Incesto no consentido

Un hijo drogadicto , su madre alcohólica , ambos solos ...

En la periferia de la ciudad, un barrio extremadamente  pobre, sin veredas, solo senderos de tierra por donde deambulaba una comunidad de indigentes, que día a día buscaban como sobrevivir, con casas construidas de materia ligero, maderas viejas, algunas con planchas de zinc como paredes,  con techos recubiertos con plásticos y piedras para evitar la lluvia.

En este inhóspito ambiente, vivía Luis, un muchacho delgado, solo  junto a su madre. Su padre estaba preso por robo con homicidio, otorgándole una condena de 30 años,  por lo cual entre los dos tuvieron que saber salir adelante con mucho esfuerzo.

Su vida no era fácil, muy por el contrario. Día a día debían saber cómo conseguir dinero para alimentarse.  Su madre trabajaba recolectando cartones o ropas usadas que vendía los domingos en la feria libre  y él en lo que fuera. A veces de cuidador de autos, otras veces en lo mismo que trabajaba su madre,  o  ayudando a descargar camiones en la feria, cualquier trabajo era bueno para conseguir algo de dinero,  aunque lo más rentable, era el hurto con sorpresa, donde ya había sido atrapado en más de una ocasión , pero gracias a su temprana edad, solo paso unas semanas en un centro de rehabilitación, volviendo a las calles.

No era extraño ver a las jóvenes del lugar, prostituyéndose para ganar algunos pesos para consumir droga, algo que era habitual en los muchachos del sector.   Luis también consumía, eso agregado al alcohol que bebía con sus amigos casi todos los días, dependiendo del dinero que conseguía.  Su madre no consumía drogas, pero tenía un serio problema con la bebida ,  era alcohólica.  Regularmente  Luis llegaba a su casa y la encontrarla en un estado deplorable.  Muchas veces Inconsciente ,  otras  botada en el piso,  a veces hasta orinada o vomitada , incluso un par de ocasiones afuera , en  la puerta de su casa, donde el Luis , la tomaba, usando todas sus fuerzas, para poder llevarla adentro,   ya que su madre, a pesar de ser muy baja, era bastante gorda.

Fue una noche como cualquier otra. Luis salía de su casa a juntarse con sus amigos y su madre,  sentada afuera de la casa, compartiendo con su vecina,  fumándose un cigarro. Ya había empezado a beber, junto a su vecina María, otra alcohólica como su madre.

Luego de estar con sus amigos, drogarse y consumir alcohol en exceso, Luis volvió bastante ebrio   a su casa y  al abrir la puerta, encontró, como muchas otras veces, a su madre  botada sobre el sofá, con la mitad del cuerpo abajo a punto de caerse.

En un principio pensó subirla y dejarla dormir ahí, pero como se podía caer, como pudo la tomó y la llevó hasta su cuarto. Su madre estaba completamente inconsciente, no ayudaba en nada. Era un peso muerto, por lo que con todas sus fuerzas, el delgado joven logro llevarla hasta su cama y tirarla ahí.  Al hacerlo , el corto y delgado vestido de ella se subió, dejando al aire parte de su enorme culo , con el calzón metido entre sus generosas nalgas , que luego de ser lavado tantas veces , los elásticos habían cedido , estaban sueltos y por la comisura de ellos , se salían unos pelos del coño de su madre.

Esa misma rutina la había vivido muchas veces, incluso siendo muy pequeño ,  llevar a su madre inconsciente hasta su cama , pero esa noche algo pasó.  Luis no era virgen,  ya había debutado con una chica mayor que él, una de las tantas prostitutas del barrio, pero de eso ya hace rato. Esa noche, sus instintos animales estaban a flor de piel y la imagen de las abundantes nalgas expuestas, que le entregaba su madre, era tan excitante, que se quedo  a los pies de la cama, mirándola detenidamente, instintivamente con su mano tocándose por sobre el pantalón.

El sabía  perfectamente que en el estado que se encontraba su madre, no se despertaría ni aunque chocara un camión la casa, y excitado como estaba, sin miedo  se sacó la verga  y  se comenzó a masturbar, admirando las nalgas de su progenitora.

En el placer de lo prohibido, el joven se hizo una deliciosa paja, mirando detenidamente las nalgas de su madre, imaginándose a el mismo,  tocándoselas , metiendo su verga entre ella , hasta que terminó acabando en su propia mano para evitar manchar  la cama de su madre.

Ya satisfecho,  volvió en penumbras a su cuarto. Fue muy excitante hacerlo delante de ella, pensando en su madre y en su gordo culo. Pensó en ella no como su madre, si no como mujer , en las necesidades sexuales naturales que ella tendría y en cuanto tiempo su madre no había tenido sexo, ya que en un principio,  una vez al mes tenia visitas conyugales con su padre , pero después ya dejo de ir a verlo, nunca supo el porqué y ya de eso había pasado mas dos años.

Fue eso el inicio de una morbosa obsesión. Con sus hormonas alborotadas, sin tener una chica con quien descargarse, comenzó a mirar a su progenitora con otros ojos,   admirando esas generosas nalgas caminando por su casa, imaginándose cogiendo con ella y la idea cada vez fue aumentando su libido a niveles sorprendentes.

En el diario vivir , comenzó con caricias casuales sobre el culo de su madre, alguna que otra palmada en sus nalgas, un agarrón de repente, sin generar en ella,  ninguna inquietud o desconfianza, ella jamás pensó que esos toqueteos casuales , tenían una doble intensión. Era habitual que  el la tocara , sobretodo en invierno cuando se acostaban juntos en la misma cama, para darse calor mutuamente ya que no contaban con calefacción. Ella misma le daba la espalda, le tomaba las manos y se las colocaba en sus frías nalgas para que se las calentara.

Ahora Luis aprovechaba cualquier ocasión para espiarla, algo demasiado accesible en su casa, ya que no tenían puertas, solo cortinas que separaban un cuarto del otro. No solo sus voluminosas nalgas despertaban su morbo, también sus grandes tetas eran un delicioso incentivo para sus masturbaciones.  Su madre tenía unas tetas muy  grandes,  gordas, poderosas, las que  había visto muchísimas veces. De hecho ella ni siquiera corría las cortinas, entraba a su cuarto y se desnudaba para cambiarse ropa sin ningún cuidado que su hijo la viera, para ella era algo natural, que siempre había hecho. Para el también era algo cotidiano, pero hasta ahora, ya que ver las tetas de su madre , ahora  causaban otro efecto en el. Se imaginaba tocándoselas y chupándoselas, buscando la cualquier ocasión para verlas más de cerca, cuando se bañaba o cuando se cambiaba ropa. Atento esperaba que su madre saliera de la ducha y entrara a su cuarto. Esperaba que se sacara la toalla y cuando estaba secándose, entraba a preguntarle cualquier cosa, solo para verla desnuda secando sus partes.

Pasaron pocos días, Luis volvió a salir como todas las noches a beber y drogarse, mientras su madre quedaba  en compañía de su vecina y una botella plástica de 3 litros de vino de pésima calidad. Tenía claro el panorama que iba a encontrar cuando volviera, claro que ahora, ansioso de ver los resultados de esa botella de vino.  Ya muy tarde regresó a su casa,  como siempre, algo drogado y bebido.  Vio la botella casi vacía sobre la mesa, el cenicero desbordándose  de colillas de cigarros, por lo que era obvio que su madre tendría que estar completamente ebria.

Entró al baño, había restos de vómito en la tasa de baño, evidencia del estado deplorable en que seguro se encontraría.  Fue a su cuarto  y  encendió la luz.  Ahí estaba su madre, tirada en la cama,  con una pierna recogida, no se había sacado ni el vestido, el que cubría apenas su  enorme  culo.

La llamo por su nombre, incluso  la movió un poco y nada, su madre estaba completamente inconsciente dándole la espalda.  Se comenzó a tocar por sobre la ropa, mirándola con deseo, sabiendo que era imposible que despertara,  descaradamente se sacó la verga   y comenzó a masturbarse en silencio admirando el cuerpo de su madre.  Alentado por el alcohol y los fuerte ronquidos de ella, se atrevió a tomar desde la parte de abajo del vestido y lentamente subirlo, dejando  todo su gordo culo expuesto.  Los ronquidos no variaban, pero si su calentura, estaba al máximo, su paja estaba deliciosa  y dudándolo un poco, se atrevió a llevar su mano hasta el culo de su madre, donde suavemente sus dedos entraron en contacto con su piel.

Quizás por lo drogado que estaba y lo  borracho, lo que el pensaba que era suave, no era solo un roce, definitivamente estaba palpando  las nalgas de su madre, que en su estado de inconsciencia no se daba cuenta lo que estaba pasando. Ya con su mano terminó apretando esas nalgas  y con la otra masturbándose. Sumido en la calentura, queriendo experimentar mas placer, se atrevió hacer una locura, quería  acercar su verga y hacer que tocara las nalgas de su madre.

Apoyándose en su mano sobre la cama , para no caerse sobre ella ,  acerco su verga hasta que esta, rozó las carnes de su madre dejándosela ahí , moviéndose suavemente.  Era tan excitante ver su verga en el culo desnudo de una mujer, sintiendo el suave roce de sus partes ,  que solo duró un par de minutos, cuando tanta excitación le jugó una mala pasada y su semen se le escapó , manchando un poco sus nalgas y el resto que cayó en la cama . La limpió con una ropa de ella misma que estaba en el piso, le acomodó el vestido  y volvió a su cuarto, donde a los pocos minutos se quedó dormido.

Su madre nunca supo lo que había pasado,  todo transcurría normal en sus vidas, aunque sus pensamientos impuros hacia esa mujer se acrecentaban a pasos agigantados.

Pasó una semana, cuando Luis volvió a su casa mas borrado que nunca. Había estado fumando con sus amigos marihuana, más un vino de mala calidad que le había hecho pésimo. Al entrar a tumbos a su casa, su alcohólica madre estaba tirada en el sofá, completamente inconsciente. A pesar de lo borracho que estaba ,  no lo dudó, sabiendo lo que podía hacer con ella en ese estado.

La tomo como pudo con todas sus fuerzas  y  a duras penas, la llevo a su cuarto. Estaba tan mareado que incluso tropezó y  se cayeron entrando al cuarto de su madre, pero ni eso ni eso la despertó, estaba completamente inconsciente.  Prácticamente la arrastró hasta el cuarto  y con gran esfuerzo la subió,  dejándola de boca sobre la cama, como la dejó, ahí quedo.

Se quedó  de pie recuperándose de su gran esfuerzo, mirándola fijamente como un pedazo de carne, aunque el cuarto daba vueltas en su mente, absorto con las generosas nalgas de su progenitora.  Sin ninguna delicadeza, y como premio por su esfuerzo, le tomo el vestido desde abajo y se lo levantó descaradamente hasta arriba de la cintura,  dejando su gordo culo completamente expuesto.

Su mente no reaccionaba, era solo un deseo incontrolable de ver tan abundantes carnes a su disposición. Se quedó de pie con la mente ida, admirando lo que tenía en frente. Pensó que sería maravilloso que estuviese sin calzones y pensando,  que si con la caída que se había dado, no se había despertado, no se daría cuenta si él se los bajaba. Mas se demoró en pensarlo que en hacerlo. Le tomo los calzones y se los bajo hasta sus rodillas. Su verga recién comenzaba a reaccionar, adormilada con tanta droga y alcohol. Se la saco afuera y se masturbó, aunque aun estaba flácida.

Quiso tener más motivación aun y envalentonado por las drogas, terminó de sacárselos por completo y no solo eso, sino que le abrió  las piernas, para verla por completo. Ahí yacía su madre tumbada en la cama, sin calzones , con las piernas abiertas, mostrándole todo su sexo a su pervertido  hijo.

Ahora si su verga despertaba y se ponía dura en su mano.  Acercó su cara a sus nalgas, viendo mucho más de cerca su trofeo, hasta podía sentir el olor que emanaba de su concha. No se contuvo y suavemente comenzó a tocársela, mientras ella roncaba profundamente, sin enterarse de lo que pasaba.

Jamás había visto una concha tan de cerca, menos tocarla tan descaradamente, era morbosamente excitante y continuó admirándola , tocándola , abriendo sus labios. Apoyado en el estado de inconsciencia de su madre,  ya jugando con ella, quiso llegar más allá y metió un dedo dentro de su sexo.

Estaba extasiado a más no poder, su dedo entraba y salía del sexo de su madre que ni siquiera se movía.  Su mente perdida ya no evaluaba el riesgo de lo que estaba haciendo y cometiendo una locura, acerco su cara hasta el sexo de su madre, primero besando sus nalgas  para  luego, con su lengua saborear el sabor su sexo. Una y otra vez su lengua probó el sabor de su madre con un fuerte olor que inundaba toda su nariz.

Estaba cegado por la calentura, ya no se aguantó más, una oportunidad como esta no se le presentaba todos los días y sin dudarlo, se sacó los pantalones , colocándose sobre su madre sin tocarla, aguantando todo su peso en sus brazos ,  llevo su verga a las nalgas de su madre.  Solo con sentir el roce de su piel sobre la punta de su verga ya era delicioso, luego se las separó y las soltó dejado su verga entre ellas moviéndose suavemente como su la estuviese penetrándola, hasta que ya sin importarle nada, busco entre sus carnes su entrada prohibida y cuando la encontró , ejerciendo un poco de presión, su verga entró deliciosamente en  el cuerpo de su madre.

Comenzó a moverse despacio, metiendo solo la punta, disfrutando al máximo de la concha de su madre, que poco a poco se lubricaba, haciendo que la penetración fuese más placentera y más profunda. Se mantuvo apoyado en sus brazos todo lo que pudo aguantar, penetrándola una y otra vez y cuando hasta que sus brazos ya no aguantaban su propio peso, eyaculó dentro de ella, abundantemente, sin importarle nada, solo su satisfacción personal.

Había sido grandioso, al fin cumplía su fantasía. Ni siquiera sentía arrepentimiento de haber abusado así de su madre, estaba contento y satisfecho por lo que había hecho. Muy mareado, cansado, sin fuerzas, agarró los calzones de su madre, juntó sus piernas y se los volvió a colocar. No tenia las fuerzas de acomodarla mejor en la cama y  a pesar de todo lo que le había echo, no quiso hacerlo para que no se fuera a despertar.  Apenas se acostó en su cuarto, se quedó felizmente dormido.

Su madre nunca se enteró de lo que había pasado, solo que su hijo estaba raro, quizás algo mas cariñoso con ella , algo extraño en el, pero no le dio importancia.  Pasaron unas semanas y  una noche , luego de beber bastante con su amiga vecina, entró a duras penas a su casa.  Todo se le daba vuelta, se sentó en el viejo sofá, tratando de reunir fuerzas para ir hasta su cuarto, pero hasta ahí no mas llego y se quedó profundamente dormida.  Al rato siente que la llevaban a su cuarto, obviamente tenía que ser su hijo , pero estaba tan borracha que no ayudaba en nada.  Sintió cuando la dejaron caer sobre la cama y volvió a perder la conciencia.  Dormía profundamente cuando algo la despertó….