Inesperadamente tú 6
Pelea
Desperté después de un rato y miré el reloj habían pasado algunas horas desde que me encerré en el cuarto a llorar, Zoé se encontraba dormida a mi lado y agradecía infinitamente tenerla ahí en esos momentos.
Pasé mi mano lentamente por su mejilla y ella abrió los ojos y sonrió.
–Como estas? –Preguntó
–Me duele la cabeza, pero ya se me pasará. –besé sus labios –Dormí mucho tiempo.
–Lo necesitabas, yo hace un rato tendría que haberme ido pero no te quería despertar –sonrió tímidamente.
–Discúlpame –hablé apenada –Si quieres te llevo a casa
–No amor, yo me iré –dijo viéndome con ternura –quédate aquí en la cama, yo me sé el camino.
Besó mis labios, se levantó y tomó sus cosas para después salir de la recámara. Yo me quedé acostada ya que mi cabeza dolía terriblemente y no tenía ganas de absolutamente nada.
Cubrí mi cara con una almohada y traté de ignorar mis pensamientos para no llorar nuevamente pero el esfuerzo fue inútil y las lágrimas salieron sin permiso.
–Perdóname –dijeron a mi lado lo cual me asustó demasiado.
Me quité la almohada de mi cara y miré a Natalia que me miraba con unas cuantas lágrimas.
–Debi escucharte –Dijo tomando mi mano –Se que no serías capaz de dañar a tu madre..
–Pensé que todo iba a estar bien –dije limpiando mis lágrimas –esto es demasiado para mi, no se si quiera seguir con esto..
–Erika.. se que no he sido la mejor amiga y estoy en contra de tu relación con Zoé... –dijo guardando silencio –si claro que estoy en contra de esa relación, pero si es lo que quieres no lo dejes –sonrió –Tu mamá tarde o temprano lo entenderá, esto no es fácil y le llevará tiempo aceptarlo pero no dejes eso que en realidad quieres.
Me quedé callada ya que no sabía que contestar a eso.
–Que haces aquí? –dije cambiando de tema.
–Zoé iba saliendo y yo estaba apunto de tocar y me dejó entrar, le pedí disculpas al final de todo no es una perra como yo pensé –Se rió.
–Es una buena chica –suspiré –espero ser suficiente para ella..
–Lo eres Erika, no lo dudes.
Después de un rato se fue dejándome completamente sumida en mis pensamientos.
Natalia tenía mucha razón, esto era difícil de asimilar pero estaba segura que tarde o temprano lo asimilaría.
Mi mente pensó en muchas cosas y mis ojos lentamente se estaban cerrando por el sueño cuando un pensamiento me invadió y abrí los ojos de golpe.
Tomé el teléfono y estaba a punto de llamar a mi madre cuando una llamada de mi padre interrumpió aquel silencio. Di un pequeño brinco y un miedo se empezó a apoderar de mi, habría sido capaz mamá de contarle a mi padre?
Esa pregunta me daba vueltas en la cabeza no sabía si contestarle o no pero quería saber a lo que me iba a enfrentar.
Llamada:
–Dime papá –contesté el teléfono
–Hija me alegro que me contestes –dijo aliviado –tu madre me llamó preguntando por ti la noté extraña, esta todo bien?
–Si padre, tuvimos una discusión ya sabes –reí tratando de sonar tranquila –nada que no se pueda solucionar.
–Claro, tratándose de esa mujer todos son problemas –dijo suspirando
–Un poco pa –reí –hoy no llegaré.
–Bien hija entonces te veo por la mañana –dijo sin problema.
–Claro papá, adiós
Colgué la llamada y me dejé caer en la cama, estaba completamente aliviada de que mi madre no le contó nada a mi papá ya que si mi padre supiera esto, sería un completo desastre.
A la mañana siguiente me desperté un poco mas tranquila y me dirigí a casa de mi padre para poder ducharme e ir por ropa para traer a mi nuevo departamento.
Al llegar noté que no había nadie en casa, me sentí completamente aliviada y rápido me fui a mi cuarto a darme una ducha relajante.
Dure alrededor de media hora en el baño, al salir de la regadera me sequé y me puse mi ropa interior y una bata para salir a mi cuarto, al abrir la puerta vi a Alejandro sentado viéndome con mirada triste.
Yo no sabía que decir, no tenía idea de lo que mamá habría dicho cuando yo me fui así que me pasé de largo y fui directo a mi closet.
–No me piensas hablar? –Preguntó viéndome como escogía la ropa.
–No se que tengo que decirte –Dije seria
–Darme una explicación de lo de ayer –dijo indignado
–Espera un momento Alejandro –me giré a verlo molesta –Explicación de que??
–Porque te fuiste así? –se calmó al verme muy molesta –porque no me dijiste que estabas en una relación con Zoé??
–No se había dado el momento –dije seria –Y me fui porque tenía mis razones.
–Mamá no lo acepta? –Preguntó curioso –Es eso??
–Es una situación que se solucionará enano –dije tratando de aligerar el problema pero el se veía muy afectado.
–Es nuestra mamá –dijo viendo a la nada –debe aceptarnos a pesar de todo, no lo entiendo..
Me senté a su lado y suspiré.
–Pues si enano pero muchas veces es un poco difícil para algunas personas, unas lo toman bien, otras mal es muy normal Alejandro, pero estoy segura que con el tiempo lo superaremos.
–Mamá te hizo sentir mal no? –Preguntó triste
–Si lo hizo Ale pero trato de entender su forma de ver las cosas y los conflictos emocionales que le puede causar esta noticia.
–Crees que se lo cuente a papá?
–No lo creo –dije pensando –y si lo hace pues ya me las arreglaré.
–No quiero que sufras Eri –dijo viéndome
–Tranquilo pequeño, soy fuerte y aguantaré tu no te preocupes –despeiné su cabello y sonreí –Ahora sal de mi cuarto porque me tengo que arreglar.
Sonrió y salió dejándome completamente desanimada, yo no sabía si mi madre con el tiempo lo aceptaría pero no podía hacerla quedar mal frente a un niño que aún la necesitaba.
Me arreglé rápidamente y salí rumbo al restaurante, tenía que distraerme en algo, ya no quería pensar en nada y el trabajo me ayudaría mucho.
–Hey! –Dijo Carlos al verme entrar
–Buen día Carlos –seguí derecho hasta la oficina donde se escuchaban varias voces que platicaban alegremente.
Entré y noté a Natalia completamente seria y a Javier hablando y riendo con mi madre que al verme se le borró la sonrisa.
–Se puede saber que está pasando aquí? –dije con toda la calma posible pero por dentro me estaba llevando el diablo.
–Discúlpenme –Dijo Natalia –yo me tengo que ir.
Pasó por mi lado y puso su mano en mi hombro y susurró un "tranquila" y después se fue.
Cuando cerró la puerta yo miré nuevamente a las dos personas frente a mi y volví a hablar.
–Y bien?? –dije molesta –Me vas a decir que haces aquí?
–Mi madre está aquí porque me ayudará por un tiempo con la administración de este lugar –dijo el muy seguro –este lugar cada vez crece mas y necesito que alguien me de una mano aveces.
Mi sorpresa y coraje no pudo ser mas.
–Quien lo autorizó? -Pregunté apretando los dientes.
–No necesito que nadie me autorice –dijo riéndose arrogante.
–No eres el puto dueño Javier –Grité golpeando el escritorio haciendo que los dos saltaran sorprendidos. –Eres un maldito empleado encargado de administrar–seguí gritando –las únicas personas que pueden tomar decisiones así es Natalia, Carlos, Laura y yo. Nadie mas Javier.
–Hija tranquila –dijo mi mamá asustada –es mi culpa yo se lo pedí.
–Pero se que lo hace para joderme no es así Javier?? –lo miré con una sonrisa prepotente – no soportas el hecho de que yo me haya quedado con Zoé y no tu..
Javier se tenso y quiso saltar sobre mi a golpearme pero mi madre lo detuvo
–Basta los dos! –gritó –te prohíbo que le pongas una mano encima a tu hermana Javier!!
–No necesito que me defiendas madre –dije enojada –yo sola puedo hacerlo..
–Erika basta –dijo mi madre –Son hermanos por Dios!!!
–Lo somos? –Pregunté viéndolo a el quien me veía con odio. –toda la maldita vida ha tratado de pisotearme..
–Tu me quitaste a Zoé!! –gritó fúrico. –yo siempre la quise y de repente apareciste tu y se volvieron las mejores amigas y yo desaparecí de su vida..
–Supéralo Javier –Grité –fue hace mucho tiempo – dije –y ni siquiera te quería a ti..
–De eso me enteré después.. –dijo apretando los puños.. –Me utilizó para acercarse a ti.. –dijo riendo –así como te está utilizando a ti ahora– habló muy seguro.
–Estas mal de verdad –dije riendo –Y si quieres joderme no será en mi propio restaurante –dije muy seria –Te largas de aquí ahora mismo.
–Erika no lo hagas –Dijo mi madre.
–El sabe perfectamente tu malditas intenciones madre –dije riéndome –sabe Perfectamente que tu mente tan cerrada no tolera ni tolerará tener una hija lesbiana y sabe también que harás lo posible por que yo la deje a ella.. no es así?
Mi madre solo se agachó su cabeza y no dijo nada sabía que era verdad.
–Pero no es así, no la dejaré ni dejaré de ser lesbiana así que quiero que los dos se larguen de aquí ahora mismo..
–Erika –hablaron a mis espaldas y noté que era Laura que me miraba apenada. –No quisiera interrumpir pero sus gritos se escuchan hasta afuera y es algo incómodo.
–Dame un minuto Laura –Dije viéndola –Ya se van.
–Te estas equivocando hija –dijo mi madre con lágrimas en los ojos
–Váyanse!
Los dos salieron de la oficina y Javier antes de salir y cerrar la puerta.
–Te vas a arrepentir muy pronto ya lo veras.
Cerro la puerta dejándome con las palabras en la boca y unas inmensas ganas de llorar.