Increible primera vez
En un viaje de trabajo, descubro un lado desconocido en mi.
INCREIBLE PRIMERA VEZ
En un viaje a otra provincia, descubro un lado desconocido
Esto ocurrió hace dos días, tenía mis dudas sobre contarlo o no, pero al final me decidí, es algo que nunca había pasado por mi cabeza, pero sucedió y es la experiencia más excitante que he tenido. Tengo 32 años, soy casado hace 8, tengo dos hijos preciosos, y hasta donde yo creía todo normal, el caso es que ese día, tuve que hacer un corto viaje a una provincia cercana, con mi trabajo en marketing, debí realizar unas fastidiosas encuestas, regresaba de allí a eso de las cinco de la tarde, estaba nublado, además que el paisaje no era precisamente atractivo, el lugar al que fui era un poco árido.
En el bus de mediana capacidad me senté casi al final, iba solo, eso fue por más de media hora, en un poblado intermedio, el bus paró y subió mucha gente, los pocos lugares que habían vacíos se llenaron en su totalidad, a mi lado se sentó un hombre de campo, llevaba una camisa abierta casi hasta el ombligo, tenía mucho pelo y saludó al sentarse, yo le contesté casi a la fuerza, pretendía seguir dormitando como había venido haciendo hasta entonces.
En un momento de esos siento un calor en mi pierna (Yo llevaba unos pantalones delgados), primero me muevo un poco y sin mirarlo, levanto un poco mi pierna, unos minutos estoy tranquilo, cuando de nuevo siento ese calor en la pierna, no eran sus dedos, sino el costado de la mano, con el vaivén del bus, ese movimiento era perturbador, pero poco a poco me estaba excitando, sentí entonces sus dedos rozar mi pierna, yo ya estaba con el pene totalmente erecto, el no tener reacción de mi parte empezó a acariciarme la pierna ya con descaro. Subía y bajaba su mano a placer, por momentos apretaba y luego acariciaba, yo sentía que el pene me reventaba el pantalón, así estuvimos como unos 20 minutos, no me hablaba y cuando nos mirábamos, solamente me daba una sonrisa y seguía en su afán, subió su mano casi hasta mis testículos y yo al mejor estilo de una dama cerraba mis piernas, pero él con fuerza me las abría, ya el movimiento era descarado, le agarré su mano para detener la acción, pero lo que él hizo fue tomarme la mía y llevarla encima de su pantalón, sobre su también levantado bulto, este contacto me dio idea del tamaño de su pene, y que estaba tan duro como el mío. Luego nos acercamos a otro pueblo intermedio, empezó una charla sin dejar de volver a tocar mis piernas, me dijo que vivía en este segundo pueblo y que si no me interesaría conocer su casa, la lógica y la razón decían que debía mandarlo de paseo, pero estaba realmente excitado, le dije que en otra, el anuncio al chofer que bajaría en la parada, empezó a bajar, al verlo bajar, instintivamente le seguí, no se por qué, pero habiendo partido el bus me di cuenta que estaba a su merced. Me llevó efectivamente a su casa, al entrar a la propiedad había dos señoras que lo saludaron, él vivía solo como luego me contaría, esas eran las señoras que le hacían la limpieza y mantenimiento de la casa, ellas ya se iban, ya pasaban las seis. Pasamos a su sala, una casa cómoda, con buena música, me ofreció un vino que resultaron dos o tres, y en una de esas al colocar mi vaso en la mesa, se me acercó y fuertemente me hizo sentar sobre él, empezó a acariciar mi pene sobre el pantalón, yo sentía como iba creciendo el suyo bajo mis nalgas y se apoderaba de mi una sensación diferente, fuerte, inexplicable. Me volteó y me empezó a besar primero el cuello, luego la boca, al principio yo cerré mi boca, sin embargo él con su lengua abrió mi boca y me dio un tremendo beso, su lengua era grande y parecía estar intentando ingresar a mi garganta, empezó a sobarme el culo, con sus dos mano me apretaba y soltaba, comenzó a quitarse la camisa, me quitó la mía, se paró frente a mí, hizo que me hincara delante de él, abrió su pantalón y sacó tremendo miembro, mucho más grande que el mío, con abundante vello, lo acercó a mi boca, jugueteo con él, al sentirlo en mis labios, primero lo besé con la boca cerrada, pero el olor, mi excitación y el momento hicieron que le empezara a dar una buena mamada, ni en la peor de mis pesadillas había pensado hacer algo así, pero allí estaba, le lamía el pene, le lamía los testículos, quería tragármelos, luego me paré y él se hincó, abrió mi pantalón y me lo quitó, calzoncillos incluidos, yo me quité los zapatos y medias, quedando desnudo, él hizo lo mismo, se hincó nuevamente y me empezó a mamar, se sentía delicioso, tan excitado estaba yo, que con unas cuantas mamadas terminé, quise hacerme a un lado, pero el chupó todo, se tragó todo mi semen, yo ya había terminado, pero él estaba como un toro. Me volteó sobre su cama, estaba yo con mi estómago sobre la cama, el vino y empezó a besarme todo, con su lengua bajaba y subía mi cuerpo, me comenzó a mamar el culo, yo lo sacaba más, lubricaba con su misma saliva y metió primero un dedo, luego dos, yo estaba de nuevo con el pene duro, a tiempo de penetrarme sus dedos, acariciaba mi pene y mis testículos, con su saliva lubricó una vez más su pene y mi culo y entonces me penetró, primero despacio, yo estaba en cuatro patas, apoyé mi cabeza en la cama, sacaba más la cola y él empezó a dar más fuerte, la sensación era formidable, era como masturbarme, pero sin las manos, luego me hizo cabalgarlo, pero de espaldas a él, en ese momento se vino, sentí su calor inundando mi culo y a la vez empecé a tener una eyaculación diferente, pero intensa. Ambos terminamos, nos besamos un poco más, él quería seguir, pero yo debía volver a mi cuidad, nos despedimos, le di mi número, pero le pedí discreción al llamar. Ahora estoy con un tremendo problema, creo ser bisexual, ya que al dormir con mi mujer me excité de nuevo, pero al tener relaciones recordé alguna de las escenas vividas y me sentí mal. Espero que llame alguna vez, aunque lo mejor será olvidar lo sucedido.