Idus de marzo del odio al amor. capitulo 4

Para alcanzar cualquier tipo de placer, Antes tiene que doler

CAPITULO 4

-          Oh… Por Dios Santos no puedo creer que estés aquí – Saludo Edrián alegremente a Alex, abrazándola fuertemente. El también acaba de llegar así que se encontraron justo en la puerta del Club – Te he extraño tanto mi vida

-          Yo También pequeñín – Era un mote irónico ya que en realidad Edrian medía 1.86 metros. Exactamente trece centímetros más que ella

-          ¿Y a que debo semejante honor? No me digas te hartaste de Martí y renunciaste a la comisaria.

-          No. Más bien tuve un encuentro revelador con alguien que me hizo entender que lo más importante en este día es celebrar el cumpleaños de mi mejor amigo. Así que feliz cumpleaños. Toma – Entrego a su amigo un paquete de regalo

-          Wuauuu… Dark Souls tres. Tu si me entiende mi amor, ven para acá - Volvió abrazar a Alex, pero esta vez la levanto del suelo

-          Ya déjame, bruto. Mejor vamos a tomar una copa

Ambos se dirigieron hacia la barra donde estaban sus demás amigos y compañeros de trabajo. Alex saludo a todos con un gesto de la mano, pero Julián, Laura, Carolina y Santiago estaban tan complacidos de verla por fin compartiendo un rato de diversión con ellos, que en vez de dar el respectivo abrazo y felicitación al cumpleañero prefirieron saludar primero a Alex con una calurosa beso en la mejilla

-          Oigan ¿Se les olvida que es mi cumpleaños?

-          No mi amor no se nos ha olvidado – Dijo Laura, su esposa, dándole un sonoro beso sobre sus labios – Pero no solo tú la extrañabas. Alex no saben cuánto nos alegra que este aquí

-          Si, es enserio. Además, creíamos que tenías que volver a patrullar esta noche – Intervino Santiago pasándole una botella de cerveza a cada uno de los recién llegados

-          Tenía, pero preferí tomarme el día libre

-          Pero ¿Le avisaste a Marti? – Esta vez fue Carolina la que hablo

-          Si le hubiera avisado igual me iba a decir que no, así que preferí ahorrarme el mal rato. Ya se enterará mañana por las fotos que posteen y veremos que hace

-          Pero…

-          Caro, no sigamos hablando de esto. Lo hecho, hecho esta. Mejor vamos a bailar, yo te llevo

La detective tomo a carolina de la mano y la llevo a la pista de baile, mientras que sus amigos se quedaron anonadados en su sitio, viendo la actitud tan fría con la que su amiga estaba manejando las cosas. Alex no era precisamente una persona que siguiera las reglas al pie de la letra, pero amaba su trabajo y ahora parecía que no le importaba perderlo

Habian pasado ya seis horas de festejo y muchos ya se habian ido como Carolina a quien la esperaba un pequeño niño en casa. Los que seguían festejando estaba completamente borrachos menos Alex que continuaba como si nada y algo le decía a Edrian que eso no era normal, porque ella había bebido a la par de los demás y ese estado pasmado solo podía significar una cosa

-          Sigues drogándote ¿Cierto? – Interpelo Edrian a su amiga, quien se encontraba sentada en una de las mesas

-          Si – Suspiro. No tenía sentido ocultárselo a su amigo la conocía como la palma de su mano – Los estimulantes son la única forma con la que puedo seguir adelante

-          Eso es solo una excusa patética para hacerte daño. Ya han pasado seis meses y como ves Valentina no va a volver – A Alex le asusto un poco la mirada de Edrian, que casi echaba fuego por sus ojos – Entonces ¿Qué esperas de la vida? ¿Irte con ella? ¿Morir de una forma tan cobarde?

-          Por favor. Yo no quiero ser grosera contigo en este día, pero no te metas en mi vida, tú no tienes idea de lo que estoy sintió. Cada quien tiene su forma de enfrentar sus demonios

-          Y la mejor forma que encontraste fue consumiendo cocaína, porque tu pasado te recordó, lo bien que los pasaste la primera vez que te metiste toda esa mierda en el organismo

Si había algo que odiaba en la vida la castaña es que le reprocharan su pasado, cuando eran solo un montón de cenizas muertas y no existía forma de cambiarlo

  • Si yo ya superé lo que deje atrás, no veo porque tú no puedas hacerlo

-          Porque estas repitiéndolo - Tomo de un trago el shot de tequila que tenía en la mano – Esta bien, tal vez no debería meterme, pero es imposible cuando veo a una persona que amo y admiro matarse lentamente ¿Nos ves lo que haces? Estas dejando que esto te vuelva arrastrar a un lugar peor, del que sabes, es muy difícil escapar – Toma aire para serenarse antes de continuar - Solo te pido que recuerdes que no es el peso lo que te destruye sino la forma en que lo cargas

Edrian se levantó violentamente del asiento dejando a su amiga sola. Pudo haber seguido sermoneándola por lo que se estaba haciéndose, pero no tenía caso. Alex parecía que en verdad se hubiese ido junto a Valentina ese terrible día. Ya no quedaba nada de quien era. Ella estaba más muerta que viva y él no sabía qué otra cosa hacer, solo podía rezarle a Dios por otro ángel que trajera del infierno a su amiga

-          No puede ser ¿Quién diablos la invito? – Pregunto Edrian a su esposa cuando vio a Helena dirigirse justo hacia la mesa en que se encontraba la detective

-          Ayyy… Por Dios.  Pobre Alex. No solo tuvo que soportar tu sermón ahora va a tener que aguantarse a esa mujer

La castaña seguía admirando su botella de cerveza como si hubiera algo incomprensible en ella. Aunque en realidad, lo que no comprendía es porque la vida la volvía a castigar de esa forma. No basto con perder a su madre por un cáncer y a su hermano en un accidente, también tuvo que perder al amor de su vida. Y aun que se había casado con otra, prefería mil veces haberla visto por siempre en los brazos de Helena que perderla así.

-          ¿Te diviertes Santana? - Estaba tan ensimismada en sus pensamientos que no se dio cuenta que su archienemiga se había sentado frente a ella

-          (Maldición, ya tenía que a parecer esta bruja) - Pensó una vez escucho la voz de Helena, que ridículamente le sonó sedante

Debía estar demasiado cansada como para que la presencia de esa detestable mujer no la hubiera alterado en lo más mínimo o a lo mejor, su cuerpo ya estaba adormecido de tanta alharaca por parte de su sensual jefa. Solo pudo esbozar una sonrisa ante tal pensamiento. Probablemente su cuerpo y mente estaban demolidos como para pensar en Helena en una forma sexual

-          Bastante Helenita…. ¿Quieres unirte a la fiesta?  - Le extendió la botella de Tequila medio llena que había dejado Edrian sobre la mesa, pero para su sorpresa su jefa se sirvió una copa y la bebió de un solo trago

-          Te di una orden y estas aquí. Espero que tenga una muy buena escusa

-          Ninguna, aparte de que estoy celebrando el cumpleaños de mi mejor amigo y me tome un tiempo libre porque se me dio la gana

-          Estas jugando con fuego – Helena rio sardónica – Y te vas a quemar

-          ¿Y qué vas hacer? ¿despedirme? Hazlo, a mí me da igual, porque sabes bien que no has hecho más que abusar de tu poder y hacerme trabajar horas extras sin paga. Así que demandare a la comisaria, iniciaran una investigación y tú también caerás

-          Que bien te leíste el manual.

-          De P a pa

-           Entonces ¿Cómo vas a explicar que tengas medicamentos controlados en tu gabinete? – Puso dos pequeños frascos de ansiolíticos sobre la mesa – Que yo sepa no estas asistiendo al siquiatra, y apostaría mi mano izquierda a que no tienes formula, en todo caso si la tuvieras para eso – Puso una bolsita transparente con un polvo blanco sobre la mesa – Seguro que para esto sí que no tienes formula

-          ¿Revisaste mis cosas sin una orden y sin estar yo presente? Eso es un delito

-          Puede ser, Pero prefiero pasarme por encima las reglas a tener una oficial drogadicta entre mis filas y estoy segura que el Comisario general estará de acuerdo conmigo – Volvió a guardar en su bolso todo lo que había puesto sobre la mesa – Ahora si dime ¿Vas a seguir pasándote mis órdenes por el forro?

-          No eres otra cosa que una hija de puta

Alex se levantó velozmente del asiento y se dirigió al baño, necesitaba echarse agua fría en la cara, de lo contrario iba a estallar y temía reventarle la cabeza con una bala a Helena.

(Maldita mujer como se atrevía a hurgar entre sus cosas y buscarla únicamente para armarle un escándalo) Pensaba mientras se echaba agua en el rostro

-          ¿Crees que el agua va a limpiar tus culpas? – Dijo Helena. Había seguido a Alex hasta los baños con la única intención de seguir mortificándola

-          No, va evitar que termine matándote

-          Así que eso es lo que quieres. Quieres verme morir como querías ver morir a Valentina, porque no soportabas que fuera feliz conmigo

Su paciencia llego a su límite. Helena la había golpeado donde más le dolía al insinuar que la muerte de la Valentina le causaba algún tipo de satisfacción, cuando había desgarrado por completo su alma. Su puño se disparó sobre la cara de la teniente de forma automática. Los golpes sobrevinieron por igual, cada una lanzaba puños o patadas sobre su rival con la única intención de hacerse el mayor daño posible. Hasta que un musculoso hombre, de unos dos metros de altura que llevaba el título de Guardia sobre su camiseta negra completamente adherida al cuerpo las detuvo.

-          Señoritas, les sugiero que continúen su combate fuera de aquí, este no es un ring de boxeo

-          No es necesario, me largo – Expreso Alex, saliendo furiosa de aquel baño con una mejilla rota al igual que su labio. Helena no estaba mejor.  El primer puño que le lanzo Alex rompió su nariz, y su ojo totalmente rojo le indicaba que tendría que buscar una buena explicación para usar gafas oscuras al día siguiente en que tendría una reunión fuera de la oficina con algunos agentes de interpol

Helena se quedó lavando su cara en uno de los lavamanos del baño, agradecida porque el guardia del lugar no la hubiese sacado a patadas después de la pelea. Sin embargo, empezó a sentir nuevamente la misma necesidad irrefrenable de perseguir a Alex, como cuando se siente que la solución de algo está en la punta de la lengua y solo hay que esforzarse un poco más para conseguirla. Así que decidió seguirla a la mujer hasta su casa

Alex llego velozmente a su casa. Ni siquiera se detuvo cuando Edrian y Laura intentaron conversar con ella para seguramente averiguar porque tenía la cara rota y porque la teniente aun no salía del baño. Pero ella solo se disculpó y les advirtió que, si no se iba de ahí enseguida, sucedería una tragedia de magnitudes catastróficas. Lo que no esperaba es que esa tragedia en forma de mujer tocaría a su puerta

-          ¡Maldita sea Edrian porque tienes que ser tan chismoso, te dije que hablaríamos mañana! – Grito mientras se dirigía abrir la puerta, pero de haber sabido quien estaba detrás, ni loca lo habría hecho – Que mierda quieres Martí

-          Quiero terminar con lo que empezamos. Quiero que pagues por todo el daño que me hiciste

-          Yo a ti no te hecho nada y no te debo nada maldita bruja miserable. Lárgate y déjame en paz - Intento cerrar la puerta, pero Helena empujo tan fuerte que termino abriéndola de par en par, para luego cerrarla ruidosamente a su espalda

-          Por tu culpa Valentina está muerta

-          Y todavía me culpas, cuando fuiste tú la que se fue a pasear en vez sacarla de ahí – La empujo violentamente

-          Sabes perfectamente que estaba limpiado el área. Yo te di la orden de esperarme, orden que desobedeciste como siempre

-          ¿Y de que hubiese servido esperar a la reinita? Solo que los muertos fuéramos tres. Ahora que lo pienso… Por tu culpa perdimos tiempo precioso que hubiera permitido salvarla. Aquí la única culpable eres tu

-          TU – NO – DEBERÍAS - ESTAR - VIVA – Dijo mientras le daba un empujo con cada Vocablo

-          Entonces lo que te enoja no es que no haya podido salvar a Valentina, sino que siga con vida. Eres una basura Martí

De nuevo empezaron los golpes, pero esta vez fue Helena quien lanzo el primero conectándolo justo en boca de Alex, que a su vez respondió con un rodillazo que dio de lleno en las costillas. Helena quedo sin aire, pero no perdió el equilibrio y tomado impulso conecto otro puñetazo justo en la mandíbula que hizo trastabillar a Alex hacia atrás, quien al igual que Helena no se cayó y lanzo varios puños hacia su rostro, sin embargo, la teniente los esquivo con agilidad, excepto el ultimo que la hizo caer, pero se levantó rápidamente, lanzándose con todo su cuerpo sobre Alex cayendo juntas inevitablemente sobre el sofá que estaba tras la detective

A pesar que Alex era más fuerte que su contrincante, estaba demasiado débil, tanto que no tenía fuerzas para soltarse de las garras de Helena quien estaba ahorcajadas sobre ella sosteniéndola por las muñecas, mientras la miraba intensamente a los ojos. Había algo en esa mirada furiosa que atraía a la teniente incontrolablemente, algo que siempre estuvo ahí, desde la primera vez que la vio y que le generaba una poderosa necesidad de poseerla. La deseaba como a nadie en la vida

-          ¡Suéltame maldita bruja! – Grito Alex mientras intentaba deshacerse de su agarre

-          No

Fue lo único que dijo Helena antes de empezar a besarla con pasión animal. Cada molécula de su cuerpo reclama por sentir la boca de Alex y esta para su sorpresa no la rechazo por el contrario intensifico el beso y empezó acariciarla con desesperación, ni siquiera supo en que momento Helena la levanto sobre su cintura y la llevo al único cuarto del apartamento donde por supuesto estaba la cama. Allí Helena la arrojo, desprendiéndose de sus ropas rápidamente

Ni Helena ni Alex parecían estar pensando en lo que estaban haciendo. Actuaban como autómatas, como si supieran exactamente qué es lo que quería la una de la otra, que las encendías y les causaba placer. Helena fue la primera es comenzar con el ataque, metiendo la lengua casi hasta la garganta de la oficial con mucha fuerza, apoyando las manos en su cintura, cuando sintió la necesidad de aire decidió avanzar recorriendo con su lengua el desnudo cuerpo, se detuvo al notar el tatuaje al costado derecho del abdomen de Alex, era un dragón a color inmenso y muy hermoso, y ese solo era uno de ellos, tenía varios grabados en todo su cuerpo; brazos, espalda e incluso en uno de sus muslos, nunca imagino que Alex pudiera estar tatuada y eso le encantaba.

Cuando Helena llego al sexo de la mujer, clavo las uñas sobre su cadera en señal de lo mucho que la ponía su olor, así que abrió sus piernas sin mucha delicadeza y metió la lengua en lo más profundo, Alex alzo su cadera acompasando sus movimientos con cada penetración de la lengua de su enemiga hasta que consiguió que se corriera, pero eso no se iba a quedar así.

Cuando Helena volvió a sus labios, la detective con un violento moviendo la puso a su merced. Bajo por su cuello intercalando lamidas y mordidas, bajando hasta sus pezones succionándolos y dejándolos completamente duros, mientras con su mano estimulaba su clítoris para luego deslizar tres de sus dedos lentamente entre su cueva, fue Helena quien empezó a empujarse contra ellos, mostrándole lo rápido que buscaba ser penetrada. Se estremeció convulsivamente al alcanzar un poderoso orgasmo. Pero Helena quería sentir algo más, así que se dejó caer entre sus piernas, pegando su sexo contra el de Alex. Empezó a moverse con un movimiento lento, luego fue mucho más violento hasta que ambas se corrieron entre rápidas sacudidas.

Helena no supo en qué momento se quedó dormida y tampoco entendía porque se sentía tan extasiada, eufórica y plena si se había acostado “sin quererlo” con su enemiga, hasta que una profunda tristeza la empezó embargar. Helena sentía que había mancillado la memoria de Valentina y el amor que aun sentía por su recuerdo al meterse con alguien que se suponía odiaba. Tomo todas sus cosas y se vistió rápidamente, no quería que Alex se despertara en su presencia, porque no sabía que podía decirle “Oye, esto estuvo increíble pero ya me tengo que ir” Ni pensarlo, cuando se habian dado una paliza unas horas antes


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