INCONFESABLE (Tercera noche)

No me quejé cuando note su abrazo por detrás. Me sentía querido y protegido

Para información del lector que acceda por primera vez a este relato, le pongo en conocimiento que es la cuarta entrega de un total de seis. Los tres capítulos anteriores son:

1º INCONFESABLE (Primera noche)

2º INCONFESABLE (Primera noche y segundo día)

3º INCONFESABLE (Segunda noche y tercer día)

…. Mi padre dormitaba mirando la tele mientras mi madre me ponía la cena y no paraba de hablar, era imposible seguirle el hilo. –El martes voy con tu tia al médico (¿y qué día es hoy? Parece mentira que ni me acordara del dia que era, esto sí que es desconectar) y dice que si le aligera un poco la escayola se vuelve a su casa, allí las vecinas le echarán una mano si lo necesita, pero que ella no es para estar todo el día de brazos cruzados y que se lo hagan todo, menuda es ella… y seguía hablando pero yo ya no la escuchaba, pensaba en que no quería volver a mi habitación, cuando mi tia se vaya, será buen momento para volver a mi piso de la ciudad y analizar todo lo que había vivido.

La noche era, como las anteriores, calurosa, me senté un rato en el patio y tuve que dar una cabezada porque ya no se oía trastear a mi madre ni a mi tia. Cuando volví al salón-cocina, mi padre seguía dormitando en su sillón frente a la tele. La apagué, lo zarandeé en el hombro y le dije : -Venga papá, vamos a la cama, necesitas descansar y es muy tarde ya. –Sí, hijo, vámonos a la cama , y echó su brazo por encima de mis hombros. Cada uno nos pusimos en nuestro lado de la cama para desnudarnos, mi padre dijo en voz alta: -Con este calor nos sobra toda la ropa, echa la sábana para atrás, ahora vengo que necesito mear y salió de la habitación. Cuando regresó yo estaba acostado dándole la espalda, como cada noche llevaba solo mi slip blanco; siento que mi padre entra en la cama y se pega a mi rodeándome con sus brazos. –Hijo qué bueno tenerte en casa otra vez, como cuando eras un crio. ¿te molesta que te abrace así? – no papá, no me molesta y yo también estoy contento de haber vuelto. –¿Te quedarás todavía mucho tiempo? – Seguramente un par de días más, pero ahora vamos a dormir, te tienes que levantar muy temprano. – No hijo, si mañana es domingo. Mira, vamos a aprovechar para estar juntos todo el dia, si quieres podemos ir a las pozas que íbamos cuando eras pequeño, el día va a estar caluroso. Salvo que tengas otros planes…. – No, papá, me parece bien echar el día juntos. –Gracias hijo por no rechazar a este viejo, y en ese momento me apretó aún mas con su abrazo y parecía que iba a quedarse así en esa postura. Yo no me quejé, me sentía querido y protegido como hacía mucho tiempo que no pasaba.

Su pecho desnudo pegado a mi espalda, su brazo rodeaba mi torso y maniataba mis brazos y notaba su barriga pegándose a la parte alta de mis nalgas. Una de sus piernas también se apoyaba sobre las mias y juntaba y refregaba sus pies con mis talones. – Hijo ¿de verdad que no te molesta que esté así? –No papá me gusta que me abraces –Te quiero mucho Andrés. –Papá, por favor… -Vale Andrés, ya me callo. Duérmete ya. Y al momento aflojó la presión de su brazo dejándolo con tan solo su mano apoyada en mi cadera y movió su pelvis que se pegó a mis nalgas. No dije nada, pero era evidente que lo que notaba en mis nalgas era su polla. No sé si estaba empalmado, pero la notaba claramente, aunque no sobre mi raja, sino apretando mi nalga derecha. No volvió a moverse, ni yo tampoco lo intenté, al fin y al cabo estaba a gusto sintiendo el peso y el calor del cuerpo de mi padre sobre el mio. Pensé darme la vuelta y abrazarlo yo también y dormir así, pero la situación actual era morbosa y me quedé inmóvil esperando que algo pasara.

¿Pasó algo? Pues inmediatamente no. Tan solo que la respiración de mi padre se hizo mas ostensible y notaba su aliento en mi nuca. ¿Se habría dormido? Sigo dejando pasar el tiempo, porque yo no puedo dormir, pero ni él ni yo nos movimos ni un milímetro en ese tiempo. Ronroneo para moverme un poco como si estuviera dormido y lo que hago es separarme un poco de su cuerpo pero saco mas el culo y busco que la presión de su polla se sitúe ahora justo en mi raja mas cerca de mi ano.

El culo me arde. Mi papá se mueve levemente y lo que hace es apretar mas su polla en mi culo. Al ratito nueva presión… y otra vez… una vez mas…. ahora mas seguido. Está moviendo su pelvis adelante y atrás, como si me estuviera follando y en cada movimiento me aprieta mas. No sé si está mas caliente él o yo. Mi padre jadea cada vez mas seguido y sus empujones son cada vez mas fuertes. En cualquier circunstancia este movimiento habría despertado a un muerto, pero yo me mantengo prácticamente sin moverme, no puedo hacer otra cosa. Aunque lo estoy disfrutando.

Ya mi padre no se controla y se mueve como follando mi trasero mientras mueve también la cama. La mano que agarraba mi cadera se aferra mas fuerte a ella y, en un momento la quita y siento que me toca el culo. No, no es que me lo quiera tocar, es que intenta bajarme el slip. Un poco torpemente como ya comprobé esta mañana. Pero lo consigue y luego hurga en su bragueta. Ahora noto en mi raja un buen cipote pringoso y duro. Con su mano lo mueve arriba y abajo entre mi raja. Aunque él no lo aprecie, yo le ayudo, porque estoy abriéndome lo mas que puedo en esta situación. Con la mano busca mi agujero y me lo presiona. Me hace un poco de daño. El cabrón tiene que saber que estoy despierto y consintiendo todo, porque lo hace bruscamente. ¡Pero bueno, no pretenderá follarme! Se ha chupado la mano y ahora, llenos de saliva, sus dedos vuelven a hurgar mi agujero que, aunque está pidiendo guerra, no creo que se atreva a profanar, me desgarraría. Su polla está ya presionando mi ojete. Mi padre empuja y empuja y lo que siento también son sus huevos golpeando mis nalgas, o su pija es muy corta o sus huevos demasiado grandes. Aunque no ha logrado introducirme en mi ano su polla, empuja y empuja como si lo hubiera conseguido. Yo ahora siento mas dolor que placer, me gustaría facilitarle la violación, pero nunca he conseguido que me follen, estoy demasiado cerrado y el dolor es insoportable incluso con lubricante y cuando me han trabajado bien el ano. Pero mi padre continúa follándome o, mas bien, refregando su gruesa y dura polla por mi culo. Aumentan sus jadeos. No creo que se atreva a terminar. Pero sí, siento un líquido tibio entre mis nalgas y a mi padre pararse y jadear compulsivamente. El muy cabrón se ha corrido en mi culo y me ha puesto perdido de leche. Vuelve a apretarme suavemente y todo vuelve como al principio de la noche.

No le puedo recriminar nada. Ahora entiendo cuando dijo que ahora me toca a mí dormir y no despertar. El mamoncete tenía que haber notado mis manoseos las noches anteriores. Y yo no noté nada. Pero me sigue sorprendiendo que mi padre tuviera deseos sexuales hacia mí. O quizás nunca los hubiera tenido de no haberlo yo provocado. No sé cómo va a terminar esto. Quizás mañana debería irme. Con estos pensamientos me quedo dormido.

Despierto. Las ocho. Mi padre está a mi lado. Mi tia debe estar en el baño porque la oigo hablar con mi madre lejanamente. Vuelvo a mirar a mi padre. Está boca arriba y veo que el muy cabrón tiene todavía la polla sacada por la bragueta. En esto me fijo que yo no llevo los slips. ¿Pasaría algo mas anoche? Están en el suelo, al lado de la cama. Tengo ganas de bajarle a mi padre los calzoncillos para verle los huevos, pero no lo hago. Me levanto y lo tapo con la sábana. Creo que voy a recoger mis cosas y salir para la ciudad después de desayunar.

Continuará en el siguiente capítulo