Incesto en la casa de mi hermana

Le lamimos las axilas. Luego le magreamos y mamamos una teta cada uno. Sacamos nuestras pollas empalmadas. Cogió una con cada mano...

Mi sobrina Helena estaba sentada en uno de los taburetes de la barra de un puticlub con la cabeza baja y perdida entre sus pensamientos. Me senté en un taburete que estaba al lado del suyo, pedí un 1866 y le dije:

-¿Cuánto?

Giró la cabeza y me dijo:

-Tú siempre tan bromista, tío

Con una sonrisa en los labios y mientras la camarera me servía el brandy, le pregunté:

-¿Qué haces en un sitio cómo este a estas horas?

-Matando el tiempo.

No estaba de buen humor. Intuí que le pasara algo

-¿Desde cuándo matas el tiempo en un puticlub?

Me respondió con otra pregunta.

-¿Qué haces tú en un bar de putas? ¿Aprovechas que tía Begoña va de compras a París con mi madre para echar una cana al aire?

-No, hago un trabajo para el periódico.

-¿Qué clase de trabajo se puede hacer en un sitio como este?

-Un test.

Puso cara de "mientes más que hablas."

-Si, sí, un test, tú vienes a putas.

-No, vengo por cuestiones de trabajo.

-Supongamos que no me mientes. ¿De qué va el test para hacerlo en un puticlub?

  • Son preguntas de tema sexual.

Pasando la yema del dedo medio de su mano derecha alrededor de la boca de la copa y mirándome de reojo, me preguntó:

-¿Pagas por responder a esas preguntas?

-Pago cincuenta euros.

Quería pillarme, pues tenía la creencia de que había ido a putas, y no se equivocaba, pero el test era verdad que lo tenía que hacer.

-Pregunta

-Son preguntas muy íntimas, Helena

-Ando muy necesitada de dinero.

Saqué un pequeño bloc donde tenía escritas las preguntas y empecé a preguntar.

1- ¿Qué buscas en una historia de amor? A-Vivir buenos momentos. B-Experimentar sensaciones fuertes. C-Seguridad afectiva y financiera.

-¡Coño! Era verdad.

-¿Respondes o te rajas?

-Yo no me rajo nunca. ¿Me podías repetir la pregunta?

Se la repetí y me respondió:

-Vivir buenos momentos.

2-¿Cuál es la primera palabra que asocias al sexo?

Amor, pareja, placer pasión, cariño, deseo, satisfacción, cama, felicidad, caricias, coño, polla.

-Polla.

3-¿Qué edad tenías cuando tuviste tu primera relación sexual?

-Era muy joven.

4-¿En qué lugar tuviste tu primera relación sexual?

-En un sitio cómodo.

5-¿De media cuántas relaciones sexuales tienes al mes? 0, 1, 2, de 3 a 8, de 8 a 16, más de 16.

-Menos de las que quisiera.

6-¿Qué nivel de fidelidad tienes, siendo diez muy fiel y uno muy poco fiel?

-Diez.

11-¿Si tu pareja te fuese infiel le serías infiel por despecho?

-Sí.

12-¿Cuántas relaciones sexuales has tenido?

-Varias.

13-¿Has hecho sexo en grupo?

-No.

14-¿Consideras normal usar en la cama algún juguete sexual?

-Sí.

15-¿Consideras normal pagar o cobrar por tener sexo?

-No.

16-¿Consideras normal masturbarse teniendo pareja?

-Sí.

17- ¿Consideras normal hacer un trío?

-Sí.

18-¿Consideras normal tener sexo oral?

-Sí.

19-¿Consideras normal tener sexo anal?

-Sí.

20 -¿Consideras normal tener relaciones sexuales con personas del mismo sexo?

-Sí.

-Ya está.

-Me alegro, las preguntas se hacía cada vez más comprometedoras.

Saqué la billetera. Le di cincuenta euros y luego tomé un sorbo de brandy. Mi sobrina se volvió a girar hacia mí y me dijo:

-Me extraña mucho que me hayas dado cincuenta euros por responder a tus preguntas sabiendo que te podía mentir.

-Puede que me hayas mentido al decir que ves normal lo de los tríos, en lo otro no creo que me mintieras.

Se apresuró a decir:

-Puede que lo hiciera con mujeres

-No creo que lo hicieras con dos mujeres, si acaso lo harías con una dos veces, o con dos y follando con una de cada vez.

Se puso alta. Siempre tuviera genio.

-¡Tú que carajo sabrás!

-O puede que hicieras un trío con dos imaginándolo en alguna de tus pajas.

-¡¿Me estás llamando pajillera, tío?!

Sonriendo le dije:

-No, mujer, te estaba sonsacando, y algo en limpio saqué.

Entró al trapo.

-¿Qué sacaste?

La toreé.

-Que eres bisexual.

Se dejó torear

-¿Y por qué no simplemente viciosa?

Me entró la duda.

-¿Lo eres?

No me sacó de la duda.

-A ti te lo iba a decir si lo fuera.

Ya entré a matar.

-¿Quieres hacer un trío con dos hombres esta noche?

Me miró cómo si yo fuera un bicho raro.

-¡Vete a la mierda, tío!

No le di importancia a sus palabras.

-¿Eso es un no?

-¡¿Quieres que te dé un cubo para ir a la mierda?!

-Si no me hubieras contestado que no a lo de pagar y cobrar por sexo te ofrecería cien euros por hacer un trío conmigo y con Jorge, tu padrastro. A primera corrida, o sea, después de corrernos cobrarías y te irías.

Cada vez estaba más furiosa.

-¡Me cago en todo, tío! ¡¿Me has visto cara de puta?!

-No, pero estás en una casa de putas, y muy normal la cosa no es.

-No, no lo es, pero follar contigo y con mi padrastro aún lo sería menos.

-Todo quedaría en familia.

-¡¿Se te fue la olla?!

-Sabes que Jorge hace años que te tiene ganas.

-Y tú también. Tengo ojos en la cara.

Aquella confesión me animó a tirar para delante.

-Vaya. ¿Qué se siente al saberse deseada?

No estaba para responder a más preguntas.

-Tú no estás trabajando para el periódico, tú venías a tiro fijo, venías a buscar una puta para hacer un trío con mi padrastro. Claro, las mujeres van a París y los señoritos van de putas.

Tomé otro trago de brandy, y luego le dije la verdad:

-El test lo tenía que hacer,  pero no  aquí.

-M

e lo hiciste para que pensara que no venías a putas.

-Sí. Te doy doscientos euros.

-Ni por un millón de euros me lo montaría contigo y con Jorge.

La camarera, que no perdiera detalle de la conversación, se me ofreció:

-Acabo en una hora. Si es a primera corrida puedo follar con los dos por cincuenta euros.

Helena me dijo:

-Ya tenéis con quien echar una cana al aire y está muy buena.

-Pues sí, tenemos, y está muy rica. Bueno, no me queda más que pedirte disculpas, pero por un momento se me hizo la boca agua pensando en Jorge y en mí dándote sexo oral, vaginal, anal...

-Para, tío, para. ¿Te estás disculpando o intentando calentarme?

-Disculpando. Ya no te molesto más.

-Eso ya está mejor. Paga mis copas por las molestias.

-Claro, y te invito a otra si quieres.

-Prefiero que me pagues el taxi a casa, que de noche las calles están peligrosas.

-Podríamos compartir el taxi. Te dejó en tu casa y luego vuelvo a buscar a esa preciosidad.

La camarera me dijo:

-Lucia, me llamo Lucía.

Acabé la copa y le dije:

-Échame otro 1866 y después llámanos un taxi, Lucía.

Poco más tarde salimos del bar subimos a un taxi y el taxista nos preguntó:

-¿A dónde os llevo?

La miré y le dije:

-Dile a donde te tiene que llevar.

-A la Avenida Calatrava.

En la Avenida Calatrava me estaba esperando mi cuñado Jorge. Aún a riesgo de joderla, le dije:

-Hay algo que se me escapa.

-¿Te acuerdas de la pregunta número once?

-Sí.

-Pues eso.

Ya no se me escapaba nada. Le di el número de la calle al taxista. Al rato entrábamos en casa de mi hermana y de mi cuñado.  Fuimos a la sala.  Jorge estaba sentado en un tresillo mirando una revista de automóviles. Al ver a Helena, me dijo:

-¡Debí de ir yo, coño, debí de ir yo! Se jodió la fiesta.

Encima de un mueble había una botella de brandy, me eché una copa y pregunté.

-¿Alguien quiere?

-Yo no -dijo Helena-. Mezclar bebidas no es bueno.

Helena se sentó en el tresillo al lado de su padrastro y se puso a mirar la revista. Señaló un auto con el dedo y le dijo:

-Este es el que me gustaría tener a mí.

-El Ferrari 488 GTB. No tienes mal gusto. ¿Vas a tardar mucho en irte?

Me bebí el brandy y luego me senté al lado de mi sobrina. Helena quedó entre Jorge y yo, le pregunté:

-¿Empezamos?

-Empezamos.

Helena se bajó la cremallera de la cazadora. Debajo solo llevaba un sujetador negro, lo quitó y sus encantos quedaron a nuestra disposición. Sonriendo le preguntó a su padrastro:

-¿Aún quieres que me vaya, Jorge?

Mi cuñado, embobado, le echó las manos a las tetas, se las sobó, y dijo:

-¡De aquí no te vas sin que te coma viva!

Helena levantó los brazos y los puso en la parte de arriba del respaldo del tresillo. Le lamimos las axilas. Luego le magreamos y le mamamos una teta cada uno al tiempo que sacábamos las pollas empalmadas. Cogió una con cada mano y las masturbó. Luego le quité el pantalón, para facilitar que se lo quitara levantó el culo e hizo un arco con su bello cuerpo. Le abrí las piernas con las dos manos, metí mi cabeza entre ellas y lamí de abajo a arriba repetidas veces. Jorge le metió la polla en la boca. Helena cogió su polla con una mano y acarició mi cabeza con la otra. Lamí su clítoris varias veces, de abajo a arriba, hacia los lados y haciendo círculos con la punta de la lengua sobre él. Luego lamí de abajo arriba el interior de su vulva y me encontré con una pista de patinaje hecha con jugos agridulces que tragué con ganas. Al ratito sentí gemir a mi cuñado y a Helena. Lamí su clítoris a todo gas y apretando la lengua contra él. Me dio lo que buscaba, una corrida deliciosa y larga cómo un día de mayo, diciendo:

-¡Qué rico, qué rico, qué rico...!

Al acabar de correrse puse mi polla empalmada en la comisura de sus labios. Quitó la polla de su padrastro de la boca y mamó la mía. Al rato nos masturbaba a los dos, lamía y chupaba una, lamía y chupaba la otra, metía las dos en la boca, las seguías meneando... Así estuvo hasta que Jorge se corrió en su boca. Escupiendo la leche puso la polla sobre el pezón de la teta izquierda y mi cuñado acabó de correrse sobre él. Terminó él y comencé a correrme yo. Helena frotó la polla sobre el pezón de la teta derecha y acabó con los dos pezones y las areolas cubiertas de leche. Su sorpresa fue mayúscula cuando vio cómo lamiendo y mamando limpiábamos nuestra corrida de sus tetas, pero no dijo nada, y no dijo nada porque le gustó vernos tragar nuestro propio semen.

Era hora de tomar otro brandy para enjuagar la boca. Helena, aunque no le gustaba mezclar, se animó.  Mandó el 1866 de un trago. El brandy la puso contenta y nos dijo:

-Yo ya he cumplido, pero si me hacéis un streeptease os dejo hacer más cosas.

Jorge y yo efectuando el streeptease tuvimos que hacer un ridículo espantoso, pues Helena se partió el coño con la risa, pero valió la pena para poder seguir follándola. Al acabar la música que había puesto en su teléfono móvil y estando totalmente desnudos, nos dijo:

-Sois unos cachondos. Os habéis ganado un tiempo extra. Vamos para la cama.

Helena desnuda era un monumento de mujer. Sus gruesas piernas parecían de culturista. Tenía el vientre plano y un ombligo metido hacia dentro. Sus tetas eran grandes y redondas y tenían areolas medianas y oscuras. Su largo cabello rubio cayendo por sus hombros y sus anchas espaldas parecían una catarata de rayos de sol, y si a esto añadimos unos ojos del color del cielo y unos labios carnosos, y,... ¡Y tenía un polvo brutal!

Jorge y yo fuimos para la cama y nos sentamos en el borde. Sabiéndose la reina del baile, nos dijo:

-Echaros boca arriba sobre la cama que os voy a dar un repaso.

Nos echamos sobre la cama. Jorge se echó en la parte izquierda y yo en la derecha. Subió encima de su padrastro y dándole la espada comenzó a follarlo. A mí me cogió la polla y me la meneó... Poco después estaba arrodillado delante de ella y entre las piernas de mi cuñado. Me comió la boca mientras su culo volaba de delante hacia atrás y de detrás hacia delante metiendo y sacando, metiendo... Al llegar la polla al fondo del coño se oía: "¡Clashhhh, clashhh, clashhhh, clashhhh...!" Sin decir palabra, y con los ojos cerrados me llevó la boca a su teta derecha. Luego de lamer el pezón y la areola se la mamé hasta que sus manos llevaron mi boca a la teta izquierda... Tiempo después abría los ojos, apretaba el culo contra su padrastro y decía:

-¡Me corro en tu polla, Jorge!

Corriéndose se deshizo en gemidos. Al acabar de gozar se echó boca arriba sobre la cama y sacó su lado oscuro:

-Atarme y hacerme de todo. ¡Matarme de gusto!

La atamos con cuatro cintas. Yo le até las manos a dos barrotes de la cabecera de la cama y Jorge le ató los pies a la altura de los tobillos a los pies de la cama. Luego Jorge le puso la polla en los labios. Helena le lamió el capullo. Yo metí mi cabeza entre sus piernas y lamí su coño encharcado. Estaba rico, muy rico. Mi boca chupó sus labios vaginales, mi legua profanó su vagina y lamió su clítoris de todos los modos posibles y cuando mi boca lo chupó exclamó:

-¡Voy a llegar!

Al comenzar a correrse, Jorge le echó la mano a la garganta y no la dejó respirar mientras se corría. No paré de lamer luego de correrse, pues me encanta comer un coño después de corrido... Yo no sé si fue por las estrangulaciones de Jorge, porque como el coño cómo un diablo, o por ambas cosas, el caso fue que Helena se corrió seis veces en menos de dos minutos y el placer que experimentó fue mayor en cada orgasmo que iba teniendo. Con el último orgasmo casi no podía respirar. La dejamos descansar. Nos tomamos un par de copas y hablamos de cosas que a nadie interesa, luego volvimos a la cama. Iba a meterme entre sus piernas para darle más placer, pero me dijo:

-Otra vez no, por favor, otra vez no que me puede dar un chungo. Soltarme.

La soltamos, se sentó en el borde de a cama y dijo:

-No sabía que era multiorgásmica.

Jorque le dijo:

.-Muchas mujeres lo son y no lo saben.

Echándose de nuevo sobre la cama, nos dijo:

-Os toca disfrutar a vosotros.

Tocaba... Al rato mientras le mamaba la polla a su padrastro le levanté el culo, le clavé la polla en el coño y le di caña de la buena. Se repitieron los ruidos al llegar la polla al fondo del coño: "¡Clashhhh, clashhhh, clashhhh, clashhhh...!" Poco más tarde levantó la pelvis y entre espasmos su coño bañó mi polla. Con el coño abriéndose y cerrándose sobre mi polla,  dijo:

-¡Otro orgasmo más!

Al acabar de correrse, aun respirando con dificultad, nos dijo:

-Correos en mi cara o dónde queráis.

Le saqué la polla del coño y me eché a su lado, pero al revés, con mis pies al lado de tu cabeza. Me preguntó:

-¿Por qué te pones al revés, tío?

No le respondí a la pregunta, le dije:

-Ponme el coño en la boca.

-Joder, no te cansas de comer coño.

-¿Te disgusta?

-Al contrario, me encanta que me lo comas, pero....

-Ponlo, te voy a hacer correr solo una vez.

Puso el coño en mi boca y dijo:

-Toma, goloso.

Saqué la lengua y se la enterré en el coño. Jorge subió a la cama, hizo que se doblara hacia delante, le lamió el ojete y después le puso la punta de la lengua en la entrada. Helena dijo:

-¡Qué cabrones! Os veo venir.

Moviendo el culo muy lentamente fue metiendo y sacando la lengua del coño y del culo, lento, aprisa, lento, aprisa... Por mi lengua bajaban sus jugos y caían en mi boca. Tiempo después sus gemidos se hicieron escandalosos y se corrió cómo una loba.

-¡Me corro otra vez, bribones, me corro otra vez!

Al acabar se quiso quitar de encima, pero al quitar el coño encharcado de mi cara se lo llevé a mi polla. Nos dijo:

-Me vais a matar a polvos.

Le clavé la polla de una estocada, luego la saqué hasta dejar solo la puntita dentro para que Jorge le follara el culo. Le metió la polla despacito. El culo la recibió con agrado. Empezó una doble penetración sincronizada, o sea, al sacarla Jorge del culo la metía yo en el coño, y al sacarla yo del coño la metía él en el culo. Helena solamente abrió la boca para gemir y luego para decir:

-¡Un orgasmo mas!

Se corrió diciendo:

-¡Vueeeeelooooo!

Mientras volaba Jorge le llenó el coño de leche. Yo la saqué y me corrí en su vientre.

Al acabar de follar estuvimos un rato tomando unas copas y hablando. Cuando le iba a dar los doscientos euros me dijo:

-Hasta el domingo no vuelve mi madre. Me quedo a dormir aquí. Ya me pagaréis cuando me vaya

Jorge le preguntó:.

-¿Y tu marido?

-¡Qué sufra!

Quique.