Ilusiones 3
La primera Ilusión que se hizo realidad...
3 Tercera
Laura estaba más que feliz por ser amiga de Alison; sin embargo, sintió algo feo en su corazón cuando se atrevió a fingir y decir que no podría ser amiga de alguien como Alison. Se sentía mal por ello. Haría algo para librarse de sus “amigas” a la salida y poder hablarle y pedirle disculpas por lo que había dicho si es que lo había oído, bueno existía la opción de que no lo haya oído y todos felices; pero siempre debía estar preparada para lo peor.
Sonrió atontadamente para sí recordando el abrazo que le había dado. Fue tan cálido, tan diferente… por primera vez en su vida sentía como si estuviera protegiendo a alguien y que ese alguien se sentía seguro a su lado. Bueno, al menos esa era la expresión que Alison tenía, era tan linda, sus ojos tan sinceros, su sonrisa tan amigable y gentil. Se sentía feliz, triunfante por haber descubierto la verdadera manera de ser de Alison, de alguna manera consiguió derribar ese escudo de sarcasmo, frialdad, indiferencia y mal humor que siempre le mostraba.
-En qué piensas Laura? – le preguntó Isabel, otra de sus amigas – tienes una cara…
-Eh? En nada – negó con la cabeza la chica, dejando de lado sus pensamientos para que las chicas esas no se den cuenta de nada o sospechen cualquier cosa que estaría lejos de la realidad.
Por fin llegó la salida después de un periodo de clases demasiado aburrido para Laura de Filosofía e Historia. Por alguna razón, comenzó a volverse muy rebelde con aquella joven maestra, hacía comentarios en voz alta, lanzaba papelitos a otra gente mientras ella veía. Se daba la vuelta con toda la libertad y miraba a Alison, quien extrañamente no le devolvía la mirada, ni de indiferencia, ni sonrisa, ni nada; simplemente no le miraba y seguía con la vista atenta a la ventana, o a su libro o a su cuaderno. Por todo aquél periodo extrañó los ojos de Alison.
Una vez más, fue enviada fuera del salón para que dejara de perjudicar la famosa clase de Filosofía. Laura salía sonriendo triunfante, pues al menos así no se cansaría de la aburrida teoría de la famosa maestra a la que no le agradaba y a la que ella casi aborrecía.
Laura yacía echada en su cama. Pensando en todo lo que había pasado. Si sus padres y su hermana menor se enteraban que estaba liada con la maestra, sería una catástrofe. Una total catástrofe de verdad, su padre querría echarla de casa luego de darle una paliza en frente de su angustiada y sollozante madre, detrás de ella su hermana mirándole con miedo. ¿Cómo acabó así? Realmente era una tonta pues… aun así, aun teniendo a su Natalia, seguía queriendo a Alison; pero no, ya cualquier cosa era imposible con ella, después de que le vio muy sonriente escribiendo el nombre de una tal Amy en su cuaderno y encima había visto a esa chica esperarle a la salida de la escuela todos los días…
Se tapó la cara con la mano y comenzó a sollozar, estaba con Natalia, con la maestra; pero no podía dejar de querer a Alison, cada día se engañaba con lo mismo, con que ya no sentía nada por ella. Pero cada día, a cada salida de la escuela, cuando le veía ir corriendo a abrazar a esa otra chica que asumió sería esa tal Amy, sentía mucho dolor… “Yo no te quiero Alison… no te quiero…” se repetía a sí misma cada día, cada vez que la veía.
Era así como había pasado todo aquel tiempo. Cuando estaba con Natalia, la quería y hasta “la amaba” más que a cualquier cosa; pero veía a Alison o la recordaba como en flash y de nuevo, una vez más, nada tenía sentido sin ella…
Tres meses antes…
A la salida por fin, Laura les dijo a sus amigas que se fueran sin ella, pues supuestamente debía solucionar un problema con la maestra. Ellas como siempre, se fueron sin poner objeción. La maestra aún seguía en el aula; pero ya alistaba sus cosas para irse. El curso ya estaba casi vacío.
-Cierran la puerta al salir – indicó la profesora saliendo rápidamente. Alison se dio la vuelta, dispuesta a salir.
-Ali… - llamó Laura parándose delante de ella.
-Estoy apurada… mi bus me dejará – murmuró la chica con molestia.
-¿Estás molesta conmigo? – le preguntó la otra, con la mirada suplicante.
-No quiero hablar contigo…
-Alison… - llamó de nuevo – perdona lo que dije… anda… perdóname si? – sintió una atracción terrible para besarle, tocarle, acariciar su rostro, abrazarle… rayos… esa atracción nunca la había sentido y sus ojos inevitablemente se clavaron en sus labios, tan bellos, tan perfectos… por poco y se derretía cuando vio su lengua mojando sus labios de manera natural. Ella instintivamente, dejándose llevar por sus impulsos, también mojó los suyos.
Cuando levantó la vista, vio que los ojos de Alison estaban clavados en los suyos. Eran raros.
-Eh… - comenzó Alison – qué miras? – le preguntó levantando un poco una de sus cejas mientras se daba la vuelta a observar lo que estaría detrás de sus labios. Sin tomar en cuenta que lo que veía Laura eran sus labios y no alguna cosa detrás.
-Miro pues… - algún tipo de sentimiento temerario se adueñó de Laura – tus labios, eso veo…
-¿Qué tienen? – preguntó Alison, confundida.
-Están lindos… - de repente el sentimiento temerario se esfumó y comenzó a temblar al observar la mirada casi incrédula y confundida de la chica de gafas – eh… jaja… - rió nerviosamente – sólo bromeaba…
-Ah… - Alison parecía no tomarlo tanto en cuenta y miró a todos lados.
-No sé ni de qué hablábamos – rió Laura una vez más llevándose la mano detrás de la cabeza.
-Me pediste perdón por haberle dicho eso de “No podría ser amiga de alguien como ella” a tus amigas cuando me dejaste aquí sola en el curso – respondió Alison, neutral.
-Qué atenta eres… - se sorprendió Laura.
-Y tú muy distraída…
-No en realidad no… pero… - por fin retomó la conversación - ¿me perdonas Alison?
-Fuf… - resopló Ali – me decepcioné de ti… un poco…
-Perdona… ya no volveré a negar nuestra amistad, lo prometo – sonrió Laura y con una confianza nunca antes vista, se acercó a ella y le abrazó cálidamente. No sintió los brazos Alison corresponderle; pero sintió cómo su rostro se ocultaba tiernamente entre su cuello y su hombro.
-No hay nada que perdonar – musitó la chica de gafas. Laura nunca había sentido algo como esto, era tan increíble, tan dulce, tan cálido.
-Abrázame Alison!! – se aventuró a decir Laura en tono juguetón mientras se separaba de ella y tomaba sus brazos con sus manos y se rodeaba a sí misma el cuello con ellos. Alison rió tímidamente y aceptó abrazarle; pero luego de unos cuantos segundos comenzó a apretarle torpemente – hey! Hey! – reía Laura.
-Jajaja… - se burlaba Alison separándose de ella – querías que te abrazara no? – rió.
-Sí, pero con cariño – resopló la otra, divertida.
-Laura, es divertido estar aquí contigo y todo – comenzó la chica de gafas – pero… mi bus de seguro que ya se fue…
-Cierto! Tu bus!! – se asustó Laura y sin recoger sus cosas corrió fuera del curso con Alison. Cuando llegaron al sector donde estaría el bus, éste ya estaba por delante a cincuenta metros, avanzando irremediablemente por el camino en bajada, detrás de él yacían otros buses – yo lo alcanzo!!! – exclamó Laura, divertida, corriendo a toda velocidad, a pesar de llevar la falda escolar.
-Está bien!!! Puedo ir caminando!! – exclamaba Alison – Laura!! – insistía al ver que ésta no dejaba de correr.
-Yo lo lograré!! – se dio la vuelta la chica y le guiñó el ojo, levantando el pulgar muy alto eufóricamente. Pero una vez más… una de esas imperfecciones del cemento obstaculizó el paso de su pie que se estancó y de nuevo y en cámara lenta, cayó graciosamente al piso, lastimándose la misma rodilla de hace tiempo.
-Laura!! – se asustó Alison corriendo hacia ella - ¿estás bien?
-Buaa… mi rodilla… - se quejaba Laura – buaa… rodilla – se quejaba sujetándose la extremidad y con los ojos llorosos. Alison se arrodilló frente a ella.
-Te dije que ya no tenía caso – le dijo dulcemente.
-Sí pero, ibas a perder el bus por mi culpa…
-Y querías ser la heroína que consiga el bus de vuelta – rió Alison.
-No te burles… - decía Laura mientras la chica de gafas observaba la herida y la palpaba un poco. Se había raspado un poco; pero no salía tanta sangre como la primera vez - ¿estará bien? – preguntó como una niña pequeña que se había caído haciendo travesuras.
-No te preocupes – sonrió Alison y se acercó a ella para darle un beso en la frente.
Laura casi se desmayaba y hasta quería gritar eufóricamente y saltar y gritarle que la amaba; pero se veía a sí misma estática, como en shock, con la mirada atontada.
-E-err… - no sabía qué decir y la voz no le salía, hasta sintió cómo temblaban sus piernas, rayos! Todo eso podía causarle Alison?
Una vez más, otro día de escuela, ya estaba cansada de todo aquello y pensar que aún le quedaba un año y medio más por delante para salir… tal vez hubiera sido diferente, si hubiera llegado a estar con Alison todo su mundo habría sido el más feliz del mundo y tal vez, sólo tal vez, hubiera tenido más ganas de ir a la escuela. Al principio de la mañana fue donde Alison e hizo lo mismo de siempre, con sus amigas, le quitó la mochila, le quitó todos los cuadernos y los arrojó por allí, en su arranque de angustia y enojo rompió la tarea de Filosofía que debían presentar. No, ya no le importaba nada, el verla… era sólo una de las tantas cosas que le angustiaban…
Quería odiarla, quería odiar de verdad Alison, que ella la odie a ella; pero desde que habían vuelto a la rutina de siempre, la indiferencia volvió, la frialdad volvió… Todo volvió y Alison, con la llegada de esa tal Amy, parecía no recordar que había llegado a quererle… Fue su culpa… ella lo arruinó…
Tres meses antes…
-Te acompañaré a casa – decía Laura mientras salía casi sostenida por los brazos de Alison, quien sólo sonreía mientras le ayudaba a caminar con la rodilla lastimada.
-A casa… mmm… será mejor que yo te acompañe a la tuya – rió la chica de gafas, acomodándose los lentes con un dedo.
-No, no, yo debo acompañarte a la tuya – insistió la chica – el bus te dejó por mi culpa…
-No Laura, yo te llevo a tu casa…
-Que no Alison…
-Que sí…
-No
-Sí
-NO
-SÍ
Se miraron y sólo rieron.
-Bueno – propuso Laura – vamos a decidirlo por piedra papel o tijeras – guiñó el ojo.
Resultados: Laura: Papel – Alison: Tijeras
-¬¬ eh…– resopló Laura; pero luego sonrió – tu tijera está motosa, no puede destruir mi papel… lo siento Alison yo te acompañaré – se separó de ella y caminó hacia una de las calles – tendré que acompañarte – decía casi cantando – yo gané…
- ¬¬ Laura… - resopló Alison – ok está bien; pero es por el otro lado – rió la muchacha.
Ambas rieron y pasó así todo el camino, riendo, hablando de tonterías. Olvidando por completo todo aquél universo de la escuela, todo aquél mundo donde se encontraban las amigas de Laura, las antiguas molestias, todo el pasado parecía olvidado. Laura estaba más feliz que nunca, por fin podía ser amiga de Alison, se conformaría con ello por el momento, hasta saber si esa chica podría llegar a sentir algo más por ella… lucharía porque sea así. Quería, de verdad necesitaba ganarse el amor de Alison.
-Maestra Cortés – hablaba Laura entrando a la oficina de la maestra en el receso, cerró la puerta detrás de ella – recibí tu mensaje antes del descanso – sonrió – aquí me tienes, ¿de qué quieres hablar?
-Qué bella estás el día de hoy – sonrió Natalia, levantándose y clavando sus ojos azules en los marrones de la chica.
-Gracias, tú siempre te ves genial – sonrió Laura, mientras la maestra se acercaba a ella para besarla, como siempre, con toda la pasión del mundo. Ella, acostumbrada le correspondió de esa misma manera, con mucha pasión y hasta torpeza, se había vuelto así bajo la influencia de Natalia. Se preguntó a sí misma qué pasaría si Alison apareciese de repente en la comisura de la puerta y observase lo que pasaba, cómo estaba ella con la maestra, tocándose y casi teniendo sexo en la hora del receso de la escuela. Se preguntó si al menos le importaría. Una vez más, estando con la profesora, le vino a su mente la imagen y el espejismo de Alison… ¿Qué le pasaba? De repente la imagen se aparecía ante ella más seguido, ¿será que poco a poco dejaba de gustar de su maestra? ¿Cómo había llegado a ese punto? Si a Natalia también, había llegado a quererla; pero no sabía si de verdad había llegado a amarla…
Tres meses antes…
Otro día más y la escuela, como siempre, hermosa, realmente hermosa. Amaba ir allí desde que sabía que podría ver la sonrisa de Alison. Esa sonrisa tan tierna y sincera. Laura sonrió para sí, una vez más, acomodándose la ropa y arreglando su apariencia lo más que podía, quería verse lo mejor posible para Alison. Aunque de todas formas, sabía que ella no lo notaba tanto y tal vez, sólo tal vez, no le ponía tanta atención.
Cuando llegó a la escuela, lo mismo de siempre, Alison yacía sentada mirando hacia la ventana, apoyada en la tablilla del pupitre escolar. Se veía simplemente hermosa y lograba notar cómo su cabello adquiría un castaño más claro al recibir la hermosa luz del día.
-Alison! – llamó animada.
-Eh? – la chica se dio vuelta y le sonrió – Laura, ¿cómo está tu rodilla?
-Bien, mucho mejor – sonrió “Después del beso que me diste ayer no podía estar mejor ¬” pensó para sus adentros.
La mañana, hasta el descanso pasó normal, por suerte, aquél día no les tocaba clase de Filosofía, qué suerte, pues ya llevaba como dos veces que la habían sacado del aula en esa semana. No esperaba que tarde en llegar el momento en que le enviarían a la dirección. Pero no le importaba, diría la verdad, de que odiaba a esa profesora Natalia, la odiaba de verdad porque no la creía capaz de ser maestra.
Durante una de sus clases de matemáticas, le pasó un papelito a Alison.
“Hey Ali, pasemos juntas el receso ^^”
“¿No dirán nada tus amigas?”
“No, no te preocupes por ellas ;) “
“Está bien…”
Se dio la vuelta y le sonrió a Alison levantando el pulgar y guiñando un ojo.
Llegó el receso por fin y Laura se disponía a salir rápido del aula. Había acordado verse con Alison en un lugar alejado de las canchas, sabiendo que allí nadie les molestaría. Alison, como habían acordado, se quedó sentada en su lugar mucho rato hasta que el aula por fin se vaciase. Sin embargo, casi en la puerta, Laura fue interceptada por sus amigas.
-Oye Laura, ¿dónde vas tan rápido? Espéranos! – reclamaba su amiga Isabel.
-Sí, malísima onda de tu parte eh… - agregaba Verónica.
-Emm… - apenas podía excusarse la chica – perdón es que…
-Anda ven con nosotras – decía otra de sus amigas.
-Emm… es que… - volteó y vio que Alison estaba sentada en su asiento de costado, le miraba así, de esa manera tan extraña, clavándole sus ojos en los suyos, por un momento se perdió en aquella mirada; pero se repuso para mirar a sus amigas, ¿qué pasaba? No podía simplemente dejar de “ser popular” durante al menos ese receso? Quería ganarse el amor de Alison; pero sabía que si iba con sus amigas ahora estaría mucho más lejos de lograrlo.
-Vamos Laura!! – perdieron la paciencia las chicas, empujándole fuera. Laura sólo le dio una última mirada a Alison, quien le miraba de esa manera angustiada, como decepcionada.
No supo cómo; pero cuando llegaron a las canchas logró escabullirse diez minutos después y salir corriendo por los pasillos hasta el lugar que había acordado con Alison, por suerte y sólo por obra del Espíritu Santo logró encontrarla allí sentada, tomando un jugo de su merienda.
-Alison!! – le llamó, radiante.
-Laura – observó sorprendida Alison, casi atorándose con aquello que estaba tomando; pero parecía contenerse de sonreír – pensé que no vendrías – le dijo con los ojos radiantes; pero luego frunció el ceño – como te fuiste con ese grupo de tipas…
-Hey no les digas así – sonrió Laura dulcemente sentándose a su lado y observando todo el panorama - ¿no crees que es algo como “emocionante” tener una amistad secreta?
-¿Qué? – se burló la chica de gafas – ¿quieres decir que es emocionante y “prohibida” la amistad entre la chica X y la chica más popular del colegio…? – rió.
-Suena bien así – observó Laura – pero no eres ninguna X Alison, no digas eso eh…
-Está bien… - suspiró Ali mirándole sonriente mientras se estiraba un poco y apoyaba su cabeza en su hombro. Laura estaba más que extasiada con aquella acción; pero estaba tan concentrada en ello, que no se dio cuenta de que había alguien observándoles desde los baños.
A la salida, Laura se disponía a esperar a que sus amigas se vayan y que el curso se vaciara para poder ir con Alison, quien parecía no tener problema en “ocultar” un poco la amistad que habían empezado a tener. Laura estaba más feliz que nunca. Sin embargo, ocurrió algo inesperado.
-Oh mira! – oyó la voz burlesca de Verónica – Laura ¿qué te sucede? Hace tiempo que no molestamos a esa cuatro ojos!! – la chica levantó la vista y le miró, tenía una mirada extraña, como si hiciera eso con alguna otra intención…
-Eh? Pero…
-Vamos Laura – rió Isabel – enseñémosle a esta cuatro ojos, que seguimos en forma para molestarla…
Laura simplemente se levantó y no entendía realmente lo que ocurría, normalmente era ella la que empezaba con todo eso de molestar a Alison, sus amigas en sí nunca lo había hecho por voluntad o propuesto por su cuenta. ¿Por qué justo ahora?
-Vamos Laura!! – casi le gritaba Verónica. Laura observó a Alison, ya estaba rodeada por otras cuatro chicas que estaban en su grupo. Se notaba en su mirada que tampoco sabía lo que ocurría, parecía buscar su mirada entre todas esas chicas del grupo, hasta que la encontró. Laura miró a Alison por lo que parecieron ser horas, ¿es que ahora era el momento de la prueba? ¿Debía decidir si seguir en su grupo de amigas “populares” o quedarse con Alison? Obviamente escogía la segunda, su corazón deseaba la segunda opción; pero era humana y su voluntad ciertamente iba decreciendo conforme sus amigas seguían insistiendo en que hiciera algo; pero no. No podía dejarse llevar; pero tampoco podía decirles que no hagan eso, no podía gritarles de una vez que Alison era su amiga…
-Jajaja!! – reía Isabel mientras daba el primer paso y cogía la bolsa de cuadernos de Alison, las otras la sostuvieron de los brazos con fuerza casi lastimándole.
-Ajj! – se quejó la chica de gafas, pues de verdad le habían lastimado, le habían doblado el brazo con mucha fuerza. Laura reaccionó al oír esto, no, podía permitir que le hagan eso a Alison, era la chica que amaba, no podía permitirlo.
-Oigan!! Ya déjenla!!! – gritó empujándoles y poniéndose delante de Alison, protegiéndola, mientras su corazón latía a mil por minuto. Las otras chicas rieron y le miraron casi triunfalmente.
-Lo sabía!! – exclamó Verónica – te vi con ella en el receso!! Jaj!! Sí eres amiga de esta X cuatro ojos!!
-Sí!!! Lo soy y qué!! – Por fin Laura reaccionó y a pesar de no tener nada aún con Alison, estaba dispuesta a defender su amistad – A ustedes no les importa de quién me hago amiga y de quién no!!
-Jajaja!! – se oyeron risas generales de todas las del grupo – Cómo te has bajado a ese nivel Laura!!
-Pero bueno, siempre quise vengarme de ti, pendeja – rió Verónica yendo hacia su asiento y tomando las cosas de Laura.
-Eh? – se asustó ésta y por primera vez en su vida, sintió lo que era el ser molestada de esa manera, la impotencia de no poder hacer nada mientras las chicas regaban sus cosas por el piso y botaban los bolígrafos por la ventana. Cuando intentó detenerles le empujaron al piso, haciéndole chocar con algunos asientos en el camino, de nuevo se lastimó la rodilla herida. Rayos… no podía ser… rayos! Rayos!!! Estaba siendo consciente de la realidad, toda su imagen se arruinó por ser amiga de Alison. Cuando las chicas se fueron, se quedó agachada en el piso, apoyada en las patas de uno de los asientos, casi al borde de las lágrimas.
-Laura… - escuchó la voz de la chica de gafas.
-Qué? – respondió casi enojada, cuando le vio pararse delante de ella y sentarse en el piso, a su lado, mirándole dulcemente.
-¿Estás bien? – Alison le miraba atentamente.
-Yo… sí… - sonrió Laura casi forzadamente. Pero con sorpresa comprobó cómo Alison se acercaba a ella y le daba un beso muy dulce en la mejilla. Cerró los ojos durante un instante, ese instante en que parecía que el tiempo estaba detenido, en aquella imagen de ella sentada en el piso, apoyada en el asiento y Alison besando su mejilla con esa dulzura que nunca antes había sentido.
-Perdona… es mi culpa que te hayan hecho esto… - se disculpó Alison – lo lamento Laura.
-Está bien… - en ese momento, todos los sacrificios habían valido la pena, con tal de ganarse el amor y la confianza de Alison. Sonrió casi atontada cuando la chica de gafas se apoyó en su pecho, suspirando. Laura le abrazó tiernamente, sonriendo, olvidando que sus cosas yacían botadas por allí y que tarde o temprano tendría que recogerlas.
Sólo quedándose en ese momento en que se detuvo el tiempo para regalarle esa sensación de calor y amistad que Alison estaba regalándole…
Fin del capítulo :3
Ese fue el capítulo 3!! La tercera Ilusion y la primera que se hizo realidad... creo O.O... espero les haya gustado y pues, disculparme por la tardanza, pero pongan como que, descanse una semana y ahora volvemos con todo, pronto publicaré Encuentro Accidental ;) gracias por sus comentarios a todos los que me comentaron en la anterior entrega ^^
Ha sido un gusto platicar con varios de ustedes y agradecerles por agregarme a fb... pueden encontrarme en wind_whispers21@hotmail.com (solo respondo correos) y para en fb http://www.facebook.com/profile.php?id=100003497201552 para platicar. Espero sus comentarios, valoraciones y lecturas. Un gusto, se los quiere! ATTE: Wind