Inesperadamente tu 12

Nuevos socios

Sus ojos se encontraban fijos en mis labios y su respiración era muy acelerada, quería besarla, moría por probar aquellos labios que tanto deseaba pero no podía dar ese paso yo.

Tomé su rostro entre mis manos e hice que me mirara fijamente y en sus ojos había algo que me decía que me quería como yo a ella, pero pude percibir el miedo y claro la entendía perfectamente el miedo siempre era el peor enemigo de todos.

–Que pasa? –dije acariciando su mejilla y ella cerro los ojos ante mi contacto y suspiró.

–Erika –se abrazó a mi, buscó mis brazos de una manera desesperada y yo le correspondí –para mi eres una de las personas mas maravillosas del mundo y créeme que la persona que esté contigo se sacará la lotería.

Reí sabiendo que si ella sintiera algo por mi por mas fuerte que sea jamás lo iba a aceptar.

–Claro –dije separándome de ella y caminando a mi habitación.

–Erika –dijo antes de que entrara a mi cuarto, me detuve y solo giré un poco la cabeza. –Te amo.

Sonreí sin decir nada y seguí mi camino a mi cuarto, me encerré para que nadie entrara ya que quería desahogarme sin que nadie me viera y es que ese día habían matado una parte de mi corazón.

A la mañana siguiente desperté con un horrible dolor de cabeza, me levanté directamente a ducharme y arreglarme. Cuando estuve lista salí de mi cuarto y no vi a Natalia por ningún lado.

Tomé una manzana y me fui directo al restaurante, tenía muchos pendientes y mas ahora que abriríamos nuestro segundo restaurante.

Al llegar me sentía con mas ánimo y es que solo de recordar lo bien que nos iba hacía que todo se me olvidara, este era mi sueño y se estaba cumpliendo.

Entré dando los buenos días a los cocineros y me fui directamente a la oficina donde estaban todos platicando animadamente, saludé a todos y me senté en mi computadora.

–Que tal la noche Erika? –Preguntó Laura

–Mm no me quejo –reí sabiendo que había llorado hasta quedarme dormida.

–Erika, desde que no está tu hermano trabajando con nosotros nos hemos visto con demasiado trabajo –dijo carlos –Tengo a alguien perfecta para ese puesto, puedo llamarla y la conoces así decides..

Lo pensé por un momento pero al final accedí, a fin de cuentas tarde o temprano contrataríamos a alguien mas.

–Claro dile que venga esta misma tarde. –sonreí y fijé la vista en mi computadora.

Ellos siguieron platicando sobre aquella chica que vendría horas mas tarde. Yo me concentré en mis pendientes que tenía pero no duró mucho la concentración ya que mi teléfono sonó repentinamente haciéndome saltar del susto.

–Diga? –contesté un poco de malas.

–Erika, soy yo Blanca –su voz sonaba tan dulce como siempre y sonreí de inmediato.

–Blanca! Que pasa? Cómo estás? –dije de mejor humor.

–Bien tenía ganas de hablar contigo –dijo tímidamente. –y también quería saber si nos podíamos ver hoy..

–En la noche te parece bien? –dije feliz.

–Me parece perfecto, llego a tu casa a las 8 –dijo colgando sin dejar que yo respondiera algo.

Tenía una sonrisa muy tonta en la cara, pero al darme cuenta que no estaba sola en el lugar se me borró. Miré a mis amigos que no me quitaban la vista de encima.

–Que pasa? –dije nerviosa –porque me miran así?

–Nos perdimos de algo? –dijo Laura..

–Porqué ayer no vimos a Zoé en la fiesta? –Preguntó Jorge.

Mi humor cambió repentinamente y sentí como la sangre me empezó a hervir.

–Es una larga historia chicos ya después se las contaremos –Dijo Natalia sabiendo que eso me afectaba de sobre manera.

Yo solo regresé mi mirada a la computadora tratando de evitar mis lágrimas pero la presión de mi pecho era mucha y las lágrimas no querían detenerse.

–Llora eso te hace bien –Dijo Natalia.

La miré y me di cuenta que solo estábamos ella y yo.

–Ya no quiero –dije limpiando con coraje mis lágrimas –pero es tan horrible esta sensación, me quema por dentro..

–Te entiendo Erika, te entiendo amiga –Dijo abrazándome y acariciando lentamente mi cabello.

Las horas pasaron y mi mente no se podía concentrar, mi mente solo le daba vueltas a la escena tan desagradable que había visto ayer. La rabia me invadía y simplemente no podía concentrarme en nada.

Mientras revisaba mi teléfono tocaron la puerta y entró Carlos junto a una mujer muy guapa.

Inmediatamente me puse de pie y saludé.

–Buenas tardes – le sonreí –soy Erika y usted es?

–Soy Elizabeth –dijo con una cálida sonrisa.

–Mucho gusto señora Elizabeth –tomé su mano en forma de saludo – siéntese –dije

–Yo las dejo –carlos salió del lugar dejándonos solas.

–Dime Elizabeth –sonrió –porque si me hablas de usted me haces sentir mas vieja de lo que estoy –bromeó y reí.

–Muy bien Elizabeth, me dijo carlos que usted nos podría ayudar –dije viéndola fijamente y es que algo en ella me atraía enormemente, le calculaba alrededor de 40 años pero era sumamente preciosa y muy provocativa.

–Así es Erika –dijo muy educadamente – la verdad es que quiero asociarme con ustedes y claro ayudar con la administración del lugar –dijo muy segura.

–Quien le ha dicho que estamos buscando a un socio o a un inversionista? –dije curiosa.

–Bueno.. no lo se –sonrió al ver mi cara –recién regresé de Estados Unidos y tengo mucho dinero que puedo invertir en el próximo restaurante – miró sus uñas –Será un éxito.

Mi mirada estaba fija en la de ella y claramente se veía que era una mujer muy inteligente e interesante, sus ojos se veían llenos de curiosidad y ambición.

Pero me inspiraba demasiada confianza, era inexplicable pero así era, no tenía idea de quien era esta mujer pero lo que si sabía era que seríamos muy buenas amigas.

–Estas dando por hecho que voy a aceptar lo que me dices Elizabeth –dije con una sonrisa.

–Lo que se es que quieres ver crecer tus negocios y yo soy esa persona que te puede ayudar pero para eso primero necesito tu ayuda.

–Soy toda oídos Elizabeth –dije completamente intrigada.

–Mira Erika yo te puedo ayudar a poner tu restaurante no solo aquí en México –dijo viéndome a los ojos –En estados unidos dejé a mis mejores amigos los cuales pueden ayudarnos a colocar tu restaurante como el mejor de todos tanto como en México y en estados unidos.

–Que ganarías tu Elizabeth? –pregunté aun mas intrigada –que es lo que quieres.

–Tengo un pasado y quiero recuperarlo –dijo con tristeza –me alejé y todos sufrieron por mi culpa ahora ha llegado el tiempo de regresar y enfrentar las consecuencias de todos estos años.

–Y como te puedo ayudar yo? –dije Asombrada –como te conoce Carlos?

–Bueno Carlos solo es una ficha mas de esto, lo conocí hace un mes cuando regresé de Estados Unidos, quería acercarme a ti se quien es tu madre y se que es alguien muy importante en México.

–Bueno si.. Pero que necesitas de mi? –dije estresada

–Necesito de el mejor abogado de México, este será un caso muy grande el cual me gustaría estar asesorada por el mejor.

–Hay algo que no entiendo Elizabeth –dije viéndola fijamente –tienes el dinero para invertir y tienes contactos en estados unidos pero no puedes conseguir un abogado aquí??

–Erika prometo que te lo explicare –dijo triste –pero necesito de tu ayuda, quiero invertir para   cuando regrese a mi vida no regresar sin nada y darles a mis hijos lo que se merecen y recompensar mi ausencia por tantos años.

–No se, no se y si todo esto es mentira? –dije viéndola –como puedo confiar en ti?

–Me arriesgo mucho viajando a estados unidos de nuevo pero vamos te mostraré algunos lugares que te encantaran

–Viajar a estados Unidos? –pregunté alarmada –a que? O para que?

–Son solo negocios Erika, lleva a todos tus amigos y deciden si desean aceptarme o no.

–Aceptamos – dijeron mis amigos entrando sin permiso –queremos ir a ese viaje.

Cubrí mi rostro con frustración, pensaba que podía ser mala idea pero lo intentaría.

–Iremos –dije seria –pero en el transcurso del viaje quiero mas detalles del negocio.

–Claro que si –dijo con una amplia sonrisa. –Nos iremos esta misma noche chicos, así que arreglen sus cosas por que Los Ángeles nos esperan.

Se puso de pie y salió de la oficina y yo mire a mis amigos completamente molesta.

–Que chingados les pasa? –dije muy molesta –como pueden aceptar eso si ni siquiera la conocen

–Es una persona de fiar –Dijo Carlos –conozco todo su pasado y de verdad necesita ayuda con esto –habló serio –y la vamos a ayudar Erika

Suspire y me dejé caer en mi silla

–Bien, vayan y arregles sus cosas para el viaje.

Mis amigos festejaron y salieron a sus casas y yo me fui directo a la mía, hable con la persona que se quedaría de encargada y salí Rumbo a mi departamento.

Una vez que llegue preparé mi pasaporte y mi maleta con algunos cambios de ropa me senté en el sillón de mi casa pensando en todo lo que estaba pasando.

–Necesitamos este viaje –dijeron masajeando mis hombros  –y realmente necesitas este masaje –hizo mas presión en mis hombros lo que me provocó un gran suspiro –Estas muy tensa Erika y por eso en este viaje nos divertiremos mucho.

–Natalia detente –dije al sentir como sus manos pasaban por un lugar mas peligroso.

–Relájate Erika no pasa nada.

Me puse de pie y la tomé los brazos y la acerqué a mi y me miraba con una sonrisa

–Que poco aguantas Erika –Beso mi mejilla muy cerca de los labios y se fue a su recamara.

En ese momento sonó mi teléfono y respondí al ver que se trataba de un numero desconocido.

Llamada:

–Erika soy Elizabeth, Carlos me dio tu número espero que no te moleste –dijo algo preocupada

–No, no te preocupes todo bien –dije tranquila –Que pasa?

–Nuestro vuelo sale a las 9, los espero en un rato en el aeropuerto.

–Claro.

Colgamos la llamada y mire a Natalia que me veía fijamente.

–Prepárate que el vuelo es a las 9

Sonrió y entro a su recamara y yo fui a la mia, saque mi maleta y la puse en la sala, me puse a revisar la casa y cuando terminé sonó el timbre y fui a abrir.

–Hola, lamento haber llegado mas temprano –dijo Blanca dándome un beso en la mejilla.

–Oh Blanca disculpa, lo había olvidado –dije apenada

–Que pasa? –preguntó.

En ese momento salió Natalia de su habitación con la maleta y sin percatarse de la presencia de blanca habló.

–Ya es hora de irnos! –grito –Los ángeles nos esperan

Blanca me miro algo triste y se despidió.

–Nos vemos Erika, que tengas buen viaje..

Se fue dejándome con la palabra en la boca, y yo me sentí un poco mal por no haber recordado la cita que teníamos.

–Pobre chica –dijo burlándose –está que se muere por ti

Se dio la vuelta y salió de la casa rumbo a mi coche, aún apenada tomé mi maleta e igual la subí al coche para emprender camino hasta el aeropuerto.

Una vez que llegamos todos se encontraban ahí ya que Carlos se había encargado de llamarlos. Esperamos unos minutos mas y llegó Elizabeth y nos indicó un camino diferente al normal.

Llegamos a una especie de bodega donde había dos tipos que al verla se lanzaron a ella abrazándola, después nos fue presentado a los tipos que eran sus mejores amigos de estados unidos.

–Chicos ellos son Alberto y Louis y son los encargados de este vuelo.

–Como se supone que viajaremos –dije asustada –y los pasaportes y los papeleos!!

–No te preocupes –dijo Louis –Todo está arreglado.

Con dudas subimos a la avioneta y nos acomodamos un poco incómodos pero a Elizabeth parecía no incomodarles nada en absoluto.

Natalia me miraba con una sonrisa y yo le correspondí, tratando de relajarme.

– Relájate Eri nunca hemos hecho esto –dijo Natalia – disfruta de esto es emocionante.

–Esto es muy loco –dije bajito –creo que esto no es buena idea –dije asustada.

–Tranquila Erika –Dijo Alberto –Nada esto es ilegal ni nada malo –sonrió –pertenecer a la Dea tiene sus ventajas

Saber que eran policías me tranquilizaba un poco pero me intrigaba muchísimo el hecho de que ella no les pidiera ayuda a ellos para arreglar sus asuntos, de todos modos después lo sabría.

Aterrizamos y nos fuimos directos a un hotel donde nos asignaron algunas habitaciones.

–Me puedo quedar contigo –preguntó Natalia

–Claro –dije fingiendo una sonrisa, deseaba que esa habitación tuviera dos camas pero al entrar noté como solo había una sola cama pero con suficiente espacio para las dos.

Me cambié de ropa y me preparaba para dormir ya que era la 1 am, mientras buscaba en mi maleta tocaron levemente la puerta, abrí la puerta y se encontraba Elizabeth con una gran sonrisa.

–Todo bien? – dijo viéndome de arriba a abajo  –Espero que sea de tu agrado la habitación –dijo sonriendo.

–Claro está muy bonita me encanta –dije sinceramente.

–Mañana nos vemos en la puerta del hotel a las 10 am, por ahora hay que descansar mañana será un día divertido..

–Bien.

Se despidió y desapareció por el pasillo.

–Esa tipa es un poco rara –Dijo Natalia –abriendo el mini bar y tomando una botella de whiskey. –Ohh vaya.

–Yo dormiré, creo que mañana será un día largo –dije tirándome en la cama.

–Que aburrida eres Erika –habló fastidiada

–Perdón Natalia simplemente no tengo ganas.

–Bien.

Me puse boca bajo en la cama y me acomodé para dormir pero de un momento a otro sentí un peso sobre mi y unas manos sobre mi espalda, quise darme la vuelta pero me lo impidieron.

–Lo necesitas Erika déjame hacerlo.

Sus manos masajeaba mi espalda lentamente, era muy relajante pero a la vez muy excitante, sentirla sobre mi hacía que me calentara.

–Ya es suficiente Natalia –dije seria.

–Porque no dejas que te toque o te haga masaje –dijo triste –Esto es común entre amigas.

–Si, pero yo no quiero es... es incómodo.

–porque incómodo? –dijo poniendo su mano en mi glúteo haciéndome dar un salto de sorpresa.

–Natalia tu sabes bien a que me refiero –dije mucho mas seria –Si juegas con fuego te vas a quemar y estoy segura que eso no lo quieres.

–Quien dijo que no – me dió una palmada y yo reaccioné reincorporándome y poniéndola debajo de mi.

Sostuve sus manos al lado de su cabeza y me acerqué peligrosamente a su boca.

–Segura? Que quieres esto? –pase mi nariz acariciando su cuello y sentí que se erizó su piel.

Por sus reacciones podía sentir que se moría de ganas pero no quería estar con alguien que solo quería experimentar y luego olvidarse de lo pasado.

Reí al sentir como temblaba y me separé de ella dejándome caer en mi lugar.

–No aguantas nada Natalia –me giré y traté de dormir para bajar la calentura de ese momento.

Nadie dijo nada en el resto de la noche. Me sentí muy mal por haber reaccionado de esa manera pero simplemente estaba acabando con mi paciencia y sin se agotaba sería otra historia diferente.

A la mañana siguiente me levanté mucho antes que Natalia y me duché rápidamente para poder cambiarme mientras ella se encontraba dormida aún.

Cuando terminé ella despertó gracias a mi teléfono que sonó en ese momento.

Llamada:

–Diga? –contesté mi teléfono

–Erika buenos días –dijeron a travez del teléfono –los veo en la entrada del hotel en una hora.

–Si, Claro Elizabeth nos vemos ahí.

Colgamos la llamada y Natalia ya se había metido a la ducha, ni siquiera me miraba simplemente se hizo la enojada.

Después de una hora ya nos encontrábamos en la entrada del hotel esperando a Elizabeth quien llegó nuevamente acompañada de sus dos amigos.

Manejamos hasta un muelle donde había demasiados barcos pero solo uno nos llamó la atención, era un yate pequeño pero Perfecto a mi vista. Todos estaban completamente asombrados y me sentí feliz de ver que mis amigos lo estaban disfrutando.

Una vez estuvimos arriba del yate nos ofrecieron cerveza y comida y mis amigos se pusieron a disfrutar y yo no me opuse ya que quería confiar en Elizabeth, después de todo no se veía mala persona.

La mayor parte de la mañana y la tarde la pasamos platicando sobre negocios, sobre cómo sería la apertura del nuevo restaurante en Los Ángeles, y por obvias razones la oferta sonaba demasiado tentadora y si la desaprovechaba sería una idiota.

Sin pensar me había aislado del resto de los demás y me puse a observar el mar bajo de nosotros perdida en mis pensamientos, no tenia idea porque después de lo que me había hecho Zoé, aún seguía pensando en ella.

Le di un trago a la cerveza y negué al darme cuenta mis pensamientos y me sobresalté al escuchar una voz a mi lado.

–Quien te tiene así? –Preguntó Elizabeth.

–Tema complicado, prefiero no hablarlo –Dije observando a mis amigos que platicaban animados entre ellos sin ponernos atención.

–Entiendo –sonrió levemente. –Se que tienes mucha curiosidad de saber que es lo qué pasó conmigo y el porque necesito tanto tu ayuda...

–No me queda claro porque? –dije viéndola fijamente. –tienes contactos influencia en la policía de Estados Unidos porque no usarla?

–No es tan fácil créeme –suspiró –Ellos han querido ayudarme pero no puedo aceptar su ayuda, ellos saben una parte de la historia pero no tienen idea que lo demás es muy peligroso.

–Entonces me estás involucrando en algo peligroso? –dije asustada.

–No! –dijo rápidamente –Tendría que explicarte muchas cosas pero por ahora lo que te puedo contar es que hace años sufrí un accidente donde me declararon muerta –dijo triste –aparecí en un lugar donde no conocía a nadie y mucho menos recordaba nada.

Observaba atenta todo lo que me decía ya que todo su misterio me tenía intrigada.

–Salí del hospital sin documentos sin nada, empecé a trabajar y a buscar como salir adelante. Pero algo no me dejaba estar en paz hasta que mis recuerdos empezaron a llegar a mi mente y solo recordé el porque de mi accidente.. –guardó silencio –una mujer, la mujer que fue mi perdición, era mi mejor amiga y yo estaba casada con un hombre maravilloso pero claro tenía que enamorarme de ella.

Se limpió una lágrima

–Si no quieres hablarlo conmigo lo entenderé –dije poniendo mi mano en su hombro.

–Quiero hacerlo.. –dijo seria y yo asentí –cuando la recordé el miedo me invadió por no era una buena persona y con el poco dinero huí del país, busqué la forma de venir a Estados Unidos, compré papeles falsos y con eso empecé mi vida aquí, con nada pero lo intenté –Suspiró y miró el mar –Tiempo después por cuestiones del destino conocí a Louis y me ayudo– sonrió ampliamente – Me invitó a vivir en su casa sin siquiera conocerme, ahí fue cuando conocí a Alberto su esposo.

Me sorprendió porque no tenía idea que ellos dos fueran algo mas.

–Me ayudaron y claro tenía miedo que al contarles sobre mi situación ellos fueran a delatarme porque pues sean lo que sean son policías y claro que tienen que hacer su trabajo. –Suspiró – cuando se lo conte ellos solo rieron y me dijeron que ya lo sabían pero que respetaban mi silencio. Y fue ahí cuando empecé una vida desde cero con su ayuda. –me miró. –todo iba bien y no quería esforzarme a recordar nada por miedo a que fuesen cosas mala pero después de un año una noche todos los recuerdos llegaron de golpe en forma de sueño.. y como te podrás imaginar me volví loca al saber que había abandonado a mis hijos, no imaginas la culpa que sentí.

Mi sorpresa era demasiada pero entendía perfectamente que no era su culpa.

–Pero tu no tenías culpa, no recordabas –dije tratando de animarla.

–Si, porque mi perdida de memoria podría decirse que fue selectiva, solo por un mal recuerdo me aferré a no recordar mas, pero un año había pasado, investigué sobre ellos y noté que estaban bien y con su padre no les faltaba nada, no quería regresar y desestabilizar su vida.

–Pero tu no regresaste porque aún no eras capaz de aceptar que te habías enamorado de una chica y que era tu mejor amiga –dije

–Si, en gran parte tienes razón –dijo tomando de su cerveza – el miedo fue el culpable, pero cuando quise reaparecer mis amigos me dijeron que no era posible ya que para eso tenía que llevar un caso donde si no estaba bien asesorada podía ir a la carcel. –trabajé muy duro para tener lo que tengo y a pesar de no pertenecer aquí, mírame lo logré!

–Y ahora quieres regresar con tus hijos? –dije entendiendo todo.

–Si, les perdí el rastro hace algunos años, algo raro pasó y no he podido saber de ellos. –dijo triste –Quiero ver que estén bien y darles todo lo que tengo. –Dijo sonriendo –No es mucho pero se que si tu y yo hacemos negocios podemos llegar lejos..

–Considéralo un trato Elizabeth –dije sonriendo –Y te ayudaré a contactar al mejor abogado, mi madre es la indicada, ella nos dirá con quien tenemos que ir.