Idas y vueltas. 10

Un nuevo comienzo.

24

Desdoblé la hoja y a medida que le daba sentido a las palabras, el frenesí se convirtió en lágrimas.

..“Pau, Paulita, gran y único amor de mi vida. Todo es cierto…

Yo sé que ahora debes estar muy confundida por lo que pasa. Yo no estoy y en estos minutos debo estar muy lejos de ti. Lo siento, eso dolió y créeme, a mí también me duele y me dolerá los siguientes días de mi vida”

Las manos me tiritaban sin control. Tuve que sentarme sobre la cama para seguir leyendo. Volvía el nudo en la garganta

…“estás en tu derecho de odiarme, olvidarme, enterrarme si es que quieres. Yo te amo pero tuve que tomar esta decisión que significaba irme lejos, y si fui lo bastante cobarde para no decírtelo, en verdad significa que siempre has necesitado algo mejor yo. Perdóname algún día por darte todo lo que podía ofrecerle a alguien y arrebatártelo de la noche a la mañana. Estuvo mal todo, quizás desde un comienzo. Estuvo mal correr el riesgo de iniciar algo contigo que no perduraría para siempre, pero tienes que saber que no me arrepiento de nada a tu lado. Que te amo y te amaré siempre, que jamás te mentí  con eso. Jamás. Que me habría encantado ser más que tu amiga, tu compañera…

Tenía mis razones para ya no estar hoy y no tenían que ver con que yo lo quisiera, él único error que cometí es el no haber querido verte con el corazón roto.

Espero que sanes esta herida pronto, aunque entierres todo lo que tenga que ver conmigo, tú menos que nadie merece sufrir. Gracias por cada y una de las cosas.

Simona.”..

Quería tumbarme en la cama y no despegarme de ahí jamás. Quería que todo fuera una horrible pesadilla y que incluso Simona jamás hubiese venido a mi casa la noche anterior. Me dolía por todas partes su ausencia sin aún poder entender por qué lo hizo.

En todas partes la recordaba. En su cama permanecían los rastros de esa noche. Las lágrimas que había derramado al ir a verme. Todo daba vueltas a mi alrededor y se burlaba de mí en ese fatal estado.

No había nada que pudiera remediarlo ahora. Simona se había ido quién sabe a dónde. Y aún no podía odiarla porque por más que intentara hacerlo, sabía que la amaba primero que todo.

Estaba realmente jodida de nuevo.

-¡No quiero nada!!!! Nada! –grité una vez más a través de la puerta.

Me había pasado todas esas horas, tirada en la cama tratando de darle sentido al mundo, a mi vida. Mi madre había llegado ya, y al parecer, también toda la gente en casa. Habría pasado a saludarme como lo hacía siempre pero se encontró con un obstáculo.

La gran y rectangular puerta permanecía cerrada desde que yo había entrado.

-Paula, déjame entrar –insistía ella

-Mamá por favor no –le rogué –déjame sola

-Paula harás que vaya a buscar la llave de esta puerta y sabes que no me gusta hacer eso –anunció ella.

Entonces me di cuenta que era estúpido seguir apartándola cuando toda la casa se había dado cuenta del escándalo que hacía. Me paré y fui a quitarle el seguro a la puerta. Abrí y me enfrenté a mi madre.

Yo simplemente abrí y luego volví a mi cama. No quería darle la cara, sólo estaba buscando tranquilidad.

-¿Hija que pasa? –preguntó de inmediato

Yo no respondí algo si no que seguí llorando. No podía controlarlo, era como si el recuerdo me golpeara cada un minuto y cada vez doliera más. Cada minuto, hora que pasaba significaba que Simona estaba más lejos.

Mi madre se acercó a mí para ver que sucedía. Ella no solía insistir demasiado si yo prefería guardar silencio, pero esta vez sí estaba preocupada.

-Pau dime que sucede –me decía y yo sólo guardaba el silencio. Hablar significaba asumir que todo era cierto, que no había manera de fuera una broma o un sueño y aún no estaba preparada para aceptarlo.

Mamá me abrazó dándome el apoyo que probablemente necesitaba y no me había dado cuenta.

-¿Es por ella verdad? –preguntó mi madre y mi nuevo desconsuelo habló por sí solo.  Todo ha sido por ella. Todas las alegrías, penas, nervios, incertidumbre, todo había sido por ella. ¿Ahora que venía? No me atrevía a dar ni medio paso para preguntarme que seguía ahora que ya no estaba. La cobardía siempre había sido mi fiel compañera. Al parecer, no sólo mía.

-Hija, todo va a estar bien –comentó

-Nada ha estado bien –reclamé por primera vez.

-Todo estuvo bien un tiempo. Tú eras feliz y debes recordar eso –le aludió.

Quizás en un futuro, tal vez no demasiado lejano pensaría en recordar a Simona como algo lindo. Como la primera mujer en haberme hecho temblar de esa manera, en dar giros a mi vida. Quizás sanaría y entonces sonreiría al recordarla. Al recordar sus tiernos gestos y su hermosa figura. Pero no era ahora. Ahora iba a canalizarme en extrañarla, en recriminar todo lo que pasamos juntas y en intentar odiarla, aunque fuera lo más lejano que podría sentir en ese momento.

Mi madre comprendía, por lo que se quedó a mi lado cuidándome como cuando era pequeña y padecía alguna enfermedad. Lo hizo hasta que yo alcancé el sueño nuevamente. Esperaba que fuese un largo sueño.

25

“Ya ha pasado una semana y media desde que Simona se marchó. Es ridículo seguir interrumpiendo mis hábitos alimenticios, llorar al menos tres veces al día y lamentarme por todo lo que ha pasado. Es ridículo seguir leyendo su carta.

Volveré a esbozar una sonrisa, volveré a darle una oportunidad al futuro, a la vida. Tiene sentido al menos ahora.

Yo no me arrepentiré de nada, de nada, porque la amé y eso me pone orgullosa ahora ...”

Dejé de lado el lápiz pensando en eso. Conocer a Simona era lo mejor que me había pasado. Quizás me duela aún en el fondo del corazón pero ¿qué hubiese sucedido si no la hubiera conocido?

Lamentable habría sido no conocer jamás todas esas sensaciones, esas nuevas sonrisas. Probablemente me estaba obligando verle el lado positivo a las cosas que no parecían tenerlo, pero era mejor que nada.

“Di todo lo que podía dar y estoy satisfecha. A veces los resultados no son los que uno esperaba y a mí no me había tocado el final feliz tampoco pero el proceso estuvo bien. Mi madre tenía razón, alguna vez fui feliz y esos recuerdos jamás se borrarán.

Simona te amo y tal vez algún deje de amarte o pensarte como algo que aún persiste día a día en mi vida.

Espero que en el futuro me repare algo mejor que esto”

Me sentí satisfecha y terminé de escribir por fin. Era como un tratado de paz con el propio corazón. Guardé la hoja dentro de un libro, que se escondería dentro de una caja en el armario. Tal vez ese pedazo de papel viera la luz de nuevo, o quizás nunca lo haría pero yo había comenzado el proceso de cura y era todo lo que me importaba.

-Paulita –golpeó la puerta y tras ella se anunció mi mamá

-Qué sucede mamá –pregunté con ánimo

-Ámbar y Camilo están acá –me comunicó. Me había sorprendido esa noticia y me sentí muy feliz también. Las cosas habían quedado bien con Camilo la última vez que lo vi y al fin las cosas podrían volver a la normalidad. Al menos los tenía a ellos, tenía una familia que estaba dándome su apoyo y tenía una vida que continuar.

-Diles que suban –le pedí

-ok… ¿todo bien hija? –preguntó ella

-Excelente, mamá –respondí con una gran sonrisa. Ella también me sonrió, estaría contento al menos que yo empezara a estar bien.

Ella bajó y al minuto aparecieron por mi puerta mis amigos. Sonrieron al verme y conmigo, fue la misma reacción. Los necesitaba, más que nunca los necesitaba a mi lado y ellos no me habían fallado.

-Así que te estás rehabilitando –comentó Camilo –por fin –dijo. Yo ni pensé en enfadarme por ese comentario. Después de todo me había liado con su ex novia. Quizás era hora de empezar a reírnos de algunas cosas en vez de llorar.

-¿Cuándo comenzamos a celebrar? –preguntó Ámbar.

-¿Para ustedes todo es motivo de celebración? –les pregunté entretenida

-Claro que si –afirmó Camilo – más ahora que te tenemos solo para nosotros –dijo él.

-Además quedan un par de semanas para que comiencen las clases de nuevo –agregó Ámbar – no podrás decirnos que no Pau –le comentó Ámbar poniendo cara de pena.

Debía empezar a recuperar la vida que había perdido y la que había creado hace años junto a Camilo y Ámbar.

-Ok, ok –les aseguré –pero si intentan emborracharme como lo quieren hacer siempre, pensaré en que llorar por Simona es un mejor panorama –advertí

Ambos me miraron petrificados. Yo no hablaba de Simona hace un tiempo y era justo comenzar a nombrarla sin que el corazón me siguiera doliendo cada vez que lo hacía.

-Era una broma, tontos –me reí entonces ellos se relajaron.

Procuré entonces aprovechar las casi tres semanas que aún me quedaban de vacaciones. Volvimos a desvelarnos como lo hacíamos antes, volvíamos a reír, irnos de fiesta, volvía la comunicación.

No admitía que había olvidado a Simona, ni que me sentía confundida sobre todo el evento de parte del verano, pero lo estaba intentando y las cosas empezaban a mejorar.

Había sido un verano que jamás olvidaría, cuando ya estaba terminando. Y con respecto a Simona, como dicen…

La vida no te quita personas, te aleja las que no necesitas...

26

“Yo había estado muy ansiosa la noche que pasaba. No logré conciliar el sueño y contar números, ovejas o cualquier otra invención que utiliza la gente no habría ayudado demasiado. Mis pensamientos se resumían en potentes atentados contra el destino. Mis pensamientos iban una y otra vez a lo que había sido el verano,  y en general, los últimos tres meses.”

No me sentía enojada, ni triste, si no que la recordaba. Regresar a las clases significaba dejar atrás el verano y ese pasado y esta sería la última vez que pensara en Simona como algo que sucedió hace tan poco tiempo.

¿Cómo estaría ella ahora? ¿Se haría las mismas preguntas que yo? ¿Pensaría en mí de vez en cuando? No me importaba matarme sabiendo las respuestas a todas esas preguntas. Por algo la había eliminado de mi vida por completo, su número de teléfono que había borrado de mi objeto y que prontamente comenzaba a perder entre la memoria. Sus fotos y todas esas cosas. Pero yo sólo quería saber que se sentiría para Simona recordar su propio verano igual que yo.

Espero que ella lo haya estado superando también, aunque no dudaba que así era.

Y volví a mí, a lo que me esperaba. Este era el último año de estudios antes de hacer algo más. Antes de Simona tenía planes, buenos planes y pretendía ir por ellos nuevamente.

-No puedo creer que estemos aquí de nuevo –dijo un desanimado Camilo. Yo también me sentía algo desganada pero eso era culpa del sueño que no había tenido la noche anterior. Culpen a las almohadas, los inaceptables pensamientos, pero no al último año escolar.

-No te darás cuenta y ya estarás celebrando el fin de año –comentó Ámbar

-Estás loca si crees que esperaré que sea fin de año para celebrar algo –bromeó Camilo

-Tú no cambias jamás –le dije yo

-No lo necesito amiga, la buena vida y la poca vergüenza están hechas para mí –alardeó él

Los tres reímos. El año pasaría volando con ellos a mi lado.

-¿Vieron a la nueva chica? –preguntó Camilo cambiando de tema

-¿La novia de Claudio? –Claudio era uno de nuestros compañeros, a quien Camilo detestaba por supuesto, siempre habían tenido una estúpida rivalidad de hombres que tenían que ver con deportes y mujeres y esas cosas que no significaban demasiado para mí.

-¿Es novia de ese idiota? Que desperdicio –comentó Camilo, y yo aún no entendía de quién hablaba.

-Sí, se llama Antonia –dijo Ámbar y yo no comprendía cómo siempre sabía todo

-¿De quién se supone que hablan? –pregunté confundida

-¡de la nueva!!! –Mencionó Camilo en voz baja–te encantará Pau... –dijo astuto

-¿Debería? –pregunté irónica sintiéndome molesta

-¿Acaso escucharon que dije que estaba con Claudio? –preguntó Ámbar

-Por favor eso no impedimento para mí –dijo engreído Camilo –y sabemos que para Paula tampoco

Lo golpee en un acto heroico por salvar mi orgullo –Debes dejar de hacer esas bromas Camilo –le advertí –suenas como una niñita herida aún –

Ámbar y yo nos reímos de él. Últimamente nos reíamos de esos recuerdos cuyos sentimientos estaban ocultos bajo siete llaves.

Realmente me sentía curiosa y comencé a identificar rostros a mi alrededor, alguno que no me pareciera familiar sería el de la chica nueva supuestamente. Sólo divisé una sobre melena, quizás estaba más por sobre el hombro de una chica, que eventualmente, no me parecía familiar. No podía descifrar si era castaño claro o si había también algunos reflejos rojizos. Era precioso y misterioso.

No veía su cara aún y me distraía eso.

-Paula deberías procurar ser un poco más disimulada –dijo Ámbar

-Yo no estoy mirándola –le dije

-No te hablaba de ella –respondió Ámbar. Me sentí delatada. -¿entonces si la mirabas a ella? –Ámbar comenzó a reír.

Me irritaba que estuviera yo misma poniéndome en evidencia todo el tiempo. Y me irritaba que la chica no mirara jamás a otro lado. Me molestaba ser tan curiosa.

Me paré y decidí hacer algo realmente estúpido y sin ningún descaro. Mi curioseo no tenía límites y fui hasta el basurero que se encontraba adelante con la única excusa de botar algunos papeles que empezaban a molestarme. Cuando llegué hasta ahí, cumplí mi objetivo y al darme la vuelta la busqué con la mirada pretendiendo no ser demasiado evidente.

Tenía una tez pálida que le quedaba perfecta, sin embargo no podía ver más que eso aún y entonces definitivamente hice algo realmente ridículo. Vi mi celular en las manos, no es que lo quisiera demasiado tampoco y de pronto lo vi arrojado al suelo desarmado en dos partes. Cuerpo y carcasa. Entonces en vez de preocuparme de salvarle la vida a mi preciado teléfono me quedé pegada en los cautivantes ojos avellana que me miraban divertidos.

No fueron más de tres segundos. Lo suficiente para mirar demasiado. Devolví mi vista y mi cuerpo al suelo para recoger el objeto. Lo armé como si nada hubiese pasado y me fui camino a mi puesto donde Camilo y Ámbar me esperaban deseosos de saber que había ocurrido

-Dime que no hiciste eso al propósito Paula –comentó Camilo –eres una completa genio ¿sabes?

-¿Y qué tal? –preguntó Ámbar

-Ella… está bien –opiné yo con mesura.

Estaba más que bien.

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Díganle a la protagonita que no se meta en más problemas por favor ajajajaj Tardé demasiado con este y me disculpo, pero bueno, hay que darle su tiempo. Particularmente me gusta de aquí en adelante la historia, así que seré más emprendedora !!!!!! Gracias amigas(os) seguidores, fieles a mis palabras. Saludos a todos, gracias por la paciencia !!