Imaginación
He visto las fotos de Piru en la red y me he imaginado la situación que acompaño y espero que disfruten.
"Imaginación"
(relato de David inspirado en las fotos y relatos de Piru)
Imagínate Piru que te abrazo desde atrás y sientes mi respiración en tu cuello, te beso la nuca y esas mejillas que tanto me gustan, mordisqueo el borde de tus orejas, paso la lengua por tu cuello hasta tus hombros mientras que con las manos empiezo a tocar tus senos por debajo de la blusa. No tienes brassier. Te doy la vuelta y te la levanto. Tus ricos senos quedan al descubierto, les unto un poco de Amaretto frotando tus pezones entre mis dedos y te los chupo hasta que quedan limpios. Repito la operación varias veces, lamiendo cada vez con más fuerza y con lengüetazos más rápidos hasta que te veo tener un orgasmo, la práctica hace al maestro.
Cuando termino de lamerte los senos te tomo de la mano y te llevo a la cama, te desvisto y te acuestas boca abajo. Empiezo a besarte la espalda suavemente, apenas rozándote la piel, haciéndote sentir escalofríos, mientras hago lo mismo con mis manos sobre tus muslos. Sigo bajando por tu espalda y paso por tus nalgas hasta llegar a la parte de atrás de tus rodillas. Ahí empiezo a lamerte pierna arriba por los muslos, ligeramente dulces como siempre, hasta llegar a tus nalgas. Me alejo un poco hacia los lados, siguiendo la curva de tus caderas y regreso al centro justo donde comienzan tus nalgas, empiezo a bajar por entre ellas mientras tu levantas las caderas para facilitarme el trabajo, encuentro tu año y doy vueltas alrededor de él con mi lengua, poco a poco tratando de introducir mi lengua en él pero tú no puedes quedar quieta, no es fácil, entonces bajo un poco más y saboreo los exquisitos jugos que brotan de tu húmeda vagina.
Te doy la vuelta para poder lamerte con más comodidad. Tus piernas se abren para mostrarme esa deliciosa entrada rosadita, levanto tus piernas dirigiendo tus rodillas hacia fuera y arriba en dirección a tus hombros. Me fascina verte así, abierta, toda una invitación a entrar en ti y siento una especie de golpe de corriente en la punta del pene, pero mi boca hambrienta tiene prioridad ahora. Me acerco y empiezo a lamerte los labios y a chupar ese botoncito de clítoris que tienes, tratando de sacarlo de su escondite. Empujo tus piernas un poco más para poder lamerte desde el ano hasta tu clítoris en una sola pasada, una y otra vez, recogiendo cada gota de néctar que fluye de tu vagina ¡qué manjar! Veo cómo gozas, orgasmo tras orgasmo, me encanta ver cómo te estremeces y luego quedas tensa por un momento sintiendo el éxtasis, para luego iniciar el ciclo otra vez. Decido ayudarte a sentir más, colocando mi dedo medio sobre tu ano, el cual cede con facilidad y acaricio ese borde musculoso sintiendo tu calor interno mientras sigo lamiendo tu vagina tratando de hundir cada más la lengua en ella. Tú simplemente ya no sabes si es de día o de noche, ni siquiera sabes dónde estás, nada importa, solo el placer.
Estás descansando en la cama acostada ligeramente de medio lado después de tanto placer cuando sientes un beso en la espalda y mi cuerpo desnudo montándose en el tuyo. Te estiras para quedar completamente boca abajo y abres ligeramente las piernas cuando sientes mi pene entre ellas. Pronto sientes la punta presionando sobre tus labios que se abren mientras mi verga empieza a entrar en ti. Se desliza hacia adentro sin problema entre tus abundantes jugos, lentamente y tú sientes como tu vagina se acomoda alrededor de él. Yo te digo al oído ¡qué delicia! ¡qué vagina tan rica tienes! Y dejo escapar un suspiro de placer. Llego hasta el fondo y tú te sientes llena con ese rollo de carne caliente pulsando en tus entrañas. El placer te inunda de nuevo y dejas escapar un gemido. Quito el cabello de tu cara para besar tu mejilla y tu boca. Comienzo un lento mete y saca, sintiendo cada centímetro de tu interior, tú sientes como sale hasta quedar casi afuera dejándote vacía solo para sentir cómo te llena de nuevo inmediatamente después. Levantas tus nalgas tratando de lograr que te penetre más, pero mi cabeza ya da contra el fondo, siento el pequeño bulto que hace la entrada de tu útero. Empiezo a hacer movimientos circulares con la cadera para frotar mi verga contra todas las paredes de tu vagina, tú sientes como si la punta girara también contra el fondo de ella. Te lamo la mejilla, el cuello y los hombros cada vez más excitado, aumento la velocidad de los movimientos mientras tu cuerpo pide más placer y pronto explotas en una serie de orgasmos mientras clavas tus uñas en el colchón y me gritas: así,.... siiii.... más.... qué rico.... dale.... no pares.... ahhhhhh... qué vergota....
Yo me sigo moviendo solo para sentir cómo te estremeces, para ver cómo gozas, me encanta verte disfrutar, me contengo pensando en alargar tu placer. El sudor une nuestros cuerpos. Tomo tus caderas y nos levantamos para que tú quedes en cuatro, te acurrucas, cerrando las piernas conmigo adentro. Me muevo otra vez sintiendo tu vagina más apretada y tú empiezas a gemir con más fuerza. Pronto no puedo contenerme más y lleno tu vagina con mi semen caliente mientras trato de hundir mi verga más tomándote de los hombros con las manos y doy un largo grito de placer. Tú sientes como mi leche fluye dentro de ti. Nos deslizamos para quedar acostados de medio lado sin dejar salir mi pene y te abrazo pellizcando un pezón entre mis dedos. Tu entrepierna, tus dulces muslos, tus nalgas y mis muslos están cubiertos de una mezcla de tus jugos y nuestro sudor. Volteas la cabeza pidiendo un beso el cual con gusto te doy, aunque tenemos la boca seca. El olor a sexo inunda el ambiente.