@}}---,--- (iii)

...la imagen de los brazos de Harvey sosteniendo la cintura de Wanda justo en su ombligo y las piernas de ella alrededor de él me hacia hervir por dentro de ira...

Previamente en @}}---,---...

~ (...)¡Que ojos, que cabello y que nariz ¿es real?!(...) ~ (...)es el nuevo inquilino(...) ~ (...)Presentación oficial: me llamo Camilo, mucho gusto(...) ~ (...)Alguien te busca(...) ~ (...)¿Harvey?(...) ~ (...)Lo sé es que… quería una excusa para verte(...) ~ (...)podría acompañarte la primera vez, me sentiría algo culpable si llegas tarde tú primer día en tercer semestre... sólo si tu quieres claro(...) ~ (...)Temprano, Harvey, no olvides(...) ~ (...)No lo haré… gracias(...) ~

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III

Harvey

Mi alarma sonaría a las 5:00, pero yo estaba despierto desde mucho antes, encontrarme con Dil, me ponía ansioso, en cuanto sonó la alarma, corrí a la ducha, me bañé, regresé a mi habitación cuidándome de no hacer ruido para no despertar a Camilo porque yo estaba desnudo y aún no había desempacado mi ropa, tomé mi uniforme, me vestí y bajé hasta la primera planta donde ya el desayuno estaba servido y Wanda conversaba con la Sra. Elaine, estaba usando una blusa de botones color amarillo pastel con la insignia de La Regional y un pantalón negro… “no puede ser, Wanda querrá irse conmigo” no me lo había preguntado aún y ya me sentía frustrado, todos mis planes se fueron abajo.

-Buenos días, Harry, el desayuno está en la mesa- dijo la Sra. Elaine señalando un plato tapado con otro encima.

-¡Hola Harvey!- dijo Wanda mostrándome una sonrisa completa.

-Buenos días- dije con algo de desaliento al haber olvidado el pequeño detalle de Wanda. Comimos en una conversación amena, al terminar me puse de pie llevé el plato hacia la cocina y saliendo la Sra. Elaine me detiene retomando conversación:

-¿Se irán juntos?

-No sé, ¿tú que dices Harvey?- pregunta Wanda; tenía que decirle que sí, ella solo estaba siendo cortés.

-Seguro, déjame hacer una llamada, está lista para cuando baje ¿vale?

-Vale, no demores- Subí las escaleras, puteando al mundo, cabreado con el universo, cepillé mis dientes con violencia y frustración, tomé mis cosas y en las escaleras llamé a Dil.

- ¿Aló? ¿Harvey?

-Hola Dil.

- ¡Hola! ¿Cómo estás? ¿Cómo dormiste?

-Bien y bien, gracias ¿y tú?

-Bien también, ¿ya estás listo?

-Uh, sí… Dil respecto a eso…

-¿Ya no vienes?

-Sí, sí iré, bueno… es que…- tomé aire y traté de calmarme – no iré solo, alguien irá con nosotros, ¿Te molesta?

Dilan

-¿Alguien? ¿Pero va hacia el mismo lugar al que nosotros vamos o se bajará en el recorrido?- me había derrumbado, esperaba estar relativamente solo con Harvey y tuve miedo de convertirme en el violinista del trío.

-Se bajará conmigo, también asiste a La Regional, está en el programa de nutrición & dietética, pero está delante de mí, ¿estás seguro que quieres que vayamos a recogerte?- “Quiero que vengas a recogerme… ¡PERO SOLO! Sin nadie más” pensaba, pero no podía decírselo; me había emocionado su llamada en un principio, sentí una descarga de energía cuando vi su nombre en la llamada entrante, pero ese no era exactamente un motivo alentador.

-Sí, claro, vengan, no hay problema- dije con algo de amargura. Me dirigí a la parada a esperarles, cuando al rato de estar sentado aparecieron.

-Hola Dil- sentí la voz de Harvey sobre mí, alcé la mirada y vi que traía un uniforme verde pálido que le quedaba un tanto apretado más que la camiseta que traía puesta para el viaje y la de la salida de ayer e insinuaba un muy buen torso y sin mencionar sus brazos “ese no es el cuerpo con el que recuerdo haber soñado ayer, este está más bueno aún” y un pantalón negro y detrás de él una chica de blusa de botones amarilla y un pantalón negro, aunque no tenía un cuerpo de ensueño tenía un semblante y un porte que me ponía en mucha desventaja, agregando el hecho de que yo era macho.

-Ella es Wanda- dijo haciéndose a un lado para que yo la viera de pies a cabeza.

-Mucho gusto, Dilan- dije estirando mi palma hacia ella.

-Wanda- dijo dándome una sonrisa forzada, ella tampoco disfrutaba el hecho de que no tuviese a Harvey sólo para ella, al menos eso teníamos en común; la situación era verdaderamente infernal, ella y yo tratábamos de sacarle conversación a Harvey haciendo preguntas tontas pero la conversación moría al instante ya que no había forma de mantenerla, pero ella a diferencia de mí cuando había silencio no dejaba de captar su atención tirando de su nariz o presionándola contra su rostro, a lo que él respondía arrugando la nariz con una sonrisa o moviéndola hacia los lados con ayuda de sus labios, ella reía y lo abrazaba y él naturalmente respondía y en eso nos la pasamos hasta que pasó el autobús, luego de ahí debía soltarlo o se caerían frente a todos; pero cuando subimos al vehículo la balanza se inclinó a mi favor; sólo había un asiento libre, y Harvey como todo un caballero se lo cedió a Wanda, ella se sentó y me dejó la vía libre para hablar con él, y así fue, charlamos, reímos y ella sólo podía vernos desde abajo; movía mi cabeza hacia un costado para ver que tan cerca estábamos de bajarnos y cuando divisé los edificios de su campus me lancé:

-¿A qué horas saldrás hoy?

-Tarde según el horario que nos enviaron y no te preguntaré a qué hora saldrás tú porque me enojaré.

-No lo harás créeme, también saldré tarde, tengo un gran espacio entre clases.

-Sí yo también- dijo algo frustrado.

-Harvey, acá nos bajamos- dijo Wanda tirando de su camisa y poniéndose de pie frente a él, Harvey le dio espacio para que pasara y se despidió:

-Gracias Dil, de nuevo- dijo poniendo los ojos en blanco.

-No te preocupes.

-Y disculpa por no haberte avisado que Wanda venía antes- dijo lanzándome una mirada de “Yo no planee que las cosas fueran así” y se bajó del vehículo, yo me quedé en él por menos de un minuto ya que lo único que separa su campus del mío es una empinada; me bajé y me preparé para un tortuoso semestre.

Justo en la entrada del aula en la que correspondía mi primera clase, alguien tiró de mi muñeca y me hizo girar hacia atrás, era Simón, un chico delgado de mi altura, de tez amarillenta, cabello corto en púas, sonrisa algo contagiosa, tenía algo, no estaba como Harvey, pero… no se iba morir virgen, en una fiesta se me pudo haber declarado y se pudo haber ofrecido a chupármela, y yo pude haber dicho que sí, y desde entonces, me da una de esas como la que me dio en la fiesta.

-Hola, te estaba esperando- dijo mordiéndose el labio inferior.

-¿A mí? ¿Ahora, Simón?

-Sí, ¡ya!- me llevó del brazo entre la multitud, hasta el edificio de las ingenierías, facultad a la que él asistía, subimos las escaleras hasta el último piso, en un salón de “clases privadas” que no sé si solo pasaba en nuestro campus pero esos salones estaban siempre vacíos; eran cubículos de cristal, polarizado, cada uno contaba con dieciséis sillas, un escritorio y una pizarra; me metió en un cubículo y puso tranca a la puerta, se dio la vuelta y me desnudó con la mirada.

-Estás más bueno de lo que recordaba- dijo poniéndose una mano en la entrepierna y metiendo la otra debajo de su camiseta.

-Simón tengo clases, no es buena idea.

-¿Y eso que Dilan? Es la primera clase… del primer día… de la primera semana… del primer mes… del jodido semestre, no dirán nada productivo, o al menos no más productivo que esto- dijo mientras se me acercaba insinuante –además, sé que quieres, de otra forma te hubieses soltado de camino aquí, eres mucho más fuerte que yo- dijo recorriendo mi abdomen y mi pecho con sus manos extendidas y juntando su verga con la mía –dale, no te hagas de rogar, mira que me muero por probarte de nuevo, estos dos meses fueron insufribles sin ti- dijo sujetándome del culo y pegándome más a él; lo cierto es que necesitaba distracción y quería desquitarme por el desazón que me dejó la presencia de Wanda en la que se suponía sería la primera escoltada de Harvey hasta su campus y con suerte no sería la última.

-Bájate el pantalón- dijo frotando su bulto con más fuerza contra el mío.

-Sería más excitante si tú lo haces por mí- le dije imitando su voz seductora, lentamente descendió hasta él y lo desabrochó, bajó mi zipper y tiró de mis jeans hacia abajo, metió su cara en mi verga sin quitarme el bóxer y empezó a restregar su cara en ella, Simón me excitaba mucho, tenía talento y no lo podía negar, mientras tanteaba el terreno con su rostro se desabrochó sus jeans y sacó su verga de ellos para masturbarse, luego empezó a mordérmela sobre mi ropa interior, al tiempo que masajeaba mi culo haciendo círculos lentamente con el –necesitaba esto- decía mientras humedecía mis bóxers con su lengua, acariciaba mi muslo con la yema de sus dedos, mientras se masturbaba con una mano, yo me dejé hacer, me senté en el escritorio, y le permití a Simón hacer lo que a él se le antojara con mi órgano, echando la cabeza hacia atrás; Simón decidió avanzar, pegó sus labios sobre mi ropa interior y a medida que esta cedía su lengua recorría el lugar que se descubría, efectuaba el movimiento de una maquina de escribir: de izquierda a derecha, de arriba hacia abajo; las caricias y presiones de Simon habían surgido efecto en mí, se me había puesto dura, pero él no era de los que se la lleva a la boca sin bacilar, como él dice le gusta “torturar” a su victima; cuando el bóxer cedió lo suficiente, mi palo saltó literalmente a la cara de Simón, sentía como él se acariciaba a sí mismo con mi miembro, y luego de ello, pasó su lengua por un costado y cuando llegó a los huevos, los engulló con lujuria y los empezó a succionar; las piernas me estaban fallando, perdía el equilibrio, el placer que la boca de Simón me proporcionaba era inmenso, me sentía completo, como si no necesitase nada más, terminando de chuparme los huevos, bajo hasta mi perineo, y empezó a lamerlo mientras hacía pequeños círculos con su dedo en una de mis nalgas, se estaba embarrando con su propia saliva, mis huevos se acomodaban perfectamente en sus ojos, apretaba mis manos con el contorno del mueble, gimiendo de placer, hasta que no pude más; lo tomé del cabello y lo puse de frente a mí verga, podía sentir como la sangre corría dentro de ella, la tortura era demasiada, necesitaba que se lo metiera en la boca, pero Simón, se tomó su tiempo, me pajeó unas cuantas veces para calmar mis ansias, y empezó a lamer muy lentamente desde la base hasta el freno, unas corrientes eléctricas iban desde la punta de miembro hasta mi nuca, no gemir era inevitable, los sonidos de Simón, como si se estuviera comiendo algo realmente bueno también me excitaban muchísimo, y luego después de tanto esperar Simón se metió mi verga entera a la boca y yo ya no podía con la excitación; cuando me di cuenta que la tenía toda adentro, lo tomé del cabello y empecé a follarme su boca con furia, estaba extasiado, poseso, no pensaba en otra cosa, no podía efectuar otro movimiento, éramos yo y la boca de Simón, imprimía cada vez más fuerza en cada embestida.

-Ya casi- le advierto, él sostiene mi culo con ambas manos para que no me salga de su boca, cuando de pronto empieza a brotar los primeros chorros de leche en su boca y veo como Simón se apresura a tragarlo cuidando que no salga nada, la lame y la relame con intención de secarla, se incorpora y me pasa la lengua desde la punta de mi barbilla hasta la punta de mi nariz.

-Y eso Dilan, fueron dos meses de abstinencia- dijo respirando hondo.

-Deberíamos esperar otros dos meses más para la siguiente vez entonces- dije entre jadeos.

-¡No! No más espacios como ese entre mamadas, Dilan, ¡Te lo prohíbo!- dijo fingiendo tono amenazante, apoyó su cabeza en mi pecho y empezó a hacer círculos en mi camiseta.

-¿Dilan?

-¿Sí?

-Creo que quiero tener relaciones sexuales completas contigo, con penetraciones y lo demás.

-Creo que no entiendo- entendía perfectamente, y la idea no me agradaba, Simón era sólo un pasatiempo, ese era el acuerdo, no quería involucrarme sentimentalmente con él, mi corazón pertenecía a alguien más, y a ese alguien iba a darle mi primera vez, aunque sonara injusto, porque si lo que dicen es cierto, la primera vez no se olvida, y aunque no creo que pueda llegar a olvidarme de Simón, quería tener ese momento de intimidad con alguien a quien yo verdaderamente deseara, con Harvey.

-Sí Dilan, quiero que tengamos nuestra primera vez juntos- dijo apartándose -¿no te gustaría?

-¿Qué tiene de malo las cosas como están ahora?

-Ya no es lo mismo, Dilan y lo estuve pensando mucho, quiero tener mi primera penetración contigo y me gustaría ser el primero que penetres, o viceversa lo que tú decidas.

-Tengo que pensarlo.

-¿Pensar qué, Dilan?

-Me cogiste de sorpresa, Simón, ahora mismo no tengo cabeza para eso.

-No tienes que pensar nada, solo tenemos que fijar una fecha y será la que tú digas.

-En serio, Simón, necesito pensarlo- dije subiéndome los bóxers y el pantalón.

-¿Y cuando habrás pensado en eso?- dijo malhumorado.

-Te avisaré.

-Quiero una respuesta pronto, Dilan, en serio- dijo tajante. Salimos del cubículo y regresé a la facultad, entré al salón, saludé y fui saludado, contamos experiencias nuevas en vacaciones con mis amigos, y conocimos a los profesores nuevos, hasta que llegó el mediodía, teníamos un espacio hasta las 15:00, en las que no pensaba salir al patio, porque sabría que Simón estaría ahí y empezaría a presionarme, no quería joder mi primera vez así, quería estar con Harvey y con nadie más, de repente siento una vibración en mi bolsillo, agarro mi teléfono y encuentro un mensaje de texto “Ya terminé las clases de hoy ˄˄” Era de Harvey, “pero me había dicho que saldría tarde hoy” pensé, supuse que podría pasar a hablar con él un rato, hasta que mis clases se reanudaran, o sea en tres horas.

Abandoné el campus y me dirigí colina abajo, pensando en lo que me Simón me había dicho, en los posibles desenlaces de un “No” y el inevitable de un “Sí”, chantaje o primera vez arruinada, aunque chantaje no era una opción ya que Simón perdía más que yo, él tiene su vida entera aquí y yo podía regresar a mi ciudad, además yo nunca le dí una mamada a Simón, era él quien me buscaba. Al llegar al campus se veía bastante vacío, o tal vez es porque era muy grande, era la sede más grande de las tres, buscaba en el patio estudiantes de uniforme verde pálido, eran muchos pero sentados en grupo en una especie de banca larga que salía del muro de un edificio, encontré una cara familiar, estaba con el grupo pero no hacía parte de su conversación, estaba con una chica hablando, morena, cabello liso, castaño claro, tratamiento de ortodoncia finalizado, tenía una sonrisa seductora y era muy atractiva en general, se había puesto de pie y sostenía un objeto familiar.

-No, flaca, te doy mi alma si la quieres, pero no mi reproductor- decía Harvey mientras me acercaba a ellos.

-Sólo por un día- decía la joven divertida.

-No es que haya algo vergonzoso, si quieres vamos a la sala de informática y ves lo que tiene, pero no te la lleves.

-¿Por qué no?

-Es como si me quitaras el apéndice… o… mi brazo derecho.

-¿Cómo si te quitará a “Harveycito”?- dijo con una carcajada; verlos sostener esa conversación en el patio y en voz alta también me hacía sonreír.

-Si te refieres a lo que yo creo que te refieres… entonces sería yo el “Harveycito” de la situación- dijo levantando la ceja y en tono presumido, no pude evitar imaginármelo.

-¡Harvey Santiago que patán!- dijo apretando los ojos asqueada, dándole tiempo a Harvey de sujetarla y abrazarla por la espalda para tomar el dispositivo, al terminar el jaloneo, él salió victorioso; para entonces todo el patio o al menos la gran mayoría atendía lo que estaba sucediendo.

-¡Que asqueroso eres, Harvey!- dijo entre risas.

-Te quedó sonando ¿cierto? Seguro que te lo imaginaste- dijo carcajeándose.

-Bueno ya me voy, no me vas retener más tiempo- dijo acercándose a él aún convulsionando entre risas dándole un beso en la mejilla y sacudiendo la mano en el aire hacia el resto del grupo que le gritó un “Chao, Gina” al unísono. Mientras ella se alejaba, Harvey se acercó a mí, y me estrechó la mano, se veía feliz, entusiasmado, al parecer a él sí le había emocionado la idea de regresar a clases.

-¿Desde qué hora estás libre?- me preguntó aún riendo tras la escena.

-Desde 12:00… hasta las 15:00.

-¿En serio? ¡Yo también! De 15:00 a 16:00 tengo la última clase del día.

-También yo.

-¿Subo a recogerte los lunes entonces?- me exalté por la oferta y tenía ganas de decirle que sí pero la imagen de Simón saltó a mi mente, como una propaganda pornográfica de internet:

-Creo es más fácil si yo paso por ti, porque sería colina abajo.

-Sí, pero tal vez te caiga de sorpresa, no conozco ese campus- dijo divertido, cada que pensaba en el campus no podía evitar recordar a Simón, así que saqué otro tema para concentrarnos en nosotros:

-A propósito, ¿Harvey Santiago?

-Santiago es mi apellido, no es un nombre- aclaró. Al tiempo que hacía eso, vi pasar frente a nosotros un grupo de mujeres con uniforme blanco y pantalón negro que pertenecían a enfermería (de los tres campus, la sede de las áreas médicas es la única que tiene uniformes para sus facultades, las razones las desconozco) al verlas pasar pensé “¡Mierda! ¡Sonia!” me había olvidado de ella así que estúpidamente le pedí a Harvey que me acompañara y él inocentemente aceptó, me escoltó hasta la facultad de Sonia y me di cuenta que todos volteaban a vernos, tal vez por que yo no usaba uniforme o tal vez por Harvey, aunque muchas personas estaban sin uniforme.

-Nos miran- comenté.

-¿Es incómodo, cierto? Me pasa mucho- dijo algo serio –especialmente si voy con Alexander o Víctor- asumí que ellos eran también agradables a la vista, pero no le dí trascendencia al comentario. Cuando entramos en la facultad las miradas sé hicieron más frecuentes, ya que habíamos dejado de caminar:

-¿Y a qué salón iremos?- preguntó curioso.

-Llamaré, no me sé su horario- saqué mi teléfono y me alejé un poco, no le había dicho que Sonia era mi novia.

Amor! ¡Hola!

-Hola nena, estoy en tu facultad ¿en qué salón estás? ¿Estás en clases?

-¿Estás aquí? Bueno si subiste regresa al primer piso y quédate en el lobby yo bajo por ti.

-Vale.

-Te quiero.

-Y yo a ti- cerré y me volví a acercar a él, estaba algo nervioso, se me aceleraba el pulso, sabía que Sonia no se contendría y haría lo que hacen las parejas normales: mostrarse afecto en público, y no estaba seguro de si quería que Harvey viera esa escena, pero ya era tarde, para cuando reflexioné sobre ello, ya le había pedido que me acompañara. Nos quedamos en silencio mirando alrededor del lobby, evitando establecer contacto visual con cualquier enfermera mientras Sonia bajaba, cuando distingo una figura bajando las escaleras, acompañada de dos mujeres:

-¡Dilan, amor viniste!- dijo rodeando mi cuello con sus brazos y dándome un beso de película romántica muy desinhibido –me hiciste falta- dijo sin soltarme.

-También me hiciste falta, nena- dije rodeando su cintura con mis manos; no podía simplemente tratarla con indiferencia, debía tratarla como normalmente lo hacía, aunque me desgarrara por dentro ver que Harvey presenciaba la escena, me resultaba incómodo, y también a él, miraba en todas direcciones, como inquieto, como el violinista del trío, sentía la necesidad de abrazarlo, de explicarle lo que verdaderamente hay entre Sonia y yo y de decirle lo que sentía por él.

-Hola- dijo Sonia girando hacia él por un momento.

-Hola- dijo él moviendo la mano en el aire.

-Miranda está arriba, ¿Quieres que la llame?

-No no, no te preocupes, gracias- se apresuró.

-¿Se conocen?- pregunté girando hacia él.

-Él es amigo de una amiga y nos ayudó con un seminario en primer semestre- dijo Sonia con una sonrisa- aunque ni siquiera nos sabemos nuestros nombres-

-Él es Harvey- dije empujándola levemente para separarnos, ya había sido suficiente.

-Mucho gusto, Sonia- dijo estirándole la mano.

-Encantando- respondió estrechando su mano.

-¿Ya saliste amor?- dijo volviendo a mí.

-Tengo un espacio hasta…

-¡HARVEY!- me interrumpió un fuerte sonido que venía desde afuera del edificio, todos giramos y encontramos a Wanda corriendo hacia nosotros, inevitablemente voltee a ver la cara de Harvey, sonreía, ella había llegado a salvarlo de tanta incomodidad; echó un pie hacia atrás, esperando que ella se lanzara hacia él y fue exactamente lo que hizo, se le fue encima y lo apretó con ambos brazos y rodeó su cintura con sus piernas, él la recibió apretándola contra él y girando en el mismo lugar.

-Me encantan esos audífonos- dijo mirando hacia su cuello, tenía unos audífonos a manera de tiara, pero no de los que van sobre la cabeza, sino de los que van detrás de ella, hacían una especie de bucle en lo que supuse iría su oreja y se insertaban en su oído, que en mi opinión personal lo hacían ver muy sexy.

-Gracias.

-¿Estás libre?

-Mejor aún, ya salí- dijo dando un saltito en el que ambos se sacudieron, la imagen de los brazos de Harvey sosteniendo la cintura de Wanda justo en su ombligo y las piernas de ella alrededor de él me hacia hervir por dentro de ira, me sentía impotente por no poder hacer nada “Bueno ya suéltala” pensaba.

-Me dijiste que salías tarde.

-Sí, pero el profesor dijo que no iba a poder presentarse por unas clases que tenía que dar a unos pasantes a esa hora en el hospital y que esa hora estaba cruzada y que luego hablaríamos de eso.

-Que suerte, yo todavía estoy aquí hasta las 18:00, ojala a el profesor le ocurra un accidente pero que no sea grave.

-¡Wanda!

-¡No quiero quedarme hasta las 18:00 el primer día Harvey!- dijo haciendo un berrinche saltando sobre él, “Bueno ya bájala Harvey, maldita sea, ¿te la piensas follar delante mí?” gritaba en mi interior; sin darnos cuenta Sonia y yo habíamos dejado de hablar para escuchar atentos la conversación de Wanda y de Harvey.

-¿Y qué vas a hacer?

-Mis compañeros y yo arreglamos una salida a la playa, aprovechando que no tenemos tareas aún- dijo sonriendo.

-Suena genial- dijo Wanda lamentándose –Dilan, me voy a robar a Harvey un momento, ¿no te molesta verdad?- “Sí me molesta, me molesta un resto, además me gustaría que lo soltaras, ten un poco de decencia”; Harvey me miraba, no quería que se fuera, pero temía que Sonia empeora a medida que nuestra conversación se extendía, además que sabía que él estaba incómodo ahí.

-No, puedes llevártelo.

-¡Gracias!- dijo bajándose de él (finalmente) y rodeando su cintura, él puso su brazo alrededor de su cuello y sin siquiera despedirse se alejaron dejándome con Sonia y sus amigas en medio del lobby, confundido y herido.

Harvey

“Tan imbécil que creíste que estaba soltero y para rematarla que había ido hasta el campus a verte la cara, Harvey, Harvey…” la imagen de Sonia abrazando y besando a Dil frente a mí no podía salir de mi cabeza, mi corazón se encogía, tenía un nudo en la garganta, todos mis movimientos mi respiración y mi parpadeo se habían vuelto completamente voluntarios, tenía incluso que pensar si al caminar seguía el pie derecho o el izquierdo, me sentía tonto, tenía rabia conmigo mismo, no culpaba a Sonia, yo estando con Dil haría exactamente lo mismo, si tuviese la oportunidad; el camino hasta la cafetería se me hizo eterno, acompañé a Wanda hasta la barra, compramos una soda cada uno y nos sentamos en una mesa donde estaban unas amigas de ella, me las presentó y procedimos a comer, estuve poco tiempo ahí, quería irme del campus, me hacía mal estar ahí, cuando terminé mi bebida le di un beso en la frente a Wanda y me despedí de el resto de la mesa haciendo un ademán con la mano, abandoné el recinto, respiré hondo y me puse los audífonos, encendí el reproductor y caminé hacia la salida, escuché que alguien me llamaba, pero los audífonos en mis oídos eran las excusa perfecta para no voltear, no estaba de ganas de hablar con nadie, solo quería irme y arreglarme para salir, tal vez la playa lograría animarme.

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La próxima semana...

~ (...)¿Qué le pasa a Xander?(...) ~ (...)Yo te la sobaré, si quieres(...) ~ (...)¿Querian tener sexo con noxotros, cierto?(...) ~ (...)¡Xander no, que asco!(...) ~ (...)¿Andromeda?(...) ~ (...)¿Sólo irán personas de esta sede?(...) ~ (...)¿Cuál es la dirección?(...) ~ (...)¿Estás molesto?(...) ~ (...)no estoy diciendo que deberían para, sólo que la hagan con el volumen más bajo(...) ~

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Nuevamente, agradezco sus comentarios y valoraciones, me agrada saber que les agrada -^^- Las secciones "Previamente" y "La próxima semana" seguirán siendo emitidas con cada capítulo Y respecto a la inquietud que me formularon en un comentario del relato anterior, Sí, publicaré un capitulo cada miércoles, esperando mantener constancia en la publicación de estos, de nuevo los invito a valorar y comentar, acerca de que se debe mejorar o corregir y que se debe conservar, saludos.