Inesperadamente tu 28

Cuidado

Habían pasado dos días en los cuales Elizabeth se encontraba en mi casa bajo mi cuidado, me había costado una discusión con Natalia quien se oponía a que Elizabeth viviera con nosotros, me había amenazado con irse de la casa y no me negué a que lo hiciera lo que provocó que no me dirigiera la palabra esos dos días.

No quería ponerles atención a sus berrinches de niña pequeña que eso es lo único que eran berrinches, se le pasaría y todo regresaría a la normalidad.

Entre Elizabeth y yo todo estaba increíble, me encantaba la manera en que todo iba fluyendo entre las dos hasta ese momento. Sandra no había aparecido en ningún momento pero sabía que tarde o temprano lo haría y yo solo esperaba el momento.

Fabiola me afirmó que todo estaría bien pero yo sabía que no podía estar confiada ya que de Sandra Contreras se podía esperar lo que sea, no me daba miedo solo tenía que ser precavida. La recuperación de Elizabeth iba de lo mejor, aunque le estaba costando demasiado trabajo, las terapias eran demasiado intensas pero sus ganas de salir de eso eran mucho mas fuertes.

Mientras abotonaba mi blusa pensaba en todo lo que había pasado en estas 3 semanas donde todo había cambiado drasticamente, no con Elizabeth, con ella las cosas iban muy bien, el problema era Natalia y mis amigos que desde que se habían enterado de la discusión con Natalia se comportaban muy raros y me ignoraban siempre.

No me importaba en lo mas mínimo, ellos tendrían sus razones y yo lo iba a respetar y no perdería mi tiempo en aclararles algo que no tenían que saber.

–Que piensas? –preguntaron desde algun lugar de la recamara –llevas mucho tiempo viendote en el espejo, está todo bien?

–Si, –dije caminando hasta la cama donde se encontraba Elizabeth sentada viendome. –Es solo que los chicos se han comportado raro en estas ultimas semanas, pero no importa no quiero ponerles mucha atención.

–Debe ser por mi, no me quieren y tu lo sabes..

–No, quítate esas ideas de la cabeza mi amor.

–Tu lo sabes mas que yo Erika, sabes que todo esto fue después de tu discusión con Natalia.. No crees que se mejor irme a casa de mi hija?

Me sentí muy enojada y solo me levanté de la cama y caminé por todo el cuarto.

–No te enojes Erika –dijo triste –Yo lo único que quiero es que no tengas problemas con ellos, son tus amigos y mi estancia aqui contigo es un problema para ellos.

–No te debe de importar lo que piense la gente es muy su problema si les gusta o no.. es mi vida y nadie debe opinar ni juzgarme.

–Erika entiende que no quiero ser una molestia para ti.

–No lo eres Elizabeth, créeme que no lo eres.. y con respecto a mis amigos hablaré con ellos e intentaré saber que les pasa.. antes vivía complaciendo a la demás gente, por lo que pudieran decir de mi, y por eso mismo me dañaban pero ya no lo permitiré más, nadie tiene derecho a decirme que esta bien o que esta mal.

–Ven aqui.. – caminé hasta ella y me acosté a su lado y me abrazó y nos quedamos así por muchos minutos. –Eres increíble por eso me enamoré de ti, tienes una fuerza para todo que impresiona me encantas Erika..

Me besó y yo le correspondi, yo sabía que hacía mucho tiempo atrás ya estaba perdida por ella y justo hoy en ese momento lo confirmaba, la amaba y mucho. la miré a los ojos y su mirada me transmitía esa paz que llevaba mucho tiempo sintiendo desde que Elizabeth estaba conmigo.

Justo en ese momento tocaron el timbre de la casa por lo que supuse que era Fabiola y me levanté a abrir la puerta, abrí la puerta y entró Sandra sin pedir permiso y al pasar por mi lado casi me tirba al piso por el empujon que me dió.

–Que mierdas te pasa –grité enojada.

–Baja ese tono de voz niña –dijo de forma altanera.

–Estas en mi casa y te puedo hablar como se me de mi maldita gana.. lárgate de aqui no tienes nada que hacer aqui –dije abriendo la puerta y enseñandole la salida.

–Vengo a ver a Elizabeth -dijo veindo sus uñas de manera arrogante - y no creo que tu me lo puedas impedir o si? -dijo mostrandome un arma que tenía en la cintura.

Reí y la miré, me sentía con demasiada rabia en ese momento, estaba intimidandome con un arma y me sentía totalmente expuesta.

–Tienes que recurrir a esto para venir a ver a una persona que ya no te quiere? –dije tratando de no mostrar miedo. -eres ridícula Sandra, cuando vas a entender que ella ya eligió desde que vino a vivir conmigo??

–Tu eres una niña –Me miró de arriba a abajo –No niego que bonita pero niña tonta -dijo con burla -Cuando se canse de ti regresará a mi lado, de dónde nunca debió irse..

–Si tú lo dices –dije riéndome –Ahora lárgate de mi casa y deja de molestar..

–Mira Erika no sabes con quien te estás metiendo mocosa, no me hagas olvidar que salvaste la vida de mi hija.

–Olvida lo que quieras no te tengo miedo Sandra, así que porfavor vete.

Me miró con una sonrisa y salió de la casa de una manera tan tranquila que me dio un poco de miedo.

Cuando cerré la puerta me senté en el sofá y tome mi cabeza entre mis manos, mi cabeza daba vueltas y mi sangre hervía del coraje que sentía en ese momento.

Regresé a la habitación un poco más tranquila y me miró preocupada.

–Ahora entiendes porque debo irme? -dijo triste –Sandra es demasiado peligrosa y no quiero meterte en problemas.

–No! Y eso no está en discusión, no dejaré que haga lo que quiere como siempre..

–Tu no sabes de lo que es capaz!! –dijo frustrada –Por eso me fui, por eso desaparecí aquel día.

–No pasara nada Elizabeth yo me encargaré de que así sea..

Besé su frente y salí de la habitación rumbo al restaurante. En el camino pensaba en todo el peligro que corría pero estaba dispuesta a llegar a las últimas consecuencias, yo quería a Elizabeth y estaba dispuesta a todo por ella.

Llegué al restaurante y al entrar noté como mis amigos me miraban de manera seria y solo siguieron en lo suyo.

–Que milagro –Dijo Natalia..

–Buen dia –Fue lo único que dije, me senté en el escritorio y abrí mi laptop para revisar unos documentos pendientes.

Pasó mucho rato y cuando me di cuenta me encontraba sola en la oficina y me sentí muy enojada por el comportamiento de aquellos chicos..

Salí a buscarlos y hablar con ellos pero me encontré en la puerta a mi padre quién sonrió al verme.

–Tu que haces aquí?

–Asi me vas a saludar?? –dijo de manera burlona

–No estoy de humor papá dime qué quieres –dije molesta..

–Solo vine a ver cómo estabas, que no puedo?? –Preguntó

–No me vengas con eso ahora, si me disculpas tengo cosas que hacer.

–Bien me voy –Se rió –cuidate mucho Erika..

Salió de la oficina y sentí demasiada desconfianza con ese último "cuídate mucho". Traté de concentrarme en lo que iba a hacer y salí de la oficina en busca de mis amigos.

Los encontré reunidos en el estacionamiento por lo que decidí sumarme a su reunión.

–Ustedes me dirán que les pasa? –dije molesta –de cunado acá no quieren que esté presente en sus juntas?

Nadie dijo nada, un silencio invadió el lugar.

–No entiendo que pude haber hecho tan mal para que ustedes se comporten de esa manera conmigo

–Solo preferir a Elizabeth antes que a tus amigos..

–Eso es una tontería –dije riendo –Elizabeth me necesita y yo estoy haciendo lo que puedo por ella, ustedes debe de entender, yo siempre trato de entender a cada uno de ustedes..

–No es una tontería, haz descuidado el negocio, nuestra amistad ya no es la misma desde que es chica llegó a tu vida, tal parece que te tiene controlada –Dijo otro de mis amigos.

Reí de manera burlona

–Antes no me daba el tiempo para mí, siempre he estado al pendiente de ustedes de cada uno de sus problemas y ahora que me estoy dando tiempo para mí me reclaman?? –Dije triste -No entiendo que es lo que quieren de mi..

–Erika yo.. –Dijo Natalia pero la interrumpí..

–No. –sonrei –no digan nada y piensen un poco en como me afecta todo esto.

Entre al restaurante de nuevo, tomé mis cosas y salí rumbo a mi coche, tenía que salir de ahí de manera rápida, me sentía demasiado confundida y triste por la actitud tan inmadura que habían tomado los chicos.

Llegué a casa y cuando me disponía a bajar de el sentí que alguien me miraba a lo lejos y al ver de quién se trataba me sorprendió pero al mismo tiempo me enojó.

–Que haces aquí? –Dije viendo hacia la casa –Te dije que no te quería ver nunca..

–Podemos hablar –dijo algo tímida –Tengo algo que decirte..

–No tengo tiempo, me están esperando..

–No te quitaré mucho tiempo solo serán unos minutos..

–Bien.. entra –abri la puerta de la casa rogando al cielo que Elizabeth se encontrara en su cuarto y así fue no la vi por ningún lado de la sala. –Tu dirás –dije viéndola a los ojos..

–Primero que nada vengo a pedirte perdón –Dijo triste –Te hice daño Érika y quiero que me perdones.

–Que te hace pensar que te voy a perdonar? –Dije cruzandome de brazos, si me hiciste mucho daño pero me hiciste darme cuenta de muchas cosas..

–Se que tú eres buena persona, eso fue lo que hizo que me enamorara de ti – me sonrió y yo solamente reí ante sus palabras.

–Tan enamorada estabas que terminaste en la cama con mi padre? – dije con rabia –que manera de amar Zoé..

–Eso no debió pasar, eso fue un gran error –dijo llorando.

–Y crees que te voy a creer? –hable en un tono divertido – además no tenemos que estar hablando de esto yo estoy con alguien más y no tiene caso..

–Eso lo se Erika –dijo limpiando sus lágrimas –Yo estoy con tu padre..

–Largate! –grite –Eres una zorra!

–No es lo que tú crees

–Entonces que es Zoé –grite – vienes a pedir perdón y terminas diciéndome que estás con el idiota de mi padre –rei. –vete.

–Estoy con el porque te amo y quería protegerte! Porfavor escúchame

–Protegerme de que Zoé, solo admite que eres una zorra!

–Insultame lo que quieras pero yo sé porque estoy haciendo las cosas y solo es para protegerte –levantó la voz. –Tu padre está planeando algo contra tú y cuando me di cuenta me quedé a su lado y hace unas semanas me enteré que una persona llamada Sandra Contreras está asociada con el para acabar contigo... Yo no puedo permitir que te lastimen..

Me deje caer en el sofá algo mareada y  cubrí mi cara con mis manos, no podía creer lo que estaba escuchando, ahora entendía a la perfección el "cuídate" de mi padre, estaba planeando algo con Sandra.

–No solo acabarán con tu negocio –dijo Zoé –Erika quieren matarte.