Indefenso

Una visión de las percepciones de un sumiso ante la preparación para ser poseido

Se me hace difícil explicar las sensaciones, no es tanto el tacto, como el oído, la excitación de saberme poseído por esta mujer, de estar a su merced, vulnerable, desprotegido.

Sentir su tono de voz me hace caer de rodillas, pero empezaré por el principio...

Desde que tengo recuerdo, me ha excitado la sensación de estar atado, recuerdo atarme los genitales a las piernas simplemente con el cinturón de un albornoz, y jugar...

imaginarme torturado o preso, a merced de mi captora. Pero era una fantasía sin más algo imposible de realizar...

Un día ella llegó, no entraré en detalles, pero me cautivó, su naturalidad, su comprensión,... caí a sus pies, como si mi alma la hubiera estado buscando desde hacía tanto tiempo...

Dubitativo, llegué al punto de encuentro, aquella sería la primera vez... nervioso como un colegial en un examen, deseoso de complacer, de abrir la puerta,... me sudaban las palmas de las manos...¿estaría a la altura?...

Subir las escaleras, el timbre,... las instrucciones, sencillas pero a la vez marcando los tempos y haciéndome concentrarme ante lo que tenía delante.

Recuerdo el sonido de sus tacones al ir a abrir la puerta, paso firme y sereno, entrar a la claridad, el aroma de su perfume, mi vergüenza, mi mirada baja,...

Me acompañó a una sala, ella iba detrás, indicándome el camino, como observándome los movimientos.

Entabla la conversación, empieza a preguntarme, me siento ridículo ante sus preguntas, las hace con tono profesional y a la vez cariñoso, como apenada por mi condición... por fin me voy relajando, consigo levantar mi mirada y ver su esplendor... su mirada me turba... últimas instrucciones, unas palabras de emergencia, y regresa a mí la sensación la excitación de no saber qué será lo siguiente, de no saber dónde me llevan, de confiar sin reparo...

Voy a la ducha, me aseo, en el espejo me busco, ¿realmente estaré a la altura?... salgo de la ducha, creo que lo he hecho como ella pidió, desnudo en el suelo de terrazo, pies descalzos, piernas abiertas y manos en la nuca...

Oigo sus pasos a mi espalda,... le agradará la visión, le agradarán mis ganas de complacer... cierro los ojos... me rodea escrutándome de arriba abajo... no consigo ocultar mi excitación que ahora es pública y evidente...

En sus manos una ligera fusta...me acaricia con ella... ya no hay palabras... me indica con unos toques que quiere que abra más las piernas... acaricia el interior de mis muslos... gira sobre mí, comprobando mis reacciones... noto como se sonríe... “eres tan simple”...

Ahora la veo desde abajo, parece una diosa... al alejarse de mí siento un escalofrío, el frío, quizás, pero no quiero que se vaya... vuelve...

Desaparece, veo como vuelve con un sobre en las manos...

Verás... tu preparación es claramente insuficiente, así que vas a hacer lo siguiente...

Vístete, y vete con este sobre a la dirección que te indico, entrégaselo a la persona que te atiende y sigue sus instrucciones... cuando acabe vuelve...

Confuso me visto, y salgo del lugar, me frustra no estar con ella, pero no puedo hacer otra cosa que obedecer...

Llego al lugar indicado, es un pequeño local de belleza, entrego el sobre a la mujer del mostrador, ella sonríe, lo abre y me mira, me indica que la acompañe...

Desnúdate, me ordena...¿Cómo?... ¿no te han explicado nada?, no... casi mejor...

Mientras vuelvo a quitarme la ropa pienso en qué espera de mí, ... me manda tumbarme en una camilla...

Huelo un olor nuevo para mí... siento decirte que esto te va a doler un poco... ¿Cómo?

Te voy a depilar... no te preocupes, solo te dolerá un poco... seguro que estás acostumbrado a más...

Me rasura primero con una maquina, mi excitación es evidente... Uhm dice la esteticien... reaccionas rápido...

Me avergüenzo, pero pronto siento la cera caliente... tras el primer susto, pienso que no es para tanto, la mujer trabaja rápido y bien... pero cuando llegan los tirones, la cosa cambia de verdad...nunca había sentido ese dolor... mi excitación cae, pero pronto se recupera con un suave masaje de aceite...

Hemos acabado rápido, hubiera deseado que la muchacha fuera más allá... pero ahora tengo que volver... mi diosa está esperando...

Al llegar me manda desnudarme, vuelve la inspección... ¿Te lo has pasado bien? Me pregunta... como sabiendo todo lo que había pasado... completamente turbado bajo mi mirada al suelo, a sus pies...

Al darse cuenta, me obliga a besar sus zapatos, de altísimo tacón... no te lances me interrumpe... es necesario hacer algo más antes de seguir...

Me indica que la siga, me lleva a otra sala, me pone unas muñequeras y me ata a una polea del techo... estoy muy estirado... me fuerza hasta dejarme de puntillas...

Me separa las piernas con una barra... estoy bastante incómodo... indefenso, esperando que va a ser lo siguiente...

Unos fustazos muy suaves, hacen que baile de un lado a otro sin ninguna gracia y empiezo a quejarme... ¿qué te pasa...?¿Eres un blandito?... me callo o hago por hacerlo...

Su imagen fustigándome me excita sobremanera...

Coge un fino cordel, y lo ata alrededor de mis genitales con una habilidad increíble, lo enrrolla y así separa mis testículos de mi cuerpo, mi erección es evidente e incluso un poco dolorosa...

Lo siento cariño, pero ahora te taparé la boca, vamos a ir avanzando y es posible que quieras gritar,... no debo dejarte...

Ahí estoy, colgado, atado, indefenso...