me dice: –vamos, pero no podía salir así, todos los que estaban cargando me iban a ver con la blusa malograda, se me ocurrió, que él no más fuera a comprarlos y yo le esperaba encerrada en la oficina, le di mis medidas y todo lo que debía de comprar, entre las prendas a comprar eran: un top, una casaca (ya que de seguro regresaríamos muy tarde de la obra y haría frío), un Jean, unas medias y zapatillas; –jajaja, prácticamente tenía que comprarme toda la vestimenta. Así él se fue.
Ya había pasado mucho tiempo y no regresaba, entre tanto, yo estaba en la oficina encerrada y ya varias veces los de almacén habían llamado desde el patio a la oficina. –ya está listo la carga, señora Sandra. Tan sólo por la ventana sacando la cabeza atinaba a decir: –ya salgo, para verificar todo, en un momento termino aquí las cosas de la oficina.
Ya era como la 1:00 pm y de un momento a otro escucho la voz del Ing. CARLOS, hablando con los de almacén. Después de unos 10 minutos sube a su oficina, yo me encontraba sentada en su sillón viendo las fotos de su esposa e hijos en su laptop. Me sentía un poco apenada al ver a su familia, después de lo que pasó, pero cuando entro tan sólo atiene a apagar su máquina y cerrarlo, me miro y me dijo: –¿Qué estarás haciendo? –pues acá de chismosa. En la mano traía dos bolsas se veían voluminosas. Me las entregó y me dijo: –bueno espero que te gusten, casi no soy bueno comprando ropa para mujeres. –si seguro, qué nunca le has comprado ropa a tu mujer. –sí, pero es diferente porque ya conozco sus gustos y algunos detalles, de alguna manera espero que haya atinado con tus gustos y medidas; pero particularmente a mi gusta. Me da unas nalgadas, me lleva hacia él, me abraza y me besa, le correspondo al beso y me cuelgo de su cuello, en eso él me carga como si nada, me agarra de mis nalgas y los aprieta fuerte, suelto un –ayyyyy, tosco, me duele lo que me mordiste. se sonríe y me baja. Después me dice –apúrate cámbiate ya es muy tarde, mientras te alistas voy a hablar con los de almacén y les diré que sólo iremos los dos. Antes de salir me dice –mi putita rica, ya vengo por ti. Lejos de molestarme por lo que me dijo, le lanzo un beso volado con las manos, –no te demores para que me ayudes a vestirme. Ambos nos reímos y sale cerrando la puerta.
De prisa vacíe el contenido de las bolsas en el sillón, por lo visto había gastado mucho, puesto que las prendas eran de buenas marcas, pero me di con la sorpresa que no era nada de lo que le dije que comprara, había unos pantalones leggins de color blanco que a simple vista lo veía una talla más pequeña para mí, después un top que, si me quedo bien, unas zapatillas que me gustaron a primera vista, una casaca y finalmente un juego de lencería hilo de color rojo y brassier. Por lo visto era un obsesionado por la lencería y especialmente por el color rojo. (Muestro algunas imágenes de cómo eran las prendas, para que tengan alguna referencia)
Como ya tenía el conjunto de lencería que me regalo estaba viendo si quedarme con ellos o ponerme los que trajo. Empecé a quitarme la ropa que estaba puesto, como recordaran estaba sin botones mi blusa y estaba con tacos muy altos (en palabras sencillas les recuerdo que había ido con ropa de oficina, las que comúnmente usan las secretarias, ropa sastre). Me desvestí por completo, quedé como Eva en su oficina. Finalmente opté por ponerme la ropa que había traído recientemente, me puse la lencería, los leggins por cierto eran demasiado apretados y marcaban con claridad mis formas y se notaba que llevaba hilo, me puse las calcetas, las zapatillas; arriba el brassier y el top, y la casaca la llevaría en la mano. Y todo lo demás lo deje en su oficina.
Después de un rato él regreso, me vio y se relamió los labios, –estas muy rica y para culearte sin parar, –pues tendrás que aguantarte, quien sabe hasta cuándo jajajaj, me dijo: –ya me deshice de los de almacén, les convencí que sólo iría contigo, al final ellos se fueron contentos, se tomaran las horas libres el resto de la tarde. Continúo diciendo, –quien queda afuera es el de vigilancia, ya todos se fueron, –entonces que esperamos vamos, le dije. Salí primero de su oficina, cuando pasé se quedó mirando mi culito, pues se veía en todo su esplendor y parecía que no llevaba interior, voltee a ver, y ambos nos sonreímos, él aseguro su puerta y bajamos al estacionamiento donde estaba su camioneta 4x4, ya con los materiales cargados. Ambos subimos y para salir el personal de vigilancia tenía que dar el visto bueno, y así fue y partimos al lugar.
En el trayecto cruzamos muy pocas palabras, y el corría a toda velocidad para llegar más pronto, como les recuerdo la ruta era de una hora con vehículo y teníamos que caminar unos 20 minutos. Cuando faltaba unos 20 minutos para llegar hasta donde se podría ingresar con el vehículo, él llamó al encargado de obra para que envíe a unos 10 o 15 personas de la obra para que ayudarán a cargar los materiales hasta la obra. Ya eran cerca de las 2:30 pm y llegamos al paradero, ya estaban los ayudantes que había solicitado para ayudar cargar los materiales. En cuanto baje todos se me quedaron mirando, ya se imaginarán la sensación que cause. Uno por uno se acercaba al carro a bajar las cosas y de uno a uno me iban saludando y mirando de más. En el primer viaje se fueron los quince ayudantes, me quede sola con el Ing. CARLOS y algunas cosas que faltaban bajar. En eso veíamos a todos lados, y cerca de allí había algunas casas, él fue a una de ellas para encargar el carro, lo estaciono en la puerta de esa casa y pues todo arreglado.
Mientras esperábamos, él me decía: –sino fuera que ya van a regresar aquí mismo ya te estaría cachando. Yo me sonrío y alejándome un poco de él empiezo a mover mi culito, le dije –sufre un poco, ya vez que no vas a poder. Se acerca y me empieza a frotar la colita, estábamos pegados a una de las puertas del carro que se encontraba abierta, estaba sonando la canción “la gasolina” de Daddy Yanke, él seguía tocando mi culo, en eso mete su mano por debajo del leggins, sigue frotando, cuando de apoco su dedo lo mete en mi agujerito chico, ya se siente bulla a lo lejos, de golpe le digo: –oye, saca tu mano. De un empujón lo alejo, ya disimulado arreglo mi pantalón.
Cuando regresaron cargaron lo que sobraba, y todos empezamos la caminata, en eso uno de los albañiles le dice a CARLOS. –Ing., pensábamos que iba a venir el alcalde junto con usted. –si pues, pero el tubo otra actividad, y se nos hizo un poco tarde para estar por aquí. –así es Ing., el alcalde se comprometió que iba a estar por acá a eso de las 12 del mediodía. En eso se sonríe y continúa diciendo: –los pobladores prepararon el almuerzo y el recibimiento, pero a estas horas ya está todo frío, ya van a dar las 3:00 pm. El ing., responde, –pues de alguna manera le daremos curso a la comida, y ambos se sonríen. Mientras todos sólo me miraban, el Ing. dice –les presento a la señora Sandra, se acaba de reintegrar a la Municipalidad y es la secretaria del área de desarrollo urbano y rural, así que cualquier trámite o consulta les esperamos en la oficina. Después de ello, cada uno iba diciendo: –mucho gusto, es un placer conocerla, hasta que uno de ellos se atrevió acercarse y me tendió su mano, me dijo: –mucho gusto señora Sandrita. Entre saludos y conversaciones llegamos al lugar, y como nos habían dicho en el trayecto, efectivamente habían preparado especie de una fiesta, hasta había banda de música. Pues nos iban presentando a todos los presentes. Y pues teníamos que comer, luego de ello vinieron las cervezas, la banda tocaba y pues todo el mundo quería salir a bailar conmigo, yo sin ningún inconveniente bailaba con quienes me lo pedían. En un momento me dio una cólera horrible, cuando escuchaba las conversaciones de las señoras del lugar, pues sus esposos o hijos se morían por salir a bailar conmigo, ellas comentaban: –esa perra como se va a vestir así, que ni calzón lleva. Otra decía: –será la mujer del Ing. CARLOS. La otra contestaba: –esa que va ser su mujer, será su puta, su cachera. Todos se reían. Dentro del grupo también pude escuchar, –dicen que es la secretaria del alcalde, otros decían: –es la secretaria del Ing. CARLOS, al final una de ellas comentó: –que secretaria, será la perra de la municipalidad, de seguro todos se la culean en la municipalidad. Todas esas conversaciones pude escuchar cuando fui al servicio higiénico, quise hacerles frente, pero me entre al servicio, y al salir pase por donde estaban ellas, las mire y las sonreí, y mi venganza fue que empecé a bailar más sexy que nunca con todos los que me sacaban a bailar. Y a lo lejos me miraba Carlos, y así transcurrió la fiesta entre baile y cervezas.
A raíz de esos insultos, no sé, me provoco empezar a tomar de más, ya eran las 9:00pm, y uno de los pobladores del lugar nos invitó a su casa, allí seguían las cervezas y la música, sólo era con equipo de sonido, ya éramos sólo 8 personas, dentro de esas personas, la mujer del dueño de la casa, su hija y su cuñada, de alguna manera con ellas pude hacer conversación, su esposa y cuñada si tomaban bien, se servían y me servían los vasos llenos. Ya iban a dar las 11:00pm, fui al baño, mientras los demás bailaban, no me percate, pero CARLOS entro detrás de mí, él ya estaba muy mareado, yo no tanto, pero ya mi cuerpo no era normal, ya me balanceaba un poco, ni bien me senté en el inodoro, él entro, le dije: –ahora que vamos a hacer, la señora insiste en que nos quedemos, y estas muy mareado, vas a poder manejar, le insinué, –vamos ya, ya es muy tarde, él sacando su pinga, me dijo: –mámamelo para sanarme, –oye que tienes respeta la casa, pueden venir, lo acerco a mi boca y no sé cómo pero ya me vi chupándole la pinga, él me tomaba de los cabellos muy tosco como estaba muy mareado, –ya basta, no me jales el pelo, –así chupa putita, cuando me dijo eso, recordé las palabras de las señoras que decían sobre mí, eso me calentó mucho más y le empecé a chupar con más fuerza, se la frotaba con mis manos, con mucha excitación me dice: –párate y voltéate, –no, estás loco, acá no, me jala con fuerza ven acá putita, –no, suéltame, en esa lucha logra voltearme y mi cabeza lo sentía algo mareada. Apunta su pene a mi vagina, le digo –por favor aquí no, además no tienes tu condón, así no puedes lo sabes, él quería empujar, pero se detuvo, –acá te perdono, pero nos vamos y en el camino y por …, –cómo, le digo, –en el camino te cacho por el culo. –no sabes que no puedes por allí, en eso vuelve a los forcejeos y ya para no levantar sospechas le digo: –está bien. –está bien qué, dilo me dice al oído. –está bien en el camino me cachas por mi culito, pero ya vamos a salir de aquí, pueden venir. me mira y me hace sentar de nuevo, –chupa y sácame la leche. Yo sin decir nada, le empiezo a mamar con más fuerza para que termine rápido, le decía: –así mi amor, dame tu leche, así cáchame la boca, unos 5 minutos seguro, terminó en mi boca, me lo tragué todo lo que pude, luego me pare, me arregle, me limpie y salí primero. Al salir regrese a la sala, la señora se quedó mirándome, me pregunto: –estás bien, te veo muy mal. –sí, estoy bien, sólo me hizo vomitar un poco, (le mentí), –ay por Dios, sería mejor que se queden a descansar. –lo siento tenemos que irnos, en casa me esperan, (le volví a mentir). –pero así no va a poder manejar, insistía, –no se preocupe vamos a llegar bien. Cerca de la media noche decidimos venirnos, nos acompañaron hasta donde dejamos el carro encargado, subimos y el encendió el vehículo, así nos despedimos, nos pidieron nuestros números para que se vayan comunicando, así avanzábamos, pues para mi tranquilidad si conducía bien en ese estado, yo me recosté en el asiento y me quede dormida, él había bajado a mear, y en eso suena mi celular, me despierto, veo mi celular era la señora del pueblo, me pregunta: –cómo están, ya llegaron, en eso vuelve Carlos le digo en vos muy bajita acercándome a él –es la señora, y me dice bajito, –dile que ya llegamos, que todo está bien, dile que ya te dejé en tu casa. Como el carro estaba apagado fue más fácil salir de ese apuro, le contesto: –todo está bien señora, llegamos bien, ya el Ing., CARLOS me dejó en mi casa y dentro de unos minutos me comunico para saber sí llegó bien. Del otro lado se escucha: –que bueno, me tranquiliza, ya había pasado como una hora que salimos, –así es señora, muchas gracias por llamar, que descanse, cuídese. –igual, me dijo y colgó.
–Donde estamos le pregunte. –recién he manejado 20 minutos. –así, qué pasó. –pues se me vino el mareo, quiso ganarme por eso me estacioné y estabas bien dormida no quise despertarte. Me acerque y le bese, le dije: –gracias por la consideración. En eso me sale –con lo prometido es deuda, –pero aquí no. –está bien me dice, como unos 30 minutos de aquí está el hostal que vimos, allí nos quedamos. –está bien le digo. Menos mal sin novedad pasamos la ruta, me despertó cuando llegamos al hostal, me pidió que vaya yo a hacer los registros, pues por lo general son chicos los que atienden en las recepciones a esas horas, pues para variar era una señorita, al parecer hija de los dueños, me acerque un poco tomada, y pues hice todo, luego le dije que abra el garaje, –está bien me dice, dígale a su esposo que lo lleve hasta esa puerta, y me indica, pues no era mi esposo, y para no avergonzarme le seguí la corriente. Nos abrió el garaje, lo estaciono, y le saluda –buenas noches señor, él sin poder caminar bien le responde –buenas noches. Yo para seguir la corriente le digo –ya mi amor, párate bien, camina, pues entre la chica de recepción y yo le ayudamos a subir, hasta un segundo piso. Le dimos las gracias, y antes de que se vaya CARLOS saca 50 soles y le da de propina, ella se queda mirándome, un poco se sonroja, yo le quito el billete y le doy a ella, me recibe. Nos dijo gracias, a la vez nos dijo se llama Carmen, cualquier cosa estaría en recepción, y se bajó.
Ni bien cerramos la puerta me fui al baño, y él se tumbó en la cama. Al salir ya estaba tieso durmiendo, yo me quité todo, igual a él lo desvestí por completo, ambos estábamos coma Adán y Eva, le acomodé en la cama, quise intentar algo, quería guerra, así lo empecé a mamar la pinga, lo pajeaba, pero nada, no despertaba, se paró, pero él no despertaba, seguía así, en eso se despierta, me dice –quiero descansar, para cacharte luego, le digo: –no, ven aquí y móntame quiero tu pinga, cierra sus ojos, y yo me quede chupándole, en eso intento montarlo, ya no me importaba el condón nada de eso, quería sentirlo sin nada, me entro a la concha, me hizo doler por el tamaño y grosor, me quede quieta, –ayyyyyyyyyyyy disfrutaba como ensanchaba mi concha, me excitaba, empecé a moverme. Pero de un momento a otro se le murió y dándole un golpe a su pinga me baje y me recosté boca abajo, le cubrí y yo también, allí fue que me quede dormida. Ya eran como la 1:40 de la madrugada.
De un momento otro me desperté, sentía el ruido de algunos vehículos que pasaban por allí, empezó a dolerme mi estómago, y al intentar levantarme un poco me movía la cabeza. En eso me levante, me visto con el leggins y arriba sólo me pongo la casaca, mientras CARLOS, seguía profundamente dormido, antes de salir veo mi celular, ya eran 3:20am, empieza a dolerme más fuerte mi estómago. Decidí bajar a recepción, para ver si tenían algo para mi malestar, cuando estoy bajando las escaleras hacia el primer piso, escucho unos ronquidos muy fuertes, no lo di mucha importancia, llegué a la ventanilla de recepción, y tocando fuerte grito –señorita Carmen, me puede ayudar, no observo bien por fuera pero se enciende la luz, y sale un hombre alto y muy canoso, como unos 55 años, y me dice: –mi hija no está, estoy en su lugar; allí ya no pude contener y me gano el vómito, el dueño del hostal reacciono y atino a sostenerme del brazo y me condujo a recepción allí había un servicio higiénico. Me hizo entrar y no llevaba papel higiénico, le pedí que me traiga y de paso que, si tiene alguna medicina para el dolor de estómago y el mareo.
Ni bien salió me senté a mear, no me percate, pero no había puesto el seguro del baño, y el señor entro de prisa diciendo: –aquí está el papel señorita, yo sólo atine a levantar mi cabeza y a cubrirme algo, se quedó mirándome, le extendí la mano para recibir el papel y le dije: –gracias, ya salgo en un momento, él hizo el ademan de abrir y querer salir, en eso ya estaba incorporándome del inodoro, él se gira y yo apurada sin saber qué hacer, atino a girarme, al hacer eso casi me resbalo, y el corre apurado a sujetarme, tan sólo le digo: –ay! qué pena señor, –no hay problema, me dice, y para colmo agrega: –después de tiempo veo un rico culito, acá vienen muchas chicas y tías borrachitas, cuando sus mariditos borrachos no les cumplen, buscan cualquier pretexto para bajar y ser cogidas por este servidor. –En este baño me las he cachado a muchas, mientras me hablaba, de nuevo me hizo vomitar, él se salió, pensé que dejaría de molestarme, no regresaba, después de unos 10 minutos salí, ya estaba más relajada, el entró de la cocina a la recepción con una taza de una hierba caliente, me dijo: –disculpa señorita por lo que le comenté hace un rato, pensé que estaba fingiendo, por favor olvidemos lo sucedido, pero le veía entre las piernas y lo tenía bien abultado, –tómese la hierba y suba a descansar, o voy a avisar a su marido para que le lleve al hospital, –no se preocupe, ya estoy mejor, gracias por la atención y por molestarlo demás, –no tiene porque para eso estamos, siempre que guste visite este lugar, –muchas gracias le dije, y se me quedo mirando. Ya había terminado y le entregue la tasa, –gusta un poco más, me dijo, –gracias le dije, –pues sígame, venga para acá, me llevo a su cocina, y en la mesa vi unos plátanos y le dije: –puedo, dicen que son buenos para la resaca, –sí, son muy buenos, pero con leche, un juguito seria genial para usted, ah, pero le duele el estómago, –ya me está pasando, –que bueno, me dice.
–Me llamo Miguel, dice, –cuanto gusto, le respondo, –me llamo Sandra, –para remedir lo grosero que fui con usted, le preparare el juguito calientito, –gracias, le conteste, pero no dejaba de mirarme, se levantó saco la licuadora, pelo los plátanos y la leche del refrigerador y los licuo. Me las sirvió y seguía mirándome, me sorprendía, en eso me doy cuenta que al salir del baño no había levantado bien mis leggins y se venía un poco mis caderas y de mi casaca se había bajado el cierre y se venía de más mis senos, apenada disimulado me las subí y cerré, me dio el jugo y bastante molesto se fue a la recepción, en la cocina deje el vaso sin lavar, al salir de su cocina me pregunto si lave sus cosas y le dije que –no.
Yo más recuperada del mareo, le dije: –ahora las lavo, y me fui para su cocina, él detrás de mí con un tono fuerte y tosco me dijo –déjalos yo los lavo, al entrar primero, agarre el vaso y la licuadora y los llevaba a lavar, al terminar, pensé que estaba sola, voltee y para mi sorpresa él se había quedado apoyado en la mesa y mirándome, en eso lanza –tienes un rico culo, no te ofendas, pero lo recordare siempre, cada vez que entre a mi baño, recordare tu redondito culito, –está loco, le dije, –no te molestes reina pero es la verdad. Para concluir con lo sucedido tan sólo atine a decir: –Lo aceptare como un cumplido, bueno gracias por todo, me subí al cuarto. Y al girar, vehía como me miraba el culo, eso me éxito mucho, quise jugar un poco con él (ya es materia de otro relato, se los contare después. Puesto que él puso su tarjeta del hostal en mi casaca y no me había dado cuenta hasta llegar a mi casa, cuando revise los bolsillos para meter a la lavadora) pero ya se hacía mucho rato que Salí, regrese como a las 4:00am al cuarto.
Al ingresar al cuarto veo a CARLOS durmiendo en posición distinta a como lo deje, me pase directo a los servicios higiénicos, me lave la cara y la boca, puesto que me quedaba el sabor al jugo de plátano. Al salir decidí desvestirme por completo, me metí a la cama completamente desnuda, moví y llame a CARLOS, pero no halle ninguna respuesta. Levante el cobertor y vi su pene, lo pase un poco la mano y sentí que se empezaba a mover, se volteó hacía a mí, tiró el cobertor, y se abalanzó sobre mí, –tranquilo, le dije, me levanto ambas piernas a su hombro y me la metió de golpe, –ayyyyyyyyy, espera, así no, –calla perra, en la fiesta, en el baño me dejaste con las ganas, en mi carro, ahorra me cobro todo, quería sacarlo, pero cuanto más fuerza de oposición hacía, con más fuerza me apretaba las piernas sobre su hombro, ya rendida le deje hacerme, me bombeaba con toda su fuerza, lo sentía delicioso, el dolor y placer se juntaban formando una adrenalina incontrolable, le agarraba de sus piernas y me habría más, me la metía hasta el fondo, sonaba el plash, plash, al chocar nuestros cuerpos, en menos de 5 minutos quería correrse, quiso salirse, pero lo atraje hacia a mí con todas mis fuerzas, y le dije: –báñame las entrañas con tu leche, se sorprendió y se fue para lo gloria, al momento que terminaba se sonreía y se dejaba caer sobre mí, habíamos sudado rico, y mi conchita se sentía lleno y muy caliente de su leche, no me importaba nada, tan sólo nos quedamos así por buen rato, mientras me decía, ahora te voy a preñar perrita, ambos reímos –jajajaja, luego le di la espalda y le dije –métemelo, así con su pinga dentro de mi concha, empecé a dormitar, quedándome completamente dormida.
Desperté sobresaltada, con un peso encima, al abrir mis ojos y salir del sueño, ya me encontraba ensartada por la pinga tremenda de CARLOS, tan sólo atinaba a gemir –ayyyyyyyyyyyy, no podía moverme, él me tenía boca abajo, me sujetaba mis dos brazos con fuerza sobre la cama y sentía su aliento y bufar en mi nuca y orejas. –ponte condón por favor, a ver como reaccionaba después de haber cachado sin condón, Yo sentía el dolor fuerte puesto que no había lubricado aun y el me lo había metido de golpe, –auuuu me duele, sácalo, –tranquila perrita, vas a sentir de nuevo mi pinga al natural, en eso empieza a moverse con más fuerza, me mordía la nuca y de vez en cuando se salía y me daba tremendas nalgadas, –que rico mi mujercita, como me vuelve loco tu culito, ya vez lo putita que eres, ya estás mojadita. Dicho hecho ya no sentía dolor, de nuevo mi conchita se había ensanchado y adecuado al tamaño de su pene, le respondí, –eres un animal, pero me gusta cómo me partes, –apuesto que tu maridito te trata como una dulce princesita y no sabe la puta que tiene en casa, mientras decía esto seguía moviéndose, de un momento a otro me jala con toda su fuerza y me pone a 4 patas, –así perrita, que culo, mira cómo te la comes todo, para que aprendas a respetar a tu verdadero cachero, que de hoy en adelante te va a culear, y hacer sentir y casar la puta mujer que eres, ante tanta grosería, me sentía fuera de mí y lejos de molestarme me excitaba mucho más, es más ya me había corrido como dos veces, –te gusta mami, –sí, mi amor cáchame así, cuélame que soy tu puta, gemía fuerte, de seguro se escuchaba por el pasadizo eso me hizo recordar a Miguel, que tal vez pasaba por allí, gritaba más fuerte, –ayyyyyyyyyyy, seguía en cuatro, el agarraba mi cintura, mi culito, y me bombeaba con fuerza, yo me apoyaba con mis codos y brazos, por momentos me incorporaba con los brazos estirados e intercambiaba de brazo para arreglarme el cabello, llevarlos para un lado y otro, –así mi amor, me gusta verte libre, te hace ver sensual arreglarte el cabello, al escuchar ese alago me libero más, le dije: –eres tú mi amor que me hace libre, tómame como más te gusta, y al terminar de decir eso, moví mi culito con más fuerza de adelante atrás, y tiraba mi cabello para atrás, el entendió el mensaje y reacciono, –ven acá putita quieres ser azotada más verdad, tomó mi cabello un poco fuerte y empezó a bombearme jalándome los cabellos con fuerza.
Luego de un rato, me zafé de él, me levante de la cama, –ahora me toca, le dije, él se incorporó y se acercó me apretó con fuerza y nos besamos sobre la cama, luego salte de la cama y lo empuje y cayo boca arriba, subí despacio gateando a la cama por debajo de sus piernas, fuerte le balbucee –esto hace la perra de tu mujer, tan sólo rio, no me dijo nada, pero quería probar su pene, lo tomé con las manos y le empecé a pajear, soltó un gemido, –ahhh, que rico mami, cómetelo, le di unas palmadas a su pene, –ayy, suave muñeca lo vas a romper, –así duele perro, así me dolió mi conchita, se levanta y me aprieta mis pechos, lo empujo y de golpe me lanzo a mamarle la pinga, lo lamo desde los huevos hasta la puntita, me entretengo lamiéndole la puntita, y siento que él se estremece y tiene los ojos cerrados, me incorporo y le doy una cachetada un poco fuerte, de golpe abre los ojos y grita –qué te pasa perra, me sonrío y le dijo: –¿así te chupa la perrita de tu casa?, responde pendejo, ¿así te mama la pinga? –no, tú lo haces mejor. Dicho eso, me lo trague hasta la garganta, lo sacaba y metía, –ayúdame, le dije; agarre mi cabello y él los sujeto, me subía y bajaba la cabeza, en verdad me sentía toda una puta, jamás me había liberado tanto con mi marido de esa manera, y las groserías no las comparto con mi marido, ni mis amistades y familiares, prácticamente era nuestro lenguaje entre CARLOS y yo.
Después de la gran mamada que le di, se levantó y me dijo: –boca abajo como al inicio, ya sospechaba lo que venía, antes de eso me acerque y nos miramos frente a frente y fijamente, le abrace del cuello y como una niña tierna me acurruque en sus brazos y lo bese tiernamente, ese momento se volvió mágico, de un momento salimos de lo animal que estábamos cachando, me abrazo con fuerza y a la vez con ternura, al oído me susurro –eres genial mi bebé, te amo y deseo como nunca antes a nadie, nos besamos con lengua incluido, luego me separo de él con delicadeza y me empezó a recostar boca abajo, tendida por completo sobre la cama, al verme tendida sentía miedo y temor, puesto que iba a ser penetrada por el culo, lo había hecho ya varias veces, pero no con el tamaño que lo tenía CARLOS, sin mediar palabras me contemplaba dulcemente y vi que su pene se estaba quedando flácido, empecé a mover mi culito, y como una dulce adolescente le incitaba y le dije: – ven papi, tu nenita necesita de ti, –si pequeña, voy a hacerte mujer, me gusto y éxito que me siguiera el juego, empezó a besarme de la nuca, bajaba por mi espalda, lamia y mordía mis nalgas, seguía por mis piernas y luego volvió directo a mi conchita, separo mis nalgas y metió su lengua sobre mi conchita y lo lamio hasta llegar a mi agujerito chico, –ahhhhhhhhh, dije y me encogí, apreté mi culito cerrándolo, puesto que sentía cosquillas, él volvió a lo mismo y de nuevo separo mis nalgas y lo lamio pero ahora lo hacía sólo a mi culito, lo lamia y metía su lengua, que rico lo sentía, me tenía en sus manos, se separó y puso la punta de su pene, –espera, dilátalo con tus dedos le sugerí, –no bebé, quiero sentir lo apretadito que se ve, tu marido no te da curso por esta ruta, se rio; empezó a empujar de nuevo, y no quería entrar, –auuuuuuu me duele, seguía empujando y lo metió la punta, –ayyyyyyyyyy, me separe, y me gire, mejor no mi amor, con algunas lágrimas en los ojos, le rogaba –por favor mi amor, métemelo sólo por la concha, sí, le insistía. –Lo has prometido, me dijo, –y ahora te hechas para atrás, se enojó y se fue para los servicios.
Yo me quede tendida en la cama, dando la espalda a la puerta de los servicios, estaba pensando de cómo estoy aquí, y lo que estaba haciendo, mientras divagaba. Salió dando un portazo, no gire a verlo, pero ya lo sentí cuando con toda su fuerza se abalanzo sobre mí, y sentí su pene completamente erecto, me presiono y unto mi culo con un gel, y presionaba para que entrar, hacia esfuerzos y forcejeábamos, –completamente fuera de sí me dice: –te gusta ser tratada como puta verdad, nada quieres por la buena, pues has conseguido que me enoje, y vas a ver cómo te voy a violar por el culo perra, me asuste y cerré los ojos cuando empezó a entrar su pene, se detuvo cuando entro la cabeza, no hice nada ya y empezó a caer lagrimas por mi cara y el cobertor, –así lloras bebé, ven que papi te va a consolar, metiéndote por completo este consolador, y me la empujo todo –ayyyyyyyyyy, ya noooooooooo, entre llanto, –pide pinga amor, no llores, allí poco a poco empezó a embestir, subía y bajaba, –ahhhhhhhh, como aprietas pequeña, se va atorar mi pinga, cuando dijo eso solté un risita mezclada con llanto, –jajaja, allí sí tomó confianza y empezó a arremeter con más fuerza, no paraba de moverse con más frenesí, ya me había relajado y acostumbrado, le animaba para que me parta con más fuerza, –dame papi, así culea a tu puta, me gusta que me violes, me gusta tu pinga, con todo eso que le dije, ya no se pudo contener y termino, pero lo saco, y todo su leche termino en mi espalda y nalgas, algo curioso el segundo chorro llego hasta mi nuca y parte de mis cabellos, –un nuevo gel para el cabello bebé, le separe de prisa, puesto que tenía que ir al servicio, entró y me encontró meando, le dije: –me duele y me arde mi potito, –ya va pasar amor, de apoco se va a acostumbrar a recibir mi pinga, soltó una carcajada –jajajaja. Y me beso en la frente.
No nos percatamos de la hora, ya iban a dar las 7:30 am., –tengo que llegar al trabajo temprano, llamó a su casa y contesto su mujer, tenía el celular en alta voz, la mujer le increpó –¿y tú dónde amaneciste? –te cuento al medio día amor, me quede en la supervisión de la obra, el alcalde se tomó de más y no podía dejarlo, y nos quedamos, recién estamos bajando, amor voy directo al trabajo, ya te platico a la hora del almuerzo. Algo disconforme la mujer contesta: –te creeré pues, bueno te espero almorzar, y este loco termina diciendo, –me esperas en la ducha, te quiero encontrar calata en la ducha, la mujer, –chistosito, ya me voy, voy a llevar a los niños al colegio, –está bien amor, cuídate, hablamos.
–Calatita no, le dije; abrió las llaves de la ducha, y me llevó hacia el agua, –espera mi cabello no, va demorar secar, ya estaba en medio de la ducha, al sentir el agua en mi culito me ardía, –me duele, le insistía, se puso detrás mío y me empezó a jabonar, por mi espalda y pasaba por delante frotando mis pechos, –ya apúrate te vas hacer tarde al trabajo, –junto a ti, que me corran del trabajo y del mundo si es posible, jajaja, de nuevo ya tenía la pinga erecta, con muchos celos le dije: –demuéstrame como le vas a cachar a tu mujer en la ducha, no le hice esperar, empiné mi culito hacia él y apoye mis manos hacía la pared, sin mediar palabras me la empujo, –así puta, me gusta que estés muy perrita por mí, tu culo me lo voy a llevar a casa para partirte todo los días, –sí, me fascina tu pinga, envidio a tu mujer lo que se come todo los días, –nada que todo los días, a veces no quiere, –mételo y calla, le grite, ya estaba toda una loba en celo, me incline bajando la tapa del inodoro, él se fue de sí mismo, y nos encontrábamos en la gloria, me la empujó, fue brutal la cogida allí, por detrás me levantaba las piernas, estaba al aire y el me bombeaba la conchita en la pose del perrito, ya perdíamos el aliento, me empezaban a temblar las piernas, sentía que me caería, finalmente termino dentro, de nuevo, ya lo disfrutaba, puesto que me faltaba muy pocos días para mi regla, y no corría riesgo alguno.
Nos bañamos como marido y mujer, y tome algo de tiempo en secar mi cabello, –y el gel, le pregunte, – pues lo tenía en mi bolsillo, ya se había aplastado y se estaba derramando, lo compre junto con tus ropas, –a mira tú, piensas en todo. Me alago de sobremanera que me ayudara a vestirme, me ponía las prendas como si fuera su bebé, luego alistamos todo, bajamos para dejar las llaves y salir, para algo de comodidad ya no estaba el señor Miguel, estaba Carmen, su hija, que muy amablemente nos despidió y abrió el garaje, esta vez le dimos 20 soles de propina, y agradecidos nos despedimos.
Rumbo el trayecto a casa, me iba acariciando las piernas y metiendo mano sobre mi pantalón, y así transcurrió la ruta y cerca de una esquina de mi casa, estaciono su carro y nos besamos como si no fuéramos a vernos nunca más, y me despedí apretándole el pene sobre el pantalón. Las calles estaban llenas de gente, y disimulada baje del carro y normal me entre a casa. Como ya eran más de las 8 de la mañana, pensé que mi marido estaba en casa, puesto que él llega del trabajo casi siempre a las 7 o 7:30 a más tardar, ya que trabaja en el hospital y cada cierto tiempo rota y hace turnos de amanecida, pero no fue así, hice ruido y nadie a la vista, y como estábamos peleados me fui directo a mi recamara y puse el seguro y me recosté. A CARLOS, le llame por el celular –que me excuse con el jefe de personal y el alcalde, invéntale que estoy mal, –claro que sí mi amor, les diré que tienes adolorido el culito y que vas a estar en cama por prescripción mía y se rio, –cállate tonto, le dije. Puse el celular en mi velador y me metía a la cama únicamente quitándome mis zapatillas.
Así termina este relato, espero que sea de su agrado. Como ven no puedo evitar hacer más cortos mis relatos, me gusta detallarlos. Aclaro una y mil veces más, a raíz de algunos comentarios a mi correo, los relatos son completamente reales, son hechos que me sucedieron en verdad. Bueno muchos besos y saludos a quienes lo lean, comenten y compartan, quiero que mis relatos lleguen a ser los más leídos de todos, con su ayuda lo voy a conseguir. Síganme y escríbanme a: sandritaapasionada@gmail.com .
Besos y muchos saludos a todos y a todas……………………….