Ilda, su mami Maria, su tia Lorena y yo. 3ª.Parte

A la fantástica mamada de la pequeña Ilda pronto se unieron envidiosas las bocas de su madre y de su tia y así y durante un buen rato, tube a las tres besandomela con lujuria, lamiendomela golosas, chupandomela enfermas de deseo, mamandomela emputecidas y tragandosela hasta el fondo como 3 putas...

Hola amigos y amigas de Todorelatos, como ya sabeís, mi nombre es Luismi y soy un chico de 46 años y aquí me teneís con la tercera parte y lo que en ella aconteció del relato que comenzó cuando la pequeña y hermosa Ilda, la hija de 18 años de Maria, mí preciosa y liberal amante colombiana, se me ofreció con deseo sexual completamente entregada y llenita de amor por mí, para que la desvirgará, cosa que si leisteís la primera parte sabreís que efectivamente así hice. De como continuó en la segunda parte donde Maria me ofreció a Lorena, su joven hermana menor, para que la enculara por primera vez en su vida, cosa que también hice, reventadola tan duro por el culo que hasta la hice perder el conocimiento.

Cuando esta historia ocurrió yo contaba con unos 28 pletóricos años, Maria tenia unos estupendos y maravillosos 35 preciosos años, Ilda unos bellisimos 18 añitos y Lorena unos fulgurantes y volcánicos 22 años. Maria era una hembra impresionante, de autentica locura, un bellezón de pelo negro y largo, 1'66 de altura, delgada, de enormes, duros y redondeados pechos, caderas prominentes, un culo de infarto y una boca de vicio, Ilda era como su madre pero con unos muy desarrolladisimos 18 años y Lorena era todo un bellezón caribeño, una autentica bomba sexual morenaza de tetas grandes y redondas coronadas por unos enormes pezones oscuros y duros como piedras y un precioso y enorme, pero proporcionadisimo, culazo. Mientras que yo, como ya sabeís, soy un chico rubio de ojos azules, 1'74 de altura y unos 68 kilos, de Zaragoza, España, que es donde transcurre la historia.

Pues bien amigos y amigas de Todorelatos, ahora ya sin más, aquí teneís la narración que continua tras todo lo anterior y que hos narro en esta tercera parte de la saga que yo llamo... 'Ilda, su mami Maria, su tia Lorena y yo'. Espero que hos guste y... Ya me contareís.

Pues bien, unas horas despues de que, junto a Maria e Ilda, medio violara reventando el culo a Lorena, rendido, me acosté en la cama de matrimonio con la intención de dormir un rato. ¡Pero que vá! Al poco, sentí junto a mí a Maria juguetona, mimosa y todabia bastante hambrienta de sexo mientras se tragaba mi verga. Al momento me la puso durisima y sin mas se horcajó sobre mí y me empezó a cabalgar furiosamente, follandome y follandome como una salvaje mientras se venia una y otra vez sin parar, salpicando con sus jugos toda la habitación que, con mi verga incrustada dentro de su coño, le salian a chorros a presión, gritando y gimiendo emputecida, pero sin parar de follar y follar hasta que al poco yó, entre gritos y aullidos, extallé corriendome brutalmente dentro de su encharcadísimo coño llenandoselo de leche, lo que la volvió aún mas loca, empezando a correrse como una endemoniada entre gritos y berridos salvajes que de seguro se escucharon en toda la ciudad. Al terminar y tras relajarnos, al fin, nos dormirnos tiernamente abrazados.

Al despertar, no se el tiempo que habia pasado, la pequeña Ilda me sonreia mirandome a los ojos tumbada a mi lado en la cama y así, sin mediar palabra me besó en los labios, me tomó de la mano, me levantó de la cama y me llevó hacia la sala. Al llegar nos encontramos, vestidas y sentadas en el suelo en medio del salón, a Maria y Lorena metiendose mano y dandose húmedos y excitantes besos en la boca, mientras lascivas unian sus lenguas con lujuria y pasión. Cuando las dos hermanas nos vieron allí de pie, nos sonrieron y rapidamente se quitaron las camisetas la una a la otra, dejando libres sus preciosos, redondos, gordos y enormes pechos.

Ante esa imagen tan excitante, Ilda, bastante caliente y avanzando hacia ellas se quitó también su mini camiseta, a la que siguió su faldita y tras ello el resto de su ropa interior, cosa que hizo sin dejar de mirarme directamente a los ojos, ni de contonearse de una forma muy sensual, para terminar al final totalmente desnuda y así, sonriendome toda coqueta, sentarse mimosa junto a su madre y su tia.

Yo, ensimismado ante tanta belleza me acerqué como embobado hasta ellas y con tranquilidad me senté entre Ilda, que quedó a mí derecha y Maria y Lorena, que quedaron a mi izquierda. Al instante, las dos hermanas se bajaron el mini pantalón, se lo quitaron y se quedaron en braguitas, braguitas azul cielo bajo las que sus maravillosos coños se marcaban y remarcaban exageradamente, trasparentandose clarisimamente victimas de la excesiba humedad que manaba del interior de sus vaginas deseosas, mientras tanto yo, cachondo perdido al ver semejante imagen, me quitaba torpemente mi pantalon de deporte dejando así, a la vista de las chicas, mi pequeño slip blanco inmaculado bajo el cual mi verga se veia bastante grande y dura, oprimida, aprisionada y anhelante por escapar y poder entrar así hasta en lo mas profundo de esas dos humedísimas cuevas femeninas que claramente, me estaban pidiendo a gritos ser duramente perforadas.

Ilda, enseguida se percató de mi tremenda erección e intuyó que mi verga necesitaba salir ya de su cruel encierro, así, que mientras me besaba en los labios con pasión me fué retirando con mimo el slip hasta quitarmelo del todo, entonces se inclinó, arrodillada como una perrita, sobre mi entrepierna para al instante hacerme sentir su deliciosa lengua juguetona haciendo circulitos alrededor de mí glande, besandomelo y lamiendomelo super golosa, para seguidamente, mirandome directamente a los ojos y con un solo movimiento de su cabeza, tragarse entera toda la enorme y gorda extensión de mí verga, que como el marmol lucia yá, húmeda y durisima ante las atenciones de tamaña preciosidad de niña.

A la fantástica mamada de la pequeña Ilda pronto se unieron envidiosas las bocas de su madre y de su tia y así y durante un buen rato, tube a las tres besandomela con lujuria, lamiendomela golosas, chupandomela enfermas de deseo, mamandomela emputecidas y tragandosela hasta el fondo como tres putas enloquecidas, axfisiandose y reventandose las gargantas mientras se la pasaban por turnos la una a la otra en bastante buena armonia, hasta que al final no pude aguantar más y me vine corriendome como un loco poseido por mil demonios, mientras las tres, excitadisimas, me pedian gimiendo como gatas en celo que les diera la leche en sus bocas, que me corriera dentro de sus bocas, cosa que hice a borbotones, soltandoles chorros y chorros de semen caliente y pastoso, semen que fue cayendo como lava blanca sobre sus caras, sus tetas y sus cabellos pringandolas completamente, a parte, de una buena cantidad que cayó dentro de las golosas bocas de Maria y Lorena.

Tras acabar de correrme, Maria y Lorena empezaron a revolcarse por el suelo abrazadas besandose entre enormes gemidos de deseo, compartiendo mí semen entre ellas, pasandoselo de una boca a la otra hasta que al final y tras lamerse la una a la otra todos los restos que aún llevaban pegados de mi leche, riendo, se lo tragaron todo, todo enterito sin compartir nada de nada con Ilda, así que yó, viendo el enorme disgusto de la niña y en forma de pequeño castigo las ignoré cuando al momento, tanto Maria como Lorena, cachondas perdidas, me pidieron que las follara, que las penetrara duro, que las reventara a vergazos, que la enculara que... Sin hacerles ningún caso les dí la espalda y dirijí todas mis atenciones hacia mí preciosa Ilda.

Lorena puso cara de rechazada y ofendida, pero Maria, sonriendome en complicidad, la tomó por la cintura y diciendole algo al oido la hizo sonreir a su vez y sin más se apartaron, mientras tanto yo, tomando en brazos a la llorosa Ilda, la depositaba con ternura sobre el sofa y comenzaba a besarla con pasión en los labios, pasando al poco a lamerle las orejitas, mordisqueandoselas, bajando con mi lengua por su cuello, mordisqueandoselo, hasta llegar a sus jugosos y tiernos pechos, donde me entretuve un buen rato, lamiendoselos, mamandoselos, sorbiendoselos y mordisqueando con fuerza sus gordos y sonrosados pezones, para lentamente continuar bajando hasta llegar a su zona púbica, mientras con una mano, le acariciaba las piernas por entre los muslos arrancandole gemidos de placer, notaba ya el calor de su cuerpo, sentia ya como mí pequeña Ilda ardia de deseo, en ese momento desee estar dentro de ella, pero me contuve y así, mi lengua comenzó a investigar por entre los hinchados labios de su vagina, que suavemente abrí con mis manos, para posteriormente recorrerselos muy lentamente con la lengua, mientras mí niña cada vez enloquecia más y más de placer.

Al poco noté unos pequeños temblores en Ilda y como su cuerpo empezaba a retorcerse entre pequeños espasmos, mientras ella, gemia y gemia desesperada. Entonces ví su clítoris asombrosamente erecto y lo tomé con mis labios succionandolo lentamente, mientras a la vez, con el dedo índice la penetraba por la vagina, empezando a masturbarla muy, muy profundo y muy, muy lentamente.

-¡Ahhhhhhh!... ¡Siiii!... ¡Siiiiiii mí amorrrrr!... ¡Siiiiiiiiiiiii!!!- Berreo Ilda emitiendo un enorme gemido de placer que debió oirse en toda la ciudad mientras yo, seguia y seguia lamiendole el clítoris sin parar, ahora en círculos, para despues seguir con un rápido movimiento vertical de arriba abajo, para al poco volver al sentido circular y de nuevo, al vertical, volviendo a cambiar una y otra vez cada movimiento, pero eso sí, cada vez lamiendo con mas y mas intensidad.

-¡Madre mia Luismi!... ¡Como me estas comiendo el coño cariño!... ¡Siii!... ¡Siiiiiiii!... ¡Sigue así mi amor!... ¡Oh que bieeeeennnn!... ¡Que gustooooo!... ¡Que placeeerrrrrr!... ¡Diosssssss!... ¡Me voy a correr en tú boca mi amor!... ¡Mmmmmmmmmmmmmm!... ¡Siiiiiiii!... ¡Siiiiiiiiiiiiiiii!... ¡Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!... ¡Arrrrrrggggggggg!... ¡Arrrrrrrrrrrrggggggggggggggg!... ¡Diooosssssss!- Se corrió Ilda gritando toda enloquecida, derramandose a chorros dentro de mi boca. Dulce nectar que tragué encantado.

Ilda comenzó a relajarse pero yó, travieso como nunca, capturé de nuevo su clítoris entre mis labios y sin más continué lamiendoselo con los mismos movimientos anteriores. Esta vez Ilda no aguantó ni diez segundos y los temblores le llegaron nuevamente, pero esta vez acompañados por unos tremendos y terribles espasmos totalmente incontrolables.

-¡Me corro Luismi!... ¡Me coooooo... rrrroooooo... Oooo.. traaaa... aaaaaa... Veeeeeezzzzzzzz!... ¡Ooooooohhhhhhhhhh!... ¡Oooooooooooooooooohhhhhhhhhh!... ¡Siiiiiii!... ¡Siiiiiiiiiiii!... ¡Siiiiiiiiiiiiiiiiiiii!... ¡Arrrrrrgggggggg!... ¡Caaaaaa... riiiiii... ñooooooo... Miiiiii... ooooooooooooooo!... ¡Arrrrrrrrrrrrrrgggggggggggggggggg!- Volvió a gritar Ilda entre berridos corriendose brutalmente por segunda vez, mientras con sus manos, loquita perdida, apretaba con fuerza mi cabeza contra su vagina, de la que no paraban de manar chorros, chorros y chorros de su dulce ambrosia, de su delicioso y maravilloso nectar. Manjar de Dioses que yo, sediendo de mí niña bebí, bebí, bebí y bebí, sin llegar a saciarme. Fué sublime, en esos momentos no habia nada más, no habia nadie más en todo el mundo, salvo Ilda y yo.

Segundos despues y tomandola en brazos, la llevé completamente desfallecida al dormitorio, donde abrazados, nos quedamos dormidos...

Y ya está amigos y amigas de todorelatos, así termina esta tercera entrega de la saga, saga que hos aseguro continuara en una cuarta entrega y etc, etc...

Solo daros las gracias por vuestro tiempo deseando que el relato de hoy os haya gustado un poco.

Y como en los anteriores, si ha sido así o no, os pido por favor que me lo hagaís saber con vuestros comentarios, indicandome los errores que halla cometido para poder mejorar en las proximas narraciones.

¡Bye!