Inesperado encuentro.
De la amistad al cibersexo y del cibersexo a la infidelidad.
Hola a todos, mi nombre es Karla y este relato que les contare sucedió apenas a menos de 2 meses a la fecha de hoy, es mi primer relato pero espero que lo disfruten mucho y me envíen sus comentarios contándome que tal les pareció.
Hace un año y tres meses que conocí a Matías, el chico que ahora es mi novio y con quien paso ahora muy poco tiempo de placer por su trabajo (el tiene 27 años) y mi escuela (tengo 20 años). El trabaja como representante ejecutivo en una empresa donde tiene que salir constantemente por los típicos viajes de negocios, pero en fin. Hace 7 meses en uno de los (ya normales para mí) viajes de mi novio, comencé a sentirme un poco extraña con una sensación de abandono, por lo que decidí relajarme, tomar una copa de licor y ponerme a navegar en el ordenador un rato. Durante un tiempo me comencé a aburrir hasta que por un accidente di con una página que te conecta con personas desconocidas de forma anónima así que decidí entrar un rato para ver si conocía a alguien interesante para platicar al menos y, para mi sorpresa en uno de los tantos cambios que me hacia la pagina conocí a Román, un chico bastante amable y divertido de 23 años que vivía a un par de horas de la universidad donde estudio, cosa que me pareció un poco extraña pero a la vez increíble aunque él no supo que tan cerca nos encontrábamos, puesto que yo le había dicho que vivía en otra zona por seguridad. Esa noche platique con él hasta las 4 de la mañana, le hable de la situación con mi novio y él me conto de un mal momento que se había llevado por meses con una chica, intercambiamos correos y números de teléfono para mensajearnos, seguir en contacto y poder irnos conociendo conforme pasara el tiempo.
Durante casi 5 meses nos mantuvimos hablábamos a diario, algunas veces en el ordenador durante los viajes de mi novio y otras por mensajes de texto al móvil cuando él se encontraba conmigo, y conforme mas hablaba con el más extraña me sentía por la sensación de deseo por conocerlo en persona pero debido a mi timidez que aun sentía jamás se lo mencionaba en ninguna ocasión. Al menos eso ocurría hasta hace un par de meses que, en uno de los viajes de mi novio, mientras hablaba con Román me anime a poner la webcam y terminamos ambos masturbándonos y deseando poder estar juntos. Después de ello me sentí un poco mal por Matías pero mi deseo de conocer a mi "ciber-amante" me mantenía aun con ganas de repetirlo. Esa noche me acosté muy satisfecha por mi primer orgasmo en varios meses y decidí confesarle a Román, lo llame por teléfono, le dije lo de la dirección falsa por seguridad y le conté lo cerca que vivíamos el uno del otro y le pedí que en el próximo viaje de mi novio quedáramos en algún sitio cercano a mi casa, el sin dudarlo acepto y terminamos de detallarnos donde nos veríamos.
Paso casi 1 mes hasta que mi novio tuviera su siguiente viaje y la tarde anterior a él la pase con mi novio, como de costumbre tuvimos sexo bastante tosco que no disfrute para nada. Cuando al fin regreso a su departamento eran las 11 de la noche, llame a Román y le conté del viaje de mi novio que duraría una semana y tendríamos bastante tiempo solos, quede de verlo a las 9 de la mañana en un café por la plaza y ambos fuimos a dormir despidiéndonos con un beso por teléfono.
A la mañana siguiente me levante muy temprano, tome una ducha y al decidir que ropa usaría recordé un conjunto de lencería bastante atrevido que había comprado hace tiempo para usarlo el día del cumpleaños de Matías, pero el de nuevo estaba de viaje, por lo que decidí estrenarlo ese día que tan especial era para mí. Me puse sobre el conjunto una blusa de tirantes con escote, un jersey largo con leggins ajustados y unas botas por abajo de las rodillas, me pinte los labios, me peine el cabello y me puse mis lentes, estaba lista para salir.
Camine hasta la plaza comercial, fui al café donde habíamos acordado y al entrar, un chico sentado en una de las mesas más alejadas de la barra se levanto y me extendió la mano invitándome a pasar con él, me acerque nerviosa y al llegar justo donde él, sin poder contenerme más me lance sobre su boca abrazándome a su cuello besándolo durante un largo rato, jadeante después de separarme de él le dije "Hola" con una inocente sonrisa en la boca. Nos sentamos a hablar tomados de las manos, continuamente parábamos para besarnos y cuando habían pasado ya dos horas de que había llegado ahí le invite a que fuéramos a mi apartamento para ponernos más "cariñosos" el uno con el otro.
Le tome la mano, salimos del café y caminamos hasta mi departamento a unos minutos caminando, seguíamos hablando muy eufóricos y cachondos conforme más nos acercábamos, así fue hasta que llegamos a la puerta de la entrada, me puse delante suya para abrir con mis llaves cuando de pronto siento sus manos en mis caderas acercándome a su paquete que reventaba en su pantalón, me levanto el jersey y se puso a acariciar mis nalgas sobre los leggins por lo que cerré los ojos y me deje llevar durante ese instante hasta que me dijo al oído "vamos, entremos para poderte consentir como se debe", eso me puso cachondisima y decidí entrar, le invite a pasar y lance mi bolso sobre la mesa, le tome por la camisa y me lo lleve hasta mi habitación, cerré la puerta con seguro y comencé a besarlo feliz de sentir sus manos recorriendo toda mi espalda, pasando por mis caderas hasta mis nalgas y acariciándome las piernas.
Después de un rato de caricias me tumbo sobre la cama y poco a poco me quito el jersey y la blusa dejándome solo con la parte superior del conjunto a la vista, comenzó a acariciarme las tetas con una mano mientras la otra desabrochaba el sujetador para quitármelo, para cuando lo consiguió yo había ya desabotonado toda su camisa y él me lo sacaba el sujetador por los hombros. Después de un rato que paso mamándome las tetas no podía más, así que le dije con un tono inocente y jadeante "métemela ya por favor". Me miro por un momento y me dio un beso rápido en los labios mientras me tomaba por las caderas y me quitaba poco a poco los leggins con la tanga del conjunto al mismo tiempo, estuvo jugando con su lengua entre mis piernas por un momento y se desabrocho el pantalón bajando su ropa interior también, la tenia dura como tronco y era algo grande, así que la tome con ambas manos y comencé a llevármela a la boca poco a poco llevándomela muy profundo y aun así no le alcanzaba a metérmela toda en la boca. Se la chupe un rato hasta que le repetí entre caricias que me la metiera pronto, y fue entonces que me puso en 4, me separo las piernas y poco a poco me la metió por el coño ya tenía ya bastante mojado del placer, sentía tan rico como iba penetrándome lentamente abriéndose paso entre mis jugos.
Después de un rato que me acostumbre a su pene, comenzó a hacérmelo mas rápido mientras yo no solo gemía de placer, gritaba su nombre pidiéndole por mas y mas hasta que ya no pude mas y al mismo tiempo que él me vine sintiendo como se corría dentro de mí, tanto placer sentía que le deje seguir sin importarme no llevar protección. Antes de que pudiera recuperarme de mi orgasmo el me volteo boca-arriba y la tenia igual de dura que como cuando empezamos así que le sonreí de forma picara y con mis dedos separando los labios vaginales le dije "Anda, sigue" a lo que él sin pensarlo un momento se recostó sobre mí, me la metió poco a poco y comenzó a hacerlo mas rápidamente a cada embestida, yo disfrutaba como nunca gimiendo y gritando sin parar ni un momento, después de de ello me vine por segunda vez y me pidió que cambiáramos de postura. Sin dudarlo accedí y el se recostó boca-arriba sobre la cama y me ayudo a sentarme en su verga mientras me recargaba en su torso y poco a poco comencé a darme sentadas sobre el sintiendo tan rico a cada sentada me quedaba a veces con su verga dentro de mí y comenzaba a moverme haciendo círculos sintiéndolo tan profundo.
Me vine varias veces más con diferentes posturas y diferentes sitos del departamento, en el salón, en mi cama, en la cocina, hasta en el baño tuvimos sexo. Esa noche me recosté en su hombro después de haberlo hecho todo el día, pensando en la divertida semana que iba a pasar con él, y de ahí en adelante, cada vez que mi novio salga de viaje. Todo gracias a un inesperado encuentro en una sala de chat.