Inesperadamente inesperado

¿Te imaginas que en los vestuarios te quedas con ese chico que tanta gente desea? El numero 10 y sus paredes fueron testigos de un gran secreto.

Los vestuarios masculinos del instituto se fueron vaciando, aunque dentro quedaban dos chicos de la clase de segundo de bachillerato, Roberto, un chico gay inexperto pero con una experiencia intensa, este era alto media mas de 1.80, tenia unas facciones alargadas y muy atractivas, era un chaval muy guapo, aunque su torso estaba poco definido de todos modos estaba delgado y sus pectorales estaban trabajados, tenia el pelo corto y de un rubio platino, sus ojos eran grandes y azules. Por otra parte estaba Mario, el típico chico hetero que llevaba detrás a todas las chicas babeando por el, era también muy alto, sus facciones ya desarrolladas poseían gran magnetismo, sus ojos de color miel era inooptizantes penetraban con tan solo una mirada de dos segundos, su pelo negro intenso y sus vello facial le hacían un chico espectacular, ademas poseía un cuerpo trabajado y muy atlético ya que jugaba en equipo de fútbol de tercera división de su ciudad, un chico perfecto, un autentico caramelito irresistible.

Roberto se estaba acabando de duchar tras la clase de educación física que tan poco le gustaba, Mario acaba de entrar a la ducha, este miraba de otra forma al chico gay, la relación entre estos dos chavales nunca se había extendido a mas de tres palabras y la mirada de Mario hacia Roberto era más bien repulsiva, esta vez era diferente. El chico hetero acabo antes a pesar de haber entrado después a la ducha, tras esto se dirigió atrás de Roberto y sin más le toco un glúteo, Mario estaba comiéndose un chicle de menta y entonces masticándolo se acerco a Roberto susurrándole ' Quiero pasearme por tu cuerpo, probar tus labios, vaciar mi leche sobre ti. Me han dicho que te follan de miedo '. Roberto no podía creer lo que acababa de escuchar no sabía si todo aquello era real, este después comprobó su veracidad cuando de repente Mario froto su miembro medio erecto por los carrillos del chico perplejo, le beso en el cuello y le susurro nuevamente otra frase ' Se que sabes donde vivo porque te he visto seguirme muchas veces, así que a las seis de la tarde quiero que muevas tu culito hasta mi timbre y llames, estaré solo y caliente ', tras estas palabras Mario salio de la ducha, se seco y vistió, salio del vestuario mientras Roberto alucinando aún estaba extrañado debajo de la ducha sin hacer ningún movimiento.

Roberto salio de clase a las cinco de la tarde se dirigió a su casa y se fue directamente al baño, se sentó sobre la taza del váter y pensó breve mente en que hacer, era extraño aunque le daba bastante morbo saber lo que pasaría entre ellos dos, sin más se ducho nuevamente, se vistió con unos vaqueros claros unas zapatillas rojas y una camiseta corta que marcaba sus pectorales, se puso un poco de colonia y desodorante, el mismo pensó ' al lió '. Salio de de casa sin decirle nada a su madre. La casa de Mario no estaba muy lejos de allí, así que tardo a penas 10 min. en llegar a su patio, no sabia si tocar al timbre o no, tras dos vueltas sobre si mismo, pulso el numero 10 donde vivía ese chico tan irresistible y popular del instituto, una voz tenue con música de fondo le dijo ' Sube conmigo '.

Tras estar en el rellano se abrió la puerta numero 10, detrás de ella se encontraba Mario vistido con una camiseta de tirantes a rayas que dejaba ver bien sus pectorales y sus brazos de gimnasio, abajo llevaba un bañador corto que marcaba lo que ya había visto anteriormente en el vestuario tras las clases de educación física. Mario le cogió la mano y lo impulso hacia dentro de su domicilio, le dijo con nerviosismo unas palabras explicativas sobre lo que paso en el vestuario esa misma mañana ' Se que esto ha sido muy precipitado pero tengo ganas de saber lo que es esto y tiene que ser contigo ya que se que me vas a hacer gozar un buen rato, esto será nuestro gran secreto y si va bien veremos que es lo que pasa ' Roberto con cara de entusiasmo mirando al miebro viril de su compañerp le respondió ' Tranquilo nuestro gran secreto estara siempre conmigo '.

Mario no fue descortés y le ofreció un refresco a Roberto este menos nervioso que el chico hetero, afirmo con la cabeza y le pidió que se sentaran los dos en el comedor. Mario no sabía que hacer si sentarse, reír, o empezar con los preliminares. Roberto tomando la iniciativa dijo ' Aquí vamos a marcar mi ritmo '.

Entonces salio a la acción ese Mario que poca gente conocía, unas pocas chicas habían probado sus besos, Roberto ya tenia la suerte haberle rozado los suyos, el primer intento no salio bien ya que el chico hetero no sabía muy bien lo que estaba haciendo pero el segundo ya fue más fluido. Roberto inicio su táctica metió la mano en su torso y lo empezó acariciar, empujo a Mario y lo tumbó en el sofá del salón de estar. El chico gay le quito la camiseta y tras eso el también, por un momento también pensó en rajarse e irse a su casa despavorido pero la situación le podía. Mario empezó a coger confianza y a empezar a conocer el cuerpo masculino, le resultaba muy morbosa esta práctica por eso su miembro comenzó a sobresalir del bañador, Roberto lo noto y empezo a acariciar este pene mediano que parecía muy juguetón, beso otra vez esos labios que le gustaban tanto, comenzó a bajar por su torso, quería cada vez más, Mario jadeaba como si eso ya le empezara a gustar demasiado, cada paso que daba Roberto era más excitante para el chico hetero. Roberto comenzó a besar y morder los pezones de su compañero, bajo hasta su abdomen y paso su lengua por todos sus abdominales muy marcados, llego el momento de bajar hasta la espada del chico hetero, esta ya estaba durisima, la toco y Mario excitado jadeo ' Comete la ya '...

CONTINUARA...