Ilusionismo

La verdad supera la ficción.

Verónica, despertó confundida, preguntándose que hacía en ese lugar. Dió tres pasos hacia el espejo que reflejaba su hermoso rostro cubierto del maquillaje que no quitó la noche anterior.

Sentía una especie de desesperación y angustia por no recordar absolutamente nada.

Miraba su cuerpo desnudo cubierto de hematomas que al tocarlas, la sensación obtenida era desagradable.

Caminó por el interior de la habitación en que se encontraba, tratando de encontrar alguna pista que le indicara su estadía.

Solo había tres puertas, la del baño, la del armario y la entrada de la habitación. Buscó ropa que utilizar pero sin éxito.

Se acercó a las cortinas y al abrirlas observó que no había ventanas.

Se envolvió en la sábana de la cama y después de usarla como improvisado vestido, se acercó a la puerta que no cedió al movimiento del picaporte y después de golpearla con fuerza, gritó solicitando ayuda:

-! Please, somebody help me !-

Al hacerlo se sorprendió y camino hacia atrás con la mirada fija hacia la entrada. La puerta se abrió lentamente y apareció un tipo alto y robusto, moreno de grandes labios,con turbante en la cabeza y dos espadas que parecían muy afiladas. Se miraba que el individuo se ejercitaba con frecuencia, ya que se le podía observar gran musculatura.

-What can I do for you madam?- Preguntó con voz gruesa pero con mucha disposición.

Verónica, al ver que el hombre respondió a su llamado en un idioma distinto al que hablaba pero que aún así había entendido, queriendo encontrar respuesta a sus incógnitas, preguntó nuevamente:

-Where am I?, What am I doing here?, How could I understood you?, Why am I speaking another language?, I am really, confused -. Dicho esto comenzaron a brotar lagrimas de sus ojos.

Pero el morenazo no contestó ninguna de sus interrogantes y saliendo de la habitación, aseguró la puerta nuevamente con llave, para la infortunia de Verónica quien rompió en llanto inconsolable.

Unas cuantas horas después, la puerta se abrió nuevamente, entrando dos preciosas jovencitas totalmente desnudas, con una charola plateada que contenía alimentos no muy apetitosos pero que, para el tiempo que tenía sin comer fué un exquisito manjar .

Las jóvenes salieron y, el moreno se aseguró que comiera, para después salir por donde entró.

Después de comer, miró nuevamente al espejo, y en el pudo fijarse que la puerta se abrió y apareció un hombre vestido completamente de blanco.

No era musculoso, no era bien parecido, pero su mirada la hizo estremecer.

- Hello, baby- Le saludó

- Who are you?- Le preguntó intrigada.

Pero él levantó una de sus cejas, con su dedo en sus labios le indicó que guardara silencio y mirándola fijamente le dijo:

- Despierta-

Todo el ambiente cambia a su alrededor, la multitud se levanta de sus asientos aplaudiendo al "Gran ilusionista Albert".

Solo habían transcurrido 15 minutos desde que subió voluntariamente al escenario de este conocido mago, incrédula de su poder mental.

- Puedo, puedo, puedo hablar, puedo hablar - Gritaba aún llorosa.

- Gracias, gracias- Le dijo al mago y le dió un beso.

Bajó presurosa los escalones para encontrarse conmigo. Temblando de la emoción que había sentido minutos atrás, me contó todo lo que había vivido en ese lapso.

- Ese mago si que es bueno - Le dije.

Todo el camino a la casa se lo pasó comentándome de lo que habia sentido. Todo lo que pensó al estar encerrada, las mil y ún formas que inventó para escapar de ahí, el guardia, el baquete,etcétera.

Siempre hemos tenido una hermosa relación y tenemos una preciosa niñita de 4 años, Samantha, que habíamos dejado en casa, al cuidado de mis suegros.

Al llegar ellos estaban dormidos, pero era tanta su emosión que los despertó para contarles esa experiencia vivida.

Como si fuera una niña con muñeca nueva, les explicó con lujo de detalles cada punto ocurrido.

Mientras tanto, me encaminé a la habitación de mi muñequita de carne y hueso, quien se había quedado dormida mirando la película Enchanted.

Le dí un beso en la frente, le dije al oido: " Hasta mañana , mi amor, te amo ", y escuché como entre sueños me contestaba.

Regulé la temperatura y salí de su dormitorio, para ir al rescate de mis suegros, quienes contagiados con la euforia de mi esposa, hacian bromas con ella.

Nos despedimos y subimos los escalones que nos llevarían a nuestra recamara, que está a un lado de la de mi princesita.

Al entrar, mi esposa aún conservaba esa sonrisa pícara. Al verla por el espejo, que me estaba observando mientras me quitaba la camisa, la miré seriamente y arqueando las cejas le dije:

- Qué me ves PENDEJA?, Vas a seguirte riendo toda la PINCHE noche? O qué CHINGADOS?-.

-Luis, qué te pasa? Nunca me has hablado así -.

-Callate el PINCHE hocico si no quieres que te agarre a CHINGAZOS-. Y me lancé hacia donde estaba levantando una mano como si le fuera a dar una bofetada, por lo que su reacción fué la de cerrar los ojos y cubrirse el golpe. Sin embargo, para su sorpresa, la tomé de la cintura y le dí un beso en la boca.

-Vés que también te puedo sorprender?- Le dije y me miraba desconsertada.

-Pensé que me golpearías y no sabía porqué, me hiciste pensar muchas cosas en ese instante-.

Le ayudé a bajar la cremallera de la parte trasera de su vestido. Terminamos de desvestirnos y nos acostamos para hacer el amor.

Quiero mencionar que aunque con ella hé hecho de todo, siempre disfrutamos de nuestras relaciones sexuales como el primer día.

No voy a contarles lo que hice con ella, no se emocionen, no quiero que se hagan pajas pensando en mi esposa.

Al terminar, le propuse:

- Cariño, te gustaría que tuvieramos una aventura?, No sé, tal vez hacer un trio, un cuarteto, participar en una orgía, o algo por el estilo-.

-Por Dios Luis, que cosas dices?-. Noté que se ruborizó.

-A nda y dime, no se te hubiera antojado que el moreno de las espadas te hubiera destrozado tu panocha con la verga que no le pudiste ver?, Sé honesta- .

-Bueno, pero solo si me hubiera dejado salir de donde estaba-.

- Sí, como no, CABRONA, y tu nieve de que la quieres?-.

-Porqué me has estado hablando así?, Te sucede algo?, Acaso tienes otra?, Me estas poniendo los cuernos?, Dimelo-. (No se porque CHINGADOS algunas mujeres hacen tantas preguntas seguidas sin esperar una sola respuesta).

- Claro que no " Mi Reina ",( Si supieras que no solo es una , -pensaba -.) , no me pasa nada, solo quiero saber que es lo que piensas al respecto-.

Haciendo una pausa me sonrió y jugando con sus dedos como si fueran pies caminando por mi pecho me dijo:

-Bueno, pues a veces, es que tu tienes la culpa, como casi no te mantienes aqui, a veces me imagino a tipos como Arnold (Schwarzenegger ) o como el Chanclón Vandam (Jean Claude Van Damme) , que me hacen suya, pero llegas y los golpeas salvajemente, y pues así no juego-.

-Y si te diera permiso para pintarme el cuerno en mi ausencia, lo harías?- Le pregunté.

- A donde quieres llegar con esas preguntas?-. Se mostró intrigada.

-A la respuesta de las mismas-.

-Estás loco, ya duérmete porque quiero que mañana me lleves a comprar unas cosas que necesito-. Se reservó su comentario.

Por la mañana después del desayuno, mis suegros se despidieron. Miré los cuatro periódicos matutinos, las cosas que aconstumbro, la sección local, la policiaca, la de sociedad y la financiera.

Salimos de compras, y en el mall , mi niña miró a una compañerita de clases de la escuela bilingue, por lo que le gritó muy contenta:

-Blanquis, Blanquis- y levantó la mano para saludarla, y la niña que iba acompañada de sus padres se acercó corriendo muy contenta – Samy, mira mami, mira papi, ella es Samy, y ellos son sus papás-

-Mucho gusto- dijimos los cuatro al mismo tiempo y sonreimos.

En ese momento nos dividimos en tres grupos, las niñas, las mujeres y los varones.

- Mujeres de hoy en día, no pueden estar sin venir al Wallmart- Le dije para iniciar la conversación.

- Así es, Soy Albert- Me dijo. Por tal motivo le dije – Soy Luis-.

-Un momento, tu cara me es familiar. Si te pusiera barba de chivo, algodón en las cejas y te peinaras hacia atrás, tu eres…- No terminé la frase porque el me señalo que guardara silencio con su dedo índice.

- No lo digas, se que me conoces, pero nadie debe saberlo, voy a contar hasta tres y nunca me recordarás, uno, dos, tres.-

-

"Las heridas son, las que me atormentan

las que lastiman mi Corazon.

La primera me la dio esta vida

que me tocó, pues por mi camino, feliz

y tranquilo apareciste tú

La segunda me dobló, el alma en dos

me partió, probé de tus besos, tus besos

traviezos y eso me acabo.

La herida numero 3, es la mas mortal de todas

fue un regalo de tu amor, noche de

insomnio y dolor que me arranca las horas.

la herida numero 3 es la mortal de todas,

de esa no me salva nada, mi alma resulto

engañana y te vas, y te vas como si nada".

-

Canté, sin sentir ningún efecto por su "magia".

- Qué fué eso?- Preguntó mi esposa, que al escucharme cantar, interrumpió su conversación con Bertha, la mama de Blanquita, para darme un "regaño" público.

- No es nada cariño, me preguntaba Albert si me sabía una canción de Bronco y pues es la primera que me acordé, ja, ja, ja, tu sigue con lo tuyo y no hagas caso.-

-Mira este, ha estado muy rarito últimamente, quien sabe que mosca le habrá picado, o sería mosco?-

-Mosca mi’ja, mosca- y todos reímos excepto Albert quien me miraba sorprendido y para salir de dudas me preguntó:

- Me has visto antes de este día?-

-Claro que sí, pero descuida, tu secreto esta bien guardado conmigo-

-En verdad no me explico como es que no tuviste algún efecto a mi poder mental-

-Es que mi mente no es debil- Le contesté.

En ese momento se me ocurrió que tal vez pudieran acompañarnos a la cena ( Bertha es una mujer muy Hermosa y al momento se me antojó ).

- Que les parece si nos acompañan a cenar?, digo, tal vez podamos conocernos mejor y ser buenos amigos, ya que en esta vida "valen más los amigos que el dinero".-

-Por mi encantada, tu que dices Albert?, Aprovechamos que mañana no va la niña a la escuela.-

-Esta bien, ahí estaremos. A que hora quieren que estemos ahí?-

Después de acordar la hora y de darle mi dirección, nos despedimos y cada familia tomamos nuestro propio camino.

Llegada la hora indicada se escuchó el timbre de la puerta.

- No me hubiera perdonado venir sin traer algo- Dijo Albert, mostrando caballerosidad y agradecimiento a la invitación con una botella de Brandy.

- No tehubieras molestado, aquí tenemos- Le dije.

-Samantha, invitó a Blanquita para el cuarto de juegos de la niña.

En ese instante conversamos de todo un poco, las mujeres, se encaminaron a la cocina y nos quedamos en la sala.

Cuando noté que no nos podían escuchar, le dije:

- Mira, yo no soy de los que tienen pelos en la lengua y te voy a hablar derecho. Tu mujer esta bien Buena y me gusta para una "cogida". Tal vez no esperabas que te lo dijera así, pero es lo más franco que pude haber sido.

Por otra parte, tu tienes un poder mental bárbaro, mi mujer todavía llegó hipnotizada anoche.

Quiza podrías hacer uno de tus trucos de tal forma que mi Vero folle contigo, mientras disfruto de tu Bertha, Que dices?-

Después de mirarme a los ojos unos instantes, me dijo:

- Sabes?, Eres la única persona que no hé podido hipnotizar y te mereces un premio. Voy a concederte tu deseo-.

- La cena esta lista, vayan al comedor- gritaron las mujeres desde la cocina.

Después de cenar, Bertha mencionó que se tenían que ir porque vivían muy lejos y el tráfico esta tremendo los Sábados por la noche, pero Verónica dijo:

- De ninguna manera, ustedes son nuestros invitados esta noche. Verdad, mi amor?-

-Por supuesto que sí, son nuestros nuevos amigos, serán tratados como reyes, además, debemos tomarnos esa botellita que trajo Albert.-

Llevamos a las niñas a dormir en una recámara.

-" Hasta mañana , mi amor, te amo "- Le dije a mi niña.

Poco después al calor de las copas, las mujeres empezaron a perder sus inhibiciones y aceptaron jugar cartas apostando prendas de vestir.

Aproximadamente a las 10:30 de la noche, ya casi estabamos solo en ropa interior, y comenzé mi jugada.

- Mira mi amor, Bertha está tan Buenota como tú, a poco no mi buen Albert?, estan igualitas, Verdad?-

Albert no dijo nada, pero asintió con la cabeza. Bertha se puso colorada (Por cierto un saludo para tí, Gatacolorada, besos.) y Vero me miró seriamente, recordando lo que le dije la noche anterior. Proseguí diciendo:

- Miren,- levantando a Vero, la abrazé de tal forma que sus nalgas quedaron a la vista de la pareja, y les dí un masaje invitando: - Toquen, sientan como estan firmes, duritas, sabrosas-.

Bertha no resistió la invitación, estiró la mano y tocó a mi mujer haciendo que se estremeciera como si hubiera recibido una descarga eléctrica y las dos gritaron al mismo tiempo :-! Ay!, Ja, ja,ja-

-Toca- Le dije a Albert, quien utilizó las dos manos para que ambos sintieran un enorme placer.

Les dejo a su imaginación lo que ellos hicieron.

El caso es que me acerqué a Bertha, le dí la mano para que se levantara , y la abrazé por detrás, para que pudiera observar el espectá culo , mientras le acercaba mi verga a su culo.

Aún traía sostén y bragas. Veía sorprendida a Albert realizando un acto nunca visto por ella, al tiempo que le besaba su cuello, le masajeaba sus senos y le hacía sentir mi verga por encima de su ropa.

Le besé por la columna vertebral hasta donde la espalda pierde su nombre. Le bajé sus braguitas pequeñas para ese culo, pasándole la lengua por enmedio de sus nalgas.

Parecía hipnotizada, llegué a pensar que así había sido, porque no dejaba de mirar a su esposo.

Pasé mi mano frente su rostro y sonrió al voltear a verme, y le respondí la sonrisa. Le besé la boca, mientras mis manos desabrochaban el sostén por su espalda. Este cayó, dejando ver un divino par de aureolas que, succioné como desesperado.

Me fuí bajando al ombligo, luego a su conchita, sabrosa, deliciosa, babosa.

Para ese momento mi pene estaba erecto, aún dentro del envoltorio de tela, la recosté suavemente en uno de los sillones, me quite el calzoncillo, dirigiendo mi trozo de carne hacia su boca que ya lo esperaba ansiosa.

Mientras lo metía y sacaba y me rozaba con los dientes, mis labios buscaban la compañía de sus labios vaginales.

Con mi lengua buscaba su clitoris, y a cada lenguetazo se retorcía de gozo.

Cambié mi postura quedando encima de ella, bajándola del sillón a la alfombra, para de esta forma ensartarla cientos de veces mientras veía a mi esposa con Albert.

En el ambiente reinaba el ruido de los quejidos agudos de las mujeres.

Obligué a Bertha que se pusiera de rodillas y le clavé mi verga en su panocha por detrás, mientras la movía de la cintura. Sus gritos eran frenéticos.

En un instante saqué mi verga de su concha y lubriqué su culo, y al sentir la lubricación, solo alcanzó a decir:

- Por ahí NOOOOOOOO, !AAAAAAAAAAAggggggg!-

-Oops, demasiado tarde- Ya tenía toda mi verga dentro de su culo.

De que le dolió, estoy seguro, pero me gusta que les duela.

Después de un rato de estar picando ese agujero, me salí, colocándome encima de ella, puse mi verga enmedio de sus chichis, tratando de llamar a mis pobres diablillos, quienes afinaron bien su puntería para caer dentro de su boca que buscó acabar con toda la producción de semen.

Los pocos que cayeron fuera, fueron recogidos por su lengua.

Al día siguiente, después de almorzar, se depidieron muy contentos prometiendo regresar pronto.

- Adios Blanquis, nos vemos mañana-, -Adios Samy- fueron los gritos de las niñas.

Verónica no acertaba que decir, solo se limitaba a bajar la Mirada y morderse el labio inferior.

Le acaricié su cara, nos miramos a los ojos y nos dimos un beso ardiente.

- Te Amo- Se escucharon nuestras voces al unísono.