Inesperadamente tu 25
Malas intenciones
Mi corazón latía muy rápido, sentía la adrenalina a mil por hora y no por el susto si no por tener a esa persona frente a mi y tan pegada a mi cuerpo.
–No me hagas repetir la misma pregunta –dijo
Reí y me alejé tratando de relajar mi respiración, me sentía nerviosa pero a la vez aliviada de saber de quién se trataba.
–No tengo que darte una explicación –dije acomodando mi abrigo –No somos nada.
–No puedes estar haciendo esto –dijo con dolor en sus palabras –Sabes bien lo que siento por ti..
–Y que sientes por mi? –me giré y levanté mi voz –Crei que no era importante Elizabeth!!
–Es mi hija –dijo dolida –Podria aceptar que fuera con otra persona pero no con Fabiola..
Reí amargamente y la miré a los ojos con enojo.
–No estoy saliendo con tu hija –la miré –pero me alegra ver qué al menos causé algo en ti alguna vez.
Caminé hasta la puerta, no quería saber nada en ese momento solo quería largarme de ahí al sentir que ni siquiera me había seguido.
Mis lágrimas querían salir y era por qué en ese momento me había dado cuenta que me había enamorado de Elizabeth y ya no había vuelta atrás.
Antes de subir a mi coche sentí como me detuvo a la fuerza y me abrazó, quise alejarme pero no me lo permitió y terminé llorando en sus brazos.
–Perdóname –dijo acariciando mi pelo. – Sé que te estoy haciendo daño, pero si seguimos con esto puedes sufrir más.
–Entonces aléjate de mí y deja de celarme –le grité –No hagas como si sintieras algo por mi!! Asi me lastimas más..
La miré con furia y vi como sus ojos estaban llenos de lágrimas.
–Eres una cobarde Elizabeth – Grité y me subí al coche sin esperar respuesta
Manejé hasta mi casa, me sentía cansada de estar así por alguien que no sabía lo que quería.
Llegué y vi como Natalia se encontraba en la sala sentada y al verme llegar en ese estado no preguntó nada y se quedó en silencio viendo como me iba a mi cuarto sin decir ni una sola palabra.
Me encerré y apagué todas la luces y me tiré en la cama, me sentía agotada y no quería saber del mundo en mucho tiempo.
Me quedé dormida sin querer y desperté muy tarde a la mañana siguiente, no quise ir al restaurante por lo cual había decidido ir a comer con mis hermanos ya que los tenía muy abandonados.
Manejé a casa de papá y al llegar vi que Alejandro estaba sentado en la banqueta con un amigo platicando animadamente, al verme llegar se alegró y se despidió de su amigo para ir conmigo y Javier mientras esperábamos a Javier que minutos después entró sonriente.
–Hermanita que milagro –dijo dándome un abrazo..
–Bueno si creo que con tanto trabajo los tenía abandonados..
–Ni que lo digas –dijo triste Alejandro.
–Ya no pasará más campeón –dije despeinando su cabello.
–Como has estado ? –preguntó Javier viéndome fijamente a los ojos.
–Bien, ya sabes días buenos y días malos –me encogí de hombros restándole importancia.
–Que dice tu novia Natalia? – preguntó Alejandro viéndome pícaramente.
Reí ante su pregunta y miré a Javier culpandolo de eso.
–Lo siento hermana –Dijo riendo –Pero este enano pregunta mucho.. además todos saben.
–Bueno, pues ya no estamos juntas –hablé viendo nerviosa mis manos.
–Que pasó? –preguntó preocupado Alejandro.
–Bueno enano creo que eso es cosa de ellas no crees? –le dijo Javier.
–No te preocupes Javi no pasa nada –sonrei –es normal que quiera saber.
Guardé silencio y miré el lugar antes de hablar.
–Tuvimos problemas, no nos entendíamos muy bien y fue mejor terminar y cortar por lo sano antes que todo se saliera de control –suspiré – solo es eso..
Mi hermano Alejandro me abrazó y sentí como las lágrimas amenazaban con salir, Elizabeth seguía en mis recuerdos y era la culpable de esas lágrimas no Natalia.
–Y haz hablado con papá? – Preguntó Javier tratando de cambiar el tema.
–No, creo que no hay nada que hablar..
–Erika –dijo Javier –Mi padre me ha dicho muchas veces que quiere hablar contigo..
–No tengo nada que tratar con ese señor –dije enojada
–Porque perdonaste a mamá y a él no?
–Te atreves a preguntar porque Javier?? –pregunté molesta –De verdad me hiciste esa pregunta?
–Erika –contestó algo nervioso por mi reacción –Es papá y está arrepentido de lo que hizo.. no reacciones así..
–Creo que no entiendes la magnitud del problema, no?
Me miró y se encogió de hombros algo triste..
–Tu no lo entiendes, y ojalá nunca te toque entenderlo..
–Al menos inténtalo –insistió–hazlo por Alejo..
Reí antes sus palabras y vi como Alejandro se encontraba tenso ante aquella acalorada conversación.
–No prometo nada..
La comida transcurrió sin temas que involucraran a Papá ni a Natalia, solo platicamos sobre lo que Alejandro había estado haciendo en este tiempo.
Javier se fue dos horas después a seguir trabajando y yo me quedé con mi hermano pequeño a conversar un rato mas.
–Erika –dijo Alejandro algo tímido – escuché una conversación por error de mí papá y de Javier..
Lo mire extrañada por su actitud.
–Que escuchaste? –dije curiosa.
–Me da miedo que te quieran lastimar –dijo asustado.
–Porque dices eso? –lo miré confundida
–Es que... –penso un momento antes de hablar –Mi padre se quiere acercar a ti.. pero no está arrepentido de lo que hizo –me miró triste –dijo que ahora más que nunca le conviene estar cerca de ti..
Me quedé pensando en las posibles razones que mí papá tendría para acercarse a mí y tenía claro que era lo que quería.
–Vaya! –dije riendo –todo se puede esperar de ese señor..
–No quiero que te vuelva a lastimar..
–No lo hará –dije segura –eso te lo aseguro.
Mí padre quería jugar conmigo de nuevo y ahora yo le enseñaría como jugar de verdad.
Pasamos la tarde dando un paseo y cuando ya se acercaba la noche fui a casa de mí padre a dejar a mí hermano y de paso tener una plática con la persona que se hacía llamar mí padre.
Llegamos y bajamos del coche y vi como al vernos llegar mí padre salió y se acercó a nosotros.
–Hija que bueno verte –dijo de la manera más hipócrita que había.
–Hola papá –dije forzando una sonrisa.
Alejandro se metió a la casa dejándonos solos.
–Hija quería pedirte perdón por lo que pasó hace tiempo –dijo con fingida tristeza.
–Todo está en el pasado –Sonrei, aunque por dentro me moría de coraje
–Me alegro que podamos dejar eso en el pasado.. podríamos ir a cenar o tomar algo un día para platicar – preguntó
–En un día de estos –dije caminando hacia mí coche –yo te aviso, nos vemos.
Subí y aceleré sentía que si estaba en ese lugar por un momento más iba a explotar.
Manejé hasta el único lugar que creía me podría traer paz..
Estacioné y toque la puerta de aquel departamento al cual muy pocas veces había ido.
Después de 5 minutos abrieron la puerta y al ver mí cara solo me dejaron entrar sin decir nada.
Una vez adentro me lancé a los brazos de mí madre quien también se aferró a mí abrazo.
–Que pasa hija –pregunto limpiando mis lágrimas.
–Todo está mal –dije sentándome en el sofá –Ya no se que hacer..
Se sentó a mí lado y me miró esperando a que yo siguiera hablando..
–Termine a Natalia –dije y vi su cara de sorpresa – porque la engañé y me engañó..
–Vaya! –dijo sorprendida – no lo esperaba..
–Hoy me enteré que mí padre se quiere acercar a mi de nuevo...
En su rostro se reflejó enojó y me miró fijamente.
–Lo vas a dejar?? –preguntó
–Pues no lo sé –dije confundida –Se que sus intenciones no son buenas...
–Me buscó hace unos días –dijo viendo sus manos –Pensó que yo seguía en contra de ti..
Reí y mire a mí madre..
–Le dejé en claro que sí se metía contigo iba a tener problemas.. –dijo mí madre enojada –Solo se rió y se fue..
–Tiene dinero, no se que pueda querer de mi..
–Tiene problemas con sus negocios –dijo viéndome –creo que está en la ruina.. por hacer negocios ilegales.
–Creo que ahora entiendo más sus intenciones..
–Si, así que debes ser cuidadosa.. o de lo contrario te meterá en problemas.
–Pues si –dije pensando – lo mejor será llevarme a Alejandro de esa casa, aceptaré que se acerque a mí pero solo con la condición de que Alejo se vaya conmigo.
–Eso mismo iba a hacer – contestó. –Alejo no quiere, puede ser que aún no me perdone por dejarlos tanto tiempo..
– Sería raro vivir con alguien que no es su padre –dije –Puede que sea eso, y creo que es mejor que se vaya conmigo yo lo puedo cuidar..
–Me parece bien hija –dijo mí madre con una sonrisa –Se que lo cuidarás bien..
–Claro que si...
Salí de casa de mí madre un rato después y maneje hasta mí casa pensando en todo lo que había pasado en el dia.
Al llegar bajé y entré a casa, no había nadie a la vista por lo que opté por sacar algunas cervezas del refrigerador y me salí al patio a pensar en lo que próximamente iba a pasar.
Mí teléfono sonó y al revisarlo pude ver qué había un mensaje en el y suspiré y lancé el teléfono en una de las sillas.
Abrí la primera cerveza y miré al cielo que se veía nublado y triste. Así se sentía mí corazón, habían muchos sentimientos que quería eliminar, como el odio y la venganza pero simplemente la gente se empeñaba en hacer que la venganza sea lo que más deseaba en este momento.
No había nadie, absolutamente nadie en ese momento que me hiciera sentir bien, la mayoría de las personas me había dañado y me sentía sola en ese momento.
Había perdido las ganas de todo, quería encerrarme en mí cuarto y no salir nunca, me sentía sin ganas no quería saber del mundo por un largo tiempo..
Me dirigía a mí recámara después de unas cervezas y justo cuando iba a entrar escuché sonar el teléfono donde lo había dejado y pensé en dejarlo ahí pero algo me hizo ir y tomarlo y al ver de quién se trataba contesté de manera rápida..
Llamada:
–Mi madre sufrió un accidente está demasiado grave Érika, estamos en la clínica. –dijo Fabiola hecha un mar de lágrimas.
–Voy para allá.
Pensé que el día no podía empeorar pero me equivocaba, esto apenas había empezado.
Hola a tod@s! Aquí les dejo un nuevo capítulo más que espero sea de su agrado. Les cuento que se me está presentando una oportunidad para publicar mis historias en físico y la verdad es que no he decidido cual historia publicar en papel por lo que hoy vengo con una pregunta, cual de mis historias les gusta más a ustedes para que sea publicada en papel? Me encantaría me lo hicieran saber en los comentarios o en un correo, créanme que me será de mucha ayuda, de antemano muchas gracias un saludo los quiere
Fer.