Image Taboo [Arizu] (06).
Rivalidad.
Capítulo 06.
Rivalidad.
Arizu se sentó frente a la cámara. Habían pasado varias horas desde su discusión con Selina. Consideró que ya estaba lo suficientemente tranquila como para hablar del asunto como si no le importara. Debía convencer a sus seguidores de que todo lo dicho por Selina no fueran más que puros delirios de una persona que solo busca publicidad.
―Hola a todos ―saludó a sus espectadores, con una cálida sonrisa. No se puso ningún escote, para dar esta charla quería estar lo más discreta posible―. Seguramente ya habrán visto el video que publicó Selina, comentando que aquella filtración en la que se la ve en actitud sexual con tres hombres, es real. ―Levantó tres dedos de su mano izquierda, para dar más énfasis a sus palabras―. Tal vez sea así, o quizás Selina solo esté aprovechando este “boom mediático” para publicitarse; no sería la primera vez que vemos como ella busca llamar la atención de forma poco ortodoxa. ¿Recuerdan aquella vez en la que Selina subió un par de fotos en tanga a su cuenta de Instagram?
Arizu sabía que ese era un golpe bajo, era cierto que Selina hizo eso con la intención de juntar más seguidores, ella misma lo confesó; Arizu fue la primera en decirle que se olvidara del asunto y que aprendiera la lección. Ahora era justamente ella quien traía el tema a colación. Pero Selina se lo había buscado, por bocona.
―Ella misma apareció en un video de YouTube, llorando y pidiendo disculpas por haber hecho eso. Su
Coeficiente de Moralidad
bajó varios puntos, por haber hecho eso… le costó mucho trabajo recuperarlos. Sin embargo todos sabemos que TuVip es una plataforma en la que el CdM no puede interferir. Acá Selina, y cualquiera que se lo proponga, puede usar tretas para ganar seguidores. Para colmo llegó Image Taboo, para complicarlo todo aún más. Hoy en día es muy difícil determinar si un video porno es real, aunque la propia persona involucrada lo admita. Especialmente si esa persona es alguien que siempre se esforzó mucho por ganar notoriedad.
Había pensado detenidamente en todo este discurso. A ella le importaba una mierda que Selina dijera que el video era real; pero al introducir la duda en los espectadores podía lograr que muchos desconfiaran de las palabras de Selina. Esto allanaría el terreno para lo que quería decir a continuación:
―Selina también habló de algunas fotos mías que, según ella, son reales. No sé quién la autorizó a decir eso, porque yo no fui. Estoy muy enojada con ella, nunca creí que me fuera a traicionar de esta manera. Ustedes saben que siempre le abrí las puertas de mi canal, y que hicimos muchos videos en colaboración. La ayudé mucho y ahora, que ya tiene esa popularidad con la que tanto soñó, me apuñala por la espalda. Me da la impresión de que Selina no quiere compartir la cima con nadie, por eso empezó a decir esas cosas. Tal vez, en su retorcida forma de pensar, cree que la gente le va a tomar cariño si admite que se portó mal… al estar chupando vergas; o tal vez imagine que mucha gente se va a excitar viéndola hacer algo así, y que por eso la empezarán a seguir. No estoy segura de por qué me metió a mí en todo este quilombo. Quizás, si las cosas no le salen tan bien, puede dirigir la atención hacia mí, diciendo que esas fotos son reales. Vi esas fotos a las que hace referencia y debo admitir que son muy buenas, parecen totalmente reales, y hasta dan la impresión de haber sido creadas por alguien que conoce de fotografía. Por supuesto que esa persona también sabe usar muy bien Image Taboo, porque las imágenes quedaron perfectas. Pero no son reales. ―No quería perder demasiado tiempo hablando de las fotos, porque eso haría sospechar a algunos de sus seguidores. Prefirió tratar el tema como si le estuviera dando poca importancia. Volvió a hablar de su colega―. Debo decir una cosa: ¿cabe la posibilidad de que el video de Selina sea real? Tal vez sí. No lo puedo asegurar, en mi opinión es falso; pero… de ser real, entonces Selina sí que estuvo portándose muy mal. Porque puedo entender que una mujer chupe una verga; yo alguna vez lo hice... ¿pero tres a la vez? Eso ya es de putas ―A Arizu se le revolvió el estómago, no solo por estar diciendo esa palabra tan fuerte ante las cámaras, sino por el velado recuerdo de aquella vez en la que se había portado un poquito mal. Ella intentaba, con todas sus fuerzas, hacer desaparecer esos recuerdos. Quería vivir haciendo de cuenta que nada de eso había ocurrido realmente. Que todo había sido un mal sueño; pero los recuerdos siempre volvían para atormentarla―. Si Selina se animó, con tanta soltura, a chupar tres vergas a la vez, lo más probable es que lo haya hecho antes, o que al menos haya chupado dos al mismo tiempo, en más de una ocasión. Una mujer sexualmente inexperta no pasa de chupar una verga a chupar tres a la vez. Al menos así lo creo yo. Debió haber probado varias veces al menos con dos. De otra forma no me explico cómo se animó a hacer tal cosa, porque ella muestra un poco de resistencia al principio; pero después empieza a comer verga con total naturalidad. Claro, teniendo en cuenta que el video sea real, por supuesto. De ser falso, bueno… aquí estaríamos hablando de un intento desesperado por obtener atención. En fin, eso es todo lo que tengo que decirles por ahora, ya les dejaré algún nuevo video, hablando de otras cositas que tengo en mente. ¡Saludos!
Se despidió con su radiante sonrisa.
Nerali sintió un nudo en su garganta cuando el video de Arizu terminó. Toda la alegría que había sentido unas horas antes, al escuchar las palabras de Selina, se desmoronó. Ahora estaba llena de rabia. Una de las dos mujeres mentía y Nerali quería creer que la mentirosa era Arizu… sin embargo la rubia tenía razón en algo: más de una vez Selina mostró fuertes deseos de captar la atención. A veces con métodos no muy bien vistos entre los moralistas, como publicar algunas fotos en bikini en sus redes sociales, o esas famosas fotos con una tanga que le marcaba mucho los labios vaginales. Pero si Nerali tenía que poner a las dos mujeres en una balanza, la que pesaba más era Arizu. La detestaba, estaba harta de ella. Sabía que su opinión era impopular, todo el mundo parecía haber sido embelesado por esa rubia falsa, cuyo único talento era tener buenas tetas.
Cuando Nerali comenzó a grabar sus primeros videos para YouTube, creyó estar dando inicio a su carrera como influencer. Supuso que tenía todo para ganar: era joven y bonita, tenía una sonrisa encantadora y (según sus conocidos), lucía como una chica buena y confiable. Se consideraba más hermosa que Arizu, sus facciones eran más delicadas y estaba convencida de que las morochas son más lindas que las rubias. Su piel pálida contrastaba muy bien con su oscuro cabello y sus labios turgentes la hacían muy sensual; pero sin llegar a otorgarle un aspecto obsceno.
Lo que más acomplejaba a Nerali era que sus pechos pequeños no podían competir con las voluminosas tetas de Arizu; sin embargo sabía que tenía un culo excepcional, bien grande y con una forma redonda casi perfecta; era bajita, pero sus piernas estaban muy bien torneadas. De todas maneras Nerali nunca se animó a usar sus atributos físicos para obtener seguidores. Consideraba inmoral eso de andar mostrando el culo, así sea con un bikini en la playa.
A pesar de todas sus ventajas, el camino se le hizo cuesta arriba todo el tiempo. Puede que su actitud hacia Arizu tuviera algo que ver con esto. Nerali había sido una de las primeras en criticar a Arizu por usar escotes tan prominentes, y fue justamente eso lo que la motivó a generar su propio contenido audiovisual. Algunas personas halagaron sus comentarios y por ser tan valiente como para oponerse a “la perfecta Arizu”. Porque sí, Arizu podía tener muchos seguidores, pero también tenía unos pocos detractores.
Para comunicarse con los Moralistas que visitaban YouTube, creó el seudónimo “Nerali”, usando la primera sílaba de cada uno de sus nombres: Nerea Alicia.
Grabó su primer video con tanto entusiasmo como nervios. No fue fácil hablar a una cámara, sabiendo que mucha gente vería eso. Sin embargo tenía confianza en sí misma.
Al primer video no le fue tan mal, le ayudó a recaudar un puñado de seguidores; algunos de ellos muy fieles, que aún la acompañan. Siguió generando contenido, explicando cómo entendía ella el moralismo; pero la cantidad de suscriptores prácticamente no subía. Esto la desmoralizó mucho y más de una vez estuvo a punto de abandonar todo. Llegar a la gente, a través de contenido audiovisual, no era tan fácil como ella había creído.
Varios de sus fieles seguidores le explicaron que se había vuelto impopular al ir en contra de Arizu desde el principio, y de forma tan directa. Tal vez si lo hubiera hecho con un poco de sutileza, la cosa sería muy diferente. Pero Nerali confiaba en uno de los mayores Principios Moralistas: Decir siempre la verdad. Creyó que esto bastaría para agradar a la gente.
Ahora, con todo este asunto de las fotos y videos supuestamente filtrados, Nerali llegó a la conclusión de que podía empatizar con Selina, al menos ella había dicho la verdad al reconocer que se había comportado mal. Sí, lo que había hecho era inmoral, una chica respetable no puede andar chupando vergas, y mucho menos tres a la vez. Pero al menos Selina se mostró arrepentida por eso, no lo negó.
Nerali estaba convencida de que Selina era quien decía la verdad. Siempre consideró que Arizu no era del todo honesta. Era sabido que Arizu tuvo al menos un novio, con el que intimó sexualmente. Sin embargo a Nerali le llegó un rumor mucho más fuerte. Uno de sus seguidores de confianza le contó, en un extenso email, que tenía fuertes sospechas de que Arizu mantuvo relaciones extramatrimoniales con un hombre casado, varios años mayor que ella.
Cuando Nerali expuso este rumor en internet, llegó su “pequeño gran auge”. Estas duras críticas a Arizu le hicieron ganar cierta visibilidad en YouTube; lamentablemente la mayoría de la gente entraba para insultarla y amenazarla. Eran los propios seguidores de Arizu que, tal vez (sospechaba Nerali), habían sido enviados por ella. Sin embargo no todo fue tan mal, hubo gente que confió en Nerali y así ganó un nuevo grupo de seguidores, que la apoyaban para que siguiera generando contenido.
Ese “pequeño gran auge” no duró mucho. Apenas un par de meses después llegó el principio de su caída; ahora, un año después, aún se encontraba en ese proceso. Le estaba costando horrores generar contenido de calidad. No sabía de qué hablar. Aparentemente todo lo importante sobre moralismo ya había sido tratado por otras personas con más seguidores, como la misma Arizu. Mucha gente criticó a Nerali de estar repitiendo contenido generado por otros; pero ella no hacía tal cosa. No tenía la culpa de que los Principios Moralistas fueran las mismas para todos.
Sus seguidores, en lugar de subir, comenzaron a bajar. Esto sumió a Nerali en una profunda depresión, que la llevó a cerrar su canal de YouTube; no quería ser testigo de la muerte del mismo, eso sería demasiado doloroso.
Muchos de sus fieles seguidores se lamentaron por el cierre del canal y le rogaron que volviera a abrirlo. Conmovida por estas palabras, Nerali volvió a habilitar los videos, aunque ya no subió tanto contenido como antes. La última vez que subió algo fue para quejarse de una película que pretendía ser moralista; pero que, según ella, no lo era. Este video tuvo tan poco éxito como dicha película. A nadie le importaba la crítica sobre una película que pocos habían visto.
Luego empezó todo el asunto de Image Taboo. Desde entonces Nerali dedicó su tiempo a analizar el asunto, intentando mantenerse lo más alejada posible del contenido sexualmente explícito. Se guió por los portales de noticias, que informaban de este contenido, sin mostrarlo. Así supo que una de las primeras afectadas fue la misma Arizu. Nerali sí creía que Image Taboo era real, y que era capaz de producir imágenes muy similares a la realidad. Sin embargo creía conocer a Arizu mejor que nadie y estaba convencida de que la rubia mentía, tal vez no con todo el contenido; pero sí con la mayor parte.
Armándose de valor, Nerali vio uno de esos videos de Arizu, y se quedó totalmente asombrada cuando a la rubia le metieron una ancha verga por la concha, mientras ella suplicaba por más. Esta imagen le impactó mucho porque no estaba acostumbrada a mirar esa clase de contenido… y porque era real. Tenía que serlo, no cabía otra explicación. Arizu se había aprovechado de la situación y, para ganar más seguidores, filtró este video. Nada de Image Taboo… eso tenía que ser real.
En la mente de Nerali se estaba forjando un nuevo objetivo, esta vez tenía material para sustentar su campaña contra “Las Falsas Moralistas”, y Arizu era la más famosa de todas ellas. Sin embargo no podía llevar a cabo este proyecto en YouTube, la sola mención de actos sexuales provocaría el cierre permanente de su cuenta.
Aunque la idea no le gustara, no tenía otra opción: Debía crear una nueva cuenta… en TuVip. Al menos allí podría hablar de esos temas con total tranquilidad, sin poner en riesgo su CdM.
Llevada por la algarabía de su nuevo proyecto, Nerali abrió su nuevo canal en TuVip y grabó su primer video.
―Hola chicos, hola chicas ―saludó con todo su encanto natural, y una gran sonrisa. Se sentía algo incómoda, porque cabía la posibilidad de que nadie viera ese video; pero no debía lamentarse por eso aún―. Bienvenidos a mi nuevo canal, mi nombre es Nerali, seguramente algunos de ustedes ya me conocen, de mi canal en YouTube, y se preguntarán qué hago acá. ―Su voz temblaba un poco, aún no podía dominarse a sí misma frente a la cámara. No entendía como Arizu lo había conseguido―. Bueno, les comento que estoy dando inicio a un nuevo proyecto, o mejor dicho: voy a iniciar una nueva fase del proyecto que empecé en mi antiguo canal. Los que hayan visto mis viejos videos saben que soy una fiel defensora del Movimiento Moralista. Mis padres me criaron muy bien. ―Acostumbraba a mencionar a sus padres, ya que ellos eran grandes pilares en su vida. También eran quienes le mandaban el dinero suficiente como para vivir tranquila en su propio departamento. Nerali no tenía un empleo fijo, había iniciado muchos proyectos laborales, que incluían venta y diseño de ropa, hasta dibujos por encargo. Ella amaba el arte, pero ni siquiera en esto conseguía destacarse. Sin embargo sus padres siempre le mostraban su apoyo, ellos estaban muy bien económicamente y no tenían problema en mantener a su dulce y adorada hija―. Aprendí algo muy importante de mis padres: Si vas a seguir el Moralismo, entonces hacelo en serio. Ellos, al igual que yo, detestan a la gente que usa el Moralismo como una fachada para llevar una vida cómoda; pero que en realidad esconden secretos oscuros que van totalmente en contra de este Movimiento. Mi intención es exponer a las personas que hagan esto, y si tengo que dar nombres, lo haré. No me voy a esconder. ―Decir eso la hizo sentir mejor, le dio confianza en sí misma―. En internet todo el mundo conoce a Arizu, sin dudas ella es la “Moralista” más popular del país. ―Destacó las comillas con movimientos de sus dedos―. Desde hace tiempo pienso que ella no es tan honesta como nos quiere hacer creer. Ahora salió a la luz todo este asunto de los videos que, supuestamente, fueron generados con Image Taboo. Arizu sostiene que todo material audiovisual que la muestra a ella en clara actitud sexual, es falso. ¿Realmente lo es? Algunos piensan que la popularidad de esta influencer está decayendo. No me sorprendería que ella hubiera aprovechado todo el asunto para hacer publicidad. A ver, no digo que Image Taboo no exista, es muy posible que algunos de esos videos sean falsos… pero sé que hay muchos. No es que haya visto todos, mi educación Moralista me lleva a evitar mirar contenido sexualmente explícito; pero estuve siguiendo las noticias, en portales confiables, y se habla de que ya hay al menos diez videos sexuales de Arizu, y muchas fotos. Incluso llegué a leer por ahí que lo más probable es que las fotos hayan sido tomadas por Melisa Nevares, ya que se nota su estilo fotográfico en las imágenes. En fin, esto es solo un video de presentación, no quiero extenderme demasiado. Los invito a reflexionar sobre este asunto. Hasta pronto.
Nerali tomó aire, apagó la cámara y empezó a editar el video. Lo subió con el título “Las Falsas Moralistas”, ya que sería el eslogan de su proyecto. Luego se puso a escuchar música y a dibujar, estaba nerviosa y no quería pasar largos minutos pendiente del contador de reproducciones; al menos el dibujo la mantendría entretenida durante un rato.
Un par de horas más tarde decidió, por fin, revisar qué tal le estaba yendo al video. El primer impacto no fue tan doloroso, el contador de visualizaciones indicaba que al menos doscientas personas ya lo habían visto. Para alguien del nivel de Arizu esta cifra sería ínfima, en dos horas sus videos podían superar las cien mil reproducciones. Sin embargo, para Nerali era un buen número; algunos de sus videos de YouTube a duras penas habían conseguido superar esa cantidad de reproducciones totales.
El golpe duro llegó cuando empezó a leer los comentarios. La mayoría de la gente la agredía y la insultaba de formas que nunca antes había visto. De pronto lo entendió: en YouTube cada persona usaba una cuenta asociada al CdM, por lo que debían limitar su lenguaje, incluso si estaban molestos. Pero en TuVip eran completamente anónimos, podían decir cualquier barbaridad que se les antojara, sin sufrir represalias. Sin embargo lo que más le dolió no fueron los insultos, sino los comentarios que la criticaban con buenos argumentos:
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No sé cómo podés afirmar que los videos porno de Arizu son reales
―le decía una de estas personas―,
si ni siquiera los viste. ¿Acaso sos adivina?
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Me parece que la que busca publicidad sos vos, que nadie te conoce. ¡Qué casualidad que en tu primer video ataques a la Moralista más famosa de todas!
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Si querés que la gente te tome en serio, deberías tener algo para respaldar tus opiniones. Lo único que hacés es hablar por hablar
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Pero sin dudas el comentario más hiriente fue:
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Nerali, dedicate a otra cosa, ya fracasaste en YouTube. ¿También querés fracasar en TuVip? A nadie le importan tus opiniones
.
Eso era mucho más de lo que su frágil autoestima podía soportar. Apagó la computadora y se tiró a la cama, a llorar. Lo hizo hasta que se quedó dormida. De ser por ella se hubiera quedado en ese estado eternamente.
Anastacia Bernal recibió a su abuela con un fuerte abrazo.
―Hola, Dalma. Por fin volviste, te extrañé mucho.
Procuraba llamarla por su nombre de pila, porque a ella no le gustaba que le estuvieran diciendo “Abuela”. Era una mujer que se conservaba espléndida. A sus sesenta años parecía de cuarenta, gracias a que aún mantenía una buena rutina de ejercicio… y también con la pequeña ayuda de algún que otro cirujano habilidoso en eso de ocultar arrugas y mantener las cada parte firme en su lugar. No tenía ni una sola cana, ya que teñía su cabello de negro regularmente, a excepción de las puntas de los mechones delanteros, que eran rubias. Esto le brindaba un aspecto aún más juvenil. Anastacia no conocía ninguna otra mujer de sesenta años que se pintara el pelo de esa forma... aunque sí sabía de unas cuantas que mantenían las tetas igual de firmes, y las nalgas con una perfecta forma redondeada.
Alguna vez Dalma le había dicho a su nieta: “Cuando crezcas vas a agradecer que la tecnología para las cirugías plásticas haya avanzado tanto”. Anastasia no se imaginaba sometiéndose a cirugías plásticas; sin embargo no lo descartaba. Estaba muy contenta con su cuerpo menudo, con buena cintura y una cola que llamaba la atención de más de uno. No quería perder esos rasgos que tanto le gustaban.
―¡Hola, preciosa! ¿Alguna vez te dije que sos mi nieta favorita?
―Soy tu única nieta.
―Mejor así… ya me hace sentir vieja tener una… te traje algunos regalitos. ―Bajó la voz―. Hay un par de vestidos que tal vez tu mamá no te deje usar, pero guardalos, por si algún día tenés una ocasión especial para usarlo.
Anastasia soltó una risita nerviosa. No estaba del todo segura de a qué se refería su abuela con eso de “una ocasión especial”; pero supuso que tendría que ver con algún posible noviecito. A Anastasia la habían educado para no empezar a fijarse en hombres hasta que estuviera lista para contraer matrimonio. Tenía apenas dieciocho años, el casamiento no era una de sus prioridades… aunque varias veces había fantaseado cómo sería su fiesta, qué vestido usaría, cómo sería la decoración, qué música bailaría. Pero nunca le puso cara a su marido, en esas fantasías.
―Mamá está un poquito enojada conmigo.
―¿Otra vez? ―Dalma puso los ojos en blanco―. ¿Acaso hay un día en el que esa mujer no esté enojada con el mundo?
―No sé… es tu hija…
―Sí, pero yo no la crié tan… cabrona ―dijo ésto último en voz baja, las dos empezaron a reírse―. Eso lo sacó de su papá. Voy a hablar con ella, a ver si se le pasa. ¿Qué fue lo que hiciste para que ella se enoje?
―Me da vergüenza decirlo…
―¿Por qué? ¿Pensás que yo me voy a enojar igual que ella?
―Puede ser… pero por más que no te enojes… de verdad me da mucha vergüenza.
―Mmm… no sé qué anda pasando entre ustedes dos, pero lo voy a averiguar. ¿Querés estar presente mientras hablo con ella?
―No… prefiero…
―Ya sabés como es tu mamá, ella me va a contar su versión del asunto y no va a dar el brazo a torcer; pero si vos estás ahí, tal vez yo pueda defenderte un poco.
―¿Y si no querés defenderme?
―¿Mataste a alguien?
―¿Qué? ¡No!
―Entonces sí voy a querer defenderte. Sos mi única nieta, malcriarte es parte de mi rol como… como esa cosa que ya sabés, pero que no decimos.
―¿Como abuela?
―Shhhhh… te van a escuchar los vecinos. Les hice creer que soy una tía de tu mamá y me quité como quince años.
Una vez más Anastacia empezó a reírse.
―Está bien, voy a guardar todo lo que trajiste en mi pieza y vamos a hablar con mi mamá… aunque me muera de la vergüenza.
Vilma Bernal estaba llenando el lavaplatos cuando su madre y su hija irrumpieron en la cocina.
―Hola, querida ―saludó Dalma, con una gran sonrisa―. ¿No le vas a dar un abrazo a tu mamá?
―Hola.
El saludo de Vilma fue seco e impersonal, como si esa mujer fuera una desconocida. Le dio un flojo abrazo y volvió a los platos.
―Anastasia me dijo que estás enojada… y se te nota. ¿Se puede saber qué pasó?
Los ojos de Vilma centellearon y se posaron sobre su hija.
―Que te cuente ella.
Anastasia agachó la cabeza, cruzó los brazos en su espalda y movió el pie izquierdo como si estuviera aplastando un bicho imaginario. Como no dijo nada, Dalma tuvo que intervenir.
―Me dijo que todo este asunto le da mucha vergüenza…
―Debería… lo que hizo no es propio de una dama.
―¿Y por qué no me contás vos qué fue lo que hizo? Porque ella no quiere hablar de eso…
―Está bien, te cuento… y vas a ver que tengo mucha razón en estar enojada con ella. Ayer Anastasia me dijo que se iba a su cuarto a mirar unos videos de Arizu, como siempre ―no tuvo necesidad de explicar quién era Arizu, Dalma la conocía perfectamente, muchas veces se reunieron las tres para mirar videos de la famosa influencer―. No sé si te habrás enterado, pero hace poco aparecieron una serie de fotos y videos… de contenido sexual, con la imagen de Arizu.
―Algo escuché, pero cuando confirmaron que eran falsos, no le dí mayor importancia.
―Eso mismo hicimos nosotras… bah, eso es lo que yo pensé. Miramos un par de esos videos con Anastacia…
―¡Wow! ¿De verdad? ―Los ojos marrones de Dalma se abrieron como platos―. No te imagino mirando esas cosas, mucho menos delante de tu hija.
―Entonces me conocés bien, mamá. No lo hice porque quisiera, sino porque ella insistió. Fue un momento muy incómodo para las dos. Pero al menos Anastasia entendió que los videos eran falsos. Consideré que era mejor que no tuviera dudas. Le dije que esa era la única vez que los vería, me prometió que así sería… pero no cumplió con esa promesa.
―¿Volvió a mirar los videos falsos? ¿Por eso te enojaste tanto?
―No, esa es solo una parte de mi enojo. Cuando entré a la pieza lo primero que vi fue a Anastasia en la cama, completamente desnuda y con las piernas abiertas… y sí, ya te imaginarás lo que estaba haciendo, mientras miraba uno de los videos porno de Arizu. No tiene excusas, la sorprendí infraganti, frotándose el clítoris con los dedos, y sacudiéndose para todos lados, como si estuviera poseída.
Anastasia se puso roja, no quería mirar a los ojos de ninguna de las dos mujeres, tenía la impresión de que la derretirían con su mirada.
―¡Ay, hija! ―Exclamó Dalma―. Me parece que estás exagerando un poquito. ¿De verdad te enojaste tanto porque Anastacia se estaba haciendo una paja?
Vilma se puso pálida y miró a su madre como si fuera un fantasma.
―¿Te parece poco? Lo decís como si fuera algo insignificante…
―Me parece que no es para tanto.
Anastasia levantó la cabeza y miró a su abuela, como un cachorro que se portó mal y pide misericordia al más generoso de sus amos.
―Crié a mi hija para que entienda que una mujer no puede estar toqueteándose de esa manera ―dijo Vilma, su cara estaba recobrando el color y se estaba poniendo roja de rabia―. Ella sabe muy bien que lo que hizo está mal. ¿Para eso la llevamos todos los fines de semana al Templo?
―Es cierto que un principio moralista muy importante aconseja a las mujeres a no masturbarse ―Dalma habló con tanta calma como le fue posible―. Sin embargo no es una regla estricta… es una sugerencia. Está en cada una aceptarla o no… y creo que una chica de la edad de Anastasia debería masturbarse de vez en cuando.
―¿Pero qué decís, mamá? ―Increpó Vilma.
Pero Dalma la ignoró. Miró a su nieta y con una cálida sonrisa le dijo:
―Cuando tu mamá tenía tu edad, se hacía mucho la paja.
Anastacia y Vilma abrieron tanto sus bocas que por poco no se dislocan la mandíbula. La más chica no podía creer que su madre hubiera hecho tal cosa, y la más grande no podía creer que Dalma le contara eso a su nieta.
―¡Mamá! ―Gritó Vilma―. ¿Cómo se te ocurre decir una cosa así? Yo nunca…
―Ay, Vilma. No me vengas con el cuento de que nunca te hacés la paja, porque soy tu madre y te conozco bien. ¿Sabés la cantidad de veces que asomé la cara dentro de tu pieza, y vos estabas dele jugar con los deditos en la concha? ―Vilma se puso roja y retrocedió un paso―. O las veces que tardaste horas en salir del baño… yo podía escuchar como gemías.
―¿De verdad? ―Preguntó Anastasia, llena de curiosidad. De pronto su madre ya no encajaba con la imagen de mujer perfecta que tanto le gustaba aparentar.
―Sí, Anita, te verdad. Una vez yo le dije a Vilma que tenía que salir a hacer unas compras, pero me entretuve mirando algo en internet. Vi que se me estaba haciendo tarde, agarré el bolso y fui al living, donde estaba la puerta de salida… ¿con qué me encontré? ―Vilma había hecho énfasis en los detalles de la paja de Anastasia, para avergonzarla… ahora Dalma le pagaría con la misma moneda―. Tu mamá estaba con la pollera subida hasta el ombligo, en un sofá, toda despatarrada… le pude ver bien clarito toda la concha peluda… porque ni siquiera es capaz de depilarse. ―Anastasia miró a su abuela boquiabierta, sin atreverse a respirar―. Se estaba frotando el clítoris y doblando la espalda… como si estuviera poseída ―soltó una risita por su ingenio al usar la misma frase que había usado Vilma―. Para colmo tu mamá ya no era virgen, lo descubrí ese mismo día, porque se estaba metiendo un buen pepino por la concha. ―Vilma tuvo que sostenerse de la mesada, creyó que se iba a desmayar. Recordaba perfectamente ese arrebato de locura que la llevó a penetrarse con un pepino, cuando tenía apenas unos veinte años; pero no tenía idea de que su madre hubiera presenciado todo el asunto―. Como soy buena, en lugar de decirle algo, me quedé bien calladita y me escondí atrás de una columna. Pero de vez en cuando espié un poquito, para ver si ella seguía… y sí que seguía… se estaba dando cariño con muchas ganas. Tuve miedo de que el pepino le hiciera mal, porque era bastante ancho; pero ella se lo aguantó muy bien. Entraba y salía sin ningún problema.
―¡Mamá, por favor! ―Exclamó Vilma, con la voz ronca―. ¡Dejá de hablar así, por favor!
―¿Por qué? De pronto te dan asco los detalles sobre la masturbación femenina. Bien que no tuviste escrúpulos al contar lo que hizo Anastasia. Creo que lo más justo es que ella sepa que su mamá también era aficionada a eso de darse “amor propio”. ―Miró a su nieta otra vez―. Anita, no te sientas mal… yo también me hago la paja de vez en cuando. No tenés que sentirte culpable por eso, es algo natural. Es más, deberías seguir haciéndolo.
El cerebro de la chica estuvo a punto de estallar, nunca había recibido tanta cantidad información sobre sexo. Ahora sabía que su madre y su abuela también se masturbaban.
―¿Le estás diciendo a tu nieta que siga masturbándose?
―Exacto. Así como te permití a vos hacerte todas las pajas que quieras… y sé que fueron muchas. ¿Acaso eso te convirtió en una puta barata?
―¡No, claro que no! Soy una mujer respetable que…
―¿Entonces por qué está bien que vos lo hagas, pero si lo hace Anastasia está mal?
―Es que yo… eran otras épocas… y además…
―No tenés ningún argumento, Vilma. Simplemente te molesta que tu hija se haga la paja, porque vos siempre ocultaste que lo hacías. Yo preferí darte la libertad de aprender por vos misma… y decís que ahora sos una mujer respetable, no debo haber hecho un mal trabajo. Sé que a veces te hacías dos o tres pajas en un día… esa concha se la pasaba llena de dedos… y no siempre eran los tuyos.
―¿Qué querés decir con eso? ―Preguntó Anastasia.
―Nada, eso me lo reservo, de momento. ―Miró a su hija, con severidad―. Vilma, te conozco mucho mejor de lo que te imaginás. No me parece justo que le estés prohibiendo a tu hija hacer algo que a vos nunca se te prohibió.
―Pero, los principios Moralistas dicen…
―Dicen un montón de cosas, y algunas son dignas de análisis, como ésta… porque yo considero que una mujer debe conocer su propio cuerpo, y la mejor forma de hacerlo es con la masturbación. No le veo nada de malo, por más que haya algunos Moralistas que opinen lo contrario…
―Hace poco Arizu dijo algo parecido en uno de sus videos ―intervino Anastasia―. Ella también considera que algunos principios Moralistas son demasiado severos, y que deberían ser analizados con mayor detenimiento.
―¿En serio? Hace rato que no miro videos de Arizu, ya me estaba cansando un poco con su “Rutina Moralista”. Todo bien con ese tema, pero si solo te hablan de eso, una se termina hartando.
―Ahora Arizu está intentando hablar un poco más sobre educación sexual ―dijo Anastasia―, en su nuevo canal de TuVip.
―¿TuVip es esa plataforma que no está regulada por el CdM?
―Sí, ahí puede hablar de ese tema sin que la sancionen.
―Interesante. Tendríamos que mirar algunos videos de esos, las tres juntas.
―¿Las tres? ―Preguntó Vilma, con incredulidad.
―Sí, vos, mi nieta y yo. Clases de educación sexual intergeneracionales. Tu hija está creciendo, por sí no lo notaste. Debe tener muchas dudas al respecto. ¿Acaso te olvidaste de las charlas que nosotras tuvimos sobre sexo?
―No podría olvidarme nunca de eso, fue una de las situaciones más incómodas de mi vida.
―A mí no me resultaría incómodo ―aseguró Anastacia. La verdad es que no le agradaba mucho hablar de temas sexuales frente a su mamá; pero sí le interesaba aprender de su abuela, que se había convertido en su nueva heroína personal.
―Entonces está decidido ―dijo Dalma―, cuando Arizu suba un nuevo video a TuVip, lo vamos a mirar las tres juntas.
A Vilma no le agradó nada la idea, pero su madre la había dejado en clara desventaja. No pudo hacer más que agachar la cabeza y dejarse llevar por la corriente. Aún tenía que lidiar con la vergüenza de que Dalma y Anastasia supieran que ella había tenido una etapa de mucha masturbación y que incluso llegó al punto de penetrarse con un pepino. Uno de los momentos más vergonzosos de su vida… y su propia madre fue testigo.
El último video de Arizu fue un éxito y consiguió aplacar las furias. Había un pequeño sector que pensaba que las fotos filtradas eran reales, pero no tenían forma de demostrarlo. Los que confiaban en Arizu sostenían que cualquiera pudo construir esas imágenes usando Image Taboo, algunos incluso se jactaban de ser capaces de hacerlo.
Después de dedicar unas horas a la lectura de un libro, Arizu consiguió despejar su mente. Ya más tranquila decidió que había llegado el momento de llamar a su amiga y fotógrafa, Melisa Nevares. Quería hacer las paces con ella.
―Hola, Meli ―la saludó por teléfono.
―¿Qué tal? ―Respondió Melisa, sin entusiasmo.
―Un poco mejor… por suerte pude zafar de todo el asunto de las fotos filtradas…
―Sí… mintiendo.
Arizu comenzó a irritarse.
―¿Y qué querías que hiciera? Sabés que me iría muy mal si la gente se entera que esas fotos son reales… porque si solo estuviera desnuda, bueno… podría pasar como un desnudo artístico. Pero estoy usando ropa interior muy erótica… e incluso hay fotos en las que me estoy haciendo la paja. Eso es muy fuerte.
―Dijiste que no veías nada de pornográfico en eso.
―Así es, es lo que pienso… pero estaría siendo muy ingenua si pretendo que todo el mundo lo vea igual que yo. Si las fotos no se hubieran filtrado, entonces no tendría que haber mentido.
―¿Eso es un reclamo?
―No, Meli, no…
―Creo que estás enojada conmigo, me echás la culpa de lo que pasó. Por eso subiste las fotos que te pasé.
―¡Yo no las subí! Justamente de eso quería hablarte. Ahora dudo que vos hayas subido esas fotos, porque yo no subí las tuyas, y de alguna manera terminaron en internet.
―¿Y si no fuiste vos, entonces quién? Si las únicas personas que teníamos esas fotos eramos vos y yo.
―No sé, Meli… te juro que no sé. Te llamé porque están pasando cosas muy raras y necesito alguien de confianza, con quien hablar de todo esto. Seguramente vos también necesitás charlar con alguien.
―Sí, con alguien de mucha confianza…
―Por eso…
―Laura, decime una cosa. ¿Vos tenés la certeza absoluta de que yo no subí tus fotos?
Arizu se quedó muda por unos segundos, y luego dijo:
―Estoy casi segura de que vos no fuiste.
―No me alcanza ese “casi”. ¿Cómo podríamos hablar de todo esto si ni siquiera confiás en mí?
―Te pido perdón, Melisa. Al principio creí que habías sido vos, era la respuesta más sencilla; pero después aparecieron tus fotos en internet, y eso me hizo cambiar de opinión.
―A ver, Arizu… a vos te gusta analizar las cosas con detenimiento. Entonces decime: ¿Se te ocurre alguna explicación por la cual yo haya subido todas las fotos, las tuyas y las mías?
Una vez más la influencer tardó en responder.
―Bueno, no es que piense mal de vos; pero si no te conociera podría decir que hiciste eso por alguna fantasía sexual muy rara… o para publicitar tu trabajo. Incluso exponiéndote a vos misma.
―Son buenas opciones, sí… yo podría tener alguna clase de morbo que me lleve a publicar fotos de mis clientes desnudos… y a exponerme a mí misma. O tal vez lo vi como una forma de hacerme más conocida. Así que… ¿vos podés confiar totalmente en mí?
―Em…
―Podés ahorrar saliva. La respuesta es: No. No podés confiar en mí, porque siempre te va a quedar esa duda. Mientras esta idea te persiga, nunca vas a poder hablar tranquila conmigo. Es cierto, están pasando cosas muy raras, y a vos te están afectando más que a nadie. Pero lamentablemente, por como se dieron estas cosas, vos y yo no estamos en condiciones de establecer una amistad basada en la confianza ―Arizu se quedó callada, no sabía qué responder a eso. Aunque no quisiera admitirlo, Melisa tenía razón―. Mejor dejemos las cosas así. Ahora mismo tengo un problema mucho más grande del cuál preocuparme.
―¿Pasó algo más?
―Sí… una vez hice una sesión de desnudos con mi familia: mis padres, mi hermana y mi hermano… y yo también. Ahora esas fotos están en internet. Te lo cuento porque dentro de poco las vas a encontrar. No soy tan famosa como vos, pero sí soy conocida… y mis padres tienen su propio canal de YouTube, con una buena cantidad de seguidores. Se va a hablar de este tema, y mucho…
―Podríamos juntarnos para hablar sobre eso y…
―No, porque vos no vas a dejar de mirarme como si yo fuera la loca que hizo todo esto a propósito. No importa que jure que no hice nada, no tengo forma de demostrarlo. ―Arizu notó que Melisa estaba llorando―. Ahora tengo que buscar una forma de explicarle a mi familia que yo no tengo la culpa de que todas estas fotos se hayan filtrado. No sé qué mierda voy a hacer. Pero de algo estoy segura: Vos no me podés ayudar en nada. Ocupate de tus problemas, Arizu… yo me voy a ocupar de los míos. Va a ser mejor que nos distanciemos por un tiempo.
―Melisa, yo…
―Dejalo así, Laura ―dijo “Laura” en un tono despectivo―. Mentí todo lo que sea necesario, total la gente va a seguir confiando en su amada moralista; aunque seas una mentirosa. Yo intentaré arreglar este problema de otra manera… y no te preocupes: no voy a estar contando que tus fotos son reales. Si alguien me pregunta sobre ese asunto simplemente les voy a responder que lo consulten con vos. En cuanto a mis fotos y a las de mi familia, ni siquiera hables del tema, hacé de cuenta que no existen ¿está claro?
―Sí, muy claro.
―Mejor así. Porque todavía no hablé con ellos; pero los conozco, son buenos Moralistas, ellos no van a mentir descaradamente, como lo hiciste vos.
Arizu quiso agregar algo más, defender un poco su mansillada integridad; pero no pudo hacerlo. Melisa cortó la llamada.
Laura Gonzáles, alias Arizu, supo que había perdido a la única amiga que tenía… tal vez para siempre.