Iba a ser un finde aburrido pero
Se presenta un fin de semana bastante aburrido, porque tanto trabajar interfirió en mi vida social. Aunque nunca hay que desanimarse y pensar que todo puede cambiar en minutos como así fue
Estábamos a viernes y trate de quedar con algunos amigos, pero todos habían hecho planes, la mayoría de tipo familiar y lo demás de viaje. Total, que me iba a quedar un fin de semana muy blanco. Estuve pensando que hacer y decidí que lo primero era hacerme un cine, que llevaba mucho sin pisar uno y elegí la película del asalto al banco de España. Ya hice mis cálculos, iría por la tarde, luego una buena cena y después un buen homenaje a cualquier sitio de los que conozco. Y me llama a la hora del desayuno Ezequiel, en esa primera llamada dejó que el móvil suene y espero a que vuelva a llamar y ahora si cojo la llamada.
— Pelayo la verdad que había estado esperando toda la semana una llamada tuya?
— Y para qué?
— Hombre para alguna rectificación.
— Es que no tengo nada que rectificar, quien me echo de su casa fuiste tu.
— No es así, yo no te eche, te fuiste tu.
— Venga ya, tú sabes que tal como te pusiste no me dejabas otra que marcharme y si eso no lo reconoces, dejo de hablar contigo ahora mismo.
— Tal vez tengas razón en eso, pero date cuenta de la situación.
— La situación era dos mujeres adultas y dos hombres adultos, punto y se acabó. Que los cuernos te duelan ahora es otra cosa.
— Lo mejor sería que comiéramos hoy por ejemplo y acercáramos posturas.
— Ezequiel no tiene sentido que comamos juntos cuando sigues igual, cuando vea que cambias me dices y comemos.
— Me lo pones muy difícil. Porque no se en que tengo que cambiar.
— Pues muy sencillo, cuando me invites de nuevo a tu casa.
Se despidió con aspereza y por su tono de voz en la conversación, presuponía que lo de la comida era para hacer un acercamiento y estar otra vez con su mujer. Aun sabiéndolo o presuponiéndolo, no quise ceder, no por nada, lo hice para que se mojara, que lo dijese claramente y de esa manera después no vendría con tonterías ni remordimientos. La otra cosa que me jodía, que no tenía el número de móvil de su hija. De todas maneras quedaba una puerta abierta para el sábado noche. Pero sucedió otra cosa.
Al escribir relatos y por lo menos en mi caso, se reciben muchos correos de quienes dicen ser parejas, mujeres, hombres, etc. muchos de esos correos es para interesarse en conocernos. Los divido en dos categorías, los que merecen la pena y hay posibilidades y los que no merecen la pena. De los primeros tengo un contacto inicial y con muy poco se si merece la pena o es una pérdida de tiempo. Es un intercambio de opiniones. Dentro de los que merecen la pena alguno se diluye y desaparece sin más. Finalmente quedan los que si hay una posibilidad. Pues de todos ellos solo hay tres que parecen interesantes, el que más me gusta es una pareja de aquí, que después de mucho hablar es difícil llegar a un entendimiento. Luego esta una pareja de Lugo que promete mucho y es cuestión de que haga un viaje, porque ellos lo tienen más difícil y un matrimonio que está a 74 km de distancia y que le pasa como a la pareja de aquí, son muy parecidas las diferencias.
Por el chat del correo me manda un recadito la mujer de este matrimonio y al abrir mi correo lo veo —hola, quiero hablar contigo a ser posible esta noche me es urgente. Si mi marido contactara contigo no te he escrito nada— vi que hacía pocos minutos me lo había enviado y conteste por si lo leía —hola Gracia, a que viene tanto misterio?— y me contesto de inmediato —ahora mismo me es imposible estoy trabajando— y le conteste que estaría en línea por la noche. Esta pareja como las otras llevábamos mucho tiempo conversando pero no habíamos estado juntos, exceptuando con al de Lugo que virtualmente algunas veces lo pasábamos muy bien. Se que con las otras dos si hubiera cedido en algunas pretensiones ya nos hubiéramos visto en persona.
Por la noche al llegar a casa encendí mi portátil y fui haciéndome la cena. Hasta que sonó un aviso. Era Gracia diciéndome que ella ya estaba que sin prisas. Mientras cenaba y creyendo que sería algo intranscendente le di las buenas noches. Le pregunte por Aitor su marido, me dijo que por trabajo estaba fuera más concretamente en Valencia. Que no sabía si era verdad o me estaban haciendo una jugada. Decidí creerme que era verdad hasta que no me demostraran lo contrario. Después de hablar del tiempo, del día que habíamos tenido, etc., etc. La conversación fue hacia algo mas intimo:
— Lo que me sorprende es como tú y Aitor os seguís hablando, porque sois los dos cabezones más grandes que he conocido.
— Venga vale, supongamos que tienes razón, a que viene esto ahora?
— Como podemos hablar sin tapujos, que es como te gusta a ti. Aitor lleva años y no te imaginas como, convenciéndome para meter a un hombre en nuestras vidas. Te conoce a ti, doy unos pasos de gigante porque no estaba muy convencida y ahora no os poneis de acuerdo los dos. Tu eso lo ves normal?
— A mí no me lo digas díselo a tu marido.
— Y él dice que eres tú.
— Gracia lo que le pasa a Aitor, es que tiene muchas ganas pero le entran las inseguridades aunque no lo quiera reconocer. Quiere dirigir todo y no es así, él se tiene que dejar llevar y no tener guionizado todo, porque lo tiene guionizado y no es bueno. Porque en el momento que algo se salga del guion todo se ira al traste.
— En eso tienes parte de razón o mucha razón.
— Y por qué no se lo has dicho?
— Porque tampoco me va la vida en estar con otro hombre.
— Entonces si no te apetece por que seguir hablando sobre ello?
— En principio acepte porque era lo que a él le hacía ilusión y ahora tampoco me importaría y más si es contigo porque reconozco que estas muy bien y no te voy a mentir, tienes algo que me dejo impactada, porque no había visto algo igual.
Esta ultima opinión derivo en un calentamiento del ambiente y por eso le dije que encendiera la cam y su voz se endureció con un no muy serio, hasta que logre convencerla y el no venía porque estaba en pijama y como decía ella nada glamuroso. A los cinco minutos ya estábamos enfrascados en una conversación caliente pero sin llegar a que fuera XXX, conseguí que se quitara la chaqueta del pijama y se quedó desnuda de cintura para arriba, mostrando unas tetas medianas y eso nos llevó a mas, al final estaba desnuda y le fui diciendo lo que le haría para que ella se lo hiciera. Tuvimos mas de dos horas de ciber sexo de alto nivel. Gracia tuvo como siete orgasmos y cada uno de ellos mas exagerados. Se interrumpió porque su marido la llamo a altas horas de la madrugada, cuando llego a su hotel después de una cena. Hablaban de cosas normales en una pareja y ella le daba el parte de lo que habían hecho sus hijos, pero nunca le hizo referencia a mí. Una vez que acabo de hablar se había “enfriado” y tuvimos una pequeña pero productiva charla:
— Por lo que te he oído, mañana estarás en Valencia. Es así?
— Si, los fines de semana me voy con él, porque el sábado suele tener algo de trabajo.
— Se me ha ocurrido dale una sorpresa.
— Cual?
— Que vayáis a cenar a un sitio, nos encontramos allí y le damos la sorpresa.
— La idea me gusta pero hay un problema. Para esa sorpresa había que decirle que habíamos estado hablando tú y yo.
— Pues se le dice.
— No es tan fácil, porque en teoría no está bien que tú y yo hayamos hablado y menos lo otro.
— Eso no creo que sea un problema, me dejas a mí que lo cuente y tú me sigues el juego si quieres.
— Déjame que lo piense, porque hay que pensarlo detenidamente y mañana te digo algo.
Antes de dar por finalizada la noche me dijo que le dijera donde ir a cenar, para decirle a Aitor si se decidía que le habían recomendado el sitio. Me recalco que eso no quería decir que aceptara mi proposición. Esta muy convencido de que Aitor lo aceptaría de buen grado y se pondría cachondo al oírme. El sábado me levante lo suficientemente fresco como para irme un par de horas al gym. Después de regresar encendí mi portátil para contestar varios correos y no podía ser, había un mensaje de la pareja de aquí. Pensaba si podía ser el día y no, fue por un tema “futbolístico” ya decía que iba a ser mucha casualidad que también ellos se decidieran. Pero recibo un mensaje corto pero significativo —A LAS 9,30 ESTAREMOS ALLÍ, SALVO QUE AITOR DIGA QUE NO, LO DIGO POR SI NO FUÉRAMOS— llamé y reservé para mí, pero avisándoles que lo mismo éramos tres. Esto lo hice por si llegaban y no tenían sitio.
En previsión a que llegaran antes pasadas las nueve llegué. En vez de sentarme en la mesa me quede en la barra, porque ya me dijeron que no había ni un sitio libre. La verdad que me hubiera dado mas morbo que fuera la pareja que era de aquí, porque la mujer posee un culo espectacular y estoy convenido que a medida de mi rabo. En la barra me encontré a un antiguo compañero de trabajo y su mujer que esperaban a otros. Nos pusimos a hablar y vi llegar al matrimonio que esperaba. Aitor pregunto si tenía mesa libre y le decían que era imposible que estaban completos. Justo cuando se iban a marchar digo en voz alta —Aitor, Gracia, que yo si tengo mesa, vamos a sentarnos— Gracia se quitó la mascarilla y tenía una sonrisa agradable y seductora.
Gracia de 44 años según ella y podía ser, porque no los aparentaba, iba elegantemente vestida, pantalón ceñido, que me hubiera gustado mas con falda o vestido, porque tenía unas piernas bonitas. Llevaba una chaqueta estilo Mao a juego con el pantalón, de color negro y lo que más me gusto, que tenía cara de zorrón, que eso me pone muy cachondo. Aitor no salía de su asombro, porque en seguida se dio cuenta que no fue casualidad que su mujer eligieras ese sitio y a pesar de eso, me saludo con efusividad y yo a su mujer con mas efusividad y ella entro en mi juego. Fuimos a la mesa y antes de sentarnos ella se quitó la chaqueta, llevaba una blusa escotada de color rojo, que ahora la hacía más interesante aun. No hubo ni un segundo de tregua, una vez que pedimos Aitor abrió el “fuego” y sin andarse con ambages:
AITOR: Vaya, vaya, menuda sorpresa me habéis dado los dos. Porque lo habéis preparado los dos. Ahora me explico porque se ha puesto esos pantalones.
YO: Por que se los ha puesto?
AITOR: Porque le marcan muy bien el culo y lo que no es el culo.
GRACIA: Eso no es así[sin mucho convencimiento]
AITOR: Menuda puta que estas hecha, sabias que me ibas a poner a full. Y como lo habéis fraguado?
YO: Se lo cuentas tu o s lo cuento yo? a mí me da igual [pensaba que me iba a tocar a mí, para encender la noche]
GRACIA: Lo contare yo, pero no ahora, luego cuando estemos tomando una copa y ya se acabó hasta ese momento de hablar de estos temas, vamos a cenar tranquilamente y conocernos mejor.
No nos dio otra opción y hablamos de todo un poco. Nos reíamos y quedo demostrado que los tres teníamos mucha química entre nosotros y se palpaba que todos queríamos algo mas esa noche. Porque a Gracia se lo notaba en sus miradas y que estaba cachonda, pues ahora quedaba saber lo que quería Aitor. Llegamos muy animados a los postres y ella le dijo a su marido lo que le tenía que pedir y se fue al baño, lo que aprovechamos Aitor y yo para hablar.
— Cuéntame cómo ha pasado.
— De eso nada, tu mujer ha dicho que lo contara ella y no le voy a estropear ese momento. Si no lo cuenta ella lo hare yo.
— Vale, estaba bien, pues que has pensado durante la cena?
— Que estoy deseando follarme a Gracia y que hagas realidad tu deseo y sobre todo que no la follemos los dos a la vez, que seguro que lo está deseando.
— Ya te digo que si lo está deseando, la conozco y se lo he notado.
— Pues ya somos dos y tú, que quieres?
— Que voy a querer, vaya pregunta. Lo que me preocupa es que a última hora por muchas ganas que tenga se eche atrás. Que es una posibilidad muy alta, que la conozco mejor que ella misma.
— Pues no pasa nada, si al final no quiere, pues lo dejamos para otra ocasión.
— Es que te da igual?
— Claro que no, pero se intenta si dice que no, pues a joderse y aguantarse, porque si la fuerzas a hacer algo que no quiere, será la primera y la última vez. Si hemos esperado tanto, porque estropearlo a última hora.
— Es que ahora tengo más ganas que nunca de que nos la follemos los dos a la vez, que tú se lo hagas por detrás y yo por delante, para ver su cara mientras lo hacemos.
— Deseando hacerte el favor, jajajajajaja.
— Jajajajaja, sabía que me harías el favor.
Y llego Gracia que al oírnos reírnos nos preguntó de que nos reíamos y que no le mintiéramos. Aitor le dijo que de un chiste que había contado yo y ella quiso oír el chiste. Ni me acordaba de ningún chiste y fui muy claro, así testaríamos como estaba de ánimo, —como ahora mismo no recuerdo ningún chiste gracioso te contare la verdad, tu marido y yo estábamos diciendo que estábamos locos por follarte los dos a la vez, vamos a hacerte lo que se conoce un bocadillo— y ante la cara de susto de su marido ella con tono simpático —no me gusta comer bocadillos y mi marido lo sabe, que engordan mucho, pero lo mismo este bocadillo no engorda, porque el embutido seguro que es de categoría— me eche a reír porque no me esperaba esa contestación y su marido se quedó alucinando, lo que pasa que lo que en un principio parecía que iba todo perfecto, ella nos remató diciendo, —aunque no sé, porque he comido mucho y el postre me ha llenado—
Aitor quiso que fuéramos a tomar la copa lejos del hotel. En concreto quiso ir a un local de parejas, no de intercambios, si no un local de baile estilo boleros y cosas así, trate de convencerle de ir a un sitio más movido, él decía que a sus 47 años y a punto de los 48 le apetecía un sitio más tranquilo. Quise hacerle ver en un despiste de Gracia que era mejor un sitio como el que le decía, mucha gente, oscuridad, etc. y el solo me indico con una mano que tranquilo. Una vez entre en el local me gusto, porque estaba casi en penumbra. No es que me diera vergüenza, lo decía porque Gracia se sintiera más cómoda. Al sentarnos ella quedo en medio de los dos y mis roces con ella ahora eran más intensos, si hubiera llevado falda, todo iría más avanzado. Estuvimos bailando los dos con ella y ella pudo notar mi rabo pegada a ella igual que yo note como ella se pegaba bien a mí, pero intente en varias ocasiones besarla y me hizo varias cobras con mucho estilo, pero al final cobras.
Era hora de plantear lo que íbamos a hacer y como ellos no lo hacían tuve que hacerlo yo y lo hice con mucho tacto, por ella que so se asustara. Por las veces que había hablado con Aitor, siempre me decía que si teníamos un encuentro sería en un hotel, para sentirse más seguros, más tranquilos. Por eso supuse que si nos íbamos los tres juntos seria en su hotel y por eso les dije que no me importaba que fuera en su hotel. A Gracia le precio buena idea y nos quedamos ella y yo sorprendidos cuando Aitor nos dice —en cualquier sitio menos en nuestro hotel— explicándonos que había varios compañeros hospedados allí y sería muy complicado dar explicaciones si me vieran salir de la habitación, entrando un chico joven, pasar parte de la noche y luego salir, esa era su preocupación.
Fui rápido, aunque no sabía si íbamos a estar los tres juntos la noche ni sabia donde si se diera el caso, había dejado todo preparado en mi casa por si a última hora era el sitio elegido. Gracia sin mucho convencimiento dijo un vale, sin mucho ánimo. Una vez en mi casa, que había dejado puesta la calefacción por si acaso, se sintieron cómodos nada más entrar y una vez en el salón, poniéndoles unas copas, ella me pregunto por un baño, que necesitaba ir con urgencia, le indique donde estaba y vi la cara de compungido de su marido:
— Venga Aitor, cambia de cara que no estamos en un funeral.
— Es que si había alguna posibilidad la he estropeado.
— Todavía puede cambiar, lo que si te aviso es que si pasa algo, olvídate de tu guion.
— Que manía, no es un guion, es algo que tenemos muy hablado Gracia y yo.
— Si pasa u otro día cuando pase, porque pasara, tu limítate a tres cosas, a hacer que sea un momento inolvidable de tu mujer, sacar lo puta que pueda ser y a saborear como te van saliendo los cuernos.
— A todo esto y ahora que me doy cuenta, no me habéis contado como ha pasado todo esto.
Y en ese momento que estábamos mirando lo que se veía por la cristalera de la terraza, oímos a Gracia decirnos —tienes razón amor, ahora mismo te lo cuento— nos dimos la vuelta y la única ropa que llevaba, por decir algo, era su blusa sin pantalones, que dejaba casi todo el culo al aire. Se le veía la ropa interior, sujetador, tanga y medias, de color azul y sus zapatos que le hacían resaltar sus piernas y su culo con los tacones. Se da la vuelta sobre sí misma y nos deja casi todo el culo, porque el tanga estaba metido entre sus nalgas y dejaba todo a plena vista. —Me queda bien? Porque lo he estrenado para vosotros— Aitor no decía nada miraba que no se lo creía y yo deje el vaso y me fui hacia ella, dándole un buen azote en su culo y luego sin esperar a mas, me beso con ella y nos empezamos a comer la boca de forma muy cerda. Le desabroche la blusa y pude palpar sus tetas hasta que se las saque del sujetador y empecé a sobarlas con ganas. Tiramos un buen rato morreándonos y tocándonos, cuando empecé a tocar su coño estaba jugoso al máximo. Ella a medida que la tocaba, arqueaba sus piernas, lo hacía del gusto que recibia. Mire a su marido, ya me había olvidado de él, que seguía de pie impávido ante lo que veía —Aitor sí que tienes una mujer cachonda y puta, querías verla lo mas puta posible, pues seguro que la vas a ver—
Aitor en ese momento cambio de cara y se le puso cara de cerdete, estaba viendo lo que tanto había ansiado y sin esperárselo, seguro que también le ponía cachondo ver a su mujer tan libre y cuando más se puso cachondo fue cuando su mujer mirándolo con ojos de puta —Aitor he notado que tiene un manjar oculto, porque tiene un “lomo embuchado” impresionante, no un fuet como tú, que bien lo vamos a pasar. Quieres que me coma el lomo? Porque si tu no me lo pides no lo hare— no le bastaba con eso solo, porque me agarro el rabo empalmado por encima del pantalón y se lo enseñaba de manera ostensible a su marido y le retaba a que se lo pidiera. Y al final lo hizo de una manera clara de lo que quería y Gracia no le recrimino el trato, todo lo contrario —vamos puta a que esperas para sacarle el lomo— y Gracia se quitó la blusa para que su marido viera bien que tenía las tetas fuera por encima del sujetador, se agachó y sacó mi rabo exclamando —¡EN SERIO????! ¡MI MADRE? Esto es lomo de pata negra— su marido no lo veía, ella me apretaba el rabo hasta que se me hincharon las venas al doble e insistió a su marido para que se acercara y cuando Aitor se acercó —WOW ¡NO ME JODAS! QUE ANIMAL— los dos se ponían mutuamente cachondos con sus comentarios.
En una cosa coincidieron, los dos decían que al natural era más impresionante que como la habían visto antes. Sobre todo porque con sus manos se veía el rabo inmenso. Le dije —empieza a demostrarle a tu marido lo puta que puedes ser y ponte a comerme el rabo— y ella fue muy obediente, me termino de bajar los pantalones hasta que me los quito, se lanzó a lamer mis cojones lo primero, luego el rabo y fue cuando le dije que mientras lo hacía mirara a su marido. Lo hizo me pasaba la lengua por el rabo y no dejaba de mirar a su marido. Me gustaba ver sus caras, es algo muy cachondo ver las miradas de un matrimonio en esa situación. Mire a Aitor para decirle —poco a poco vas siendo un cornudo lo que querías, pero falta el remate para que lo seas al completo— Gracia se introdujo el rabo en la boca, le costaba solo al principio y luego me hacia una mamada de categoría mientras Aitor se tocaba su rabo por encima del pantalón, hasta que le dije que se desnudara. Lo hizo y ella no sé porque, quiso hacer una cosa que puede parecer denigrante desde fuera, pero no lo fue, porque su marido mas cachondo que se puso.
Lo que hizo fue hacer que su marido se acercase, se pusiese pegado a mí y nos agarró a los dos nuestros rabos, como comparándolo y luego nos decía o se lo decía mas a él —cariño, la tienes muy bonita, pero al lado de esta no tiene nada que hacer y estoy deseando que me entre por todos los sitios, va a ser como si fuera mi primera vez— ya estaba bien de estar de pie y nos fuimos para mi habitación. Estábamos en la habitación y su mujer le manda por una silla, porque le dice que quiere estar un ratito sola conmigo y para que pueda estar sentado. Antes de que su marido se fuera por la silla, ya estaba con mi boca en su coño comiéndoselo. No presto en ese momento mucha atención a su marido, solo la miro a ella. Me vuelve a poner muy cachondo cuando le dice a su marido —JODER QUE LENGUA AMOR, ME ESTA VOLVIENDO LOQUÍSIMA— y cuando empecé a follarle el culo con mis dedos, se movía como una contorsionista y se lo contaba a su marido —amor este guarro me está metiéndome sus dedos en mi culito, ya no es solo tuyo y sus dedos son más grandes que tu polla. Así me gusta que te estes tocando viendo cómo me comen el coño, que CERDO—
Acabo de decir eso y la continuación fue agarrarme la cabeza, apretándola contra su coño mientras a la vez levantaba sus caderas para que fuera más profundo y se empezó a correr soltando un pitido por su boca hasta que gritó como si estuviera poseída y terminando la corrida, cuando parecía que se sosegaba me gritaba —quiero que me folles, que me la metas por todos los sitios, YA, YA, YA, YA, quiero que le hagas cornudo— y en el momento que iba a empotrarla con mi rabo, su marido se puso fuera de sí y sin venir a cuento, se puso a gritar que paráramos, que no quería que continuáramos y solo decía que éramos los tres unos degenerados, que estábamos enfermos y nos corto el buen ambiente. Gracia estaba tan cachonda que me decía que no le hiciera caso, a el le insultaba y veía que la cara de el no era de una parte nueva del juego, estaba en verdad trastornado y a pesar de lo que dijera la mujer, preferí parar. Gracia hasta le llegó a decir a ver si lo que te hace falta es unos guantazos.
Quise que se relajaran y si quería hablarlo, pero solo me pedía perdón y no sabia que le pasaba. Nunca me había ocurrido que llegando a donde habíamos llegado ocurriera esto, porque lo normal es que suceda en los prolegómenos. Le metió prisa a su mujer para que se vistiera y se marcharon, que no quisieron o mejor dicho, no quiso que les acompañara. Me quede sin saber que había pasado, lo que si sabía que había actuado correctamente porque cuando una de las partes dice que no, el forzar situaciones crea muy mal ambiente. Me iría a darme una ducha y de paso a hacerme una paja porque me había quedado más caliente que el palo de un churrero. Porque tengo que reconocer que Gracia era un terremoto de mujer. Llaman a la puerta pero sin usar el timbre, llaman con la mano.
Como es lógico mire por la mirilla y veo a Gracia y abro la puerta. —No me vas a invitar a pasar?— me quito y entra, cerramos la puerta y le pregunto qué sucede, ella enseñándome el móvil para que viera que estaba su marido escuchando —como hemos salido tan apresuradamente sin apenas despedirnos, venía a darte las gracias por lo bien que nos has tratado, que lo que ha sucedido ha sido un momento desastroso por parte de Aitor y ya te digo que está arrepentido— no sabia que pasaba y cuando ella me toca el rabo, me voy por ella y empezamos de nuevo. Sabiendo que el marido escuchaba y ella al decirle que me contara que le había pasado no se anduvo por las ramas —jajajajajaja, que los cuernos le han salido de golpe y le han dolido un poco, por eso quiero que me folles bien, pero tiene que ser rápido, porque se supone que he venido solo a pedir disculpas—
No fuimos a la habitación, nos quedamos allí mismo donde estábamos. Dejó el móvil en un aparador y se apoyó, dejándome en buena posición su culo. Ni me puse condón con la calentura y me puse a follarla de manera potente. Ella decía —esto sí que es follar y no lo que hace mi marido, menudo maricón está hecho, métemela mas, no te pares, me gusta que me traten como a una puta— en verdad era una buena puta, se estaba poniendo cachonda ella poniendo cachondo al marido que escuchaba y a mí me ponían cachondo los dos. Algo que no estaba esperado porque Aitor siempre había insistido que con condón y me doy cuenta, le digo que voy a por uno y gritándome —NI SE TE OCURRA QUITARTE, ¡¡SIIIIGUE!! y que le den por culo a mi marido si no quiere, tu córrete dentro y córrete todo lo que puedas, que luego haré que me lo coma por no dejarme follar— Gracia se corrió dos veces y en la segunda nos corrimos juntos, ella grito y yo puse más énfasis en esta corrida que en otras, para que Aitor lo oyera y lo disfrutara tanto como lo estaba disfrutando yo.
Una vez nos habíamos corridos creía que ya se había terminado todo, cuando ella se agacha y relame mi mojado rabo, porque decía que así estaba riquísimo. Me pregunto si podía ir al aseo, le dije que por supuesto y me hizo una seña para que la acompañara dejando el móvil donde estaba. —No te vayas a enfadar, que yo tampoco sabía nada, Aitor lo quería así, por eso ha montado lo que ha montado, aunque lo mismo es una disculpa después de haber pensado lo que ha hecho. La próxima vez tengo el capricho de que me hagas el culito, te apetecería?— le di una sonora palmada en su culazo y le dije —claro que quiero follártelo, me pone mucho y es mas, el cornudo de tu marido hará de guía, ya verás— antes de salir del baño me dijo que esa misma noche me llamaría para decirme lo que había pasado y se marchó.
Para hacer tiempo hasta que llamara, me puse a ver una serie en la TV. No me llamo pero me llego unos audios de ellos. El primero ella le iba detallando de forma muy guarra lo que habíamos hecho, como y de qué manera, dándole un extenso detalle de todo. El a todo lo que le iba diciendo le hacia alguna pregunta queriendo mas detalles. Este fue uno de los audios, el siguiente se ve que están manteniendo una relación sexual, pero con un dialogo muy sexual.
— Como te pone haber oído como se estaban follando a la puta de tu mujer, verdad que si cornudo?
— Mucho, mucho[murmullo] pero no pares, sigue.
— Te ha gustado ser ya un cornudo?
— SIIIIIIIIII, pero no me preguntes y sigue contándome.
— Aquí y en este momento mando yo, no manda un cornudo como tu y si no quieres me quito.
— Vale, perdón.
— ¡PARA! Todavía no, sigue lamiendo mis muslos pero hasta que no te diga no te dejare. Tienes ganas de lamer mi chochito lleno de la leche de nuestro amigo?
— ¡MUCHO!
— Sabes que me ha dicho que la próxima vez me va a destrozar mi tierno culito?[voz mimosa]
— SIIIIII?
— Siiii y además dice que tu vas a tener que ofrecérselo. Querrás?
— Claaaaro que sí, pero déjame comerte el coño ya, no me puedo aguantar más.
— A partir de ahora te vas a portar bien y me darás todos mis caprichos con Pelayo?
— Si, todo lo que quieras.
— Ya puedes cornudo. UUUUHHHMMM, que bien lo haces, no pares, te gusta??
— Muuuuuucho, es un dulce delicioso, un auténtico manjar.
— Pues la próxima vez me ayudaras a comérsela y después de que se corra en mi boca te besare.
— Mmmmmmmmmm.
— Pero di algo?
— Que si, que lo que digas. Pero déjame ahora a lo mío.
Ya solo lo que se oía eran los gemidos de los dos. Hasta que se oye como Aitor logra que su mujer se corra como una verdadera “guarra” chillona, pronunciando mi nombre y llamando a su marido cariñosamente cornudo. Después esta el ultimo audio —le he dicho que te llame, para pedirte perdón y para quedar cuanto antes mejor. No le hagas sufrir mucho y dile que si, que tenemos mucho pendiente los tres— otra vez me había puesto cachondo y esta vez no iba a venir nadie que me ayudara por eso tuve que hacerlo solo.
Hasta aquí este relato y me permito dedicárselo a esas parejas que quieren dar un paso en sus relaciones sexuales pero les falta un empujoncito. Que se animen a darlo y vivir una nueva experiencia que les va a hacer ver todo de otra manera, que ya sabemos que la vida es muy corta, hay que sacar el buen jugo de ella, porque en realidad la vida son tres días, dos de fiesta y uno de resaca, que ya están otros para jodérnosla y no les demos el gusto de amagarnos. Que FOLLAR rejuvenece, alegra, da optimismo, sube la autoestima, mejora el sistema inmune, mejora el estado de ánimo, alarga la vida, mejora el estado físico, mejora la salud cardiovascular, te permite dormir mejor, reduce el estrés, mejora la piel, reduce los dolores y muchas cosas más.