Inesperadamente tu 23
Traición
Me metí al baño a arreglarme un poco y después salí a la sala donde se encontraba Natalia de pie frente la tele buscando alguna serie o película, cuando me vio con la chaqueta puesta me miró confundida.
–Estoy preparando la cena –dijo molesta –Vas a salir?
–Mi madre quiere que le lleve unos papeles que dejó en la oficina está mañana –dije algo nerviosa
–Ohh está bien – dijo relajándose un poco y confiando en mí palabra –te espero para cenar? –preguntó
–Trataré de no tardar mucho –dije besando su frente y salí de ahí sin pensar mucho a dónde me dirigía.
Tenía curiosidad de saber que era lo que quería Elizabeth y eso era lo que me había impulsado a ir sin pensar en las consecuencias.
Minutos después llegué frente a su portón y bajé tocando el timbre, solo bastaron unos minutos para que Elizabeth saliera viéndome algo tímida.
–Aqui me tienes –dije de manera seria.
–Está haciendo frío, vamos entra Érika –Dijo ajustando más su abrigo
Entré no muy convencida y cuando estuvimos dentro nos sentamos en la sala y me miró fijamente.
–Que necesitas Elizabeth –dije algo incómoda
–Necesito que sepas que entre Sandra y yo no hay nada –dijo sentandose a mí lado – y si estaba hoy en su casa fue para aclarar todo el pasado pero hasta ahí.
–Y eso que me importa a mi? –pregunté mirándola a los ojos
–Crees que no me di cuenta como te pusiste celosa al verme con Sandra..?
Se acercaba poco a poco a mí, sabía que tenía que salir de ahí pero no quería mí cuerpo estaba pegado a aquel sillón esperando el siguiente movimiento de Elizabeth..
–Celosa yo? –dije viendo la cercanía de aquella mujer que tan nerviosa me ponía –Para nada.. creo que lo imaginaste.. no me interesa nada de ti..
–Si?? –preguntó rosando mis labios –Si no te interesara nada ni siquiera estuvieras aquí.
Me mantuve firme, sus labios solo se mantenían ahí sin hacer ningún movimiento, sentía demasiado calor para ese momento ya nada me iba a sacar de ahí.
–Segura que no quieres nada de mi? –Preguntó acariciando mi mejilla y después mi cuello.. –Esta noche te puedo dar muchas cosas solo es cuestión de que aceptes que estabas celosa..
Miré sus labios y después sus ojos viendo el deseo en ellos..
–Si lo estaba –dije firme –es inútil ocultar algo que es obvio
No tenía idea de que hacer en ese momento, moría por hacerla mía pero el sentimiento de culpa me invadía solo de pensar en Natalia..
–Me agrada tu sinceridad –dijo sentándose sobre mi –Quiero tenerte en mi cama Erika y se que tu también lo quieres y nadie se tiene por qué enterar.
Besó mi cuello de una manera que me calentó demasiado pero yo solo disfrutaba de esos besos que tanto me gustaban.
Me besó de una manera tan intensa que no pude decirle que no y le correspondí pero justo en ese momento me entró una llamada al teléfono y salté a tomarlo de mi bolso y al ver de quién se trataba me puse muy nerviosa.
Llamada:
–Dime amor –dije tratando de regular mi respiración..
–Solo te llamo porque vendrán unas amigas a la casa espero no te moleste..
–Ohh no para nada Natalia ya sabes que esa es tu casa..
–Gracias –dijo tímidamente – Tardarás mucho? –preguntó
Me giré a ver a Elizabeth quien se encontraba quitándose la ropa muy despacio y dejándome apreciar su cuerpo desnudo..
–Amm... Sii.. tardaré un buen rato no me esperes para cenar –dije con dificultad al ver a Elizabeth de esa manera –Cenaré fuera.
–Claro –dijo tranquila –Nos vemos más noche.
Colgamos la llamada y mi mirada estaba fija en aquella mujer que solo me miraba con una maliciosa sonrisa que tanto me volvía loca..
–Que? –dijo Elizabeth acercándose –Te quedas a cenar? – mordió su labio mientras rodeó mi cuello con sus brazos y me besó con desesperación lo cual yo le correspondí.
Mis manos no tardaron en tener vida propia y paseaban por todo el cuerpo de Elizabeth quien recibía con gusto aquellas caricias que le hacía.
–Tanto tú como yo lo necesitamos –Dijo quitándome la ropa –Te quiero hacer mía Erika
–Ya somos dos –dije ayudandole a quitarme la ropa para poder irnos a su cama lo más rápido posible.
Cerró la puerta de su cuarto y me pegó contra la misma y me besó pasando su mano por todo mi cuerpo, el nivel de excitación estaba en su máximo nivel y no había nadie ni nada que nos hiciera parar.
Me tomó de la mano y me llevó a la cama, me empujó y caí de espaldas viendo como se acercaba peligrosamente a mí, mi cuerpo ya la deseaba la quería tener para mí, hacerla gemir mi nombre una y otra vez, estaba cegada y en mi mente estaba solo eso.
Se puso sobre mi besándome de una manera que solo ella lo podía hacer, pasó su mano por mi entrepierna haciendo que un gemido saliera de mi boca, estaba muy mojada y ella sonrió al notar ese detalle.
–Me encanta que estés así –dijo siguiendo su trabajo y haciéndome disfrutar.
Sus dedos paseaban por toda mi intimidad explorando cada parte de mi y haciéndome sentir tremendamente caliente..
Sin previo aviso sus dedos entraron en mi haciendo que mis manos se aferraran a las sábanas, sus movimientos eran lentos pero duros y yo solo podía mirarla a los ojos mientras ella hacía conmigo lo que quería..
–Tu serás mía cuando yo quiera –dijo bajando lentamente y hundiendo su boca en mi intimidad robándome un gran gemido al sentir su lengua pasar por mi zona más sensible.
No se detuvo, siguió su trabajo hasta que un orgasmo acabó conmigo, pero ella quería más y no sé detuvo, subió besando cada parte de mi cuerpo y al llegar a mi boca sonrió y me besó.
–Esto apenas empieza guapa –dijo de manera traviesa.
–Ya lo creo –dije volteando los papeles y poniéndome encima de ella y metiendo mi mano directamente en su intimidad haciendo que un grito saliera de ella..
Estaba totalmente mojada lo cual me hacía más fácil el trabajo.. besaba sus labios mientras mis dedos entraban y salían de ella, no sé que sentía en ese momento solo quería hacerla mía y hacerla gemir mi nombre.
–Me encanta –dijo Elizabeth entre suspiros y gemidos..
Aceleré mis movimientos y solo sentía como se aferraba a mí y me besaba intentando contener sus gemidos..
Me alejé de sus labios para mirarla, buscaba mis labios para acallar sus gemidos pero no la dejaba, la quería escuchar.
Sabía que no tardaría en llegar al orgasmo, su cara y su respiración descontrolada me lo decía.
Se aferró a mi cuerpo apretándose a mí y soltando un grito que me indicaba que se había corrido de una manera intensa.
Me dejé caer sintiéndome satisfecha, la mire y ella también a mí, en sus ojos se miraba tanta calidez y con esa sonrisa hacían un contraste perfecto.
Me perdí en sus ojos por un largo rato mientras ella acariciaba mi mejilla..
–Que hemos hecho –pregunté en voz alta con las lágrimas apunto de salir
–Las dos lo deseábamos –dijo mirándome de manera triste.. – yo lo quería
–Porque me alejaste?? –Pregunté enojada –Porque decidiste hacerme creer que había algo con Sandra?
–Porque no quería atarte a una relación sin futuro – dijo sin verme –Esto nunca lo tendrá.
–Entonces para que me hiciste venir? –dije levantándome con lágrimas en los ojos – Solo querías sexo no es así?
–Entiende que no tendría sentido una relación entre tú y yo –dijo triste –Esto es lo que te puedo ofrecer –dijo viendo al techo.
–Pues no lo quiero.
Me vestí lo más rápido que pude y salí sin decir nada de aquella casa, subí a mí coche y golpeé varias veces el volante con coraje y lágrimas en mis ojos.
Había vuelto a caer en el juego de Elizabeth y le había fallado a Natalia que hasta ese momento solo había estado para mí apoyándome en todo.
Revisé mí teléfono y pasaba de la 1 AM y puse en marcha el coche a mí casa con lágrimas en los ojos, iba a hablar con Natalia y confesar mí traición y enfrentar las consecuencias de tan estupido error.