Inesperadamente tu 22

Imaginación

–Que chingados querías que hiciera?! –grité de vuelta –No iba a dejar que te matara frente a mi!!

–Esto es grave, al menos si yo hubiera tenido el valor de matar a esa idiota – cubrió su cara con frustración.

–O si al menos yo hubiera sabido usar el arma –dije sumamente molesta.

–Pues ahora la tendrás que aprender a usar porque no van a descansar hasta vernos bajo tierra.

–No me preocupa morir –Me encogí de hombros..

–Yo no puedo estar en esto –dijo Fabiola – mis hijos y mí esposa corren muchísimo peligro.

–Yo no sé de qué mierdas se trata esto –dije frustrada

–Vamos a casa de mí madre –dijo sumamente nerviosa –ella nos ayudará a solucionar este problema.

Me indicó hacia donde ir y manejé directo a casa de su madre. Me sentía totalmente estúpida no sé en qué momento había pasado todo este desastre.

Al llegar Fabiola salió de la camioneta como alma que lleva el diablo y solo bajé tras ella..

Entré y noté como Sandra abrazaba de manera fuerte a Fabiola quien la abrazaba de la misma manera, entré disimuladamente sin hacer mucho ruido pero en la sala me encontré con Elizabeth viendome de manera asustada.

Sostuve su mirada por algunos segundo hasta que sentí como Sandra me apretó en sus brazos y me agradecía infinitamente por haber salvado a su hija.

Solo atiné a asentir y ver incómoda a Elizabeth quien se veía angustiada.

–Que pasará? –dijo Fabiola

–Yo lo resolveré –dijo Sandra muy segura –No te quiero en esto por ningún motivo..

–Y Érika? –Preguntó Elizabeth preocupada

–No es necesario yo me sé cuidar sola –dije sería –A demás esa tipa no me vió..

–De todas maneras te pondré seguridad –Dijo Sandra mirándome fijamente..

–No creo que sea necesario, yo puedo contratar seguridad –dije tranquila.

–Deja de ser tan terca Érika –dijo Elizabeth y yo la miré con burla

–Se lo que hago –la miré molesta y esque en realidad me enojaba mucho que estuvieran ellas juntas en el mismo lugar cuando llegamos.. –Tengo suficiente edad ya no soy una niña.

Mí enojo era evidente, mí imaginación me estaba jugando mal, no tenía ni la más mínima idea de porque Elizabeth estaba en casa de Sandra pero mí cerebro ya había sacado sus propias conclusiones y eso me enojaba mucho.

–Nadie lo está diciendo – interfirió Fabiola –Solo es mejor que sea de la gente de mí madre la que se encargue de esto ya que está más familiarizada con este tipo de situaciones –dijo Fabiola con una mano en mí hombro –Te agradezco mucho lo que hiciste por mí, creo que de no ser por ti ya no estaría en este mundo..

–No es nada, lo volvería a hacer.. –dije sonriendo amablemente..

Minutos después Fabiola me ofreció su chófer y en cuanto Elizabeth escuchó, ella se ofreció a llevarme por mí coche.

–Yo la llevo, ya me tengo que ir –dijo Elizabeth

–Tu y yo estamos en algo Elizabeth –dijo Sandra mirándola seriamente.

–Si, no quiero incomodar además –dije más molesta aún –me voy con el chófer no hay problema.

–Yo te llevaré –dijo Elizabeth mirando de una forma desafiante a Sandra y después a mí –y nadie me discutirá mis decisiones.

Pasó por nuestro lado y simplemente me quedé embobada viendo cómo caminaba de manera elegante y provocativa a la vez sin ninguna intención y es que era difícil de ignorar la belleza de aquella mujer, cuando vi la cara de Sandra viéndola de la misma forma que yo, sentí mí sangre hervir y preferí salir de ahí antes de decir algo estupido

Subí al coche de Elizabeth y me mantuve callada, no quería hablar, me sentía muy molesta pero en unos minutos ya tenía a Elizabeth preguntándome sobre mí vida.

–Que tal te ha ido? –preguntó tímidamente

–Si hablas de mí relación –dije molesta –todo en orden..

–Porque estás tan molesta conmigo? –Preguntó confundida

–Contigo? –pregunté haciéndome la desentendida –acabo de pasar por una situación muy estresante y mala –reí –creo que no puedo estar de otra forma.

–Tienes razón discúlpame –mantuvo su vista en el camino mientras yo me mordia la lengua por no preguntar qué hacía en casa de Sandra

Me había sentido mal por haberle hablado de esa manera pero no podía hablarle de otra forma, me sentía muy enojada de solo imaginarla con Sandra.

El camino continuó de manera silenciosa, nadie decía nada y yo lo agradecí mentalmente, no quería hablar ya que si hablaba en ese momento iba a decir lo que mí cerebro se estaba imaginando.

Al llegar solo agradecí amablemente y bajé del coche y antes de subir al mío se bajó del suyo y me tomó del brazo mirándome fijamente.

–No me gusta que me trates con esa indiferencia –dijo triste.

–No se de que hablas –dije nerviosa por su cercanía –Simplemente es respeto.

–Y cuando te he pedido que me respetes –Dijo viendo mis labios..

–Me tengo que ir –dije tratando de huir

–Nos vemos mañana –dijo alejándose con tristeza..

Subí a mí coche un poco desorientada, me había puesto en una situación algo incómoda, había descubierto que su cercanía tenía efecto en mí aún..

Manejé rápido a mí casa y antes de bajar revisé mí teléfono y vi que tenía un mensaje de Natalia por lo que me apresuré a entrar a casa y me la encontré dormida en el sillón, sonreí al ver esa escena y me acerqué lentamente a ella sentándome a su lado y acariciando su pelo.

Despertó un poco asustada pero al verme sonrió ampliamente y acomodó su cabeza en mis piernas para volver a dormir, me encantaba que hiciera eso.

–Perdón por llegar a esta hora –dije al recordar que iríamos a comer.

–No pasa nada –dijo tranquila –Lo dejaremos para mañana...

–Claro que si – seguí acariciando su cabello hasta que se quedó dormida nuevamente en mis brazos.

Mí mente se perdió en el momento de hoy donde mí vida peligró por unos minutos en los cuales sentí no saldría viva de ese lugar.

Estaba segura que no pasaría nada, al menos no contra mí, había tratado de no ser vista y al parecer lo había logrado, aunque era consciente de que con esa gente no se jugaba y tenía que cuidarme muy bien.

Sin pensarlo me quedé dormida en el sofá y desperté cuando ya había oscurecido, revisé el teléfono y pasaban de las 7 PM y me levanté al notar que estaba sola en el sofá.

Caminé a la recámara y vi a Natalia en  su computadora escribiendo algo y al verme sonrió, cerró su laptop y camino hasta mí rodeando mí cuello con sus brazos para después besar mis labios de una manera muy lenta.

–Descansaste? –Preguntó

–Algo –dije riendo –sigo teniendo sueño..

–Voy a preparar la cena –dijo de manera burlona y salió del cuarto.

Me dejé caer en mí cama pensando en nada, simplemente veía el techo mí mente se encontraba en blanco.

Mí teléfono me sacó del trance en el que me encontraba y lo revise encontrándome con un mensaje de Elizabeth que rápidamente abrí.

Mensaje:

Sé que no debería estar escribiendo este mensaje pero quiero verte, necesito hablar contigo..

Lo leí mil veces y pasé con frustración mí mano por mí cara al no saber que hacer ante esta situación.

No sabía qué hacer así que solo opté por contestar ese mensaje.

Mensaje:

Estás bien? Necesitas algo?

Lo envié y solo esperé un par de segundos para que la respuesta de Elizabeth llegara.

Mensaje:

Todo bien... solo quiero platicar contigo

Leí el mensaje y bloqueé el teléfono pensando en que respuesta darle, no creía que fuera buena idea, quería platicar con ella pero a la vez me daba demasiado miedo que me hiciera dudar más de la relación que tenía con Natalia porque había comprobado esta tarde que seguía provocando algo en mí y era sumamente peligroso verla y comprobar que era cierto.

La curiosidad me ganó y solo pude responder con un simple y claro mensaje.

Mensaje:

Voy para tu casa.