Idus de marzo del odio al amor. capitulo 8
(¿Confiráis en mí?)
Capítulo 8
El ruido de los parlantes del local resonaban por lo alto. Alex debía admitir que Daniela tenía muy buen gusto a la hora de escoger sitios para la rumba. El night club era espectacular, con tres ambientes para todo tipo de ritmos y una atmosfera de fantasía circense que le daba un aire nostálgico, aunque por el precio del cover, no se podía esperar nada menos. Tal vez el dinero no compraba la felicidad, pero sin lugar a dudas si compraba el buen gusto
- ¿Te imaginaste que algún día íbamos a volver a bailar juntas? Porque yo lo desee por mucho tiempo – Daniela estaba encantada de la vida bailando totalmente pegada a Alex al son de Chocquibtown con Salsa y Choke
- No y menos cuando me invitaste solo a tomar un café
- Esa era la idea, hasta que recordé lo buena bailarina que eras y siendo esta la primera oportunidad que me das, tenía que lucirme. Dime que no te estas divirtiendo
- Si lo hago y más después de la semana tan estresante que he pasado
Habian pasado casi dos semanas antes de que Alex hubiese podido cumplirle la cita a Daniela. La camorra se estaba moviendo más rápido de lo que ellos habian previsto. El ataque contra un convoy de la policía para robar un camión blindado con miles de dólares que estos custodiaban, les había mostrado que la camorra estaba muy necesitada de dinero y seguramente buscaban asentar otro gran golpe, posiblemente un acto terrorista. Así que la infiltración tuvo que ser casi que inmediata y Alex tuvo que ver sacrificado a su mejor amigo por órdenes de Helena, lo que la había enfurecido porque era obvio que Helena busca sacar a Edrian de la comisaria previniendo que fuera a decir algo
- Sigues pensado en lo de Edrian ¿cierto? No te gusto nada que fuera él, el que tuviera que ir – Pregunto Daniela ya sentada frente a Alex en una de las mesas de club
- No he podido quitármelo de la cabeza. Siento como si lo hubiera traicionado. Justo cuando Laura está en su quinto mes de embarazo, él tiene que irse a enredar con un montón de mafiosos. Si algo le llega a pasar seguramente voy a enloquecer
- Oye tranquila – La tomo de las manos con sumo delicadeza como si se tratara de un cristal muy caro – Estoy segura de que nada le va a pasar, tú lo has planeado todo milimétricamente, además, no tuviste la culpa. Todos fuimos testigos de las buenas razones que le diste a la Teniente para que Edrian no fuera a campo
Alex pensaba que si Daniela quería darle una excelente segunda impresión lo estaba logrando. Tal vez había estado juzgándola muy mal y después de todo si había cambiado de una egoísta adolecente caprichosa a una mujer adulta, madura y compresiva, aunque el daño que le hizo fue tan grave que aún tenía sus reservas.
- Ya hemos hablado mucho de mí ¿Porque no me cuentas como van las cosas con tu esposo? – Era una pregunta señuelo para saber si Daniela solo estaba fingiendo amistad
- ¿Qué quieres que te diga de un matrimonio por conveniencia? Solo que ha sido el peor error de mi vida, pero mi padre está satisfecho y me deja en paz, además ahora que tengo un trabajo a tiempo completo, puedo dejar de pensar en los espacios vacíos
“Oh por Dios” De nuevo Daniela la había sorprendido con esa afirmación. Ella esperaba la típica respuesta cliché de una mujer trepadora, algo así como “que su matrimonio era maravilloso y ella estaba encantada con ser la esposa de un gran hombre de negocios, que se movía en las grandes esferas políticas” pero que la mujer reconociera lo que negó por tanto tiempo en verdad la maravillaba
- Supongo que tu padre siempre quiso lo mejor para ti
- Por favor Alex. Mi padre siempre ha buscado lo mejor para él, y yo solo he sido un títere y lo que más lamento es el daño que te hice para quedar bien con él. Creme cuando te digo que no valió la pena
- No te creo. Qué sentido tiene que sigas en un matrimonio por casi diez años si no eres feliz, al menos en el aspecto económico. Ser la esposa del vicepresidente del banco de desarrollo debe tener un lado muy bueno – dijo Mientras tomaba un trago de su bebida
- Lo único bueno que tuvo es que, la corredora de bolsa de papá no quebrara y si sigo casada con él es porque su familia y su poder podría exiliarme de este país sin un peso. Es mejor el uno por ciento de algo que el cien por ciento de nada – Alex levanto una de sus cejas señalando que no creía por completo esa excusa
- Yo me exiliaría voluntariamente si alguien intentara tener ese poder sobre mi
- A ti no te criaron para hacerte creer que el dinero lo es todo en el mundo y que sin él no vale la pena vivir – Tomo un sorbo de su coctel con vodka - No tienes idea de todo lo que he intentado hacer para cambiar esa mentalidad
Desde esa perspectiva Daniela tenía un buen punto, pero aún le era muy difícil creer todo lo que ella le decía. Ellas tuvieron una relación durante su adolescencia y en esos dos años que duro, lo que más destacaba de Daniela era lo buena actriz que era, además de ambiciosa. No usaba nada que no fuera de marca incluida sus pantuflas y viendo el reloj Cartier en su muñeca, que al menos debía costar ocho mil dólares, pues era difícil no sospechar, pero bueno siempre era mejor tenerla de amiga que de enemiga
- Por supuesto que no me crees
- No puedes culparme. Por mucho tiempo te creí y supongo que eres consciente de lo mal que termino para mí. De cualquier forma, no tiene ninguna importancia que te crea o no
- Si supieras lo importante que es para mi
Daniela volvió a tomar sus manos con total devoción, lo que a Alex le resulto un poco incómodo, ella ya no sentía nada por aquella mujer y ni siquiera quería sentir compasión. Era demasiado peligroso creer en el alguien que se había hecho a base de engaños y de traición. Como decía John Gay “Engañar a un hombre no es nada, pero la mujer que logra engañar a otra mujer, en verdad que debe poseer excelentes habilidades”
La velada con Daniela había terminado mejor de lo que esperaba, después de hablar un poco más y bailar otro tanto, habian acordado una mesa de dialogo por decirlo así. Iban a intentar volver hacer amigas, pero eso sí, con ciertas limitaciones. Daniela tenía prohibido pedirle información confidencial sobre cualquier caso que Alex tuviera y no podían hablar de su vida íntima a menos que quisieran contárselo o escucharlo.
- Llegas tarde - A Alex Casi se le detiene el corazón al escuchar esa voz detrás de ella, cuando estaba a punto de abrir la puerta de su apartamento
- ¿Tú de nuevo? Como dijiste, ya es muy tarde para que me vengas a molestar y no estoy de humor para ser tu lio de una noche
- No vine por eso, quería hablar contigo sobre asuntos de trabajo
- Entonces hasta mañana. Llegare a la oficina a eso de las siete – Alex siguió su camino hacia su apartamento sabiendo que Helena la seguía, a dejo entrar solo por evitar un escándalo a las dos de la madrugada
- Al mal paso darle prisa – Dijo sentándose sobre su sillón favorito, mientras la veía altivamente a los ojos – ¿Que queja ridícula y falsa tienes sobre mi trabajo? o ¿qué comentario sardónico y grosero te queda por decirme? Mejor dicho ¿Qué demonios quieres ahora?
- ¿Sigues enojada por mi decisión sobre Ávila? Tienes que entender que no fue algo personal – Helena se sentó en el otro sillón que estaba al frente
- Ah ¿no? Qué casualidad que justo al siguiente día que Edrian vio cuando ¡TU! me comías la boca, decides que él sea el que se infiltre por un mes en la camorra, sabiendo que su esposa está embarazada
- Yo no lo escogí porque pensara que era la mejor forma de callarlo, lo hice porque es el mejor agente en campo y no teníamos tiempo para entrenar a entusiastas, Como Rodríguez o Alvarez ¿Si él lo entiende porque tú no?
- ¿De qué hablas? – Helena suspiro y antes de hablar se dirigió al mini bar que Alex tenía en su sala para servirse un vaso de whisky con hielo
- El mismo día que solicite que Edrian fuera el infiltrado hable con él. Le dije lo importante que era para la unidad tener un hombre con sus habilidades dentro de la camorra. Es intuitivo, controlado y paciente, además tiene el tipo Italiano que no tienen los demás detectives, tu sabes; alto, moreno, de ojos claros y cuerpo atlético, así que seguramente los hombres de la camorra se iban a sentir más relajados con su presencia y en particular Rizzo que adora a los hombres atractivos
- Seguro con eso lo terminaste de convencer – Alex ya se imaginaba a su amigo con el pecho inflado, mientras Helena le mencionaba lo fabuloso que era – Pero a mí no, yo no soy tan fácil de engañar
- Te juro que no es un engaño. Es más, Edrian no tendrá que volver a infiltrase ya que la semana pasada envié la carta de recomendación al nivel central para su ascenso y con todos sus logros estoy segura que lo obtendrá
Eso sí era una gran noticia para Alex, ya que Edrian llevaba mucho tiempo haciendo méritos por ese asenso, que no solo significa subir de rango, sino además un mejor salario, por fin Laura y su amigo podrían comprar la casa de sus sueños sin preocuparse de no poder pagarla
- Ok, digamos que te creo ¿De qué asuntos de trabajo querías hablarme entonces?
- De ese asunto solamente. Yo sé que no se vio bien que justo después de que nos viera en la oficina, Edrian terminara infiltrado en la camorra. Solo quería que supieras que yo sería incapaz de hacer algo tan bajo para quitar a alguien de mi camino y bueno, como no quisiste escucharme en la comisaria en estas últimas semanas preferí venir hasta acá
- Como si te importara lo que yo piense o deje pensar – Alex se levantó a servir su propio vaso de licor
- Si no me importara no habría venido aquí, y tampoco te hubiera esperado dos horas afuera
- Si te importara, me tratarías con respecto en la comisaria. Tu solo te apareces de sorpresa cuando extrañas el sexo casual
Eso era verdad, Helena extrañaba el sexo con Alex y mucho, pero más que eso extrañaba tenerla cerca. Se había vuelto una necesidad y no precisamente después de la muerte de su esposa, ahora podía asumir que era desde antes. Le gustaba verla en la comisaria, recostada en su sofá o incluso estar cerca de ella cuando Valentina las obligaba a ambas acompañarla de compras, pero tampoco podía confesarlo sin más
- Piensa lo que quiera, yo ya cumplí con darte mi versión, así que ya me voy. Que descanses – Tomo de un solo trago el licor de su vaso y se dirigió a la salida, molesta por la terquedad de Alex
- ¿Sigues creyendo que fui lo peor que le paso a Valentina?
Esa pregunta sin duda la tomó por sorpresa y darle una respuesta a la detective no sería fácil, pero era una buena oportunidad para empezar hablar con la verdad, así que dio media vuelta para hablarle de frente
- Cuando te conocí, pensé que eras la persona más arrogante y testaruda que hubiera visto en mi vida y en verdad que no entendía porque ella estaba tan fascinada contigo
Helena volvió a tomar asiento. Abrirle el corazón a la gente no era fácil para ella y jamás se le hubiese ocurrido hacerlo con una persona en la que nunca había confiado, pero la castaña tenía dos cualidades que le generaban respecto; siempre cumplía sus promesas y era consecuente con sus actos, tal cual como lo fue Valentina y como lo era su hermano, las únicas personas por las que vendería el alma al diablo, tal vez ahora podía añadir una tercera.
- Entonces empecé acercarme más a Val y me di cuenta que a ella le gustaba todo el mundo sin importa lo cretinos que fueran – Rio al ver la mueca de fastidio de Alex – Sin embargo, también me di cuenta de todos los detalles que tenías con ella y en general lo especial que eras con todos a tu alrededor. No hacía falta que preguntaras nada para que todos te contestaran con un si
Se volvió a levantar, porque necesitaba de otro trago que le soltara la lengua para decir lo último. Esta sería la primera vez que le contaría a alguien sobre su mayor inseguridad
- Así que todo lo que sentía por ti se podría resumir con una palabra, envidia. Envidia de la conexión extraordinaria que tenías con Val y con los demás que yo no podía alcanzar. No podía llenar sus expectativas con respecto a ser empática con otros, creo que por eso ella prefería pasar más tiempo contigo que conmigo, aun cuando era mi novia, así que de alguna forma me tenía que desquitar y que mejor que humillándote en el trabajo o diciéndote todas esas cosas desagradables
- Entonces te acostumbraste y lo volviste una rutina que continuo incluso después de la muerte de Valentina
- No. Creo que seguí haciéndolo porque estaba enfadada con la vida y conmigo misma porque estoy segura que Val nunca me amo tanto como te amo a ti, además… - La teniente calló en un prologado silencio meditando si era conveniente ser tan honesta con Alex, finalmente su relación estaba cargada de muchísima tensión y no sabía si la detective algún día podría usar esa información en su contra
- ¿Además que? – La insto a seguir
- Era más fácil culparte a ti que a mí de su muerte. Tenías razón, yo debí haber encontrado la forma de sacarlos a ambos, en vez de haber perdido tanto tiempo despejando el área. Fue mi culpa que muriera y si no fuera por ti habrían muerto los tres
Sus lágrimas empezaron a fluir libremente como hace mucho tiempo no sucedía. Alex se acercó a abrazarla ofreciéndole su hombro para que llorara y descargara todo su dolor. Sabía que cualquier cosa que le dijera a Helena a ese momento, solo serviría para que volviera a levantar sus muros e intentara salir corriendo de allí, así que solo la dejo desahogar su llanto durante el tiempo que fuera necesario
- ¿Yo también te puedo hacer una pregunta? – Prosiguió Helena cuando ya estaba más tranquila descansando sobre el regazo de la detective
- Supongo que si – Alex se preparó para un desafío mental, esperando una pregunta muy personal
- ¿Porque no dejaste de ver “It” si te estaba asustando tanto?
- No sé, Creo que soy un poco masoquista y además quería saber si mataba a los niños
- Eres tan… - Iba decir tonta, pero decidió cambiar de palabra cuando vio la ceja de Alex levantarse en señal de advertencia - Ingenua… Ingenua
- ¿Te quedas a dormir conmigo?
- Depende ¿va haber sexo?
- Tal vez
Ese tal vez, fue suficiente para que la teniente se levantara rápidamente y se dirigiera a la cama de Alex tomándola de la mano. No sabía si había cometido un error al contarle algo tan íntimo, sin embargo, sintió como si un peso gigantesco hubiera caído de sus hombros
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