¡Imaginad!

Imaginad que estáis en una reunión de amigos, tres parejas puede ser más que suficiente.

Imaginad que son las dos o las tres de la mañana, es verano, hace calor y estáis charlado animadamente en el jardín de un chalet de las afueras.

Imaginad que la pareja que vive en el chalet de al lado regresa en esos momentos a su casa. Son amigos de los propietarios y al oír voces llaman a la puerta. Entran y se establece una breve conversación del tipo… ¿qué hacéis…, de dónde venís a estas horas…, os apetece una copa…? y se acaban incorporando a la reunión.

Inciso: todos lleváis ropa informal, veraniega, vestidos playeros más o menos escotados las mujeres, bermudas y polos o camisas abiertas los hombres.

Imaginad que uno de vosotros lanza súbitamente una broma o un órdago o un vacile (como prefiráis llamarle). Mejor si es una de las mujeres. Puestos a imaginar, mejor si es la propietaria de la casa:

-          Pues nos habéis pillado en un momento muy interesante, estábamos a punto de empezar con un intercambio. De hecho tengo las papeletas para hacer el sorteo de las parejas (sacando de uno de los bolsillos unos papelitos que bien pudiera ser la lista del súper)

-          ¿Os apuntáis?

Imaginad que la pareja recién llegada, tras mirarse un momento a los ojos, responde con entusiasmo.

-          Claro, por supuesto, encantados.

Y sin dar tiempo a que nadie reaccione comienzan a desnudarse. Ella, que lleva también un vestido ligero, descabalga los tirantes de los hombros y lo deja caer al suelo quedándose, en menos de dos segundos, con un pequeño tanga como única vestimenta. El tarda algo más en sacarse la camiseta por la cabeza y en tirar de sus bermudas hacia los tobillos, para dejarse tan solo un ajustado bóxer.

Antes de que ninguno de vosotros pueda salir de su asombro, os encontráis con dos personas prácticamente desnudas prestas a entrar en una lotería para un/una acompañante de ocasión en una noche loca.

Imaginad como terminó aquella velada y las consecuencias que tuvo en la relación futura de aquellas ocho personas.

¡Imaginadlo!