Incredulidad

Bueno, relato corto para leer con mucha atención y las manitos quietas... (hasta terminar de leérlo), acepto las críticas... las constructivas y las "otras".

Incredulidad

Mi amigo y yo tenemos trece años y nos conocemos desde jardín, siempre fuimos muy buenos amigos y nos contamos todo, yo vivía en su casa y él vivía en la mia, fuimos a la colonia juntos y ahora, a punto de finalizar nuestro primer año de secundaria, inseparables.

Un día estábamos en la vereda de su casa cuando me dijo que quería contarme algo, pero que no se animaba, que si lo hacía no debía contarselo a nadie… Me lo hizo prometer por mi vieja. Un misterio

Nos fuimos para dentro de su casa, en donde en la parte de atrás se encuentra una especie de taller que antaño había sido de su abuelo y que ahora además de trastos viejos y herramientas herrumbradas, servía para contener todos los motores y filtros de la pileta de natación que estaba frente a él, en el patio. Desde que su abuelo no estaba ya más con nosotros, el taller era nuestra guarida, en lugares estratégicos teníamos todo lo necesario para gozar de todas nuestras fantasías, que en un tiempo eran de aventuras, pero que últimamente eran netas fantasías sexuales… Por supuesto me refiero a revistas porno y fotos.

Pensé que se trataba de una revista nueva o algo asi, pero las pocas palabras que me dijo me dejaron helado. Sus palabras textuales fueron: "…le estoy tocando el culo a mi mamá y ella nunca medice nada…", yo no sabia que contestarle y me quedé en silencio… Claudio me preguntó si me gustaba su mamá, yo no sabía que decir, pero me armé de valor y le dije que era linda y que tenía un cuerpazo… Que estaba bárbara !! Sonrió y me respondió que cuando ívamos a hacer los deberes a su casa él me observaba cuando yo le miraba el culo, y realmente me tranquilizó al decirme, que a él no le molestaba que a mí me guste, que le mirara las tetas y el culo todo lo que quisiera… Desde allí la premisa era hacerce pajas evocando y pensando en la figura de Alicia, su madre, y asi formamos, el exiguo club de admiradores de ella.

La madre de Claudio tiene 39 años es de mediana estatura ( 1,60 ), rubia de piel bien blanca, de contextura menuda y si bien sus tetas no son grandes son altaneramente respingadas y con pezones que siempre se le notan por más que se ponga cualquier cosa… , Ahhh !! y un culito bien, bien rellenito.

En cuanto a nuestras vidas a partir de la "confesión" transcurriría con la promisoria venida de las vacaciones y con nuestras maratones de pajas espiando a Alicia cuando realizaba los quehaceres en ropa ligera, especialmente cuando colgaba la ropa en la soga estirándose y permitiéndonos ver curvas fabulosas, enfundada en un escueto y corto vestidito floreado, descalza… Ahhhhggggg !! Con Claudio nos imaginamos tantísimas situaciones sexuales con ella, mientras nos masturbábamos. Qué placer !!

Pero más temprano que tarde no dimos cuenta que ya no nos colmaban esas maratones, que ya no nos satisfacían, que nos quedábamos con ganas de más… , después de la primera acabada, nos quedábamos pajeándonos eternamente imaginando las situaciones, ya no volvíamos a tener orgasmos, aunque seguíamos con los miembros duros como piedra. Por supuesto, que yo mismo a nada podía aspirar, pero mi amigo Claudio, su hijo, sí

Otro día, en la soledad de nuestra guarida y después de verla agachada sacando hojas de la pileta, me confiesa : "… le toco el culo y la concha también… y no me reta, no dice nada, me deja todo lo que yo quiera…" , a partir de allí yo entré más en confianza y empezamos a hablar del tema con menos fantasía y con más seriedad, esto ya no parecía un delirio pajero

Claudio me contó que le empezó a gustar desde los 12 cuando la veía en bombacha y corpiño o en malla y que la espiaba por la cerradura del baño cuando se bañaba, además, de que ella era la ensoñiación en sus pajas.

También me dijo, que le daba piquitos en la boca desde chiquito, pero que ahora, él buscaba cualquier excusa u oportunidad para hacerlo y aprovechaba para acariciarla en el culo o en las tetas… De esta última combinación solo hacía poco, unos meses nomás y después de ocurrido un hecho puntual que se rehusaba a contarme aún… , yo le dije que era un mentiroso que me estaba cargando y que no le creía nada, que todo lo que contaba estaba bueno para hacerce pajas y fantasear, pero que aunque le tocara el culo por encima de la ropa, sería porque ella no se daba cuenta.

Entonces, Claudio se asinseró, y me contó que las primeras veces, si bien no lo reprendió explícitamente, Alicia se quedó mirándolo haciéndole el ademán de que estaba loco, pero con una oculta sonrisa que la traicionaba, Claudio le dijo que ella era su amor, que iva a ser su novia toda la vida, y entre risas y bromas la cosa siguió adelante. Entonces, siempre desde el silencio y sin abusar de las oportunidades, él siguió con el jueguito hasta la noche del sofá… Claudio me siguió contando como la tocaba…, y justamente no de manera inocente !!

La noche del sofá. Todo empezó cuando se quedaban los dos hasta tarde, en la noche, mirándo la tele en el gran sillón del living, lo que principió como dulces caricias y arrumacos por parte de Claudio, poco a poco se transformaron en francos toquetéos y sobadas a las partes sexuales de su madre. Alicia, vaya a saber por qué, no lo reprendía y el jovencito acentuaba sus exploraciones táctiles. Ante tal beneplácito, Claudio tentó suerte en otros momentos, para asegurarse de lo que podía pasar, por ejemplo, cuando la encontraba abstraída cocinando, pasaba y le acariciaba el culo un ratito a la pasada, ella solo sonreía… y le decía : "Que querésClaudito…? Querés algo mi amor…?" , con una suave voz ó cuando a la mesa le servía la merienda semifleccionada, Claudio le acariciaba el culo y la entrepierna, tanto, como tanto tardara en colmarse la taza, sin que ella nunca le dijera nada, solo un fuerte beso de madre en su cabeza y la recomendación de que se alimente. Nunca era rechazado o retado.

Claudio se hacía la paja todo el día, además de nuestras maratones, él se la hacía después de sobar a su mamita y cuando ésta se bañaba, también.

Me dijo además que Alicia seguro lo sabía, seguro sabía lo de sus pajas, que lo había pescado alguna vez al salir del baño y él salió corriendo… De hecho Alicia comenzó a bromear con ello, cuando se quedaban a solas y era blanco de las caricias de su hijo, lo advertía en forma jocosa y le decía que se podía "secar" de tantas pajas… , pero nunca lo reprendía cuando Claudio la manoseaba, nunca

Mi amigo comenzó a tomar provecho de esta pasividad de su madre, y salvo, por la presencia de su abuela, no dejaba pasar oportunidad para "franelear" a su mami en las partes más sensibles, si bien en tono de broma al comienzo, las caricias y arrumacos dejaban claras huellas en los sexos y en las mentes de ambos.

Un día me mandan a comprar algunas cosas al autoservicio chino del barrio, ya era de tardecita y yo no quería saber nada de eso, alucinado con la música que se filtraba por los auriculares de mi estéreo y las brumosos recuerdos de los dichos de mi amigo, por nada del mundo quería dejar mi cama. A regañdientes accedí… , menos mal !! Deambulando por las góndolas me encuentro con Claudio y Alicia, nos saludamos y la madre de mi amigo me hizo las preguntas de rigor, que como estaban mis padres y mi hermanito, que venía a comprar, etc… , seguro que mi estupor en la mirada se notaba y mucho, porque el certero codazo de Claudio me recompuso. Mi amigo se las ingenió para que nos perdieramos por los pasillos y me contó que las "cositas" con su mami marchaban de maravillas y recalientes, a lo que yo oponía los argumentos de siempre : "La leche se te subió a la cabeza…"

Ni corto ni perezozo, Claudio me desafió a que si era capáz de seguirlos sin ser descubierto, él, en el tramo de cuadra más obscuro, una cuadra antes de llegar a su casa, le tocaría el culo y la concha por debajo de la pollera un buen rato… Gulp !! , tragué saliva, esto sería a todo o nada… Acepté.

No me fue difícil escabullirme por detrás de los árboles y seguirlos a prudente distancia, Alicia tiraba de un changuito con su mano izquierda y Claudio cargaba una bolsa en su mano derecha, conversaban a paso lento y faltando una media cuadra para llegar al lugar convenido, mi amigo tomó a su madre de la mano. Ni bien cruzaron la calle y tomaron el paso en la última cuadra que era de árboles muy frondosos y por lo tanto penumbrosa, apuré mi pesquiza, deslizándome por la calle al reparo de los autos estacionados para no perder detalle.

Ciertamente a un cuarto de cuadra, Claudio suelta la mano de su madre y con pasmosa normalidad le comienza a meter la mano por debajo de la pollera de jean. La prenda no era una mini, era una pollera que llegaba un poco arriba de las rodillas, pero que en su parte de atrás tenía un tajo pronunciado, eficientemente por ese tajo la mano se metió, levantando un poco la tela. Una vez dentro la laboriosa mano de Claudio, acarició, sobó y se prodigó por la sedosa bombacha de su madre… y por su culo !! Alicia le advirtió que tuviera cuidado, que alguien podía aparecer de improviso, a lo que mi amigo le contestó que se quedara tranquila que la sacaría a tiempo. Alicia no lo retó, no lo reprendió… , se dejó toquetear a placer, hasta dio un respingo cuando Claudio le hincó el dedo, con tela y todo, por la concha !!

De sus labios solo se escuchó : "Bueno, bueno… ,basta , no te alcanzó con todo lo que me tocaste hoy ?" y a continuación agregó : "Ahora en casa tené más cuidado que está tu abuela y tu hermana…, esperá a que se vayan a dormir y venis a ver la tele al sofá".

Al parecer mi amigo no mentía

La primera vez que estos toquetéos pasaron a mayores y que las caricias se extendieron hasta hacerla trastabillar en un orgasmo, fue una noche en el sofá, si bien los tocamientos siempre se daban en la penumbra y por sobre las ropas, esa noche Claudio percibió, lo bien que se la pasaban ambos, al frotarle la concha por sobre el jean. Vio a su madre taparse la boca y tensarce hasta acabar… Se avecinaban las fiestas de fin de año y prácticamente estarían solos todas las tardes.

A partir de ese dulce y caliente episodio, Alicia invitaba a su hijo a "ver la tele", con un guiño, Claudio ya sabía lo que tenía que hacer, despacio, lento, sin descontrolarse, sabía que debía frotar la entrepierna y las tetas de su mami, hasta propinarle silentes, pero profundos, orgasmos.

Un día me contó que a la tarde estaban mirando la tele y él le tocaba las tetas para hacerla calentar y poder hacerla acabar, ya le habían tomado el gustito al jueguito y a Alicia le gustaba tener orgasmos siempre que se quedaban solos en la casa. Claudio sobrepasó las barreras y le metió la mano por debajo de la remera, para sobar las tetas de su madre por sobre el corpiño y si todo iva bien sacarlas afuera para toquetearlas a gusto y en carne viva, Alicia a su vez, le empezó a tocar la pija por encima del pantalón de gimnasia que tenía puesto su hijo, hasta entonces nunca lo había hecho, nunca lo había tocado

Ahora los magreos eran mutuos y las manos y brazos se cruzaban como autopistas dificultando a Claudio llegar a tocarla con holgura, aunque la entrepierna del pantalón de jean ya era un calco de la vagina de Alicia por los frotamientos y la humedad. Todo esto decidió a Alicia a sin más preámbulo desabrochar y bajarselo un poco dejando a la vista una vistosa bombacha. Cuando Claudio intentó meter la mano por dentro de la bombacha su madre musitó un "No…" y le tomó la mano guiándolo por sobre la prenda íntima… La cosa siguió y siguió hasta que Alicia acabó por el frotamiento en la concha que le había propinado Claudio por sobre la bombacha.

En un momento, Alicia para todo en seco y apaga la tele. Sin entender, Claudio, que al momento había conseguido el cometido de bajarle el corpiño liberando las morbosos conos, le recrimina la acción, pero su madre le dice que se va a dar una ducha, que si tanto quería verle las tetas podía ir a verla…, y se podía masturbar delante de ella, que ya no debía esconderse…, que ella lo sabía, que él podía hacer lo que tuviera ganas frente a ella.

Más, ganas

Claudio se sentó en el hinodoro como espectador priviligiado, se bajó un poco los pantalones con elástico y mientras se hacía la paja observándola. Lo único que Alicia le dijo fue que no acabara, que se hiciera la paja cuanto quisiera, pero que no largara leche…Claudio lo entendió como una clausula, como una restricción a cambio de presenciar el cuerpo de su progenitora desnuda.

Cuando salió de la ducha, mientras se secaba no le dijo nada, al contrario le sonreía todo el tiempo, luego le pidió que la acompañara a la habitación, se sacó la toalla y toda desnuda lo abrazó un rato mientras lo acariciaba y se dejaba tocar toda.

Alicia lo desvistió, prenda por prenda en el abrazo, por completo, y mientras lo hacía, Claudio le perdía su mano por la entrepierna y la frotaba fuerte, bien sobada por la concha húmeda y babosa.

Su madre lejos de terminar lo que había incitado, lo ayudó con su mano también, hasta que, por el trabajo de ambos Alicia explotó en un climax fenomenal, desplomándose en cámara lenta sobre la cama. Luego de un ratito le tendió los barzos invitándolo a su lado, y dejó que Claudio explorara toda su anatomía, con parsimonia le enseñó a besarle la concha y a que le pase la lengua por donde ella le decía, despues de un rato de lecciones, Claudio se hartó de chuparla y ella acabó varias veces a los gritos.

Como si nada le dijo que la había hecho inmensamente feliz y que además de su madre sería su novia, pero que ahora tenían que dormir la siesta, descansar un rato y reponerse para no estar con "cara de calentones" cuando vinieran su abuela y su hermanita. Claudio no separaba las manos de la vagina de su madre a lo que Alicia le dijo que ahora le retribuiría lo feliz que la había hecho. Lo tomó por detrás, le agarró la pija y le hizo la paja tres veces seguidas…, primero una y sin soltarla, otra…, y en un ratito más, la última…, hasta que no se le paró más y se durmieron. Claudio me dijo que había por lo menos medio litro de leche en un charco sobre la colcha verde !! Nos reímos.

Todo se aceleraba y conspiraba para que madre e hijo gozaran de las virtudes del amor filial y del buen sexo. Por las tardes era fácil, Verónica en la colonia y la abuela Cecilia en su boutique del centro o sea "ver la tele toda la tarde" , por la noche unas pajas mutuas en el baño con ella antes de irse a dormir, o en el taller… Mamá Alicia, agudizó el ingenio y para estar más cómoda en los encuentros en el sofá, se ataviaba con una calza gastada y por supuesto sin bombacha para que su hijo la masturbara a pleno. Claudio no cesó hasta que la calza se rajó y tuvo un agujero por el roce, luego sus dedos solitos se metieron el la vagina de su madre

Día a día, mi amigo me taladraba la cabeza con sus relatos, y con los avances que tenía con su mamá… para principios de Febrero, dos meses después ya hacían sexo total y desenfrenado, se pajeaban, se chupaban y cojían, siempre ocultos de la vista de su abuela y su hermanita Verónica.

Claudio estaba desesperado contándome esto, pero yo seguía en la duda, le dije que era un mentiroso y que me hacía calentar al pedo y que no invente más cosas porque no le iba a creer, que le tocara el culo era una cosa, piquitos, que sabía que la espiaba… , pero todo lo demás. Sabía que desafiándolo

Entonces esa tarde, esa gloriosa tarde, me propuso que entre con él a la casa, sin que la madre se entere y me esconda en el taller que tiene el patio ya que su ventana da a la ventana del living de la casa, asi podría ver lo que ellos hicieran. Era sábado, estaban solos desde temprano, y seguro que la convencía para hacerce pajas o coger

Asi lo hicimos, Claudio me llevó hasta la guarida cuando su madre estaba en la parte de arriba de la casa y la empecé a espiar. Alicia, tenía puesto una remera blanca larga, olgada y una calza de gimnasia de color rojo y gris, no tenía calzado ya que al hacer los quehaceres estaba más cómoda descalza, sin maquillaje se había recogido el pelo en un coqueto penacho. Iva y venía por toda la parte de arriba, mientras Claudio estaba abajo, en el sofá del living viendo tele. Cuando apareció por las escaleras, en el living, traía unas cosas que la hacían tambalearse, muy solícito Claudio acudió a su encuentro para ayudarla. Pero el muy turro además de aligerarla de algunas cosas le metió mano por donde pudo entre risas divertidas, cosa que motivó a Alicia a correrlo por el living una vez dejado los trastos, en un fingido castigo. Cuando lo alcanzó, lo aporreó un poco y lo besó por toda la cara mientras mi amigo le perdía las manos por lo bajo de la cintura de ambos lados. La mujer le dio un chirlo en la cola a mi amigo y lo empujó al sillón, luego riéndose a carcajadas dio media vuelta y se fue a colocar las cosas en la parte baja de un mueble en la antecocina, se acuclilló y acometió la taréa. Pasaron unos minutos, donde Claudio disfrutaba de la vista y Alicia contoneába su pavo en cada movimiento. Su hijo se le hacercó por atrás, se acuclilló junto a ella y le acarició el culo un rato por sobre la calza, Alicia le sacaba la mano espamentosamente, pero mi amigo insistía y volvía con las calientes sobadas, hablaron algo mientras se reían y Alicia asentía con la cabeza. En un instante mi amigo le metió la mano por dentro de la prenda estirándola hasta llegar a su entrepierna…, sin decir palabra la madre siguió haciendo sus cosas, no sin antes acomodarse separando las rodillas en el piso, para que Claudio accediera mejor con su toquetona mano. En ese momento no lo podía creer, despues de un ratito de tocarla y meterle los dedos, (se notaba por el movimiento de mete y saca al estirar la calza), la madre le sacó la mano se dio vuelta y le habló algo, esta vez sin reirse.

Se notaba que con mucha ternura poque no dejaba de acariciarle la cara y el pelo mientras lo hacía. Se puso de pie frente a Claudio y de un solo movimiento se sacó la calza y la bombacha, que quedaron hechas una trenza gorda en el suelo, y sin más, se dirijió hacia el living, al sofá

Lamentablemente la holgada remera blanca no me dejó ver los atributos que Alicia ocultaba bajo las calzas y como si fuera una sexy minifalda, la prenda pendulaba a cada paso. Al llegar se sentó en el sofá grande, frente a la tele, Claudio la siguió. Ahora yo no podía verlos bien, solo veía sus cabezas y sus espaldas, uno al lado del otro. Mi amigo se puso de costado mirándola a ella y comencé a ver que su brazo se movía inequívocamente otra vez, supuse, que la estaba masturbando por la concha. Hablaron unas palabras, la madre le dio unos besos en la boca mientras le revolvía el pelo con ambas manos, cuando Claudio se levantó y muy lentamente se arrodilló entre sus piernas… , y ya no lo ví más !! Solo veía el choque eléctrico en el penacho de su mamá y sus rodillas bien separadas, cuando las levantaba, que se sacudían acompasadamente hasta que explotaba y se tensaban, luego volvían al compás… y todo volvía empezar. Asi, tres veces. Cuando la calma volvió a su cabello, ( …y a sus rodillas) pasó un rato largo en que de a momentos tiritaba en espasmos que se furon espaciando hasta que se quedó quietita. Claudio, la besó y salió corriendo… Si, corrió hacia el patio, entró al taller y me dijo si le creía ahora, dándome a oler sus dedos…, obvio, le dije que si !!

Me contó que ahora venía lo mejor, que después que la hacía acabar asi, quedaba como borracha y ya no se negaba a nada, todo lo que le pedía que hiciera o se dejara hacer, ella accedía

Por supuesto que le pregunté si ivan a cojer, y mi amigo con una sonrisa en sus labios, asintió con un gesto, pero me advirtió que "eso" lo hacían en la cama, en el dormitorio de ella, arriba, que era más seguro… Tendría que ir hasta la puerta sin hacer ruido si quería ver, y que después de verlos debía irme, porque ella se iva al baño a lavarse y podría encontrarme. Luego de la explicación y riendo me mostró la verga dura a punto de explotar, marchándose para el living. Me coloqué en posición para ver lo que seguía

No más al llegar Claudio se paró frente a su progenitora y se despojó de toda la ropa, presentándole una buena erección, luego se sentó en el regazo de su mami y ambos se besaron un rato. Ahora a la que se le veía mover el brazo era a Alicia, la madre de Claudio… En unos minutos, Alicia se pone de pie y entonces mi amigo le comienza a dar besos en los cachetes del culo y a meterle los dedos en la concha, mientras ella se despojaba de la remera.

En ese momento no aguante más y me hice una soberana paja, era el primer culo que veia desnudo en mi vida.

Alicia, ayudó a ponerse de pie a Claudio, al tiempo que ella descendía para chuparle la verga, fuen un ratito porque por los corcovéos de mi amigo agazapado sobre la cabeza de su madre, evidenciaban el tremendo orgasmo que estaba teniendo. Después de limpiarlo hasta la última gota y dada la posición en que había quedado su hijo, lo besó en la frente, recogió la remera y al paso, la trenzada calza con la bombacha y se fue por la escalera al dormitorio.

Claudio me hace señas a la distancia para que vaya a la habitación, yo salí del taller a toda carrera y con las puertas franqueadas me llegué hasta el living. Gracias a lo alfombrado de la escalera, no tuve problemas de llegar hasta la puerta misma del dormitorio, con buen tino, Claudio la dejó casi cerrada.

Al principio solo escuchaba la voz de la madre diciéndole cosas y gimiendo enagenada algo que no entendía…, y luego, el traquetéo de la cama y el resoplar de mi amigo.

Estaban cojiendo… , y cómo !!

Entorné la puerta para ver y ví. Alicia sobre la cama, abierta de piernas como una rana y Claudio encima dándole y dándole, cojiéndosela con todas sus fuerzas. Yo no salía de mi asombro.

Estuvieron casi media hora en que Claudio se sacudía sobre ella, bombeándola y llenándola de leche en dos oportunidades, esto lo asevero porque conozco el singular sonido gutural que hace cuando acaba. Su mamá, creo que solo acabó una vez, ya que en un momento maldijo muy fuerte y su voz sonó como si llorara repitiendo incansablemente "Siiii Claudito, si… !!" , al tiempo que estiraba convulsivamente las piernas hacia el techo

Después de algunos minutos de resoplidos y suspiros, Alicia se lo sacó de encima, haciéndolo rodar a un costado, casi inerte. Entonces me di cuenta que la sesión de sexo había concluído y que debía desaparecer por donde había entrado. Asi lo hice, sin antes esperar temerariamente a que Alicia se incorporara al pie de la cama para verla desnuda una vez más. Al pararse inmediatamente llevó una mano en forma de cuenco a su entrepierna, luego observó como comenzaba a llenarse de miel blanca y esbozó una sonrisa satisfecha, con la mano restante tapó a Claudio con la sábana y le dijo que descansara, que después de ella se bañara él y que luego bajara a merendar para reponerse. Dicho y echo ésto, se encaminó hacia la puerta. Como un rayo salí de la casa de Claudio sin habla por lo que había visto. A partir de ese momento mis tardes fueron distintas