Incontrolable atracción por mi suegra...

Narro a continuación como me enloquecí con la belleza mi suegra hasta llegar al punto de hacerla mía...

Todo empezó a los 4 meses de haberme casado…Mis suegros tenían una casa en la playa a la que solíamos ir en promedio una vez por mes, esto implicaba que tenía la oportunidad de contemplar a mi suegra en traje de baño y así empece a obsecionarme por aquella bella mujer madura, que aparte de belleza física tiene una alegría interior que hasta al más amargado sería capaz de arrancarle una sonrisa.

Para darles una mejor idea de ella, tiene 50 años y calculo que sus medidas deben ser 95-65-100, ojos verdes y debe medir 1.66 m. Un buen día, por esas cosas que te depara el destino yo me encontraba cerca del baño y ella entró a hacer lo suyo, me acerque instintivamente y pude observar un pequeño orificio en la puerta, entonces obviamente mire por el mismo y pude contemplar por primera vez su deliciosa vulva con su vellosidad bien cortada y un hermoso clítoris que emergía entre sus labios, casi me desmayo de la excitación que aquella visión me produjo.

El asunto es que desde aquel momento las cosas dejaron de ser simples miradas para empezar inevitablemente a querer hacerla mía, a pesar del inmenso amor que sentía y siento por mi esposa, la atracción me resultaba incontenible. Comencé a acercarme a ella en cada oportunidad posible para poder tocar disimuladamente sus nalgas o sus tetas y mas aún tratar de apoyar mi siempre erecto miembro en sus nalgas, especialmente cuando por alguna razón ella se agachaba.

Transcurrió algún tiempo con este juego que a veces parecía notarlo y a veces no, hasta que en una ocasión intencionalmente hice que me mirara mi verga parada al tope cuando nos disponíamos a acostarnos con mi esposa y ella iba a dormir en la otra cama en la misma habitación, entonces advertí en su mirada gran excitación y luego no desprendía su mirada de nuestra cama como esperando que hagamos el amor (con mi mujer) discretamente. Empece a acariciar a mi esposa para llevar a efecto la idea, pero ella se negó pues se moriría de vergüenza con su madre por mas discretos que pudiéramos haber sido. Transcurrió el tiempo y yo aprovechaba cada situación no solo para rozarla, sino también para enseñarle mi verga especialmente cuando la tenía parada (que era todo el tiempo que mi suegra estaba en traje de baño).

Un buen día puse mi verga al máximo de dura en su culo aprovechando un agachón, entonces se dio vuelta y me dijo que por favor no lo volviera hacer porque no estaba bien y que se lo avisaría a su esposo (mi suegro). Desde aquel momento deje de acercármela, pero mi deseo seguía igual de fuerte o talves mas.

Transcurrió un año aproximadamente sin que la tocara ni un pelo, hasta que una tarde por alguna causa pase por su casa y ella estaba totalmente sola en la cocina, conversamos amenamente por un momento mientras ella me daba la espalda y seguía con lo suyo, esa tarde ella llevaba un pantalón muy apretado y una blusa que dejaba ver sus bellas tetas, no soporte aquella maravillosa visión y sin meditar en nada en un momento dado la tome por la cintura (ella me daba la espalda) y comencé a besarla el cuello, ella se quedo paralizada y trató de poner resistencia pero creo que su excitación era igual o mayor que la mía, entonces empece a acariciar sus grandes tetas y baje mi mano abriendo su cierre, metí mi mano hasta alcanzar su panocha y toque con mis dedos sus labios que estaban bien mojados, ni ella ni yo decíamos una sola palabra solo actuábamos guiados por el calor de nuestros cuerpos, lo que mas deseaba en aquel momento era lograr penetrarla antes de que se arrepienta, así que baje con dificultad su ajustado pantalón, saque mi verga que estaba a punto de reventar y empece a metérsela, ella hacía sus caderas hacia atrás y empezaba levemente a gemir, lo único que quería en ese momento era evitar correrme antes que ella, pues hubiera sido un pésimo inicio después de tanta lucha, pero era casi imposible contemplando aquel hermoso culo que tantas veces me había hecho soñar, logre soportar un poco mas y pude notar que ella se venía en un orgasmo intenso, sentía las palpitaciones de su clítoris y las contracciones de su vagina y entonces explote llenándole de leche como tantas veces lo había imaginado.

Nos quedamos unos instantes paralizados, yo apoye mi cabeza en su espalda y enseguida ella empezó a subir su pantalón y me pidió que me fuera sin regresar a verme. Yo subí mi pantalón y salí tan pronto como pude, pues me puse a pensar que mi suegro debía estar por llegar. Desde aquel día han transcurrido seis meses y no ha vuelto a pasar nada ni hemos topado jamás el tema, aunque en varias ocasiones la encuentro mirándome, sin duda recordando esa bendita tarde.

Esta historia es 100% real y la escribo porque me ayudaría mucho escuchar comentarios de suegras o mujeres maduras que hayan vivido algo similar y así saber que puede estar pensando la mía luego de lo ocurrido.

Sebastián.