Inesperadamente tu 24

Cena

Me sentía sumamente mal, había hecho lo que muchas veces me habían hecho a mí y me sentía hecha mierda, no sabía cómo reaccionar ante aquel error que me costaría la relación con Natalia que ni siquiera estaba segura si quería o no.

Manejé con lágrimas en los ojos hasta mi casa, cuando llegué respiré profundo y bajé del coche esperando con todo el corazón que Natalia se encontrara dormida.

Al entrar noté la luz de la sala prendida por lo que supuse estaba despierta y en su cuarto, entré al baño sin hacer mucho ruido y me lavé la cara y me miré en el espejo, estaba hecha mierda y Natalia lo notaría nada más al verme.

Salí del baño secando mi cara y justo cuando mire frente a mí iba saliendo de mi cuarto una persona que no quería ver en mi puta vida, la furia aumentó a un nivel que no conocía y apreté mis puños tratando de contener la ira.

Reí al ver su cara de pánico pero dejé que se fuera sin decirle nada, una vez que se fue entré al cuarto donde Natalia se arreglaba en el espejo y me senté en la cama mirando hacia la nada.

Su cara reflejaba pánico al verme de esa manera, la ira de un momento a otro se había ido y ya no me quedaba fuerza para nada solo miré a los ojos a Natalia quien estaba apunto de llorar.

–No es lo que crees –dijo arrodillándose frente a mí y tomando mis manos.

–No? –pregunte tranquilamente –entonces dime qué es?..

Guardó silencio por unos minutos y yo solo me alejé de ella con una sonrisa.

–Vete a tu recámara –dije seria –Esta farsa se acabó..

–Erika –dijo llorando –fue un error perdóname.

–Todo está bien –dije tomando sus manos tratando de aparentar que no me dolía, a fin de cuentas yo también le había fallado.

Me miró manera sorprendida y siguió insistiendo.

–Así nada más? –dijo viéndome desde su lugar –no dirás nada?

–Que quieres que te diga Natalia? –Dije sin ganas de seguir con esa discusión –Ya no quiero más farsas en mi vida... Simplemente esto se acabó.

–Nunca me quisiste –dijo dolida –Es por Elizabeth..

–Yo te quise Natalia –dije viéndola a los ojos –pero todo cambia, yo cambié..

–Porque no decirlo desde un principio? –dijo limpiando sus lágrimas.

–Yo quería intentarlo contigo –dije sonriendo tristemente –Pero creo que no debimos intentarlo nunca.. me equivoqué.

–Yo te quiero Erika –dijo acercándose a mí y abrazándome por la Espalda.

Reí levemente y me giré para ver su cara, y ella solo reflejaba miedo.

–Me quieres Natalia? –Pregunté –Despues de que acabo de ver a tu ex salir de mi habitación?

–Eso fue un error –dijo girando su mirada –comprobé que a la que quiero es a ti..

–Yo no te amo Natalia –dije seria

–Perdóname –dijo llorando..

–No tengo nada que perdonarte –dije apunto de llorar –Porqué yo también te fallé –dije ya casi sin voz.

Sus ojos se fijaron en mí, me miraban sorprendidos y con dolor.

–Como pudiste  –dijo alejándose de mi –Yo te amo Erika.

Quiso irse del cuarto y la detuve con un abrazo el cual me respondió aferrándose a mí como si su vida dependiera de ello.

–Que haremos Erika? –preguntó llorando –estamos hechas mierda..

–Lo se mi amor –respondí llorando..

–Lo que viste hoy solo fue una error aunque no me creas –dijo viéndome sin separarse de mi –el vino cuando yo esperaba a mis amigas y cuando tocaron la puerta era el y entró a la fuerza y me siguió hasta mi cuarto y yo no quería..

–Ya –hablé pidiendo que no siguiera –nuestra relación ha terminado Natalia y no es necesario que me des explicaciones.

–Erika –habló –Fue con Elizabeth?

–Creo que tú sabes la respuesta –dije alejándome de ella.

–Que pasará con nosotras? –Me cuestionó.

–Somos amigas no? –la miré fijamente –Puedes seguir aqui.. a no ser que te quieras ir, yo no te detendré..

–Sabes que te amo no? –dijo viéndome con intensidad –Y que lo que pasó hoy no cambia nada?

Solo asentí y salí de la habitación para irme al patio a tomar aire, lo necesitaba.

Sentía un cierto alivio por haber terminado en buenas condiciones, a pesar de todo era mí amiga y la quería. No podía enojarme después que yo también le había fallado.

Mí mente se perdió pensando en esa noche, había podido disfrutar de las caricias de Elizabeth y eso tontamente me había llevado a pensar que pasaría algo entre nosotras dos pero me había equivocado y solo fue sexo sin importancia.. para ella.

Me encontraba sentada en una de las sillas del patio disfrutando de la nublada y fría madrugada, no quería dormí quería pensar y sentir el frío en mí piel que me hacía olvidar un poco el dolor que estaba sintiendo.

Mí vida a partir de hoy sería diferente, empezaría a vivir por mí y no por la gente, tenía derecho a cometer errores como todos los demás, como todo ser humano.

Estaba cansada de ser la perfecta chica que está para todos sin importar que. Ahora sería diferente e iban a saber que la tonta Érika se había ido.

A la mañana siguiente me desperté temprano, me arreglé y salí directamente al restaurante donde afuera de aquel lugar me esperaba Fabiola recargada en su coche.

–Que pasa? –dije viendo a todos lados

–Nada –Se rió – solo pasé a saludar

–Ya veo –dije extrañada – Quieres pasar a la oficina y nos tomamos un café

–Claro que sí –dijo animada

Entramos y como era muy temprano solo los empleados habían llegado, mis amigos no se veían por ningún lado. Entramos a mí oficina y me puse a preparar el café mientras Fabiola se sentó en mí silla y observaba aquel lugar.

Mientras la cafetera hacía su trabajo me recargue en la pequeña barra y me crucé de brazos viendo a Fabiola quien solo daba vueltas en la silla como niña pequeña.

–Se puede saber que te trae por aquí –dije con una sonrisa burlona.

–Ya te dije –detuvo la silla y me miró

–No creo que solo hayas venido a saludar – dije viéndola sería.

–Y también a invitarte a cenar a casa –Dijo girando de nuevo en la silla. –Daniela ha hecho la invitación, le conté lo de ayer y pues me pidió que te invitara la casa y pues ella manda.

Se encogió de hombros y puso su típica sonrisa de medio lado.

–Si, claro que voy solo porque me cae muy bien tu esposa y tus pequeños.. no por ti

Soltó una carcajada y se levantó de mí silla caminando a mí lado.

–Vale, nos vemos esta noche no llegues tarde!

Salió dejándome con una sonrisa, Fabiola era de esas personas a las que no le podías decir que no y que te daba la impresión de ser una chica mala pero en el fondo era una niña mimada.

Reí ante ese pensamiento y me senté en mí silla a revisar algunos documentos. Momentos después llegaron la mayoría de mis amigos y se pusieron en lo suyo, yo ni siquiera volteé a verlos ya que estaba muy ocupada viendo mí computadora.

Cuando por fin terminé de revisar los archivos me levanté y solo sonreí a quien se encontraba ahí y salí de la oficina sin decir nada ya que Elizabeth se encontraba en el lugar y no quería saludarla.

Revisé mí reloj y la mañana se había pasado muy rápido y es cuando me di cuenta que había trabajado de más, me apresuré a comer algo, después de comer me dirigí a mí casa para poder cambiarme para la cena.

Llegué a mí casa y me encontré a Natalia, sentada en la mesa revisando algo en su computadora.

Saludé y me fui directamente a mí habitación, me duché y me puse ropa más cómoda, me puse a ver una película mientras daba la hora de la cena, mientras veía la televisión, mí teléfono sonó y pude ver qué se trataba de un mensaje donde uno de mis amigos me pedía un documento que tenía guardado bajo llave.

Me apresuré a llamarlo y decirle que iba a para allá y así lo hice me terminé de arreglar y salí rumbo al restaurante.

Cuando llegué vi que todos platicában animadamente y yo solo llegué y saqué aquel documento, la presencia de Elizabeth me incomodaba demasiado, recordar lo que habíamos hecho la noche anterior aún me ponía sumamente mal.

Me disponía acomodar mi lugar y sonó mi teléfono y se trataba de Fabiola.

Llamada:

–Dime Faby –contesté

–Estoy cerca del restaurante quieres que pase por ti? –Preguntó

–Si, no hay problema te espero..

–Vale, ahí llego..

Guardé lo último de mi escrito y tomé mi abrigo y salí de la oficina, sentí que alguien salió detrás de mí pero no le tomé importancia solo seguí mi camino.

Al salir Fabiola se encontraba estacionando y al verme solo me hizo señas y yo me subí al coche, en ese momento pude ver en la puerta como una Elizabeth nos miraba confundida y algo molesta.

Fabiola la saludo con la mano y aceleró con rumbo a su casa.

El camino fue divertido y platicábamos de muchas cosas, sabía que Fabiola y yo seríamos muy buenas amigas, me caía bien y era buena persona.

Al llegar entramos y Daniela nos esperaba en la sala junto a los dos pequeños quienes al verme saludaron educadamente.

Daniela me abrazó y me agradeció por lo que había hecho por Fabiola, después de una charla agradable, nos fuimos directamente al comedor donde pudimos disfrutar de una cena hecha por Dany quien se veía sumamente feliz al tener a su familia reunida y en paz.

Eso era lo que yo más quería en la vida, tener una familia con quién sentarme a disfrutar de un buen momento después de un largo día.

Me encantaba el amor con el que Dany y Faby se trataban, algún día esperaba tener algo similar y poder ser feliz como ellas lo eran en ese momento por el simple hecho de que se tenían una a la otra.

La cena fue muy entretenida y muy divertida, Fabiola me contó una gran parte de su vida y me impresionó mucho por la vida tan difícil y dura que había tenido, siempre aceptó que todo por lo que ella había pasado había sido por su decisión y su culpa, que nadie más tenía la culpa de los errores que uno mismo cometía.

Mi mente se fue directamente a Elizabeth y ahí entendí que la había culpado de lo que había pasado, mi mente de alguna manera siempre tuvo en claro que era sexo y nada más pero aún así cometí el error de hacerlo y por el coraje que tenía conmigo terminé culpandola a ella de algo que yo sabía pasaría.

Después de mucho rato Fabiola se ofreció a llevarme al restaurante por mi coche lo cual acepté y nos fuimos, en el camino le agradecí por la agradable noche que su familia me había hecho pasar y que me gustaría que se repitiera más seguido a lo que ella respondió que si muy animadamente.

Al llegar a mi restaurante, me despedí a de Fabiola y yo me dirigí a mi coche pero al ver una luz encendida en el lugar, decidí entrar ya que no debía haber nadie.

Pasaban de las 2 am y sentí miedo al pensar que alguien pudiera haber entrado, quería llamarle a Fabiola y pedirle ayuda pero decidí por entrar y ver de quién se trataba.

La puerta de enfrente se encontraba abierta y con más miedo entré, me dirigí a la oficina que era donde se encontraba la luz prendida y vi la puerta un poco abierta, me fijé y no vi a nadie, la abrí más y vi que estaba completamente vacío, suspiré algo más tranquila y me senté algo estresada en mi silla.

Había decidido irme de ahí y justo cuando iba a a salir alguien me tomó fuertemente y me pegó a la pared, solté un pequeño gemido al sentir el contacto tan brusco y me sentía algo confundida no sabía de que se trataba.

–Que mierdas haces con Fabiola?! –Sentia su rabia y sentía como su aliento chocaba con mi oído.

Me había tomado por sorpresa y no tenía idea de que iba a responder.